Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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martes, 24 de noviembre de 2020

Llamado a votar Nulo o en blanco el 6D

 

Llamado a votar Nulo o en blanco el 6D




1.- Las elecciones parlamentarias del 6D en Venezuela, no se pueden evadir por los venezolanos, más allá de la pugnacidad entre la participación o no, por parte del gobierno, del dividido GPP, la oposición golpista y de la sufragista. Estamos sometidos por sanciones y amenazas de EEUU (republicanos y demócratas), la UE, Reino Unido, países tan distantes y disímiles como el llamado Grupo de Contacto Internacional donde está Corea del Sur, Israel, Canadá y los jirones del Grupo de Lima. Los dolientes somos los trabajadores, desempleados y las comunidades de Venezuela (niños, jóvenes, adultos, viejos, mujeres, hombres, inmigrantes, enfermos, saludables, en particular con los salarios, servicios, empleo, educación). 

No caemos en la disyuntiva, la participación legítima (reconocer al gobierno) y los que no participan para no avalarlo, denunciando además que son fraudulentas, todo es absurdo. Hay algo concreto, la derecha antifraude es golpista y a su vez el gobierno de Maduro les llama a participar y los indulta. La participación no necesariamente legitima al gobierno, vamos a votar acompañados con una plataforma revolucionaria de lucha, no como el inocuo voto por la Alianza Popular evolucionaria) o el llamado a voto nulo o de “castigo” como desahogo por parte de Marea Socialista (Aporrea) 

No somos neutrales, ni mantenemos la misma distancia entre Maduro y Guaidó o cualquier otro fascista, nos negamos a darle un voto de confianza a los candidatos del gobierno, o alguna alternativa comprometida con el capitalismo y el imperialismo 

Denunciamos la ausencia de propuestas concretas de los candidatos, representantes oficiales, sus escisiones y de la oposición de derecha. Todos ellos obvian las penurias de las masas, gas o leña, electricidad ¿cada cuánto?, aguas blancas más no potable, cuando llegue, telefonía e internet casi inexistente por robo de líneas, gasolina dolarizada y racionada, sin efectivo monetario, con escaso, caro y mal servicio de transporte, todo esto junto al salario casi a cero, y el desempleo. Nada de esto está en los programas de ninguna lista electoral. 

El voto debe ser nulo, o en el caso de un candidato ni del gobierno ni de la oposición de derecha, y su propuesta combativa, su apoyo local o circunstancial. La abstención favorece al boicot de la derecha nacional y la internacional. 

La prioridad son los trabajadores y las comunidades de todo el país, todo programa de gobernabilidad tiene que partir de acá, no al revés, como lo está haciendo el gobierno y como lo propone la oposición. Todo plan para la recuperación de los servicios, debe ser debatido, por lo tanto público, con rendición de cuentas periódicas, y revocabilidad para los ineptos. 

Dentro del movimiento obrero hay que luchar contra los directivos sindicales burócratas que intentan encausar el descontento de los trabajadores hacia la oposición de derecha 

2.- La “fortaleza” del gobierno está en la incapacidad de la derecha para abordar las condiciones materiales del país y ofrecer una alternativa, a los trabajadores y a las comunidades. Venezuela tuvo por muchos años cifras de un país con un PIB muy alto respecto a su población y tamaño, pero basado exclusivamente en el ingreso por la venta de petróleo. Hoy lo que sucede en Venezuela obedece a uno de los derrumbes capitalistas más estrepitosos del mundo en este siglo y todavía sigue su debacle. Ahora bien, los recursos siguen vigentes, la cuestión es ¿cómo levantarlos?, los métodos capitalistas se agotaron, y por algo muy simple, reventó su incapacidad para sacarla adelante para ellos. Ahora quieren resurgir apretándonos más los cinturones, el salario y las pensiones menos de un dólar mensual y el gobierno impone las tarifas de los servicios y los trámites legales en dólares. Esta es la política de Estado. 

La oposición, no ofrece nada diferente, simplemente perdió el gobierno hace 22 años y quiere recuperarlo, al precio que sea. Tampoco queremos taparrabos de izquierda, ni de derecha, que pretenden aprovechar la situación, siendo más de lo mismo, nada concreto ni de lucha a favor de los trabajadores. 

3.- El petróleo es necesario en las condiciones que sean, plena producción, recesión o guerra. Entre todo lo malo, hay a quienes les va peor, la Exxon-Mobil salió a finales de agosto, como accionista del Dow Jones, industrial, luego de más de 90 años de estar entre los primeros de ese índice bursátil. 

Venezuela tiene hoy, menos del 1% de la producción mundial de petróleo, pero por sus reservas, su ubicación, su relativa facilidad para producir, sus activos, son parte de las joyas de la corona, en cuanto a suministro de energía primaria, por eso la codicia, a pesar de su descomposición económica. 

Las elecciones, expresan lo que está patente en el escenario internacional, las propuestas de Maduro se enfrentan a la amenaza gringa sobre Venezuela, y cada quien se juega su interés, los trabajadores tienen sus propios intereses, pero no pueden aislarse de este suceso, que puede hacerle su vida más miserable. 

4.- En Venezuela, la participación electoral dividió a la oposición, en radicales y conciliadores, dividió al gobierno de un sector del GPP (Gran Polo Patriótico). El gobierno prefiere abstención para los descontentos, y pide la mayor sumisión para sus aliados bajo pena de caerles intervenciones y coacción policial 

Sin embargo, ante cualquier resultado electoral, prefirió blindarse con una ley llamada antibloqueo, la cual en realidad, garantiza, hacer los negocios que sean, por encima del parlamento, esto con el fin de sortear los frenos, obstáculos que se puedan presentar. 

En Venezuela el bloqueo se enfrenta y solo se puede vencer, con la movilización de los trabajadores, como lo están haciendo en Chile, Perú, Bolivia, Colombia, contra sus gobiernos hambreadores. 

Por otra parte, hasta en las elecciones en EEUU, fue debatida la intervención contra Venezuela, los gobiernos en el mundo se dividen entre esta disyuntiva (apoyar o no) y los más variados matices entre estos extremos. Todos están por los recursos del país, por el petróleo y los metales, y vienen por más, detrás están las acciones contra los trabajadores, para que les sirvan a sus fines, otra vez como una colonia. 

El gobierno como todo gobierno no quiere abandonar el sitio, y hace lo posible, legal y lo ilegal, constitucional o inconstitucional para mantenerse, reprime selectivamente a los trabajadores, mientras indulta a los golpistas, no quieren movilizar a las masas para la victoria sobre el imperialismo y la contrarrevolución. Temen la movilización revolucionaria antiimperialista de la clase trabajadora, del campesinado pobre y de los pobres urbanos más que al imperialismo, porque esta movilización podría y debería convertirse en una revolución socialista. 

El capitalismo y su Estado burgués nunca fueron abolidos en Venezuela y estos factores abren el camino al imperialismo yanqui y a los bandidos capitalistas venezolanos. 

Venezuela, no el gobierno, está sometida a acciones, intervenciones, operaciones militares, atentados, sanciones económicas, robo de activos por parte de las naciones más poderosas del mundo, pero no es un asunto solo venezolano, el desenlace de su situación afectará, sin ninguna duda, de manera positiva o negativa, a toda América Latina, puede convertirse en una situación revolucionaria, como un hecho objetivo, no por las elecciones, por su resultado o por su postergación, sino por la magnitud de la bancarrota capitalista en Venezuela y sus consecuencias, o puede ser el inicio de una razzia, contra todas las conquistas alcanzadas en muchas décadas, en un siglo, para toda la clase trabajadora y sus familias. Está de nuestra parte, con hechos concretos, con una propuesta de lucha y organizados, favorecer la balanza hacia la humanidad y no hacia la miseria (barbarie). Si nos quedamos esperando al mesías, vendrán por nosotros, el fascismo de seguro y no el mesías. 

La derecha venezolana no ha podido hasta ahora absorber el descontento popular, a pesar de las condiciones tan desastrosas que ha conducido el gobierno al país con su políticas, he allí el impase para los trabajadores y para el país, no podemos mirar para otro lado, la situación de Venezuela es histórica y concreta, para salir de la crisis estructural capitalista solo con un gobierno de los trabajadores, y bajo las consignas necesarias de lucha para salir de la crisis. 

Respecto a la tragedia de la pandemia solo se puede combatir con un servicio de salud nacionalizado, bajo control de los trabajadores de la salud, un protocolo aprobado y supervisado por ellos y las comunidades. No al lucro de las clínicas privadas y el comercio de las medicinas. El presupuesto del país debe estar al servicio de erradicación de la pandemia y no para enriquecer a un sector a costa de ella.

Salario y pensiones iguales a la canasta básica.

Escala Móvil de salarios

Nacionalización de la Banca y del Comercio Exterior, para planificar y cumplir con  los trabajadores, no puede seguir beneficiando al capital. El dinero no es de la banca y se debe importar lo realmente necesario.

No a la privatización de PDVSA y de las empresas estratégicas, esto es vital para el país.

Control Obrero sobre la producción y la administración de toda empresa estratégica, o que pretenda hacer pagar la crisis sobre sus trabajadores.

No al pago de la deuda externa.

Retribución para las empresas extranjeras en el país, del mismo trato que hacen sus gobiernos respectivos contra Venezuela.

Derogación del memorando 2792. Reconocimiento de los sindicatos y de las contrataciones colectivas.

Derogación de la Ley Antibloqueo.

Autonomía sindical libertad sindical, no a la injerencia del Consejo Nacional Electoral CNE ni del Registro de Organizaciones Sindicales RENOS.

Libertad y desprocesamiento de los trabajadores y campesinos presos. No a la criminalización dela protesta laboral y social.

Prisión para los golpistas y agentes del imperialismo.

Ante las sanciones, nacionalización sin pago de los grandes capitales extranjeros

Abajo la diplomacia secreta ningún acuerdo con el imperialismo

 

José Capitán

Eva López

Antuan Hernández

Miembros de la Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua

lunes, 16 de septiembre de 2019

Venezuela una crisis capitalista terminal


Venezuela ante una crisis capitalista terminal, los trabajadores debemos responder

Elementos para el debate
Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua
Septiembre 2019

Con la llegada de Chávez a la presidencia en 1999 se dio inicio a la llamada revolución bolivariana, un gobierno nacionalista en el marco burgués que tenía como objetivo principal construir un sistema capitalista productivo distinto al orden parasitario que tras 20 años de período histórico, y bajo la peor de las crisis que el Estado venezolano haya vivido en más de un siglo, aún persiste.  En su devenir se planteó desde un capitalismo con rostro humano hasta el socialismo del siglo XXI, hoy muy lejos de esa realidad, pues Venezuela transita por una crisis histórica integral.

La bonanza petrolera le permitió a Chávez salvar capitales, tanto nacionales como extranjeros, con el sostenimiento y nacionalización de una cantidad de empresas de producción y servicios, entre ellas la electricidad, petróleo, refinación, petroquímica, gas, minería, siderurgia, aluminio, agua potable, fábricas de cemento, tubería, buena parte de la telefonía, medios de comunicación como prensa, radio, tv, muchas de ellas canceladas con generosas indemnizaciones, otras con deudas pendientes y ahora demandadas por parte del capital extranjero. Hoy se intenta reversarlas hacia la privatización, de forma oculta fundamentalmente, con la participación parcial o total de empresas chinas, rusas, pero también con testaferros de connacionales privados, así como personajes del mismo gobierno. 

Por otra parte, las nacionalizaciones tuvieron como su característica principal, tan solo un cambio de dueño, no generó beneficios para el país y sí una fuente de funcionarios alcahuetes, burócratas, corruptos, fomentadores de viejos y nuevos sectores empresariales, y como marca de fábrica ahora, una casta militar enriquecida y con poder.

Toda la estructura de la economía capitalista de Venezuela se vino abajo, a partir de la crisis mundial iniciada en el 2007-2008. Precisamos, respecto a la economía, esta nada tiene que ver con el término socialista, pues sólo es un andamiaje retórico, declamatorio, grandilocuente y nada más. Luego de 20 años de “revolución bolivariana”, el país transita por las siguientes condiciones:

1) Todos los servicios colapsados. Entre los más graves están: el gas, fundamental para cocinar los alimentos, la recarga de un cilindro pequeño (10 kilos) vale 35.000 bs (87% del salario mínimo); el agua potable es escasa o ausente; la electricidad está racionada o no funciona; el pasaje del transporte colectivo es mucho mayor al ingreso para ir a trabajar; la salud es precaria y las medicinas inaccesibles, bien sea por los costos o porque no existen.

2) Los salarios pulverizados, por lo tanto, sus prestaciones sociales: vacaciones, utilidades y antigüedad. El poder adquisitivo no permite adquirir la canasta alimentaria.

3) Las condiciones de trabajo son precarias, fundamentalmente en el sector público. Los trabajadores no cuentan con seguridad laboral mínima que garantice su salud o su vida, a eso el gobierno le llama popularmente “resistencia”.

Tras la agudización de la crisis económica a partir de 2015 por el desfalco hecho a la nación, producto de las mafias corruptas enquistadas en el Estado, transcurridos 20 años de gobiernos bolivarianos, entre Chávez y Maduro, el aparato productivo venezolano está destruido. El llamado pago de la deuda social, no pasó de enriquecer fabulosamente a unos cuantos personajes, muchos de ellos continúan aprovechándose, otros huyeron y otros regresando rehabilitados por el gobierno.

El gobierno para calmar el descontento, deposita “regalos” en dinero llamados bonos, además vende bolsas de comida de forma aleatoria, es irregular su entrega, sus destinatarios, cantidades, lapsos, tipos de alimentos, sobre todo carbohidratos, muchas veces importados o nacionales fabricados por compañías de los adversarios políticos al gobierno.

Por otra parte, los trabajadores están sometidos a un comercio de rapiña, especulativo, se vive por la subsistencia, ante los disparates del gobierno, lo hoy imposible será inevitable, un desbordamiento social, el imperialismo lo sabe y trata de adelantarse. La situación de Venezuela amerita toda una entente, reuniones del consejo de seguridad de la ONU, de la OEA, del grupo de Lima, con sanciones económicas y movilización de equipos militares y tropas desde los países vecinos. Son demasiados los recursos naturales en condición de despilfarro a los cuales el imperialismo necesita sacar el máximo provecho, en particular el petróleo.

Ahora bien, para entender la crisis venezolana es necesario mencionar lo tardío que fue el desarrollo industrial, la forma como se hizo, y por ello una economía artificial producto de casi 100 años de vivir de la renta del petróleo, con una burguesía parásita improductiva enriquecida por subsidios en dólares suministrados por el Estado, en todos sus gobiernos, donde el período de Chávez llegó al cenit, se demolió la débil estructura industrial al suministrar los dólares ingresados por la venta de petróleo a las empresas privadas de todo tipo que se convirtieron en importadoras favorecidas por CADIVI y luego de CENCOEX (organismos administradores de las divisas). El control de cambio, lejos de salvaguardar las reservas internacionales y planificar con ellas una economía productiva, fue la mejor garantía para su fuga indiscriminada por los dueños del capital.

El ocaso de la economía venezolana es histórico y estructural, entendiendo que su andamiaje de casi un siglo, sostenido por el eje rentista del suministro de energía fósil, se terminó. Hoy exige respuestas históricas y sobre nuevas estructuras económicas para salir de esta catástrofe.

En el caso de un país de desarrollo capitalista atrasado, se impide asumir la soberanía porque choca con los intereses del capital financiero invertido en el país, la cual solo podría concretarla derrotando al imperialismo, tal como lo hicieron en un principio Vietnam y Cuba tras una revolución social, luego toca continuar sin abandonar la lucha revolucionaria, impulsada por un gobierno revolucionario. 

Los trabajadores venezolanos debemos comprender que, en una economía mundial interdependiente, ningún país de la periferia puede desarrollarse contra los acuerdos o limitaciones que imponen los países que dominan al mundo a través del capital financiero, a menos que para su inicio, se rompan las relaciones de producción capitalista locales, de lo contrario, a pesar de las mejores intenciones, como nos está sucediendo en Venezuela, es “socializar” la pobreza, la carestía, la miseria. Nuestra tarea fundamental es representar la auténtica soberanía, y solo a través de un Gobierno de los Trabajadores es como podemos imponer nuestros intereses porque son los mismos de Venezuela, y para la sobrevivencia de tal gobierno la unión de los trabajadores de todo el continente, es fundamental.

Las ilusiones y la izquierda

Una buena parte de las masas se ha ilusionado con la derecha para conseguir un freno a esta situación porque hay ausencia o desconocimiento de propuestas auténticas y revolucionarias por la izquierda, sin embargo, esta derecha tradicional, a pesar de tener todo el apoyo internacional del imperialismo y sus gobiernos latinoamericanos lacayos, no ha podido tener hegemonía efectiva sobre los sectores de los explotados. 

La pseudo izquierda, un sector agrupado en el Gran Polo Patriótico, no se deslastra de la teta del gobierno, se hunde con él.

Otro sector que vivió del gobierno evita hundirse con él. Esta pseudo izquierda para evadir la lucha propone, como alternativa o tercera vía, salidas con llamados a cumplir la constitución, a comparecer de forma cívica y consensuada entre los mismos que han hundido al país antes y durante el chavismo. La crisis es social, económica y política, de dimensiones históricas, y ellos aspiran a una salida electoral, previa una junta electoral aséptica, para ¡Salvar al país! Sí, para salvar a la república burguesa.

Esta pseudo izquierda ¡intelectual y académica!, heredera de las tradiciones de los años sesenta, “resteada en la lucha armada” dirigida por el MIR y el PCV, no es capaz de superar los fantasmas que ya Marx y Engels mataron hace 172 años en el manifiesto comunista, en las críticas hechas a todos los tipos de socialistas reaccionarios, los utópicos, románticos con llamados a la moral,  que claman por un ungido, que recurren a las ideas absolutas de utopía, el sueño, la  apuesta, etc. que ahora más flojos solucionan como fórmula con el  prefijo “re” para todo, como repensar, reconstruir, etc.

Por último y no menos importante están quienes desde la izquierda, en particular algunos que se reclaman del trotskysmo, colocan la salida de Maduro por encima de todo y sin diferenciar el campo nacional del campo imperialista, real y no de papel, con lo cual caen o son funcionales al campo imperialista. Otra cosa es tener en cuenta en todo momento la diferencia de la lucha entre los explotados y los explotadores del campo que sea en la lucha antiimperialista. 

Combatir el Imperialismo

En la Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua, consideramos que el antiimperialismo real y consecuente sólo lo representa la clase trabajadora, sin embargo hoy, el gobierno producto de un profundo intento nacionalista fracasado, apoyado no sin restricciones, por Rusia y China, respaldado por Cuba y otros países, resiste en medio de una crisis atroz a las intenciones de EEUU y de la UE, la reacción en toda la línea. Nos situamos en contra de la agresión imperialista, con nuestros métodos, organización y herramientas en esta lucha[1], lucha que no es nacional, por la cual recurrimos a la solidaridad, apoyo y participación como el conjunto de la clase trabajadora de América Latina en contra de la pretensión de Trump y sus aliados. Con la derrota en esta lucha encarnizada de Trump contra Venezuela, podemos avanzar en las luchas de los trabajadores por la revolución mundial. 

Un diagnóstico de la situación del movimiento obrero

El descontento se fue desarrollando y algunas protestas se realizaron, siendo aprovechadas de forma combinada con el llamado a la desobediencia civil hecha por la derecha venezolana que conspirando con el sector empresarial lograron acorralar al gobierno hasta el punto de tener que sostenerse a través del aparato militar y de mecanismos de coerción a las garantías constitucionales aprobadas por el mismo gobierno. Tras esta ristra de situaciones se genera un fenómeno nunca antes visto dentro de la industria nacional, la del uso de bandas delictivas, autodenominadas “pranes” e incluso funcionarios policiales o militares, ya sea infiltradas dentro de los trabajadores o chocando con las mismas de forma directa por parte de los patronos de las empresas, teniendo como única intención controlar o eliminar cualquier intento por parte de los trabajadores de llevar a cabo reivindicaciones o toma de las empresas. 

Estas bandas organizadas han tenido como táctica cobrar vacunas a los sindicatos a través de los convenios colectivos hasta imponer trabajadores en distintas nóminas, sobre todo en las empresas del Estado, sin que estos contribuyan a la producción como lo hace el resto de los obreros, y sí al carneraje. La policía y los militares protegen este bandolerismo, coaccionando y obligando a renunciar a los trabajadores combativos y colocando tras las rejas a algunos líderes sindicales con la excusa de proteger la propiedad privada. 

Por combatir con la independencia sindical y elementos de control obrero, los trabajadores sufren el garrote de la burocracia sindical de la CBST y del aparato de coacción y represivo del estado.

Las políticas de la derecha han hecho mella en la situación de indefensión que vive el movimiento obrero. Dirigentes sindicales de nuevo cuño, así como viejos carcamanes de la extinta CTV, aprovechan la exposición pública de los medios que le dan cobertura a su accionar, sin embargo sus planteamientos sindicales no van más allá de los temas de la libertad sindical y el derecho a la contratación colectiva en el sector público, sin hacer referencia a un salario mínimo suficiente para cubrir al menos la canasta alimentaria familiar. El objetivo es obvio para la derecha, penetrar al interior de ministerios y empresas del Estado para restarle fuerzas al gobierno con apoyo de los trabajadores, es usarlos de ariete para sus intereses en remover a Maduro del gobierno sin que luego ellos sean convocados al banquete. En el sector privado, a pesar que buena parte de su sindicalismo le ha dado apoyo a la derecha, no les muestran el mínimo interés porque el suyo no es alentar miedos a los patronos.

Por otro lado, la política, que aún le llaman obrerista muchos seguidores del presidente Nicolás Maduro, terminaron condenando a los trabajadores al salario más bajo de toda América, siendo éste de tan sólo 2 dólares mensuales para estas fechas y sin perspectivas que se eleve, al menos no en el sector público que contrata hoy a la mayor cantidad de trabajadores. Debido a la hiperinflación, aupada esta última por el proceso de reconversión monetaria (20 de agosto 2018), el cual logró un verdadero saqueo por parte del Estado a las prestaciones sociales, vacaciones, aguinaldos, bonos de alimentación y como guinda del pastel, días después se emitió por parte del Ministerio del Trabajo (MPPPST) un notorio memorando # 2792 que significa un retroceso histórico de las convenciones colectivas públicas y privadas de todos los trabajadores a nivel nacional, prácticamente su eliminación junto a darle rienda suelta a los despidos por parte de la industria privada.

Perspectivas

Hay que dejar en claro a todo el movimiento laboral y a la juventud que se nos imponen nuevas tareas para enfrentar al capital, el cual no sale de su marasmo. Por el contrario, se hunde más y enfrenta un nuevo ciclo recesivo 2019-2020 en los centros capitalistas más importantes del mundo. En EEUU, en Alemania, el sistema bancario ya afectado por la crisis se hunde en el caos de la deuda pública y privada.

El programa tanto del gobierno como de la oposición, avizora una gran cantidad de planes y medidas contra el trabajo, en todo el espectro de salud, educación, seguridad social y ecológica de desastres. 

Toca ser pioneros del movimiento obrero y la juventud, desde Venezuela y en conjunto de la América Latina, en el sentido de crear núcleos en los movimientos en lucha con una plataforma revolucionaria contra las burocracias sindicales estatales y patronales, tenemos que allanar el camino para que la clase trabajadora se convierta en el poder alternativo e independiente. 

Ante el derrumbe del capitalismo, el Gobierno de los Trabajadores es la alternativa de poder.





[1]Estamos por la nacionalización de la banca y del comercio exterior, control obrero sobre todas las empresas estratégicas, no pago de la deuda externa, salario mínimo vital igual al monto de la canasta básica y escala móvil de salarios, todo esto publicado y precisado en otras declaraciones


jueves, 21 de marzo de 2019

Luego del sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional


Luego del sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional 
Un acto terrorista del imperialismo yanqui, ¿cómo respondemos?



Balance y propuesta desde la Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua

El apagón de casi toda Venezuela, producido por un ataque artero del gobierno de EEUU al sistema central de control de las hidroeléctricas del río Caroní, Guri, Caruachi y Macagua, y al Sistema Interconectado del Servicio Eléctrico Nacional, SEN, es un atentado criminal contra todo el país del cual aún no se cuantifican los daños ni sus consecuencias.

El gobierno admite que el 80% de la generación y distribución eléctrica se sustenta en las hidroeléctricas del Caroní. El ataque cibernético consigue al SEN con un parque termoeléctrico complementario y alternativo inoperante, en estado de parálisis por falta de mantenimiento: reparaciones, repuestos, combustibles, inversiones, personal técnico capaz; y del cual es totalmente responsable el gobierno desde hace tiempo.

El gobierno en su ineptitud no tenía una respuesta para siquiera evitar o disminuir los daños, su móvil o prioridad es mantenerse en el poder a costa de nuestro sacrificio. El castigo a los causantes de tan bestial ataque es lo menos que el gobierno considera, sea bien por su debilidad o por su cobardía, no enfrenta o no quiere molestar más a su enemigo. Planteamos que sus autores intelectuales y materiales deben pagar por lo que hicieron y en ese sentido hay que asumir una campaña para que se concrete.

Es evidente y lamentable que el daño realizado a la población venezolana es irreparable, así como a la economía del país, sobre todo a la industria, lo que implica menos producción y mayor desempleo. La privación de electricidad se juntó a la falta de agua, que ya existía y se agudizó, y a la falta de gas doméstico, en un contexto donde la adquisición de alimentos es cada vez más costosa y difícil. Las pérdidas significan una catástrofe nacional semejante a una tragedia por un fenómeno mayúsculo de la naturaleza.

La corrupción, ya de por sí abrumadora, se acentuó durante la crisis, y luego de superada ésta es aún mayor. Es patético el caso de los llenaderos del gobierno para la adquisición del gas y recargar una bombona. Bajo el mejor estilo gansteril que va desde el máximo jefe hasta el que opera el servicio, el cobro de la coima se incrementa día a día.

No menos importante es ya la práctica usual del robo descarado de cables de electricidad y de telefonía, donde la complicidad por parte de las instituciones respectivas –en el mejor de los casos miran para otro lado–, es la única manera de llevarlos a cabo: conocimiento del sitio, del objetivo, equipos para llevarlo a cabo y luego cobrar para reponerlo en el mismo lugar o en otro. No tiene otro nombre que el de mafias organizadas dentro de Corpoelec y Cantv.

Un gobierno tímido frente al ataque imperialista

Mientras el gobierno emite una orden de desalojo a todo el personal criminal de la embajada de EEUU, en la misma misiva deja abierta la posibilidad de un diálogo a través de los canales adecuados a través de las ONU. La respuesta de los venezolanos, por el contrario, debe ser del mismo calibre con las que estamos siendo atacados: sanciones y confiscaciones, temporales o fijas al interior del país de todas las plantas e industrias de los países que nos confiscan cuentas, activos, recursos, el oro. Si ellos nos dan guerra nuestra respuesta ha de ser la guerra revolucionaria, las reformas fracasaron porque vienen por todo.

Con el cerco económico y la postración de la economía la solución para el gobierno, para sostenerse en el poder a costa del sacrificio y los costos que pagamos los trabajadores y el pueblo venezolano, más allá de conseguir un mejor arreglo o acomodo dentro de las condiciones de explotación, es la de seguir atado a las relaciones económicas capitalistas subordinadas al capital financiero, marco del cual nunca se intentó salir en estos 20 años de período histórico.

La defensa de Venezuela solo se puede apuntalar por parte nuestra con total autonomía, sin darle un voto de confianza al gobierno. Nuestra defensa del gobierno, en esta guerra revolucionaria contra el imperialismo yanqui, no implica algún apoyo a su gestión, de la cual es culpable ante el desastre de su administración. Tampoco es darle mayor poder al gobierno. En todo caso sería al revés, conseguir mayor poder o autonomía por parte nuestra, de los venezolanos y sus trabajadores, para reconstruir el país en su beneficio, no para hacerlo en el marco de la explotación y que se continúe como veníamos.

La debilidad del gobierno, indudable desde todo punto de vista, es respecto a la oposición de la derecha tradicional acicateada por el imperialismo. Para contrarrestarla tendría que afianzarse más en las masas, en particular en los trabajadores, pero a eso le tiene pavor. ¿Por qué? Porque entre ellos se trata de un reacomodo entre los capitalistas del país, los foráneos y los nacionales, los que surgieron protegidos por el ala del chavismo y los que tradicionalmente se aprovecharon de la renta petrolera desde antes de la cuarta república. Para con nosotros, los explotadores de cualquier signo pierden el chivo y el mecate, los medios de producción y sus relaciones sociales basadas en la explotación.

Ahora bien, sin que nos pregunten, o nos lo pidan, nuestro deber es fortalecer el campo nacional respecto a la ofensiva imperialista, y en ese sentido es necesario darle mayor sustento a eso que llaman poder popular, que no es más que tratar de sobrepasar algunas de nuestras penurias e incluir, es decir, continuar o no abandonar, la lucha por satisfacer nuestras más elementales necesidades.

No más sacrificios para los trabajadores

Nuestras propuestas económicas, para recuperar el país a favor de los trabajadores, no se deben abandonar sino fortalecer, de lo contrario, estamos favoreciendo rehabilitar a la economía dentro del marco del rentismo, es decir para que siga el parasitismo y la dependencia del país como productor de materias primas y comprador de todo lo que podamos importar, de acuerdo a nuestro rol en la división del mercado mundial capitalista.

Hay que proponer un plan concreto sobre los servicios mínimos y vitales. Para eso los compañeros, mujeres y hombres que tienen actividad en sus comunas son indispensables, para que lo debatamos y aprobemos en lo más inmediato posible.

Agua: potabilizar el agua, establecer tomas o llenaderos para la población donde no llega por tubería, bajo el control de las propias comunidades. Tener acceso permanente al agua potable debe ser la prioridad para las comunas y no para las embotelladoras y las fábricas que utilizan el líquido para hacer gaseosas, cervezas u otras bebidas no imprescindibles.

Electricidad: priorizar poner al día la operatividad al 100% del parque termoeléctrico en cada región. Hacer de conocimiento público su plan de mantenimiento, suministro de combustible y su interconexión con el Sistema Eléctrico Nacional. El funcionamiento del alumbrado público debe estar bajo control de las comunidades y comunas y no, como ocurre actualmente, de las alcaldías.

Insistimos como lo planteamos en nuestra declaración anterior: la salida política a la crisis tiene que ir acompañada con propuestas económicas para reactivar la producción en todos los sectores estratégicos esenciales y bajo el papel director que jueguen los trabajadores y el pueblo, totalmente en sentido opuesto a las que lleva a cabo el gobierno actual.

La planificación y su orientación para el desarrollo de la economía tiene que ser sustentada en:

1 Nacionalización y unificación de la banca.

2 Nacionalización del comercio exterior.

3 Nacionalización total de las empresas estratégicas sobre todo PDVSA, todas, incluidos los puntos 1 y 2, bajo control de los trabajadores elegidos en asambleas, con entrega de cuentas y revocables en todo momento, este control obrero debe tener acceso a los libros sobre la producción y sobre la administración.

4 El no pago de la deuda externa.

5 Salario mínimo vital de acuerdo a la canasta básica familiar, escala móvil de salarios y la contratación colectiva. 

Toda acción presupuestaria tiene que estar bajo este marco o conjunto de medidas macroeconómicas.

Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua 
20 de marzo de 2019


lunes, 4 de marzo de 2019

La Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua ante el golpe de Trump


La Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua ante el golpe de Trump y su títere Guaidó


Venezuela logró detener la arremetida paramilitar realizada principalmente a través de la frontera con Colombia, así como en la frontera con Brasil, comandada por el Departamento de Estado de los EEUU, sus ayudantes los presidentes lacayos latinoamericanos y su títere Guaidó.

Lo primero a destacar es que el golpe de Estado sigue en proceso, fracasó la provocación del intento del 23F, por ahora, pero sigue en pie como prioridad derrotar al golpe y continuar enfrentando toda posibilidad de invasión militar.

El recule momentáneo del plan dirigido por el grupo de Lima se debió a su falta de apoyo, no se sublevó ningún sector del país como ellos esperaban, hubo concentraciones de oposición a la asquerosa intervención gringa, se dieron movilizaciones y demostraciones de repudio en casi todo el mundo contra la invasión, el otro punto crucial fue la cohesión del ejército venezolano que continuó siendo garante del gobierno de Maduro, calcularon mal.

Es necesario derrotar al golpe de Estado

Sí bien Maduro es el principal responsable político por la situación actual, no se puede permitir que, a través de un golpe de Estado, Venezuela pase a manos del gobierno norteamericano, el más criminal del mundo, en ese sentido la prioridad inexcusable es la defensa del país, tenga el gobierno que sea, ningún gobierno extranjero va a venir a arreglar Venezuela sin anteponer sus intereses, no puede ser de otra manera.

Inclusive, la torta que ha puesto Maduro y su gabinete no nos exime de la defensa del gobierno nacional en contra del golpe de Estado y una intervención extranjera. Hay que definir el enemigo inmediato, esto no indica en ningún momento, abandonar nuestras luchas.

El nefasto papel de la seudo izquierda

Llamar a un golpe de Estado que promueve una invasión militar como injerencismo o intervencionismo es embellecer la situación, esto es criminal. Los oportunistas de todo tipo, acostumbran a no comprometerse o no tomar partido, no precisan las cosas, prefieren confundir, desviar, opacar la tentativa criminal del golpe cocinado por el Departamento de Estado norteamericano, le llaman populares a las movilizaciones dirigidas por fascistas pagos. Una movilización no solo depende de sus integrantes sino de su dirección y su objetivo real.

Acostumbrados a chupar de todas las situaciones, su fin es continuar colándose con quien   consideran el mejor postor, en este caso la derecha proimperialista y retrógrada, compartiendo escenarios, participando de sus movilizaciones o actos, acompañando a la vetusta burocracia sindical o a las nuevas organizaciones políticas de corte fascistoide, compartiendo banderas.  Son unos liquidadores que sabotean la orientación revolucionaria.

Pedir un referendo popular, elecciones libres, con organismos consensuados o acordados entre los golpistas y los que tienen al país arruinado, es una burla para los trabajadores, además es ingenuo pensar que estos dos bandos permitan una elección a gusto de la izquierda. La única posibilidad de una elección libre, es primero que todo, con cárcel para los golpistas.

Esta “izquierda” apoltronada siempre se cobijó bajo la sombra de la inmensa renta petrolera, que cubría o daba para casi todo, recogió de sus migajas, cuando no se pudo arrimar más o aprovechar de su sombra y le toca tomar una decisión concreta en la lucha de clases, mira para otro lado, lo que es funcional al bando golpista burgués.

Hablan en nombre de la democracia. ¿Cuál democracia? ¿La de los adecos y los copeyanos? O peor aún ¿La de sus herederos los grupos fascistas o la del PSUV? ¿O una mezcla de ambas? Esos son los elementos que existen, con sus leyes, constituciones, reglamentos, tribunales, jueces, policía y la GNB.

Es ridículo acudir al pueblo y pedir que ellos decidan, en nombre de una democracia real inexistente, cuando un golpe dirigido por el Departamento de Estado del gobierno Yanqui divide al país, promoviendo una guerra fratricida.

Un caso concreto es la Intersectorial de Trabajadores de Venezuela, una respuesta organizativa nacida recientemente de las luchas legítimas de trabajadores de empresas e instituciones del Estado, sobre todo del sector salud y educación, quienes han revivido gremios tradicionales cuyos dirigentes pertenecen a la vieja burocracia sindical adeca copeyana, parte de la llamada izquierda comparte esta coordinación sin denunciar, ni luchar por desnudar y derrotar esa componenda de esos viejos burócratas ligados con los partidos políticos de la ultraderecha golpista y proimperialista.

Qué tipo de gobierno proponemos

La única posibilidad, para sacar de la situación de ruina total a la economía del país, tiene que ser a través de un gobierno de venezolanos no subordinados a intereses foráneos
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Debemos luchar en la calle contra los problemas reales del país aprovechando las libertades democráticas posibles, y no enredar o tapar dichos problemas. Sabemos que la democracia que existe es de clases, sin embargo, peligra en estos momentos de golpe por una posible guerra intestina con ayuda de la derecha tradicional y una invasión militar.

La salida política a la crisis tiene que ir acompañada con propuestas económicas para reactivar la producción en todos los sectores estratégicos esenciales y opuesta a las que realiza el gobierno actual y a las proyectadas en el “plan país” del autoproclamado gobierno paralelo progringo, ambas van en contra de los trabajadores.

La planificación y su orientación para el desarrollo de la economía tiene que ser sustentada en:

1) Nacionalización y unificación de la banca. 2)Nacionalización del comercio exterior. 3)Nacionalización total de las empresas estratégicas sobre todo PDVSA, todas, incluidos los puntos 1 y 2, bajo control de los trabajadores elegidos en asambleas, con entrega de cuentas y revocables en todo momento, este control obrero debe tener acceso a los libros sobre la producción y sobre la administración. 4)El no pago de la deuda externa. 5)Salario mínimo vital de acuerdo a la canasta básica familiar, escala móvil de salarios y la contratación colectiva. Toda acción presupuestaria tiene que estar bajo este marco o conjunto de medidas macroeconómicas.

Tras 100 años de vivir parasitariamente de la renta petrolera, la crisis capitalista mundial hizo lo propio en Venezuela y fundió la economía, como consecuencia padecemos una quiebra histórica. Ahora bien, para salir de esta situación, estamos obligados a refundar al país, sentar nuevas bases para gobernar, por lo tanto, es imperativo revocar a los constituyentistas y forjar una Nueva Asamblea Constituyente Autónoma, Soberana y Plenipotenciaria, en lo absoluto parecida a las anteriores, por encima de todos los poderes, en particular el ejecutivo. 

Los delegados electos deben ocuparse a tiempo completo a esta asamblea, deben tener un salario igual al promedio de un trabajador calificado, así se garantiza que no es un privilegiado por el cargo. Todo aumento de salario debe ser para todos los trabajadores

No a la conciliación de clases

El gobierno por ahora llama a dialogar hasta con los golpistas, pretende mediante la conciliación o ahora llamado diálogo, entre mercaderes, negociar los recursos del país, y el principal son sus trabajadores, convertir a toda Venezuela en un “commoditie”. Eso es lo que buscan y eso es lo que tenemos que combatir.

Con elecciones, con asamblea nacional, con constitución o sin ellas, la única forma de romper los lazos con el imperialismo y su dominación es a través de la implementación de las propuestas mencionadas anteriormente. Esa es la base para producir buscando el desarrollo armónico e integral del país para satisfacer las necesidades de los trabajadores de la ciudad, del campo y de las comunas.

El eje central de la Plataforma Revolucionaria de Lucha Aragua, como izquierda auténtica, tiene como objetivo concreto el Socialismo, a pesar de la apropiación fraudulenta de ese término por parte del gobierno. Para lograr una vía hacia la liberación de la economía, superar los obstáculos y el despegue real del país, la única forma de ser soberanos, es haciéndonos dueños de los medios de producción y estableciendo un gobierno de los trabajadores.