Prensa Opción Obrera 26 Agosto - Septiembre 2013
Un millón de
votos para el FIT en Argentina
El
Frente de Izquierda y de los Trabajadores obtuvo, el domingo 11 de agosto, más
de 900.000 votos. Hemos crecido un 100 por ciento en comparación con las PASO
de 2011 y un 50 por ciento en relación con las generales de octubre del mismo
año. Al lado de estos números se destaca la homogeneidad nacional de estos
resultados, que contrasta con la dispersión de hace dos años, cuando sólo
superamos el piso en un tercio del territorio. Esta vez lo logramos en su
totalidad. Hubo una tracción del voto al Frente de Izquierda a partir del
envión de 2011 y de una campaña de alcance nacional. Expusimos no solamente las
reivindicaciones apremiantes de las masas, sino que desenvolvimos una cuidadosa
explicación de nuestra estrategia política. Pusimos al Frente de Izquierda en
el lugar de la contienda por el poder, sobre una base clasista y de lucha de
clases.
Con
Salta a la cabeza (en capital 18% y en el interior provincial el 11%); en Jujuy
o en la zona petrolera de Santa Cruz (con casi el 10%). Hubo saltos notables
al 5% en Formosa, al 7,5% en Mendoza, al 6% en Río Negro y al 8% en Neuquén
capital (donde, apenas un mes antes, habíamos obtenido arriba del 5% en las
elecciones locales). Hemos ganado en Córdoba la posibilidad de consagrar una
diputada nacional. En Buenos Aires provincia, donde las encuestas minimizaron
nuestros votos, tenemos los suficientes para un diputado nacional y pelear por
otro, ingresar en la Legislatura provincial y en varios concejos deliberantes.
A todo ello, incorporamos la votación en la Ciudad de Buenos Aires, donde
nuestro frente tuvo que enfrentar a numerosas expresiones de izquierda democratizantes
y seguidistas, a las que derrotamos sin atenuantes.
Significado
El
gran resultado obtenido en todo el país es la conjunción de dos cuestiones,
pero, sobre todo, es una manifestación de la bancarrota capitalista, del
agotamiento del tardío nacionalismo burgués y, más que nada, de la comprensión
de esta situación histórica por nuestro lado y del inmenso trabajo de
delimitación con el kirchnerismo, el que pretendió inaugurar una nueva época
(la Argentina kirchnerista), en el plano de las ideas y de la lucha de clases.
El Frente no progresa debido a que aglomera fuerzas, sino a la claridad
política que preside su desarrollo y al método con que encaramos sus
contradicciones. Es un frente único en condiciones concretas y, al mismo
tiempo, un hito en la política de la revolución socialista. Por encima del
‘frentismo’, entendido de un modo vulgar u oportunista, destacamos los
objetivos estratégicos que guían nuestro trabajo en el Frente de Izquierda.
Nuestro frente se desarrolla en medio de un nuevo colapso político y la amenaza
de otro defol –o sea, de una transición política que vuelve a poner en la
agenda el destino de la sociedad capitalista, pero esta vez con una fuerza
revolucionaria en ascenso. La construcción del Frente de Izquierda no responde,
por nuestra parte, a una cuestión de “practicismo”, sino a un cuidadoso trabajo
de preparación de la clase obrera, para que asuma sus tareas históricas. Nos
encontramos en la vorágine que está sacudiendo a la mayor parte de los pueblos
y nos planteamos la cuestión de la dirección de esa vorágine. De cara a las
grandes crisis que se avecinan, la fisonomía que le hemos dado a la izquierda
alcanza una importancia estratégica.
La conciencia
de la clase obrera
El
resultado electoral también permite sacar otra conclusión: la importancia de un
trabajo sistemático de agitación y propaganda política socialistas. Mientras
que, en el pasado, las elecciones eran un factor de integración de la izquierda
al régimen, ahora las estamos utilizando como un factor de desarrollo de la
conciencia de clase del proletariado y del pueblo explotado. Desde la tribuna
del acto del 1º de Mayo pasado, señalamos que “vamos por la conciencia de
nuestra clase obrera”.
Explicitamos
una salida a la crisis y un rumbo a las aspiraciones populares. Así, armamos
una campaña muy creativa en lo audiovisual: cuando los partidos burgueses eran
reemplazados por empresas de publicidad, los partidos que integramos el Frente
de Izquierda, con escasos recursos, volvimos a hacer propagandas más efectivas
que las de nuestros antagonistas políticos y sociales.
Lo que se
viene
Muchos
kirchneristas tienen la ilusión de que la derrota que sufrieron es episódica,
como reinterpretaron más tarde, equivocadamente también, la de 2009. La
declinación K arranca con la crisis de 2008 (episódica fue la recuperación).
La
segunda fase de la campaña electoral planteará el tema de la crisis de manera
aguda y con ella la gran cuestión: si la pagan los trabajadores o los
capitalistas. El Frente de Izquierda dedicará su campaña y consignas a explicar
el alcance de la crisis y la necesidad de la movilización y la acción directa,
para que sea pagada por los capitalistas, por medio de un cambio de poder.
Nuestra lucha por consagrar diputados de izquierda en el Congreso Nacional y en
las legislaturas provinciales estará unida a esta cuestión central.
Gabriel
Solano
15/08/2013
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