Prensa Opción Obrera 26 Agosto - Septiembre 2013
Con quién es
la salida
¿Con la
derecha populista en el gobierno o con la
derecha de la oposición?
Con ninguna de
las dos
La solución está por fuera de esta
polarización. La izquierda prefiere escoger al chavismo antes que a la derecha
liberal por el temor a un gobierno represivo como lo fueron los adecos y los
copeyanos. A la larga sucederá lo que no desean al impedir una organización alternativa
a estas dos opciones. En realidad una gobierna mientras la otra interviene como
oposición, y luego, cuando se agotan las expectativas del pueblo, se cambiarán los
papeles, el gobierno pasará a la oposición y ésta a gobernar, sin que resulte
una salida en beneficio de los trabajadores definitivamente.
En el siglo pasado, indistintamente
del color del partido político, se gobernó como democracia sea representativa
o cualquier otro adjetivo, en fin, fue
una democracia para los patronos. Cuando la crisis llegó en el 89 se dio el
caracazo, luego, sin solución, pasó el 92 con golpes militares y condujo al 98,
el triunfo electoral de Chávez. En su inicio, ante circunstancias especiales,
se respondió con una Asamblea Constituyente, luego, con los golpes de la
derecha del 2002 derrotados, se consolidó la forma de gobernar como “Bonaparte”
por encima de las instituciones arbitrando entre las clases. Ahora bien, como
todo tiene un límite en el marco de la democracia de los patronos, una crisis
política de cualquier representación como producto de otra más fuerte en lo económico
a lo que conduce para salir del atolladero es a un gobierno de tipo fascista si
se quiere seguir la explotación del trabajo como “modelo” económico que
nosotros llamamos la sociedad venezolana capitalista, ésta es una posible tercera
vía.
Para que se pueda tomar esta vía, lo más
importante es tener la herramienta adecuada, el ejército, o por lo menos, un
sector preponderante dentro de él. Es
decir, a grandes males grandes remedios, todo eso siempre que no haya
alternativa por parte de los trabajadores que lo enfrente y para eso se
requiere el papel de la izquierda revolucionaria. Si no existe nada parecido,
es indefectible que aquellos lo hagan de la forma más expedita posible, para
continuar su dominación.
En conclusión, la izquierda que se
asusta ante el peligro de la derecha y se refugia bajo el imperio del
reformismo, impide una salida revolucionaria consciente, donde el partido
revolucionario es la herramienta indispensable. Esa izquierda, por timorata, chantajea
al decir que la crítica a la derecha populista, que es gobierno, le permite a
la derecha gorila llegar a éste cuando son precisamente ellos quienes se
prestan a afianzar esas condiciones.
Algo relevante, en nuestro caso en
Venezuela, es que el ejército está al “servicio” del gobierno, o como suelen decir,
del lado de la “revolución bolivariana”. Saquemos entonces las conclusiones de
dónde puede venir un golpe si se presenta su necesidad para los explotadores;
esto no quita que la derecha de la oposición no sea cómplice de esa conspiración
pero sola no tiene con qué, mientras, dentro del gobierno que se vende como
revolucionario, está la institución idónea para ejecutar tal golpe. Por
supuesto, eso no salva que se lleven por delante a la mitad o más de ese mismo
gobierno.
José
Capitán
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