Una nueva movilización obrera en Caracas, sus resultados: más de lo mismo, ¡NADA!
El pasado 26 de julio se dio en Caracas una multitudinaria marcha hacia la Asamblea Nacional para exigirle que discuta y apruebe la nueva Ley Orgánica del Trabajo y la Ley de Consejos de Trabajadores con el respaldo de 45.000 firmas por parte del Encuentro Nacional de Control Obrero y Consejos Socialistas de Trabajadores y la central sindical UNETE. Esta vez no les esperaba a los trabajadores un cordón de policías y guardias nacionales a lo “robocop” como en la convocada por UNETE el pasado 31 de marzo, por el contrario, eran esperados por Fernando Soto Rojas en su despacho. Allí, su respuesta fue:
- Enviar en forma inmediata las firmas al Consejo Nacional Electoral para su verificación y validación.
- Enviar a la Comisión Permanente de Desarrollo Social Integral de la AN, presidida por el diputado Oswaldo Vera, la solicitud de activación de la discusión de la Ley Orgánica del Trabajo y la Ley Especial de los Consejos Socialistas de Trabajadores.
- Sacar el cronograma para la discusión pública de las leyes, antes del receso parlamentario que se inició el pasado 15 de agosto.
Para cualquier avezado, más que ¡NADA! es peor, porque lo decidido por Soto Rojas termina mostrando sus habituales saludos a la bandera. ¿En dónde reside lógica alguna que el CNE de manera expedita validará las 45.000 firmas para que se active alguna discusión en la AN? ¿Cuál puede ser el interés de Oswaldo Vera, conocido burócrata del FBT y enemigo de UNETE y del control obrero, en defender tales iniciativas? ¿Qué interés puede tener la AN para discutir las propuestas sino respetan ni a sus trabajadores y menos en vacaciones?
Los trabajadores no requieren leyes que les regulen la explotación, como vendría a ser el caso de la nueva LOT. Tampoco que les regimienten su iniciativa autónoma e independiente frente a los patronos como sería el caso con la de los Consejos de Trabajadores. La ficción supera así a la realidad con las ilusiones puestas en el “democrático” parlamento del Estado de los capitalistas.
Lo que sí requieren los trabajadores es luchar por un salario igual a la canasta básica, contra la tercerización, porque los contratos colectivos se discutan, aprueben y respeten, en que el Ministerio del Trabajo y sus inspectorías no sean la palanca del patrono para cercenar los derechos de los trabajadores como estamos acostumbrados a ver.
El “movilismo” en las calles que conduce a ¡NADA! resulta por tanto en desmovilización por nuestros derechos y reclamos y en el afianzamiento de ilusiones reformistas en el marco capitalista.
PARA QUE NUESTRAS LEYES SE APRUEBEN, PRIMERO DEBEMOS SER GOBIERNO LOS TRABAJADORES.
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