Prensa Opción Obrera 26 Agosto - Septiembre 2013
Propuesta
política de Opción Obrera a los trabajadores de FUSBEC y de toda Venezuela
PROPULSEMOS
UN PARO GENERAL DE TRABAJADORES QUE PONGA FIN A LOS ATROPELLOS DE TODO TIPO POR
LOS QUE ESTAMOS PADECIENDO
Ya a nadie le causa sorpresa por lo
que estamos pasando los asalariados del país. La burguesía impone sin
desparpajo los precios que les da la gana en los alimentos y bienes que
consumimos. Sus patronos adicionalmente nos niegan la organización sindical con
más de un subterfugio y cuando por fin la conseguimos entonces nos trancan las
contrataciones colectivas, único medio que tenemos para recuperar nuestro poder
adquisitivo. Estamos en plena época histórica donde el capital mundial intenta
sobrevivir de su bancarrota cargando los costos de su crisis a los trabajadores
y el pueblo. Venezuela no escapa de ésta al estar insertada en el mercado
mundial como mero suministrador de materias primas, el petróleo.
El gobierno bolivariano, con el cual
una gran mayoría de los trabajadores del país todavía se sienten identificados,
se encuentra ya no sólo estático ante esto sino que también brinda su apoyo con
las instituciones del trabajo del Estado para que los patronos continúen su
arremetida. Los acuerdos alcanzados desde el gobierno con los apátridas
empresarios privados conllevan, además de darles garantías económicas con la
explotación a los asalariados, la obtención de mayores beneficios en el
comercio de sus productos al continuar cediéndoles las ya escasas divisas de la
renta petrolera para que importen hasta los empaques con los que terminan
siendo colocados en el mercado, pero con precios 5 veces por encima a razón del
especulativo dólar negro.
La situación de anarquía social por
parte de los desposeídos de siempre adquiere ribetes de preocupación. El “bachaqueo”
ahora se integra al esquema tradicional de la comercialización de los bienes y
alimentos, haciendo caso omiso a cualquier principio de solidaridad con los
trabajadores y el pueblo. Por más propuestas desde el gobierno de abastecer en
mayor medida lo que estos necesitan, terminan cayendo en un saco roto de buenas
intenciones pues entre la economía informal del “bachaqueo” y la formal de los
empresarios y sus precios especulativos, el salario no termina alcanzando para las
necesidades de los trabajadores. Ese sector de la economía informal crece, con
sus reglas y patrones propios, porque no hay iniciativas concretas que les
ofrezcan un empleo estable y productivo pues lo esencial es el de sacar
provecho, los empresarios privados y las empresas del Estado, del parasitismo a
la renta petrolera.
Los trabajadores no podemos quedarnos
de brazos cruzados ante esto. Sería un absurdo que nos continuemos sacrificando
mientras una minoría social, la capitalista, se continúa llevando la mejor
tajada. Peor aún, las salidas del gobierno bolivariano, que niega alguna
responsabilidad suya en esto, son las típicas del salvataje a los capitalistas.
El endeudamiento nacional, que terminamos pagando el pueblo, se ha entronizado
como política pública, no solamente en los presupuestos anuales de la nación
sino que desde 2011 a la fecha se recurre al complementario y hasta con el fin
de pagar con más deuda la ya cuantiosa deuda interna e externa.
Hay toda una intencionalidad de la
clase social dominante, la burguesía, de hacernos pagar los costos de su
crisis. Es hora que los trabajadores la enfrentemos con nuestros propios
métodos de lucha: la organización autónoma, la movilización, el paro, la
huelga. Marchar por Caracas hasta alguna institución que nos atienda no está
rindiendo los frutos que esperábamos, pues cuando se consigue algo a nuestro
favor otros tantos nos los niegan. Ese círculo vicioso debe acabarse con una
herramienta de presión efectiva y contundente de la clase obrera de Carabobo y
el país como lo es el PARO GENERAL DE TRABAJADORES.
Pero un PARO GENERAL DE TRABAJADORES
no puede ser asumido de la boca para afuera. Hacerlo con ese criterio es
aceptar una derrota segura y por tanto el reforzamiento de la arremetida
patronal, la especulación desmedida, el desabastecimiento y la escasez
generalizada de los bienes y alimentos que necesitamos. Su convocatoria implica
una organización más dinámica y efectiva que cuando tomamos las fábricas donde
laboramos para reclamar por nuestros derechos. Implica dar la discusión por su
necesidad desde las bases de los trabajadores, los únicos que en efecto pueden
llevarlo a cabo. Implica también, y en particular para los sindicatos afiliados
a FUSBEC, plantear las alianzas imprescindibles con otras federaciones y sindicatos
bajo un plan de luchas comunes, ¿y por qué no también?, con los consejos
comunales y los colectivos sociales que viven de igual modo en carne propia las
perversiones de un sistema social que imponen los capitalistas. Esta discusión,
si bien es imprescindible, no puede ser dilatada en mucho en el tiempo
esperando hasta el 2014 por ello.
Un PARO GENERAL DE TRABAJADORES, el
cual debe ser considerado en su ámbito, regional o nacional, y en su duración
(4, 8 o 24 horas), dependerá en gran medida de todos los ganados en ello. Por
eso no basta ser declarativos del por qué lo convocamos sino que también
debemos estar claros en cuáles serán nuestras reivindicaciones con el mismo. Es
allí donde la unidad en la acción del movimiento obrero se puede manifestar en
toda su magnitud llevando a los trabajadores desde sus puestos de trabajo a una
movilización o concentración de calle, todos bajo las mismas banderas comunes
por lo cual lo hacemos que no son otras que nuestras reivindicaciones y
derechos que hoy están siendo conculcados.
Entre tantas, y como necesidad del por
qué propulsar el PARO GENERAL DE TRABAJADORES, podemos reclamar por las
siguientes reivindicaciones que hoy todos los trabajadores vemos su ausencia:
- El derecho irrestricto a la organización sindical autónoma y democrática sin intervención de instituciones y patronos o la burocracia sindical.
- El derecho a huelga sin las cortapisas y dilaciones impuestas por el Ministerio del Trabajo.
- El salario suficiente y digno que se exprese, no en un mínimo que ya no alcanza ni para cubrir una escuálida cesta alimentaria del INE, sino igual al valor de la canasta familiar de 4 personas.
- Un aumento general de sueldos y salarios que reponga nuestro poder adquisitivo disminuido por la devaluación, la inflación y la especulación.
- El cese a cualquier forma de criminalizar la protesta obrera y social cuando luchamos por nuestros derechos, y la suspensión inmediata de todas las causas judiciales que hoy se mantienen con incontables trabajadores y representantes sindicales.
- El fin de la precarización laboral con salarios de hambre y con mecanismos comunes a todos los patronos, privados o públicos, como los de la tercerización, los contratos por tiempo determinado y las cooperativas con la flexibilidad laboral, o la negativa de ellos a que seamos amparados con la contratación colectiva o que sus discusiones la concreten.
- El cese definitivo a la especulación en los precios de los bienes y alimentos que imponen los empresarios con su dólar negro y el sacar del congelador los salarios cuando todo, hasta los llamados precios regulados, se encuentran liberados y sin control.
Como se puede observar, el movimiento
obrero agrupado en FUSBEC tiene incontables razones para ir a un PARO GENERAL
DE TRABAJADORES por sus derechos y reivindicaciones. Inclusive si desde los
tarifados del sistema social imperante nos tildaren de guarimberos,
contrarrevolucionarios y de la CIA. Necesitamos sumar voluntades por el PARO
GENERAL DE TRABAJADORES, por eso ponemos sobre el tapete nuestros motivos para
que se dé la discusión necesaria en sus bases. Las asambleas de trabajadores
serán las mandaten a sus dirigentes sindicales a llevarlo a cabo. Manos a la
obra con la autonomía del movimiento sindical con las banderas de la
independencia de clase.
¡LOS
PROLETARIOS NO TENEMOS NADA QUE PERDER, SALVO LAS CADENAS!
¡QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS QUE LA CAUSARON, NO LOS TRABAJADORES!
¡QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS QUE LA CAUSARON, NO LOS TRABAJADORES!
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