La producción temprana de la faja

Prensa Opción Obrera 21 Junio - Julio - Agosto 2011

La producción temprana de la faja

“Mientras hay regiones del mundo que tienen tanta inestabilidad económica, nuestro país sigue atrayendo la inversión de países amigos y empresas muy importantes que nos están acompañando en nuestro plan de desarrollo”, expresó el ministro para la Energía y Petróleo y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez.

Chevron y la española Repsol tienen dos empresas mixtas con PDVSA para la explotación de hasta 800.000 barriles diarios de crudo en los bloques Carabobo I y Carabobo III de la Faja del Orinoco con una inversión de unos 40.000 millones de dólares en próximas décadas.

La Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) controlaría el 55 % accionario en ambas empresas mixtas, mientras que Chevron contaría con un 34 % y Repsol con un 11 %.

Los bloques Carabobo I y Carabobo III conforman un área de unos 55.000 kilómetros cuadrados y tiene reservas calculadas en al menos 234.000 millones de barriles de crudos pesados y extrapesados, las mayores del planeta.

Moshiri, presidente de la zona de Chevron comentó: "PDVSA es muy fuerte y tiene suficiente financiamiento y hay buenas relaciones entre PDVSA y Chevron. Y ahora es el momento de tomar la decisión de cómo vamos a hacerlo. Es lo único que falta".

Esa es la realidad sobre nuestra independencia, los monopolios  petroleros aun tienen el control y detentan el poder de decisión en la industria de los hidrocarburos en el mundo, en Venezuela también, sobre la producción petrolera,  cuánto producir, a qué precio e inclusive para qué mercado. La Faja la están rifando o subastando con las empresas mixtas, como siempre entre ellos también existen sus pugnas y en ese sentido como ejemplo se cuela China que no juega para Venezuela. Ellos ponen el capital y lógicamente eso les dará el derecho a decidir el alcance de las operaciones y controlar su ejecución. Aquí el chavismo se volvió infantil y cree decidir con autonomía pero con la venia del capital chino. Los planes y programas de trabajo de PDVSA cumplen un trámite formal, por no decir burocrático para aparentar un control estatal que no existe y autorice siempre y cuando el pago esté bien claro contante o peor, a futuro; no hay la suficiente preeminencia estatal en la industria ni la decisión política necesaria capaz de llevar una política autónoma petrolera. Esto dentro del capitalismo es imposible, mucho menos a costa de los trabajadores petroleros.

Por otro lado falta, no basta con la avidez de extraer y vender petróleo, está por verse la infraestructura de servicios que estos proyectos demandarán, vale decir, electricidad, agua potable, disposición de aguas servidas, vías de comunicación, viviendas, escuelas, hospitales, hoteles, etc. Luego la logística asociada para exportar el crudo; el puerto, los patios de tanques; los oleoductos; además de las previsiones para atenuar el impacto ambiental de estos emprendimientos de explotación; cómo se manejará el coque, el azufre y otros materiales derivados.

Viven en un mundo de mentiras porque son impostores, no tienen el menor interés político de desarrollar la industria petrolera en beneficio del país.