Respecto a los
sucesos del 12 de febrero
“La derecha se
monta sobre el fracaso económico chavista” … mientras la izquierda se queda
impávida
La porción entre comillas de nuestro
título corresponde a una declaración que diera Orlando Chirino, dirigente del
PSL, y que recoge el periodista argentino Diego Rojas[1]
el jueves 13 de febrero de los corrientes en una entrevista que le realizara.
El agregado posterior es evidentemente nuestro porque Orlando Chirino en esa
entrevista no explica el por qué la izquierda no ha capitalizado con la
movilización autónoma y bajo las banderas de clase el resquemor que deja en el
pueblo el fracaso económico chavista. Siendo una verdad absoluta lo del fracaso
económico del gobierno de Maduro, lo que se expresa en la pérdida del poder
adquisitivo de la clase trabajadora y la inminencia de un ajuste descomunal que
ya se vive con la escasez y el desabastecimiento de los artículos de primera
necesidad, la inflación sin control y más medidas que puedan volver a
contemplar otra devaluación y tarifazos como con la electricidad y otros
servicios públicos o con la gasolina, la izquierda mayoritaria, reformista y
conciliadora ha preferido seguir defendiendo lo que considera un gobierno
“progresista”, mientras un sector de ella minoritario no consigue el cómo hacer
trascender sus planteamientos para dar el cambio efectivo de conjunto.
El
12 de febrero se convocó a la juventud
Los jóvenes del país convocaron a una
jornada de movilizaciones respecto a una nueva fecha en su día. Mientras los
sectores chavistas se dejaban movilizar por la institucionalidad del
aniversario desde el gobierno con exaltaciones al patriotismo por el bicentenario
de la batalla de La Victoria, los de la oposición se concentraban y marchaban
para denunciar la evidente situación de deterioro económico y social a casi un
año de gobierno de Nicolás Maduro. Que los sectores políticos dirigentes de la
derecha en la MUD con sus dos tendencias (la de Capriles, conciliadora con el
gobierno, y la de Leopoldo López, María Corina Machado o Antonio Ledezma, de
abierto rechazo), les ofrecieran la logística de los actos, marchas y
concentraciones en distintas ciudades de importancia en el país, indica en
mucho que ni la derecha estaba muerta luego de los resultados electorales de
diciembre pasado ni que la polarización política entre sectores que defienden
el Estado capitalista y burgués sea un tema acabado.
Quizás haya sido una sorpresa, tanto
para el gobierno como para la misma derecha, que la capacidad de convocatoria
en Plaza Venezuela en Caracas tuviera mayor acogida de la esperada y que,
adicionalmente, no sólo asistieran a ella sólo jóvenes y estudiantes. Lo que sí
resulta una sorpresa es que el gobierno les haya dejado la “cancha libre” hasta
la sede de la Fiscalía, dejándola totalmente desprotegida, y colocase en La
Hoyada a dos cuadras a la PNB para evitar cualquier posible transcurrir
posterior, más aún a sabiendas que los sectores golpistas de la derecha ya
tenían un plan desestabilizador preparado luego de haber denunciado el gobierno
las convocatorias previas por parte de su sector más radical en la MUD.
El cierre de la marcha frente a la
Fiscalía (Ministerio Público), sin la presencia de algún fiscal que los
atendiera, transcurrió sin incidentes, allí los representantes estudiantiles y
los personeros de la derecha volcaron en sus palabras tanto la condición
antidemocrática de mantener presos en la ciudad de Coro a los detenidos en
Táchira y reclamar por su libertad como en denunciar la grave situación de
escasez, desabastecimiento, costo de la vida, caos en la salud y hasta la
criminalización de la protesta social. Todo hacía presumir que con la
movilización realizada ganaban tanto el gobierno con su tolerancia a permitirla
como la derecha en haberla logrado, como si en el marco de la democracia
burguesa se pudiesen resolver las abiertas contradicciones antes mencionadas.
Sin embargo, mientras los convocados y sus dirigentes iniciaban su retiro de
las inmediaciones, un grupo se dirigía tanto hacia la Plaza La Candelaria como
hacía la parte sur de la Plaza Carabobo con el fin de promover disturbios.
Nadie puede explicar la pasividad de las fuerzas del orden al iniciarse las
acciones de vandalismo, tampoco el ataque franco a la sede del Ministerio
Público. Antes de esto son asesinados un miembro de los colectivos chavistas
del 23 de Enero y un estudiante de los convocados. Maduro ha dicho que entre
ambos asesinatos medió apenas 15 minutos y que los disparos fueron hechos con
la misma arma de fuego. Del segundo hay registros en video de cuando es
alcanzado por el disparo, como si ex profeso se tuviera preparada la escena,
así como uniformados y civiles, entremezclados, disparando a mansalva con
pistolas a los “estudiantes”. La candidez del gobierno en la supuesta sorpresa
de la convocatoria perdería así valor, y por el contrario, pudiera entenderse
como una acción concertada por arriba (puesta en escena) entre ciertas fuerzas
represivas del Estado (del SEBIN como constan en algunas fotos y videos en las
redes sociales), colectivos chavistas en “defensa de la revolución” y
“estudiantes” revoltosos y/o desadaptados.
Maduro
y la excusa del “golpe” promovido por la derecha fascista y el imperialismo
Con los sucesos posteriores a los de
la concentración en el Ministerio Público el gobierno aprovechó para denunciar
un “golpe de estado” en curso alegando un guión similar al del 2002. Si bien
políticamente se pueden dar distintos tipos de “golpes de estado” que tiendan
al desalojo del poder de quienes lo detentan, y hasta con alguno se afecte
esencialmente la economía del país para así obligar a un cambio político no
esperado, el “golpe de estado clásico” necesita del factor militar para
llevarse a cabo y en los actuales momentos la derecha pareciera que no cuenta
con tal apoyo para darlo si nos remitimos a la experiencia del 2002. Lo
“clásico”, sin embargo, no excluye al “auto golpe”.
En abril de 2013, luego de las elecciones
donde Maduro ganara dramáticamente la presidencia y cuando también se hablaba
de un “golpe” que violentara sus resultados, publicamos en nuestro blog el
artículo titulado “Ante un nuevo intento desestabilizador de la oposición de
derecha, EL GOLPE SE CONTRARRESTA EN LAS CALLES, VENGA DE DONDE VENGA”[2].
Hoy, el “VENGA DE DONDE VENGA” sigue estando sobre la palestra, y con mayor razón
las fuerzas movilizadas de los trabajadores y el pueblo lo deben contrarrestar
en las calles con un plan de luchas basado en su organización que dé respuesta
a la caótica situación económica por la cual pasamos, sin esperar que Maduro o
cualquier otro personero del gobierno lo advierta, y de paso, intentar darle
respuesta obviando la participación directa de los explotados y el pueblo que
son los únicos a los que un golpe de estado en última instancia es dirigido.
Para
Maduro la mesa está servida
Los intentos de “golpe” son la excusa
perfecta para preparar un plan que persigue dos fines. El primero es fortalecer
una base social del chavismo desencantado por lo mismo que denuncia la derecha
pero que ante la ausencia o la falta de alternativa independiente lo vuelve a
encarrilar. El segundo es hacer pasar por mampuesto que toda iniciativa
autónoma de reclamos válidos por los explotados respecto a sus salarios,
despidos, o arremetida patronal, que necesariamente deben ser llevados a los
niveles de protesta en las calles para ser escuchados, tenga connotación
“golpista” y pueda seguir siendo criminalizado desde el gobierno tras una mayor
regimentación laboral y social. La crisis económica por la que pasa el país
hasta el momento quienes la han pagado han sido los explotados, y como no se
vislumbra desde el gobierno ninguna acción que realmente se la haga pagar a los
explotadores, se acentuará hacia los primeros.
Un golpe o un autogolpe es la
respuesta buscada ante una batalla campal con muertos de ambos bandos,
promovida para justificar la mejor salida para los factores políticos y
económicos del status quo pues restringe las libertades democráticas, y por
tanto, el derecho a la protesta y al de reunión pública, obligando a los
explotados por vía de fuerza a pagar el ajuste económico y social en curso. El
Estado venezolano está lo suficientemente militarizado, por aceptación del
propio Maduro[3],
para imponer por la vía de los hechos el violentar las libertades democráticas.
Esa es una de las aristas del golpe “VENGA DE DONDE VENGA” que los explotados
debemos de considerar, y que por boca de Maduro, ya comenzó a expresarse con
exigirnos “permisos” y su aprobación para que podamos manifestar en las calles
cuando hasta la CRBV y el propio Chavez lo contradicen[4],
pero, por el contrario, han hecho aplaudir al alto mando militar.
La
izquierda y el mirarse el ombligo le deja el camino abierto al golpe venga de
donde venga
La izquierda en general se está
mirando el ombligo mientras la crisis económica empeora, también contempla
impávida el accionar de la derecha en la oposición y en la que medra en
abundancia en el gobierno “socialista”. Las alharacas de Maduro luego de los
sucesos del 12 de febrero han conseguido que parte de las bases del chavismo
asuman que la protesta social y obrera es “golpista”, de allí que aprueben la
detención de Leopoldo López creyendo que con ello saldrán del marasmo en que
les está dejando la economía en crisis del país. La izquierda plegada al
chavismo sabe que es el gobierno el responsable de la grave situación política
y económica que sobrellevamos los trabajadores y las comunidades. Mientras la
impunidad ha permitido que la lucha contra la corrupción se haya convertido en
palabrerío y ahora el estandarte del gobierno sea la “paz”, los funcionarios
públicos que permitieron la fuga de divisas por 150.000 millones de dólares
desde 2003 existiendo un control de cambios que lo impediría, o aquellos que
desde el SITME también lo hicieran con otros 20.000 millones, siguen campantes
en esta administración pública de Maduro mientras las medidas de la mal llamada
“contraofensiva económica” les sigue permitiendo a los capitalistas dilapidar
la renta petrolera.
Hace falta una contraofensiva política
que imponga el cambio a favor de los explotados y para eso la autonomía frente
al gobierno debe ser demostrada levantando las banderas de la independencia
política y de clase y por la defensa irrestricta de las libertades democráticas,
el primer paso es un frente de izquierda y de los trabajadores que organice el
descontento generalizado con una salida de conjunto. Es la única posibilidad
que impida el golpe venga de donde venga y además haga pagar a los capitalistas
por la crisis que sólo ellos han creado con la anuencia del gobierno
bolivariano que les ha permitido la fuga descarada de las divisas y sin haber
puesto todavía tras las rejas al primero de los grandes capitalistas o
banqueros o a algún verdaderamente notable funcionario público que se lo ha
convalidado.
Para salir de la crisis, y evitar el
golpe venga de donde venga, hay que confiscar los capitales de las grandes
industrias y la banca y ponerlos en función de los trabajadores y el pueblo.
Hay que suspender el pago de la deuda externa que desangra aún más las escasas
divisas. Hay que nacionalizar el comercio exterior bajo control de los
trabajadores y el pueblo para racionalizar las importaciones y colocarlas en
función del interés social de las grandes mayorías, y con los excedentes
propulsar la recuperación y el desarrollo de una industrialización propia que
obligue a los empresarios a producir nacionalmente al contrario de la economía
de puertos que fomentan para obtener mejores ganancias. Y también y
fundamentalmente, hay que hacer que el salario mínimo sea igual al valor de la
cesta básica familiar de 5 personas a la par que indexado mensualmente al valor
de la inflación. Estas son las salidas transicionales al socialismo, algo que
ni la derecha de la MUD ni la del gobierno querrán imponer por sus contubernios
con los capitalistas, pero para eso necesitamos el Frente de Izquierda y de los
Trabajadores que las levante para hacer realidad el gobierno obrero y popular.
EL
GOLPE SE CONTRARRESTA EN LAS CALLES, VENGA DE DONDE VENGA
POR
UN FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES QUE SEA LA DIRECCIÓN HACIA EL GOBIERNO
OBRERO Y POPULAR
POR
LA CONFISCACIÓN DE LOS CAPITALES DE LA GRAN INDUSTRIA Y LA BANCA Y SU CONTROL
POR PARTE DE LOS TRABAJADORES
POR
LA NACIONALIZACIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR BAJO EL CONTROL DE LOS TRABAJADORES Y
EL PUEBLO
SALARIO
MÍNIMO IGUAL A LA CESTA BÁSICA FAMILIAR DE 5 PERSONAS INDEXADO MENSUALMENTE CON
EL VALOR DE LA INFLACIÓN
LA
CRISIS NO LA CREAMOS LOS TRABAJADORES NI EL PUEBLO, LA CREARON LOS CAPITALISTAS
¡QUE PAGUEN ELLOS LOS COSTOS!
Opción Obrera
14/02/2014
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