Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

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Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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miércoles, 19 de agosto de 2020

Declaración conjunta DIP-EEK

 Declaración conjunta DIP-EEK: ¡Guerra contra la guerra en el Egeo y el Mediterráneo!

18 Agosto 2020

 

Navíos en el Mediterráneo y el Egeo en conmoción, aviones de combate zigzagueando en el aire, y detrás de todo esto los intereses de las clases dominantes de Grecia y Turquía en severo enfrentamiento. Esta confrontación podría incluso resultar en un desastre de guerra. Los estados burgueses griegos y turcos presentan reclamos contradictorios sobre sus respectivas jurisdicciones marítimas. Quienes promueven estos reclamos también fingen que están defendiendo su propio interés nacional en beneficio de su propio pueblo. La verdad es exactamente lo contrario.

En este mismo momento, tanto en Turquía como en Grecia, los gobiernos capitalistas en el poder están obligando a la población trabajadora de su país a asumir la pesada carga de la crisis económica que atraviesa cada país. Estos gobiernos mienten a las personas sumidas en la pobreza cuando les prometen la riqueza natural del Mediterráneo oriental. El caso es que las clases dominantes de cada país están ofreciendo la parte del león en la partición de las riquezas naturales del Mediterráneo a las grandes potencias que se hacen pasar por sus protectores. Esta es una lucha entre los Total y los ENI, los Shells y los BP, y los Exxons, ¡no entre los trabajadores de Grecia y Turquía!

Mientras que, por un lado, ambos bandos intentan hacer un espectáculo para su público nacional fuera de las maniobras entre los acorazados y los combates aéreos entre los aviones de guerra, por el otro, quieren atraer más poder imperialista a su lado para romper el equilibrio. De hecho, tanto los gobiernos como las clases dominantes están subordinados a las potencias imperialistas en conflicto, que las manipulan para sus propios intereses antagónicos.

El gobierno griego está engañando al propio pueblo griego pretendiendo que tiene el apoyo de la UE diciendo que “las fronteras de Grecia son las fronteras de la UE”. En efecto, las potencias imperialistas europeas, especialmente Alemania y Francia, tienen intereses antagónicos y tratan de enfrentar a cada país con el otro. Macron ha prometido apoyo militar y naval al gobierno de Mitsotakis a cambio de la venta de dos buques de guerra franceses a Grecia y el uso de las fuerzas armadas griegas para extender la participación imperialista francesa en la guerra civil de Libia, en el Líbano arruinado y el Mediterráneo oriental en su conjunto. Merkel está vendiendo seis submarinos a Turquía, teniendo intereses creados en la economía del país y relaciones más estrechas con la clase dominante turca.

La clase dominante turca, por su parte, aclama el Brexit porque ve en esto una oportunidad para el patrocinio británico de su aventurerismo islamista en busca de una dominación  de los religiosos sobre el mundo sunita y, por lo tanto, está preparando el terreno para transferir la riqueza del país a los usureros imperialistas a través del esquema ponzi que recorre el eje Londres-Estambul.

Al ser miembros de la OTAN, ambos países persiguen a Estados Unidos para ganarse sus favores. El gobierno griego promete nuevas bases en su suelo al imperialismo estadounidense. Al mismo tiempo, bajo las órdenes imperialistas estadounidenses dadas por Pompeo, ha firmado un acuerdo con la dictadura de al Sissi en Egipto sobre sus Zonas Económicas Exclusivas mutuas para contrarrestar el acuerdo similar turco-libio.

Turquía insinúa que está preparada para actuar como representante en la guerra de Estados Unidos en Siria y Libia contra Rusia. Los misiles S-400 que Turquía ha comprado recientemente a Rusia sirven como moneda de cambio en sus negociaciones con Estados Unidos en lugar de ser una amenaza para los aviones de guerra griegos.

El primer eslabón de la cadena de robo de las riquezas de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental es Israel. Grecia espera transportar la riqueza que Israel se prepara para usurpar de sus legítimos propietarios, el pueblo palestino, a Europa sobre la República de Chipre y Creta. Turquía, por otro lado, está tratando de convencer a los sionistas de que el transporte por tuberías a través de Adana en su costa sur sería más rentable. Grecia está firmando nuevos acuerdos militares con Israel. Turquía, por su parte, actúa como el principal escudo militar de Israel contra Irán a través de la vergonzosa base de radares estacionada en la parte oriental del país, en Kürecik, Malatya.

Hoy, el Mediterráneo se ha convertido casi en un escenario de guerra internacional. La última década, el Mediterráneo se había convertido en una cuenca de la revolución, tanto con el auge de masas en el sur de Europa, las revoluciones árabes, la rebelión de Gezi Park. A pesar de derrotas, retrocesos, traiciones, golpes militares y agresiones imperialistas, la revolución está regresando, después de una pausa debida principalmente a la pandemia, en muchos países. El Líbano es un claro ejemplo del nuevo giro de las masas en ascenso que atemoriza a las clases dominantes y al imperialismo, quienes ahora están convirtiendo el Mediterráneo prácticamente en una zona de guerra, son las mismas clases burguesas que reprimieron las huelgas e impusieron los paquetes de austeridad en Grecia y Turquía, los gobiernos despóticos que reprimieron la demanda de libertad de los pueblos y sus bandas callejeras fascistas de todo tipo.

Son también estas mismas fuerzas las que están pactando con los del mundo árabe que son enemigos jurados de todo esfuerzo revolucionario o liberador y traidores a la causa que originalmente estaban del lado de los movimientos emancipadores. Grecia ha montado un frente con el Bonaparte al Sisi, asesino de la revolución egipcia, mientras que Turquía se ha unido a los secuestradores de esa misma revolución, los Hermanos Musulmanes. Grecia está colaborando con el Emir de Abu Dhabi, Turquía con el de Qatar. Grecia ha abrazado al rey saudí, Turquía al de Marruecos. Y en Libia se enfrentan a través de la intermediación de los señores de la guerra en bandos opuestos con los que han unido fuerzas. ¿Puede haber la más mínima posibilidad de un resultado auspicioso que emane de este tipo de lucha que favorezca la suerte de los pueblos trabajadores de toda la región?

Al encontrarse en medio de toda esta lucha reaccionaria e injusta por el reparto del botín de hidrocarburos, Chipre ha dejado, por así decirlo, de ser una isla en la que viven humanos de carne y hueso, para convertirse en objeto de saqueo, siendo tratados los greco y turcochipriotas no como seres humanos sino como depositarios de la riqueza de los recursos naturales. La isla, así como todo lo que reside en ella, está bajo una amenaza total. La paz y la resolución de la "cuestión chipriota" se alejan cada día que pasa. Turquía y Grecia compiten entre sí sobre la base de los derechos que supuestamente les otorga la condición de “garantes”, pero la única entidad de la isla cuya supervivencia está garantizada es el conjunto de las infames bases británicas en la isla, siempre disponibles, para escupir sangre y muerte sobre los pueblos del Medio Oriente.

Como DIP y EEK, llamamos a los trabajadores y trabajadoras de Turquía y Grecia. Una vez más nos encontramos cara a cara con grilletes reaccionarios, chovinistas y militaristas que tenemos que romper. Convirtamos el Mediterráneo una vez más en una cuenca revolucionaria. Los trabajadores de Grecia y Turquía, de Chipre y de todo el Mediterráneo comparten intereses comunes. Estos intereses chocan con los intereses de la burguesía doméstica en cada país, así como con el imperialismo y el sionismo. Necesitamos luchar contra las clases dominantes de nuestro propio país, los explotadores, los colaboradores del imperialismo y el sionismo y extender una mano de fraternidad al otro lado del Egeo.

¡Detengamos la amenaza de guerra en el Mediterráneo!

No mataremos ni moriremos por el euro o el dólar ni por las grandes petroleras, las Exxon, las Total, las ENI, las BP o las Shells. ¡Intensifiquemos la guerra de clases contra la guerra!

El principal enemigo está dentro de nuestros propios países: los capitalistas griegos y turcos, sus gobiernos y regímenes, al servicio de sus patrocinadores imperialistas.

¡Rechazamos derramar sangre por defender los límites imaginarios trazados por las clases dominantes y comencemos inmediatamente a erradicar las fronteras que nos separan!

En lugar de morir por los intereses del capital y del imperialismo, demos un paso adelante para luchar para acabar con el orden capitalista que nos explota a todos y romper las cadenas que nos subordinan a todos a los imperialismos europeos y estadounidenses.

¡Cierre todas las bases militares imperialistas en Grecia, Turquía y Chipre!

¡Turquía y Grecia fuera de la OTAN ahora!

¡Rechazo a la subordinación al imperialismo, tanto de Estados Unidos como de la UE!

¡Abajo todas las relaciones militares, comerciales, diplomáticas y culturales con Israel!

¡Viva la lucha del pueblo palestino por su emancipación!

¡Adelante por una Federación Socialista de los Balcanes en la que Grecia y Turquía estén juntas, junto con un Chipre unido e independiente!

¡Viva el Mediterráneo y la revolución socialista mundial!

¡Viva el internacionalismo revolucionario! ¡Guerra contra guerra!


DIP (Partido Revolucionario de los trabajadores) Turquía

EEK (Partido Revolucionario de los Trabajadores) Grecia




miércoles, 13 de abril de 2016

EUROPA fóbica, segregacionista, y racista en decadencia


EUROPA fóbica, segregacionista, y racista en decadencia



Los refugiados en Eidomeni están embarrialados. Pero no están sucios. Tan pronto como se limpien con un poco de agua, sus caras brillarán de nuevo.
Sucios son los líderes europeos en UE, de poco ánimo, calculadoramente fríos, explotadores, racistas, deciden políticas nacionalistas y promueven ideologías fascistas.

Ciegos, sordos e inconmovibles ante el clamor, mientras miles de inmigrantes se ahogan o corren el riesgo de ahogarse en el cementerio líquido del mar Egeo. Y los que escaparon de ahogarse, corren el riesgo de perder la vida en las aguas fangosas de Eidomenis o su libertad en un campo de confinamiento. Cuarenta y seis mil refugiados e inmigrantes hasta el momento se encuentran atrapados en Grecia por las prohibiciones de los estados y provincias encabezadas por Austria, los países de acuerdo de Visegrad y seguidos por los pequeños países de los Balcanes, el llamado corredor de los Balcanes.

La policía y el ejército de Macedonia (FYROM), dan " batallas feroces" contra mujeres y niños, soldados albaneses asistidos por los guardias de fronteras Italianos patrullan la frontera con Grecia para evitar que los refugiados la crucen - haciendo el camino inverso de lo que le hicieron a los inmigrantes albaneses hace 20 a 25 años-, los soldados búlgaros con el dedo en el gatillo. Y con la flota de la OTAN en el mar Egeo, para evitar el gran éxodo de madres, padres, niños y bebés.

En la cumbre (17 y 18 de marzo) de la UE (la tercera en un mes y la segunda con Turquía) no se encuentra una solución para los refugiados que cruzan para escapar de la guerra y el hambre. La mayoría decidió aceptar menos de 160.000 y dejan lo anunciado –con fanfarria-en septiembre pasado... Una gota en el océano de los refugiados, no aceptan. En una Europa de 500 millones el 3 por mil no encaja!

No hay luz en el horizonte. La Ida y vuelta por 6 mil millones de euros a Turquía, a través del plan de UE, para que Turquía reciba la mayor cantidad de nuevos refugiados llegados a Grecia y que no son considerados refugiados, mientras que los que serían considerados refugiados (principalmente de Siria) sean enviados desde Grecia a su vecino y con un proceso de "uno a uno", otro refugiado de Turquía serán admitidos -en forma voluntaria por algún país europeo. Un proceso burocrático que violó el derecho internacional de los refugiados...

Y el gobierno de Tsipra, supuestamente de izquierda busca aumentar faltamente la deuda permanente, alineado con Merkel y Hollande, bajo presión desde el interior de la Troika y con socios de derechas como el ministro de defensa griego Kamenos que encontró argumentos para sacar al ministro de migración Mouzala. Para "Negociar" a través de los refugiados los compromisos y la deuda. Con el apoyo de una izquierda y sus declaraciones de compasión dentro de una fuerte adhesión a los centros imperialistas foráneos.

Y sobre lo que debe hacerse. En todo el país se crean campos para la inclusión de los refugiados y los inmigrantes. Campos de confinamiento hoy en día, con comandos militares en los campos de reasentamiento como en Schisto y otros lugares, o campamentos para el mañana (tal vez bajo otro gobierno). Al mismo tiempo, la presencia de la flota naval de la OTAN situada en el mar Egeo, incapaz de evitar las tragedias de la evacuación de los refugiados aterrorizados con la guerra. Irónicamente, la OTAN, es el instrumento de la guerra en Afganistán, el Oriente Medio y en otras partes y los principales responsables de la creación del refugiado, se presenta ahora como un elemento de disuasión ... con campos militarizados para el refugiado, con el consentimiento del gobierno griego, agravando las condiciones causadas por las corrientes de inmigración, aumentando los términos de la catástrofe más amplia en el Oriente Medio, a pesar del movimiento de negociación con Rusia para retirar parte de sus tropas.

El problema de los refugiados y la migración –numéricamente- la más grande en la historia-, es síntoma innegable de la decadencia imperialista en condiciones de profundización de la crisis económica en la historia del capitalismo.

Se requiere la acción internacionalista de la clase obrera y sus vanguardias. Frente a la barbarie imperialista que se agudiza, contra una Europa - continente oscuro-, los internacionalistas revolucionarios tienen que unir sus fuerzas. Al igual que Lenin y una minoría de internacionalistas hace 100 años en Tsimervalnt y Kiental, debemos organizar una acción conjunta europea y mundial.
La solidaridad con los refugiados y los inmigrantes.

Abrir la frontera para viajar donde quieran. Hospitalidad para aquellos que deseen permanecer en Grecia no en condiciones de confinamiento, existen pequeñas estructuras en hoteles cerrados y cientos de edificios de apartamentos que están cerrados en el centro de Atenas.

Fuera de la OTAN - iniciador de las guerras. Abajo la UE del capital financiero, el desempleo y la miseria.

El enemigo principal está en nuestro propio país. Luchar para derrocar al gobierno Tsipra - Kamenos a fondo y por la izquierda, aplastando a la extrema derecha y fascistas, con el objetivo del poder obrero, la respuesta socialista a la crisis, el desempleo y la pobreza en conjunto con los refugiados.

Publicado en página web del EEK Grecia (eek.gr) 23 03 2016 traducido por José Capitán

lunes, 16 de noviembre de 2015

Francia, después de la masacre


Francia, después de la masacre

París sin cafés, sin cines, sin museos, sin gente en la calle. Ese era el espectáculo en la gran ciudad luego de los atentados terroristas en cadena, con 130 muertos hasta ahora, y centenares de heridos.

París y Francia han sido sumergidos por la barbarie de la guerra imperialista, por la dislocación política, por los llamados al exterminio.

Los atentados golpearon directamente a la población en un concierto de música, en las terrazas de los cafés, en las calles, en el estadio de fútbol, con el objetivo bien preciso de aterrorizar. A diferencia de lo ocurrido en enero -Charlie Hebdo- los atentados se produjeron en lugares públicos, para que murieran centenares de personas sin identidad previa.

La condena no debe tener ningún atenuante, pero los discursos sobre el país y la ciudad de los derechos del hombre ocultan los crímenes de la burguesía francesa. En octubre de 1961, la policía asesinó centenares de personas en las calles y los cadáveres fueron arrojados al Sena. Eran argelinos que apoyaban la lucha por la independencia. La aviación francesa bombardea pueblos y ciudades de Africa, Irak y Siria pero esos poblados están lejos, el Estado francés sostiene al Estado sionista y avala las masacres del pueblo palestino. En los últimos 50 años, la población parisina parecía inmune y ajena al rol de su burguesía y al hecho que París es un centro imperialista, económico, político y militar.

Sarkozy y Hollande han acentuado este rol con las intervenciones militares en Libia, Malí, Irak y Siria. Bush desencadenó la guerra iraquí y dio paso a la generalización de la intervención militar imperialista; Sarkozy y ahora Hollande decidieron sumarse a la cruzada. Irak, Libia y Siria son países en los cuales la intervención imperialista liquidó las estructuras estatales y promovió el caos actual, en el que se suceden las masacres de la población civil, se desintegra todo elemento nacional y se proclama el derecho al pillaje de las riquezas. Este caos ha desembarcado en París.

El Estado Islámico reivindicó el atentado y no dejó de estigmatizar a París como la ciudad de las "abominaciones y la perversión". Como señalan los observadores y analistas que guardan algo de sentido crítico, esta reivindicación es apenas un elemento de propaganda y las preguntas que hay que formularse se refieren a quienes crearon a EI: ¿Qué está haciendo Arabia Saudita, socio inalterable de Estados Unidos, y a quién financian sus múltiples clanes? ¿Cuáles son las provocaciones que organiza y/o precipita el Estado sionista? ¿Cuál es el papel del actual gobierno turco? ¿Cómo se atizan los enfrentamientos religiosos? La responsabilidad comprende al conjunto del imperialismo, sus aliados y sus peones. Putin se suma al concierto y en estos mismos días avanzan las negociaciones en Viena sobre Siria, entre todas las potencias.

Existe una unión sagrada que protege la masacre permanente del pueblo palestino o del pueblo kurdo, que busca aplastar toda rebelión por sus derechos nacionales. La intervención imperialista es contraria a toda reivindicación nacional progresiva. El imperialismo francés quiere jugar su rol al respecto y queda subordinado a los movimientos e intereses de la potencia dominante, los Estados Unidos.

"En guerra"

Los atentados han sido la palanca para que el gobierno francés acentúe su política militarista. "Quiero decirles a los franceses que estamos en guerra", insistió una y otra vez el primer ministro en la televisión. El presidente Hollande proclama la "unión nacional" y reúne en forma extraordinaria al Congreso (diputados y senadores) para cerrar filas. El Frente Nacional apoya la política del Presidente y pide simplemente más firmeza. En una situación de crisis, hay que soldar el bloque reaccionario. Otra cosa es que lo consiga. El gobierno Hollande-Valls está en retirada y se apresta a una derrota electoral enorme en las elecciones regionales de diciembre. Francia puede entrar, ella misma, en un periodo de disgregación política.

Las reacciones de las organizaciones del movimiento obrero y de la izquierda "institucional" han sido deplorables. La condena de los atentados sirve de pretexto para sumarse a la "unión nacional". El conjunto de las confederaciones sindicales condenan el terrorismo, proclaman que seguirán luchando por la democracia, la paz y las libertades y omiten toda referencia al gobierno: las intervenciones militares y la guerra social simplemente no existen. Las huelgas previstas esta semana han sido anuladas (la de las finanzas públicas el 18 y la de los controladores aéreos el 17, entre ellas). La manifestación del personal de los hospitales del martes 17, como todas las manifestaciones, ha sido prohibida.

El Partido Comunista y el Partido de la Izquierda se han sumado a la "unión nacional". Lutte Ouvrière y el NPA han condenado los actos de terrorismo y denuncian la política imperialista del gobierno. No aceptan alinearse detrás del gobierno y del Estado en esa "unión nacional".

Roberto Gramar desde París



lunes, 19 de octubre de 2015

La Sirianización de Turquía


La Sirianización de Turquía

La inmensa catástrofe que asoló las calles de la capital de Turquía en Ankara, el 10 de octubre, cuando dos bombas explotaron en medio de una multitud de lo que posiblemente fue de cientos de miles de personas, que lleva a la muerte a un número indeterminado de personas, en todo caso superior a cien, y heridas a cientos, algunos todavía en el riesgo de muerte, es un claro recordatorio, si es que hacía falta alguno, que se trata de un país bajo una grave crisis política. La trágica pérdida de vidas, que van desde un niño de nueve años de edad a una mujer de setenta años de edad y que involucra la muerte de un número muy elevado de jóvenes, ha dejado en profunda pena y luto a todos los que participaron en la manifestación por la paz que fue atacada: al movimiento de la clase obrera, la amplia izquierda, la comunidad alevita (la denominación minoritaria religiosa en Turquía), y el pueblo kurdo. Es motivo de consuelo, sin embargo, presenciar el hecho de que el principal objetivo de este horrible ataque ha sido frustrado, ya que, a pesar del dolor, las masas no han sido intimidadas y han salido en estado de ánimo militante, tanto para protestar como para enterrar a sus muertos.

El gobierno del AKP responsable

De manera inusualmente precipitada, el gobierno ha afirmado haber llevado a cabo una investigación sobre lo que pretende ser un doble atentado suicida. Señalan con el dedo a la mala fama de ISIL (el Estado Islámico de Irak y el Levante, también conocido como ISIS) y afirman que se trató de un ataque a la unidad de Turquía (¡por qué los que se concentran en la unidad del país pero por décadas han atacado las manifestaciones de la clase obrera o de las minorías oprimidas, y nunca un acto de extrema derecha, sigue siendo un misterio!)

Es que los verdaderos autores son el gobierno del AKP y sobre todo lo que se podría llamar el gabinete interno que sirve Recep Tayyip Erdoğan, por tanto responsables de esta tragedia. La responsabilidad podría llegar a ser directa. Como se explica en un artículo reciente sólo hace un mes[1], el campo de Erdoğan, después de haber perdido el AKP la mayoría en el parlamento en las elecciones del 7 de junio, establece un camino estratégico extremadamente peligroso de librar una guerra contra los kurdos de Turquía con el fin de erosionar la base electoral del ala parlamentaria del movimiento, el HDP. El objetivo concreto es empujarla debajo del escandalosamente alto umbral electoral del 10 por ciento, y así restablecer la mayoría anterior del AKP en el parlamento en las nuevas elecciones programadas para el 1° de noviembre, con el fin de evitar la amenaza de una investigación parlamentaria sobre el sinnúmero de casos documentados de corrupción que involucran a Erdogan y sus ministros, además de muchos otros crímenes por los que pueden ser juzgados. Es posible que aunque el gobierno está tratando de echar la culpa a ISIL por el delito, en realidad se trata de los agentes del notorio "estado profundo" turco, ahora controlado por el campo de Erdogan, los que han llevado a cabo la operación. De no ser así, es muy probable que las fuerzas de seguridad y la agencia de inteligencia, controlada sólo por el gabinete interno de Erdoğan, miraran hacia otro lado mientras ISIL, si es que fueron los autores, cometía este crimen atroz. El autor de estas líneas está convencido de que la información se filtrará mucho más pronto que tarde al respecto en este caso.[2] La prohibición muy estrecha que se le ha impuesto a los medios de comunicación en el caso, incluyendo no sólo la publicación de evidencia concreta sino de comentario crítico, no hace más que confirmar que el gobierno teme este tipo de fuga de información.

Incluso si el gobierno no estuvo directamente involucrado, sigue siendo indiscutiblemente responsable por la total negligencia observada. Este incidente es sólo una secuela bárbara a una serie de acciones que se vieron, por primera vez, con las bombas que estallaron en los locales del HDP o en sus concentraciones en el período previo a las elecciones, y luego por un terrorista suicida con el asesinato de 34 izquierdistas turcos en Suruç el 20 de julio en respuesta a su solidaridad con Kobane, la ciudad en la entidad autónoma kurda de Rojava del Kurdistán sirio, fuertemente bajo asedio hace más de un año por el ISIL. En ninguno de estos casos el gobierno llevó a cabo una investigación criminal digna de ese nombre. Aunque abusivamente citó el ataque a Suruç, para lo cual creó una unidad "antiterrorista" a partir de agosto, ésta terminó haciendo caso omiso de los autores del ataque y se concentró, en cambio, en las víctimas, es decir, el movimiento kurdo y su pueblo, como se explica en un artículo anterior nuestro. Es así como el gobierno del AKP le ha dado, a todos los efectos, licencia al ISIL para sus ataques a los movimientos de oposición kurdos y de izquierda, y en consecuencia es responsable de la masacre de Ankara, en un sentido muy concreto.

El ataque más salvaje a la movilización del movimiento obrero

Es de la mayor importancia política recordar quiénes fueron los organizadores de la manifestación tan atrozmente atacada. Aunque los kurdos participaron masivamente, no fue un evento organizado por el movimiento kurdo en sí, como la mayoría cree ante tanta manipulación informativa. Este fue un evento organizado por dos confederaciones sindicales y dos asociaciones profesionales, uno de médicos y el otro de ingenieros y arquitectos, siendo ambos aliados tradicionales del ala progresista del movimiento sindical. En definitiva, se trataba de una acción de la clase obrera que denunciaba la guerra contra los kurdos. Todo el contingente de 14 miembros de la unión de trabajadores ferroviarios murió como consecuencia de las bombas, a la par de las bajas distribuidas en los otros sindicatos.

Dado el papel de la clase trabajadora en la manifestación, de inmediato hay que poner este suceso en su perspectiva histórica. La imagen resultante es significativa en sí misma: en un país cuya historia está llena de demostraciones de la clase obrera violentamente anuladas con muchas bajas en vidas humanas, la masacre del 10 de octubre de Ankara se destaca como, con mucho, el peor de los ataques nunca jamás salvajemente perpetrado. El más cercano que se interpone en comparación histórica es la gran provocación del 1° de Mayo de 1977 en la plaza Taksim en Estambul, donde murieron 34 personas. ¡Esta vez la cifra de víctimas es al menos tres veces mayor que aquella!

Esto no es un acto de violencia sin sentido. Si ISIL está realmente involucrado en el asunto, sus motivos eran probablemente una forma de elevar la apuesta. La última vez cuando organizaron un ataque claro en suelo turco, Turquía, bajo cuerda pero de una manera descarada, seguía defendiendo de manera acomodaticia las actividades de ISIL en Siria. Ahora las apuestas son más altas. En una medida engañosa, Turquía ha abierto su base aérea de Incirlik para el bombardeo de aviones de guerra estadounidenses a territorio ISIL y más tarde se unió a la coalición elaborada por los EE.UU. contra el mismo. Así, para ISIL la apuesta tuvo que aumentarla con el fin de convencer al campo Erdoğan que este takfiri –organización sectaria sunita– es una fuerza formidable que está lista, sin embargo, a ir de las manos con Turquía en la guerra contra el PKK y su aliado el PYD , la fuerza gobernante en Rojava, en el Kurdistán sirio.

En la medida en que el Estado turco está involucrado en la planificación y ejecución del atentado en Ankara, su propósito fue, en nuestra opinión, para cortar de raíz la alianza naciente entre el movimiento obrero y la lucha de liberación kurdo. Hemos estado tratando, desde hace muchos años, de explicar que la clave para la victoria de las masas sobre las fuerzas reaccionarias que gobiernan Turquía se encuentra en este tipo de alianza. Las fuerzas dominantes son muy conscientes de esto y esta es una de las principales razones por las que esta demostración fue atacada con tanta fuerza.

Se vuelven a barajar las cartas en Siria

La intervención de las fuerzas armadas rusas en Siria ha atraído naturalmente, una gran cantidad de atención en todo el mundo. Esta acción modifica radicalmente la situación concreta en Siria y tiene ramificaciones para la política internacional en general. A los efectos de este artículo, vamos a circunscribir nuestros comentarios al impacto de la intervención rusa en Siria respecto a Turquía, dejando los aspectos más generales para otra ocasión. La incursión rusa en Siria está mucho más relacionada con el intervencionismo activista turco en ese país de lo que generalmente se admite. Es nuestra opinión que el momento de la decisión de Rusia está estrechamente ligado a las intenciones de Erdogan con respecto a Siria. En nuestro artículo anterior mencionado anteriormente, hemos dicho que si el AKP fallara para obtener la mayoría de los escaños en el Parlamento en las próximas elecciones del 1° de noviembre, el campo Erdoğan con toda probabilidad encontraría una excusa para enviar a los militares turcos a Siria. Como el lector probablemente sepa, el gobierno ya ha sentado las bases para una excusa: la existencia de Rojava en el Kurdistán sirio como una entidad autónoma kurda con vínculos con el PKK ya ha sido declarado inadmisible por el gobierno turco. Pero desde que los EE.UU. cooperan con las fuerzas armadas de Rojava en la lucha contra ISIL, Turquía podría con toda probabilidad utilizar esto último como una excusa para hacer una incursión militar con fuerzas de tierra en Siria con el pretexto de luchar contra este último, pero en realidad para suplantar la presencia de las fuerzas armadas kurdas en Rojava.

Todos estos planes han sido arrojados al viento con la entrada de Rusia en la escena. El gobierno de Putin, en nuestra opinión, intervino precisamente en este momento debido a que el tipo de incursión militar por parte de Turquía a Siria que acabamos de describir, probablemente resultaría en una conflagración de proporciones inimaginables en el Medio Oriente, algo que obligaría a Irán a intervenir y así terminar con una crisis inmanejable. Habiendo percibido o incluso haberse enterado por sus servicios de inteligencia de las intenciones del campo de Erdogan, el gobierno de Putin simplemente hizo un movimiento preventivo. Que esto sea así se confirma por el hecho de que los aviones de guerra rusos han violado repetidamente el espacio aéreo turco y desafiado las reglas de enfrentamiento que Turquía había establecido vis-a-vis con la fuerza aérea de Assad. Tanto es así que el secretario general de la OTAN, en un discurso muy poco diplomático, declaró que tales violaciones rusas no fueron accidentales, lo que implica que Rusia estaría tratando de decirle algo a Turquía. Estamos de acuerdo. Las cosas han llegado a un punto tan vergonzoso para Turquía que, si bien fue este último país el que había demandando una zona de exclusión aérea en contra de la fuerza aérea siria en el norte de ese país desde hace mucho tiempo, ¡ahora la zona de exclusión aérea de facto ha sido establecida por Rusia contra la propia Turquía! La conclusión más general que debemos sacar de todo esto es clara: a menos que el campo de Erdogan esté listo para provocar una guerra mundial, los planes para una incursión militar turca en Siria necesitan ser puestos en el congelador en el corto plazo.

¿Dónde deja esto al campo de Erdoğan? Si las elecciones no le proporcionan una mayoría en el Parlamento, esto sería otra vez elevar el espectro de una investigación parlamentaria que amenazaría con arruinar el futuro político, para abreviar, todo el futuro de Erdoğan. Ahora el camino a la salvación a través de Damasco, es decir, un estado de guerra que le otorgue poderes especiales a su gobierno, también está cerrado por la incursión de Rusia en Siria. La única opción que le queda es la Sirianización de la propia Turquía. Con esto queremos decir una estrategia de guerra civil basadas en los takfiri, las fuerzas de la milicia sunita sectaria de cosecha propia para mantener a Erdoğan en el poder. Las fuerzas islamistas que el gobierno del AKP ha protegido y apoyado durante la guerra civil siria pueden decidir corresponder y ayudar al campo de Erdoğan en la realización de lo que en realidad equivale a una guerra civil. Esta estrategia puede resumirse en la siguiente fórmula: ¡si usted no pudo llevar Turquía a Siria, entonces, lleve Siria a Turquía!

Milicia sunita sectaria de cosecha propia

Una serie de eventos que se desarrollaron en el transcurso de estos últimos meses ha sacado a la luz pública un proceso que, con evidencia, se inició después de la revuelta popular que fue provocada por el incidente Gezi en junio de 2013. A lo largo de todo el verano, esta revuelta creó gran temor y preocupación en el gobierno del AKP. Dos estrategias diferentes fueron ideadas. El campo que se cristalizó en torno a Abdullah Gül, también uno de los fundadores y miembro destacado del AKP y para aquel entonces presidente de la república, y que pasado el tiempo fuera reemplazado por Erdoğan en agosto de 2014, prefiere una estrategia de difusión basado en la división de las masas insurgentes en un ala moderada y otra radical. El campo de Erdogan, por su parte, optó por la demostración de fuerza con pura represión, con base al todavía fuerte apoyo electoral de las capas más conservadores de la sociedad dispuestas a prestarle apoyo a su liderazgo. Ahora ha trascendido que ha vuelto a aparecer un componente indispensable de esta estrategia represiva con la formación de un conjunto de fuerzas abiertamente contrarrevolucionarias que se desplegarían en caso de una amenaza al poder de Erdogan.

Sin entrar en los detalles de la cuestión que inevitablemente aburrirían y confundirían al lector no iniciado en los entresijos de la política turca, vamos a ofrecer rápidamente una vista panorámica de las fuerzas preparadas de este modo por el campo de Erdogan. Los ataques recientes han sacado a luz pública una nueva formación llamada "Osmanlı Ocakları". La palabra "ocaklar" se refiere a los jenízaros de los otomanos y de ahí el nombre de esta organización que mejor se puede traducir como el Cuerpo Otomano. Esta formación estuvo activa en los ataques contra el principal diario secular Hurriyet por su cobertura crítica de ciertos aspectos de la política de Erdogan. También hizo sentir su presencia en los ataques por turbas en las sedes del HDP, el partido parlamentario kurdo, en más de 140 ubicaciones en toda Turquía la noche del 8 de septiembre. Esta formación, al parecer, está creciendo rápidamente, atrayendo a desempleados y al lumpen-proletariado con dineros del AKP. Afirma que ya está organizada en 73 de las 91 provincias de Turquía.

Está además el IBDA-C, una organización islamista radical que es anterior al AKP, cuyo líder carismático estuvo en la cárcel durante largos años, sólo para ser puesto en libertad bajo la protección apenas disfrazada del propio Erdoğan a raíz de la sublevación en Gezi. Esta organización aboga clara y abiertamente por el uso de métodos violentos contra los enemigos del Islam. De una postura crítica vis-a-vis con la tradición parlamentaria islamista en Turquía en el pasado, ahora ha orientado sus esfuerzos a una defensa clara de la dirección de Erdoğan.

Mientras el IBDA-C es fuerte en la parte occidental del país y se ha mantenido ocupado atacando al movimiento estudiantil y, en particular, los kurdos, el Hezbolá kurdo, otra organización de milicia que Erdoğan ha resucitado últimamente, debe su crecimiento a las fuerzas reaccionarias dentro de la sociedad kurda. Este movimiento fue muy activo en la década de 1990 y notoriamente ha masacrado figuras políticas civiles kurdas en connivencia con las fuerzas de seguridad. Pero una vez que Abdullah Ocalan, el líder del PKK fue capturado en 1999 y enviado a la cárcel, vio perdido su atractivo y pasó a ser reprimida por el Estado a partir del 2000. Sin embargo, sus líderes, al igual que la de IBDA-C fueron liberados de la prisión últimamente, se han fundido en la legalidad y ahora están representados a través de la mediación de un partido legal de aspecto inocente. El Hezbollah kurdo, absolutamente sin ningún tipo de conexión con su homónimo del Líbano, es una organización de la guerra civil al interior de la sociedad kurda. Ha sido muy útil en transformar la serhildan (Intifada en kurdo) de octubre de 2014  a partir de un levantamiento popular en una lucha armada entre dos grupos, los milicianos del PKK y sus propios contingentes armados. Esta es precisamente la razón por la que está siendo apoyado y protegido por el campo de Erdogan.

Hay otras fuerzas, algunas dentro de la mafia turca, por ejemplo. Una de ellas, Sedat Peker, un resuelto admirador de Erdoğan, organizó una manifestación "contra el terrorismo", como así denominan la lucha kurda por la emancipación nacional, precisamente un día antes de la manifestación del 10 de octubre. Hablando delante de un cartel de Erdoğan, Peker amenazó a los partidarios del movimiento kurdo con ¡"sangre que fluirá como un río"! También están las Brigadas Turcomanas con nombres de diferentes sultanes en la historia otomana, que se encargan de luchar contra las fuerzas del Kurdistán sirio en Rojava.

En definitiva, todo este conjunto de fuerzas que están siendo apoyados y protegidos por el campo de Erdoğan es un indicativo del hecho de que la estrategia de la guerra civil no es ajena a ellos. Ahora que la intervención militar en Siria parece estar descartada, esta alternativa parece cada vez más realista para la búsqueda de la supervivencia de Erdogan.

Fraternidad entre los pueblos o la barbarie

El Medio Oriente y el Norte de África se están moviendo rápidamente hacia una situación de guerra civil en el mundo islámico entre sunitas y chiítas (estos últimos, en alianza con alevíes). Arabia Saudita y Qatar son los principales instigadores del campo sunita mientras que Irán, por supuesto, es la fuerza dirigente del campo chiíta. El sueño de Erdogan es (o quizás sólo debamos decir "era") dirigir las poblaciones sunitas en este tipo de lucha por la supremacía en el mundo islámico. Este es un sueño que tiene sus raíces en la gloria del pasado otomano. Esto implica inmediatamente la reconstitución de la umma, la comunidad islámica en general, bajo la guía del Califato, que fue abolida por la joven república en 1924. Esta supresión los islamistas en Turquía nunca han sido capaces de digerirla.

Este tipo de guerra sectaria dentro del Islam será una reedición de las guerras religiosas de Europa Occidental con violencia redoblada. Es lo que hay que evitar a toda costa. El campo de Erdoğan, así como Arabia Saudita, Qatar e Irán están jugando con fuego. Esta amenaza extrema en Medio Oriente y al norte de África tiene que ser contrarrestada por las fuerzas que no tienen participación en la renta de la tierra generada por el petróleo y el gas natural y en las llamadas finanzas de la Sharia del mundo árabe.

Visto desde el ángulo regional, la guerra civil siria es precisamente una guerra de poder entre estos dos campos. Erdogan es un líder de primera línea del campo sectario sunita. Para incluso comenzar a demandar la lealtad del resto del mundo suní, Erdoğan tiene que ganar su guerra por la supervivencia dentro de Turquía. En esto se ha manifestado su suerte con los takfiri, fuerzas sunitas y sectarias dentro y fuera del país. Esto está llevando a Turquía al precipicio de la Sirianización.

Turquía es, por otro lado, un país pleno de ebullición. Las revueltas de diferentes tipos han tenido éxito en los talones de cada uno dentro de los últimos dos años. Un año después de aplacada la revuelta popular de Gezi, tan poderosa en las ciudades occidentales del país, pero no en el Kurdistán turco, el serhildan, es decir, un levantamiento popular de la población kurda estalló durante una semana en apoyo de la lucha en Kobane contra el ISIL. En ninguno de estos acontecimientos trascendentales estuvo la clase obrera presente como clase. Sin embargo, en el mes de mayo de este año una lucha que llevó a decenas de miles de trabajadores metalúrgicos en erupción, se difundió de su ciudad natal original, en Bursa, un centro industrial cerca de Estambul, a muchos otros centros industriales. Después de un largo período de inactividad, la clase obrera ahora está de nuevo en acción. Así que esta es una sociedad que también está llena de promesas. Es sólo mediante la superación de las divisiones entre las tres fuerzas que están representados por estas tres olas de lucha que las fuerzas progresistas pueden ganar. Y aquí dos cosas son fundamentales: la fraternidad entre los turcos y kurdos y la entrada de la clase obrera en la escena política. En caso de que estas dos condiciones se unan, Turquía no sólo verá el equilibrio interno de fuerzas cambiar decisivamente a favor de una solución progresiva a su crisis política, sino que también puede actuar como factor desencadenante de una solución de futuro, en un proceso de revolución permanente, a los problemas que enfrenta todo el Medio Oriente.

Qué tendencia finalmente ganará será decidido por las fuerzas vivas de la historia. Estamos por ver si la izquierda socialista está a la altura de sus responsabilidades históricas.

El artículo fue publicado por primera vez en http://www.socialistproject.ca/bullet/1175.php.

Sungur Savran






[2]Post scriptum: Tan pronto como estas líneas fueron escritas y el artículo enviado a la redacción de Socialist Proyect para su consideración, el principal diario en lengua turca, Hurriyet, revela que no sólo los nombres de los dos atacantes suicidas estaban circulando durante meses como amenazas potenciales, sino que además, tres días antes del fatídico día, se le informó, precisamente, a la policía que este tipo de ataque se estaba planeando. A menos que este informe resulte ser falso, el abandono total de la policía, que para nada se le vio en el sitio de la reunión desde antes que la primera de las bombas finalmente explotara, es escandaloso o incluso un acto deliberadamente criminal.

jueves, 15 de octubre de 2015

Adónde va el Medio Oriente


Adónde va el Medio Oriente

La crisis desatada en Europa por la ola de refugiados de Medio Oriente y el norte de África elevó la crisis en esta región a un nuevo estadio internacional. El régimen migratorio de la Unión Europea fue sacudido de cabo a rabo, cuando aún se hacían sentir los peligros para la zona euro planteados por la bancarrota de Grecia. Alemania se vio sometida de inmediato a una crisis política, por ejemplo con la resistencia a la recepción de refugiados por parte del estado de Baviera. Significativamente, en el gabinete de Merkel empezaron a circular iniciativas para confiscar las propiedades sin alquilar en su territorio para paliar la escasez de espacios habitacionales para acoger a los refugiados. Ni más ni menos. La crisis humanitaria de los refugiados había sacudido a la opinión pública de todos los continentes.

Es precisamente en estas circunstancias, o sea cuando la crisis de la periferia invade a las metrópolis que la desataron, que Rusia decide intervenir militarmente en Siria. La situación creada en Europa era una prueba irrefutable del fracaso de los planes políticos de los estados imperialistas para ‘pacificar’ a Siria como a Irak y convertirlas o consolidarlas como estados títeres. Putin justificó la intervención rusa como el recurso necesario para que la desintegración de esos países no se transforme en una crisis directamente mundial, e incluso que la huida de refugiados la afecte a ella en un plazo relativamente corto. En contraste con la política occidental, Putin planteó de inmediato el envío de tropas sobre el terreno –incluso de la guardia revolucionaria de Irán. Irán, Irak y Rusia anunciaron un acuerdo de intercambio de informaciones; la dictadura militar de Egipto saludó la intervención militar de Rusia.

El objetivo invocado para la intervención fue el combate al Estado Islámico, pero enseguida quedó claro que era planteado a partir del sostenimiento al gobierno de Al Assad. El propósito estratégico de Putin es defender su única base en el Mediterráneo, más necesaria que nunca ante la precaria situación internacional de su ocupación de Crimea –que comunica a Rusia con el Mediterráneo a través del Mar Negro. Más allá de esto, para Putin no existe ninguna fuerza con capacidad para enfrentar al EI fuera del ejército de Siria y de las guardias de Irán y de Hizbollah. Si faltaba alguna prueba para esto, Obama anunció el cese del entrenamiento de sectores opositores a Al Assad pocos días después, alegando un fracaso rotundo en los resultados. Putin contó para su operación con el guiño de hecho del propio Obama, que pasó a admitir la continuidad de Al Assad para organizar una transición política en Siria. Putin no hubiera podido enviar tropas a Siria sin el consentimiento de EEUU y del estado sionista. Esto quedó de manifiesto, adicionalmente, cuando Netanhyau viajó a Moscú. Dentro de la UE, Rusia tuvo el respaldo inequívoco de Alemania. Quienes han visto en estos hechos un retorno a la ‘guerra fría’ tienen el reloj atrasado; asistimos a un acuerdo político de grandes potencias, incluso si en un futuro inmediato desatan nuevas crisis internacionales e incluso más violentas. Luego de la disolución del ejército de Saddam Hussein, en Irak, hace mucho que los analistas militares norteamericanos han llegado a la conclusión que en cualquier cambio de régimen que promueva Estados Unidos sería necesario preservar a las fuerzas armadas del viejo régimen. Cuando se habla de una transición negociada en Siria, se tiene en cuenta la necesidad de conservar a las fuerzas armadas de Al Assad. En la reunión que tuvieron en los márgenes de la asamblea reciente de la ONU, Obama y Putin coincidieron en la finalidad de asegurar la “unidad de Siria”.

La intervención rusa representa con toda claridad un golpe para el régimen de Turquía, pues entierra la pretensión de éste de crear una base al interior de Siria bajo su tutela para proceder a la liquidación de Al Assad y convertir a Siria en un satélite. El turco Erdogan buscaba de este modo acabar con el gobierno kurdo en el norte de Siria –frontera con Turquía–, que había sido el único en resistir en forma victoriosa al EI, con la ayuda del PKK –el partido kurdo en Turquía e Irak. También está acusada de complicidad con el EI. ¿Cómo pretenden Obama y sus secuaces acabar con el EI sin quebrar al principal régimen político de la región que avala sus acciones militares y sus masacres? Turquía se ha convertido ahora en un epicentro de la crisis, luego de haber sido su promotora, incluido su apoyo al EI, del cual esperaba que pusiera fin al régimen de Al Assad. La necesidad militar había llevado a Obama a apoyar a los kurdos contra el EI y a chocar también con el gobierno de Turquía, al cual el curso que han tomado los acontecimientos podría llevar a un colapso. Luego del aplastamiento de la primavera árabe, el territorio del viejo imperio otomano podría conocer en poco tiempo una nueva crisis revolucionaria. Los atentados criminales reiterados contra la izquierda y la población kurda en Turquía son una confección hecha y derecha de Erdogan, incluso si usa para ello al EI.

Rusia repite, contra el EI, la táctica de la Alemania contra la URSS en la segunda guerra: ataca a los opositores de Al Assad que ocupan el noroeste de Siria, como Hitler atacó primero a Gran Bretaña y Francia –para cuidar sus espaldas. Ese sector opositor está representada principalmente por una fracción de Al Queda –con vasos comunicantes con EI. El gobierno kurdo de esa región ha declarado su apoyo a Rusia y reclama una autonomía en una Siria unida. Obama y compañía conocen estos planes de antemano y reconocen su consistencia militar. Esta unidad de circunstancia entre EEUU y Rusia y entre Obama y Putin, de ningún modo ponen fin o siquiera limitan las contradicciones explosivas entre uno y otro. Es la misma unidad que los juntó para imponer a Irán el acuerdo de control de su programa nuclear por parte de EEUU. Es la unidad de conveniencia que está tejiendo Arabia Saudita con Rusia, a partir del fracaso de la coalición militar de los estados del Golfo Pérsico y Estados Unidos para doblegar la rebelión en Yemen. Asistimos a un acuerdo limitado y circunstancial entre Obama y Putin, del cual cada uno quiere sacar ventajas en su confrontación de orden general. En el marco de la bancarrota mundial del capitalismo, la estrategia del imperialismo es doblegar las resistencias que bloquean su dominación completa del ex espacio soviético y de China.

Las mismas razones que empantanaron a EEUU en Afganistán e Irak deberán empantanar a Putin en Siria, como ya empantanaron a la ex URSS en Afganistán. Rusia, por otra parte, no tiene los recursos económicos ni políticos para capitalizar una victoria en Siria, que siempre será transitoria. Afectada por una fuerte recesión y una quiebra bancaria, los gastos de la acción militar en Siria comprometerán más su situación económica. La conclusión es que así como contó con la venia del viejo imperialismo para intervenir en la guerra en Siria, acabará arreglando una salida con EEUU y la UE, si es que logra consumar el trabajo sucio de pelear con tropas propias contra las milicias contrarias a Al Assad.

Como se ha dicho más arriba, el epicentro de la crisis se ha desplazado a Turquía, cuyo régimen ha fracasado en todos sus objetivos de convertirse en potencia regional. Asimismo, la ferocidad de la crisis humanitaria y social vuelve a colocar en el primer plano la cuestión del sionismo y la opresión de Palestina, cuando el protagonismo gana a la población que habita dentro de las fronteras de Israel. Es necesario despertar a los trabajadores de todo el mundo a la necesidad de una acción internacional contra el imperialismo y por la autodeterminación de las naciones y la revolución socialista.

Jorge Altamira
10/10/2015



miércoles, 14 de octubre de 2015

¡Ninguna solidaridad con el AKP sino luchar en su contra!


Masacre en Ankara, Turquía
¡Ninguna solidaridad con el AKP sino luchar en su contra!
¡Sólo la clase obrera puede llevar a juicio a los culpables!

Hemos perdido más de un centenar de vidas en la concentración del 10 de octubre en Ankara. En el Partido Revolucionario de los Trabajadores (DIP) estamos de luto por todos los compañeros que perdimos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, con los que nos habíamos unido en una lucha por la libertad, y ofrece sus condolencias a sus familias, así como a sus sindicatos y organizaciones políticas. Esperamos sinceramente que nuestros compañeros heridos se recuperen pronto.

La masacre del 10 de octubre en Ankara es el mayor ataque, en la historia de Turquía, a los trabajadores y los oprimidos en el ejercicio de su derecho a protestar. ¡Es más sangrienta que la del Domingo Sangriento de 1969! ¡Es más sangrienta que la del 1° de mayo de 1977! Es más sangrienta que la masacre de 1993 que tuvo lugar en el hotel Madimak en Sivas. Es el más atroz que todos los ataques a las celebraciones del Primero de Mayo tras el golpe de estado del 12 de septiembre. La masacre del 10 de octubre es, sin ninguna duda, el ataque más grande y más brutal a una manifestación organizada por los sindicatos.

Sólo se puede comparar con una masacre bárbara que no tuvo relación con la lucha de clases. En marzo de 1992, el Estado asesinó a más de 100 personas, jóvenes y viejos, mujeres y niños durante las celebraciones de Newroz en Sirnak. Ese fue el primer acto atroz en una cadena de masacres que el Estado ha dirigido a nuestros hermanos y hermanas kurdos durante la década de 1990. La horrenda planificación de tales masacres terminaría siendo expuesta más tarde en 1996 durante el escándalo Susurluk. La masacre de Şırnak pudo haber sido la primera de las "1000 operaciones infames". En resumen, ¡Turquía está ahora en ese momento horrible! La masacre en Suruç fue seguida de los ataques a Kobani. ¡La masacre del 10 de octubre ha transformado a Ankara en otra Suruç, y Turquía lo está siendo rápidamente en otra Siria!

Dadas las circunstancias, acciones como expresión de queja o pedir a todos los grupos políticos a unirse en solidaridad por la protesta y el limitarse uno mismo a decir "todos los responsables deben renunciar", como lo ha estado haciendo Kemal Kılıçdaroğlu, el presidente del Partido Republicano del Pueblo (HDP), solamente abrirá el camino a más agresión por parte del AKP y Tayyip Erdoğan –una agresión que, efectivamente, ha alcanzado su punto máximo con la reciente masacre.

Tayyip Erdoğan también está pidiendo solidaridad. Ahmet Davutoglu también está pidiendo solidaridad. Y Kılıçdaroğlu promete solidaridad. La clase obrera y la población trabajadora no tienen un solo tema que pueden resolver en común en solidaridad con el AKP, Tayyip Erdoğan o Davutoglu. ¡La única respuesta a los ataques contra la clase trabajadora es la lucha de clases! No se puede establecer solidaridad con un gobierno que representa a las clases dominantes, y peor aun, un gobierno que está llevando lentamente a Turquía al borde de la guerra y a la barbarie mientras erosiona todas las libertades duramente coquistadas.

Ellos son los responsables de la masacre del 10 de octubre. Esta masacre se ha producido en una Turquía donde el gobierno no ha movido un dedo para perseguir a los autores de las explosiones preelectorales en sedes del HDP y sus mítines en Mersin, Adana y Diyarbakir, y las bombas hechas estallar en Suruç después de ellas, el 20 de julio. Así, incluso antes de tratar de averiguar quiénes son los autores materiales en esta fecha, podemos señalar con el dedo al gobierno del AKP. Su objetivo no es sólo convertir a Turquía en un país donde belicistas civiles, sectarios y takfiris (los que declaran a todos los demás como no creyentes) tengan manos libres. El futuro del AKP y Tayyip Erdoğan depende completamente ahora de esas organizaciones. Ellos están en una especie de conflicto controlado con ISIS, escondiendo una profunda connivencia. Pero hay muchas otras organizaciones en la foto: IBDA-C, el Hezbollah kurdo desfilando como un inocente partido legal (Hüda-Par), el llamado Cuerpo Otomano, las Brigadas Turcomanas... Lo que sea. No pregunte quiénes llevaron a cabo los atentados en esta masacre. Pregunte quién los causó para convertirlo en un aspecto indispensable de la política turca. Una vez más todos los dedos apuntarán a Tayyip Erdoğan y al gobierno del AKP.

Los sindicatos y las asociaciones gremiales que organizaron la manifestación del 10 de octubre han convocado una huelga general de dos días. En este momento nuestra tarea más importante es llevar esta decisión a la agenda de todos los sindicatos y asociaciones gremiales, y hay que trabajar duro para llevarlo a cabo.

El movimiento obrero también debe unir sus fuerzas con los gremios profesionales y las organizaciones de masas para formar un Comité Independiente de Investigación para descubrir, revelar, y llevar a juicio y condena a los autores de la masacre del 10 de octubre y a todos los que lo apoyaron. Los colegios de abogados y personalidades de respeto en la vida nacional también deben incluirse en este esfuerzo. Debemos trabajar duro para que este Comité esté autorizado para acceder a todo tipo de documentos, testigos y datos. Es de vital importancia que la investigación de la masacre del 10 de octubre no se deja en las manos de un jefe de la policía devenido en ministro del interior que carece de autoridad y responsabilidad política y que no ha podido hacer frente a los problemas de seguridad durante su mandato.

¡El ministro del Interior debe ser despedido! Un ministro que no puede evitar la muerte de más de 100 personas en una manifestación pública no debe mantenerse en tal puesto. Debe ser despedido inmediatamente y así abrir el camino a una investigación decente. Es un jefe de la policía sin ninguna responsabilidad política; no esperaríamos que dimita. ¡Él debe ser despedido!

¡Que todos los afiliados de los sindicatos exijan de sus directivos a apoyar y organizar la huelga general!

¡Obreros, empleados públicos, trabajadores de oficina, participemos en la huelga general!

¡Adelante por un Comité Independiente de Investigación establecido por los sindicatos y las organizaciones de masas!

¡Que el ministro del interior sea despedido!

Comité Central del Partido Revolucionario de los Trabajadores (DIP), Turquía
13 de octubre 2015



domingo, 11 de octubre de 2015

¡El culpable es el AKP! - Ante la masacre por el estallido de una bomba en Ankara, Turquía, el sábado 10 de octubre de 2015


Ante la masacre por el estallido de una bomba en Ankara, Turquía, el sábado 10 de octubre de 2015
¡El culpable es el AKP!

El siguiente texto es la traducción al castellano de un comunicado difundido por el DIP (Partido Revolucionario de los Trabajadores de Turquía) a pocas horas después del ataque con bomba que mató a por lo menos un centenar de personas e hirió a otras cuatrocientas.

Turquía está siendo transformada rápidamente en otra Siria. Los terroristas protegidos por el Estado turco explotan bombas en medio de decenas, quizá incluso cientos de miles de personas en la ciudad capital de Ankara. Más de un centenar de muertos, cerca de cuatrocientos heridos... Y esta masacre se está llevando a cabo en una Turquía donde el gobierno no ha movido un dedo para perseguir a los autores de las explosiones preelectorales en Mersin, Adana y Diyarbakir, y a la ocurrida en Suruç el 20 de julio. Así, incluso antes de tratar de averiguar quiénes son los perpetradores en esta fecha, podemos señalar con el dedo al gobierno del AKP sin dudarlo.

El objetivo no es sólo para convertir a Turquía en un país donde belicistas civiles, sectarios y takfiris (los que declaran a todos los demás como no creyentes) tengan manos libres. El futuro del AKP y Tayyip Erdoğan depende completamente ahora de esas organizaciones. Ellos están en una especie de conflicto controlado con ISIS, escondiendo una profunda connivencia. Pero hay muchas otras organizaciones en la foto: IBDA-C, el Hezbollah kurdo desfilando como un partido legal inocente (Hüda-Par), el llamado Cuerpo Otomano, las Brigadas Turcomanas... Lo que sea. No pregunte quiénes llevaron a cabo los atentados en esta masacre. Pregunte quién los causó para convertirse en un aspecto indispensable de la política turca. Una vez más todos los dedos apuntarán a Tayyip Erdoğan y al gobierno del AKP.

Una reunión de ONGs se había organizado en Ankara la semana antepasada. Supuestamente estuvieron expresando "No al terrorismo, sí a la fraternidad". A continuación se celebró una reunión similar organizada por el AKP y el Estado en Estambul. Más tarde, en Rize (ciudad natal de Erdogan en la costa del Mar Negro) el infame líder mafioso, Sedat Peker, habló de pie en otro mitin delante de posters de Erdogan a tamaño completo. Maldijo el terrorismo y declaró que pronto correría la sangre como un río a lo largo y ancho de todo el país. ¿Y qué pasa con el terrorismo de Estado? ¿Por qué están todos en silencio por los atentados en Ankara, Mersin, Adana y Diyarbakir? ¿Por qué están todos haciendo caso omiso de la policía gaseando hasta los muertos en Ankara e intimidando con disparos al aire a las personas que corrieron en auxilio de los heridos?

El mensaje de esta masacre es muy claro: ¡está prohibido manifestarse en Turquía! O más precisamente, está prohibido manifestarse contra Tayyip Erdoğan y el AKP. El mensaje es: "¡Vamos a acabar con todos los que asistan a estas manifestaciones!".

¡Así no serán las cosas para siempre! ¡Sus días están contados! ¡La hora se acerca, cuando se den a conocer todos sus crímenes! ¡Usted no sólo ser derrocado, sino que también será llevado a juicio!

Comité Central del DIP
Partido Revolucionario de los Trabajadores
10 de octubre 2015


PD: Hoy hemos realizado una segunda declaración, llamando a todo el pueblo trabajador a apoyar activamente la huelga general convocada por los sindicatos que organizaron la manifestación en Ankara; para exigir un Comité Independiente de Investigación, integrado por los sindicatos y los gremios profesionales de la ingeniería, medicina, de abogados, etc.; y por último, para exigir la destitución del ministro del interior.