Una
semana plena de realismo mágico
Maduro
y el billete de 100 Bs. Parte 2
Los saqueos desde el viernes 16 afectaron el 90% de los comercios de Ciudad Bolívar |
Se
sigue pretendiendo que el dinero nuevo circule solamente en la medida que todos
los posibles billetes de 100 Bs ingresen antes a una cuenta bancaria de la que
sólo podrán retirar lo máximo acordado
entre los bancos y el ejecutivo nacional. En contrapartida el ejecutivo
nacional dispondrá de una fuente clara sobre la cual pedir prestado en
colocaciones de bonos de la república o letras del tesoro en bolívares para
cubrir necesidades extraordinarias en el sostenimiento del Estado si como se
prevé para 2017 todo el flujo de divisas provenientes de la factura petrolera
se destine para el pago de deuda externa en abril, en peores condiciones de las
que se pagaron por menos de la mitad de ellas durante octubre y noviembre del
2016.
Se acabaron
las 72 horas y nos metieron en un corralito financiero nuestros salarios
La
medida difundida por Maduro el domingo 11/12/2016 de eliminar el billete de 100
Bs se concretó el jueves 15 de diciembre sin disponer de dinero en efectivo de
reemplazo. Empleados y obreros todos, solo nominalmente cobraron ese día jueves
ya que no hubo billetes ni monedas en circulación. La posibilidad de hacer uso
electrónico del salario resultó a medias, pues el viernes 16, como ya había
pasado el 2 de diciembre, los puntos de venta de la red funcionaron de manera
intermitente. Toda la banca entonces terminó siendo un sistema confiscador de
los salarios de los trabajadores.
¿Qué se
encuentra detrás de la medida tomada por Maduro?
La
costumbre generalizada entre la población venezolana es la de adquirir sus
alimentos y bienes en efectivo, 40% de ella no tiene ni una simple cuenta de
ahorros. ¿Para qué tenerla en una economía que no garantiza los precios de los
bienes y alimentos, sean estos regulados o no? Aun más, la aceleración que tuvo
el alza indiscriminada de los precios obligó a los cuentahabientes a retirar lo
limitado del retiro diario. El acaparamiento del efectivo se convirtió así en
una garantía de sobrevivir a la crisis de la economía nacional, inclusive los
comerciantes preferían quedarse con el efectivo para pagar rápido a sus
proveedores y estos a los mayoristas. La banca no garantizaba en absoluto esto
al limitar el retiro de efectivo de las cuentas.
Mientras
se ejecutaba por los ahorristas una corrida generalizada de todos los bancos
del país, públicos o privados, la banca respondía con un corralito financiero a
las cuentas con disponibilidad monetaria. El primer objetivo de la medida de
Maduro estuvo entonces en correr en auxilio de la banca pública y privada, pero
a la par buscando un beneficio ulterior en este esquema de economía en
bancarrota. El auxilio a la banca devino en autorizarles a restringir fuertes
montos de dinero en efectivo a los ahorristas dándole así vida a un corralito
financiero temporal.
Evidentemente
el corralito financiero venezolano está muy lejos de adquirir la magnitud del
que vivió Argentina, sin embargo sus motivaciones tienden a tener semejanza en
Venezuela. En ambos casos significó un problema de convertibilidad del dólar,
en el caso argentino porque era inviable el 1 a 1 y en el nuestro porque
resultaba inviable un paralelo hiper-inflacionado y totalmente fuera de
control.
Otra
semejanza está en los niveles de zozobra que genera en la población. En
Argentina en 2001 condujo al argentinazo y la crisis política con la huida del
presidente De La Rúa. En Venezuela se demostraba con las largas colas de
ahorristas a regañadientes frente a los bancos en las 72 horas acordadas, y a
partir del viernes multitudes frente a las sedes del BCV de Maracaibo y Puerto
Ordaz. La perspectiva de disponer de efectivo sin valor, por lo complicado en
llevarlo a depositar en Caracas, generó toda una ola de saqueos y
manifestaciones desde el viernes 16 de diciembre, las más graves en el estado
Bolívar afectando el 90% de los comercios de Ciudad Bolívar, su capital.
Salvado
el escollo de la corrida bancaria generalizada, correspondería para el gobierno
bolivariano estabilizar las cuentas de sus afiliados y cuantificar la
disponibilidad efectiva que podría tener la banca para prestarle al ejecutivo
nacional en bonos o letras del tesoro en momentos de necesidad financiera.
Durante el lapso de 72 horas el BCV informó del retorno de casi 5.000 millones
de bolívares a la banca [Nota aclaratoria de Opción Obrera, ver al final del documento], importante monto aunque muy lejos de los 300.000
millones de bolívares que estimaba serían captados.
Mientras
40% de los venezolanos activos manejen efectivo a montón y no dispongan de una
cuenta bancaria que lo movilice, la banca nacional no podría prestar todo lo
que la masa monetaria según el BCV indique. Captar en depósitos bancarios todo
ese dinero en manos de los venezolanos fue en esencia la medida de desvalorizar
comercialmente el billete de 100 Bs en un plazo de 72 horas, y luego en 5 días
continuos dar garantía de igual modo a través del BCV a quien no pudo hacerlo
directamente en su banco.
Cuando
Maduro habla de billetes de 100 Bs en poder de mafias en realidad está hablando
de que quien lo tenga lo declare de tal y se sujete a condiciones de ley que
permita hacerle seguimiento y control. El funcionamiento bancario así esperado
se limitaría, de aquí en adelante, a depósitos en monto relativamente bajos de
efectivo a una cuenta, y si el mismo representase uno mayor hacerlo pasar por
el impuesto de ley que correspondería por fortunas no declaradas.
Tales
criterios esbozados en el párrafo anterior fueron los mismos con que Narendra
Moodi, como primer ministro de la India, se basó para desmonetizar los billetes
de 500 y 1.000 rupias. India sin embargo no es Venezuela, el 99% de las
transacciones comerciales y financieras se hacía con efectivo, o sea, “cash”, y
el procedimiento de desmonetización comenzó el 8 de noviembre para culminar el
31 de diciembre. Lo importante para que los hindúes puedan disponer el canje de
su efectivo por otro con nuevos billetes es que antes deben retratarse ante su
SUDEBAN (y ser convencidos de abrir una cuenta bancaria) y si el monto excede
lo gravable como renta pagar ante su SENIAT por el exceso correspondiente.
India en estas fechas aun no está segura de llegar al 1° de enero de 2017 en
tranquilidad.
Maduro aprende
rápido de la guerra global contra el dinero en efectivo
India
en cualquier caso no es el primero de los países que plantea reducir al máximo
el efectivo en manos de sus ciudadanos. La UE anda en búsqueda del acuerdo
global de sus países de eliminar el billete de 500 euros, como del mismo modo
Australia con su billete de 100 dólares australianos. La UE, además, ha puesto
restricciones para la compra de bienes con efectivo hasta por 1.000 euros en
Francia e Italia. En el Reino Unido compras en efectivo por 15.000 libras deben
ser declaradas ante su SENIAT, y en USA las de 10.000 dólares al suyo. Esos,
sin embargo, son problemas menores. La guerra al dinero en efectivo, que viene
tomando cada vez más espacio en los bancos centrales más importantes del
planeta, está estimulada por la necesidad de proteger los bancos cada vez más
grandes de aquellos "demasiado grandes para ir a la quiebra",
donde estos últimos tampoco están exentos de ser rescatados, y por la capacidad
de los gobiernos para controlar e incluso utilizar legalmente la riqueza
privada de los ciudadanos (caso extremo de la banca de Chipre en 2015 donde los
ahorristas tuvieron que poner de sus ahorros para rescatarlos).
El
acaparamiento de dinero en efectivo pretende liberarse de cualquier apetito
gubernamental. Al depositarlo en la banca no hay tal garantía y se somete al
riesgo de confiscación. El advenimiento de tasas de interés cero o negativas
(no es el caso de Venezuela aun) ha reducido el interés por el ahorro bancario,
y más bien, ha generado en su lugar un impuesto a los mismos. En un entorno de
tasas bajas o negativas, o de alta inflación, los que tienen dinero en efectivo
tienen poco o ningún incentivo financiero para guardarlo en los bancos. El
acaparamiento del efectivo es entonces la alternativa lógica. En términos
económicos, el efectivo acumulado se convierte en dinero muerto. Fuera del
sistema no aporta nada a la actividad económica. Específicamente, desinfla la
velocidad de la circulación monetaria, un elemento vital del crecimiento
económico. Si combinamos el retiro masivo de efectivo de las cuentas bancarias
y el incremento en la tasa de morosidad de los créditos bancarios (en especial
de las tarjetas de crédito), la perspectiva resulta en un sistema bancario
técnicamente insolvente, y lo conducirá a una escasez de capital potencialmente
fatal. Esta perspectiva generalizada para la banca financiera mundial la está
también para Venezuela.
¡Y llegó el
Comandante y mandó a parar!
La
inestabilidad y los inicios de una explosión social obligaron a Maduro a
recular y suspender la desmonetización del billete de 100 Bs hasta el 2 de
enero de 2017, conjuntamente con mantener las fronteras con Brasil y Colombia
cerradas hasta esa fecha.
La
frase “calladito, más bonito”, le
hubiera caído como anillo al dedo si toda las implicancias de su decreto del
domingo 11 las hubiera asumido cuando hubiesen en realidad llegado los billetes
del nuevo cono monetario el 15 o después. . Con todo, ninguno de nuestros
análisis antes expuestos pierden validez por suspender temporalmente Maduro
hasta el 2 de enero lo que sigue estando en puertas para el 2017.
A
menos que corra a raudales el dinero en efectivo en billetes de 100 Bs luego de
este domingo 18 de diciembre, es muy probable que continúe el clima de
inestabilidad y explosión social en las calles. El recule de Maduro ha
significado adicionalmente un problema de crisis política para el gobierno. El
sector militar en las gobernaciones lo han presionado en echar para atrás
temporalmente con la medida sin que ello implique que se haya conjurado el
espectro de una explosión social.
De
algo estamos seguro, con la épica de esta semana plena de realismo mágico para
seguir salvando el capital en crisis, Maduro y el gobierno bolivariano han
pasado a la historia como el payaso y el circo político más grande del siglo
XXI en Venezuela.
Roberto
Yépez
19/12/2016
Nota Aclaratoria de Opción Obrera
Realmente lo que informó Maduro (Correo del Orinoco, 19/12/2016), no el BCV, fue de casi 5.000 millones de piezas de billetes de 100 recogidos entre el martes 13 y el sábado 17 de diciembre, ante el recule de la medida. O sea, casi 500.000 millones de bolívares se habrían captado en ese período, una cifra por demás interesante pues el monto total en billetes de 100 reportado por el BCV a finales de noviembre fue de 611.171 millones de bolívares, y uno de los temas de mafias con los cuales Maduro usó para desmonetizarlo fue que estaban en Colombia un monto cercano a los 300.000 millones de bolívares. Una de dos, o realmente el monto fuera de Venezuela jamás fue mayor de un 5% o el BCV declara menos billetes de 100 de los que realmente tenían en sus manos los venezolanos desesperados desde Santa Elena de Uairén hasta Caracas y desde Güiria hasta Castilletes que se encontraban en la imposibilidad de depositarlos o canjearlos por otros de menor denominación.
Nota Aclaratoria de Opción Obrera
Realmente lo que informó Maduro (Correo del Orinoco, 19/12/2016), no el BCV, fue de casi 5.000 millones de piezas de billetes de 100 recogidos entre el martes 13 y el sábado 17 de diciembre, ante el recule de la medida. O sea, casi 500.000 millones de bolívares se habrían captado en ese período, una cifra por demás interesante pues el monto total en billetes de 100 reportado por el BCV a finales de noviembre fue de 611.171 millones de bolívares, y uno de los temas de mafias con los cuales Maduro usó para desmonetizarlo fue que estaban en Colombia un monto cercano a los 300.000 millones de bolívares. Una de dos, o realmente el monto fuera de Venezuela jamás fue mayor de un 5% o el BCV declara menos billetes de 100 de los que realmente tenían en sus manos los venezolanos desesperados desde Santa Elena de Uairén hasta Caracas y desde Güiria hasta Castilletes que se encontraban en la imposibilidad de depositarlos o canjearlos por otros de menor denominación.
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