Prensa Opción Obrera 26 Agosto - Septiembre
¡Un
Presidente Obrero, que Gobierna para la Burguesía!
No se puede negar que el presidente Nicolás Maduro
viene de las filas del sector obrero, que ha participado en las luchas del
movimiento popular. La discusión que se debe plantear en estos momentos es si
su programa de gobierno y sus acciones se enmarcan dentro de la defensa de los
intereses de la clase de donde proviene y de las grandes mayorías. Pongamos
algunos ejemplos y comparémoslos con la situación venezolana.
Luis Ignacio Lula Da Silva, dirigente sindical de
uno de los sindicatos más fuerte en Brasil (sindicato de los trabajadores
metalúrgicos), luego que el pueblo y los trabajadores lo llevaron al poder, su
gobierno lo dedicó única y exclusivamente a recomponer y fortalecer al quebrado
sistema capitalista burgués, que hundió en la pobreza y la miseria a más de 42 millones
de brasileros y brasileras que cifraron su fe en Lula por éste venir del sector
de los explotados y empobrecidos de ese país. Es decir que Lula, a pesar de
venir del sector explotado y oprimido, a pesar de venir de un partido que se
hace llamar de los trabajadores, terminó gobernando para los ricos.
Una gran cantidad de latinos, afro descendientes y
ciudadanos norteamericanos, llevaron a Barak Obama en primera instancia porque
creyeron que por ser un afro descendiente, gobernaría y le solucionaría sus
principales problemas; es decir que votaron por Obama por su color, pero no
tomaron en cuenta que representa (igual que cualquier blanquito de ojos verdes
o azules) los intereses de la ultraderecha fascista, imperialista e
intervencionista de los Estados Unidos.
Tomamos como punto de referencia estos dos
ejemplos, con el objetivo de demostrar que no importa la raza, ni el sector
social de donde venga un presidente o presidenta de un país, sino los intereses
que estos representen, en el caso de Lula y Obama, ambos representan los
intereses económicos de los oligarquías de sus países. Estos comentarios
obedecen a que Nicolás Maduro dice ser un presidente obrero; como encargado del
gobierno por la enfermedad de Chavez la primera medida que tomó fue devaluar el
bolívar, como presidente electo se niega a discutir las contrataciones
colectivas de todos los trabajadores de la administración pública, mientras los
patronos y comerciantes hacen de las suyas violentándole los derechos a sus
trabajadores. Las inspectorías y los tribunales del trabajo, se hunden en la
inoperancia atiborrados de cientos de demandas de los trabajadores, sin tener
repuestas de las mismas. La situación económica y el proceso de retroceso en el
que se enmarca el país, es la mejor demostración de que NO nos gobierna un
obrero, y que el sistema social sigue siendo capitalista. La actuación del
gobierno, acompañada de la corrupción campante, nos pone en peligro de que se
monte en el poder la derecha fascista, venga de donde venga, para terminar de
concluir la farsa.
Para contrarrestar estas posibilidades, lograr
avanzar y construir el verdadero poder obrero, hay que evitar que la derecha de
Capriles y su mesa de la unidad o la derecha en el gobierno, más tarde se den
la mano y descarguen su poder en contra de los pocos derechos que todavía
mantenemos.
Ante un gobierno antiobrero, que le está poniendo
en bandeja de plata el gobierno a la ultraderecha y a los militares, hacemos un
llamado a la organización y la movilización de los sectores populares y los
trabajadores por un salario mínimo equivalente a la canasta básica familiar, y
contra la desmejora o falta de servicios, contra la corrupción, la inflación,
la escasez y inseguridad; somos el pueblo y los trabajadores los que tenemos la
tarea y la obligación de no permitir que la ultraderecha de Capriles, ni la
derecha populista desde el gobierno de Maduro, nos hundan en la miseria, el
hambre y el desempleo.
Héctor Parra
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