En Honduras, una nueva postración bolivariana ante el imperio yanqui
En una entrevista que le hace el Partido Obrero de Argentina (Prensa Obrera No. 1178, 26/05/2011) a Guillermo Amador Padilla, exiliado hondureño y uno de los fundadores del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), éste responde lo siguiente:
“Zelaya tendrá que regresar porque los golpistas se la están jugando (...) tendrá que ingresar a Honduras en esa organización [la OEA] porque los Estados Unidos ya no pueden sostener económicamente a Honduras, a los golpistas; por eso es que han buscado a una de sus mejores piezas, como lo es Santos, para forzar una mediación que lleve la pelota a su cancha (...) Zelaya se la está jugando al volver, pero ese es el precio para que Honduras regrese a la OEA y se blanquee el golpe (...) Y los golpistas se podrán hacer de mucho dinero (créditos internacionales). Es inadmisible el ingreso en la OEA: se están violando los derechos humanos, están asesinando campesinos, luchadores, obreros y estudiantes. Hay una persecución sistemática. El FNRP ha caído, a mi parecer, en una dinámica de juego impuesta por los Estados Unidos y esto es grave, porque las bases están pidiendo que haya un proyecto de refundación del Estado, con una Asamblea Nacional Constituyente. Los golpistas quieren llevarnos a elecciones, pero ¿bajo qué democracia? Hay que tener mucho cuidado (...) Dentro del FNRP hay una lucha interna. Por un lado, están los que quieren hacer el juego electoral y, por el otro, hay sectores como los campesinos organizados y los indígenas, que tienen la postura de que debemos convocar a una Constituyente refundacional para poder tomar el poder, con las bases, por un cambio total con las reglas en manos del pueblo, no de la oligarquía. ¿Por qué estamos pidiendo a un gobierno ilegal que nos reconozca? Eso es algo absurdo. El FNRP tiene que buscar el poder, pero no bajo los reglamentos y las leyes que ahorita se encuentran. No podemos ir a elecciones que no son normales en Honduras.”.
Padilla ha plasmado con crudeza el marco político e institucional del Plan Chavez-Santos para salvar a la burguesía hondureña de su crisis producto de la bancarrota mundial del capital. Que sea con el aval de Chávez y el ALBA haciéndolo ver como si el imperialismo yanqui no tuvo nada que ver, lo que demuestra es su miseria.
También Padilla devela el trasfondo del acuerdo: la misión de Zelaya es reconocer la recién nacida legalidad del gobierno producto de un golpe, contener a las masas y desviarla en su empeño de imponer una Asamblea Constituyente democrática, libre y soberana. Chávez a través de Petrocaribe asume lo que el imperialismo no está ya en condiciones de sostener, en particular petróleo con descuentos y con facilidades de pago.
El “Acuerdo”
Con la presencia del canciller venezolano N. Maduro se llevó a cabo el Pacto de Cartagena, con el sugestivo titulo de "Acuerdo para la Reconciliación Nacional y la Consolidación del Sistema Democrático en la República de Honduras", informado por Santos el mismo domingo que se firmo a través de TeleSur. El contenido del “acuerdo” será refrendado por la OEA el próximo 6 de junio, gracias a Lobo, Zelaya, Santos y Chavez con la venia del imperialismo, del otro lado, el pueblo sigue su lucha con sus detenidos, torturados y cargando sus caídos. Los puntos fundamentales en un prinicipio para las negociaciones eran:
- Por al libertad para todos los presos políticos encerrados en las cárceles hondureñas.
- El retorno sin condicionamientos a Honduras de todos los exilados, que para el FNRP se sitúan en más de 250.
- El juicio y castigo a los militares incursos en el golpe de Estado.
- El cese a la represión.
- Reconocimiento al FNRP como partido.
- Asamblea Constituyente.
La bancarrota del capital mundial, el desgaste del nacionalismo y el aferrarse al poder político.
En Honduras el imperialismo no tiene con qué soportar ni a los golpistas ni a su aborto democrático el gobierno de Lobo. Con el retorno de Petrocaribe el mandado está hecho. Este ejercicio del poder supremo del Bonaparte Chávez, junto a la entrega del director de Anncol, Joaquín Pérez Becerra, a las autoridades colombianas expresa la vía para continuar en el poder.
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El nacionalismo en el marco burgués es progresivo cuando las condiciones económicas son boyantes, se vuelve un estorbo para los bonapartes cuando las condiciones merman y su papel cueste lo que cueste es mantenerse en el poder, no importa si recurriendo a alianzas y pactos con el imperialismo. Ahora bien, la crisis del capitalismo allá en el norte lo obliga a actuar respecto a las imposiciones del imperio yanqui sobre PDVSA, pero no basta para responderle con la convocatoria de empleados y obreros de las refinerías para montar una exhibición de protesta. Tampoco basta para sobrellevar la crisis del capital en Venezuela sacarle la pata del barro al imperio en Honduras o en Colombia.
La única salida posible
La experiencia de la revolución cubana es una enseñaza imprescindible como revolución que derrotó al imperialismo en su tierra y lo sacó del país, fuera del tiempo y de la localidad, esto es imprescindible también en Venezuela. Esa salida pasa por romper el pacto suscrito con Santos y expropiar sin pago el capital, tanto yanqui como de otro país o nacional que sabotee la economía del país, en beneficio del pueblo.
Roberto Yépez
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