Declaración del
Centro Rakovsky sobre Bosnia
¡Solidaridad
con los trabajadores y la juventud de Bosnia y Herzegovina!
EE.UU. y la UE, ¡Manos fuera de Bosnia!
¡La caldera de Bosnia finalmente ha estallado! En
un país desgarrado por la guerra fratricida hace sólo dos décadas y que
languidece bajo una estructura estatal inflada y disfuncional impuesta por los
EE.UU mediante los Acuerdos de Dayton en 1995, un país donde la tasa de
desempleo se sitúa oficialmente en 27,5%, aunque otros estimaciones la calculan
cercana al 45%, y donde el desempleo entre los jóvenes de 18-29 años de edad se
eleva oficialmente a 57%, era sólo cuestión de tiempo para que una explosión
social tuviera lugar. La clase obrera y la juventud de la ciudad de Tuzla,
un centro industrial, tomó la iniciativa el 4 de febrero y el levantamiento,
ahora en su sexto día, se ha extendido como fuego en la pradera a casi la
totalidad de la Federación de Bosnia y Herzegovina (BiH), con la capital
Sarajevo y las principales ciudades de Mostar, Bihac y Zenica a la cabeza, así
como el neutral y autónomo Distrito Brčko. La República Srpska, en cambio,
apenas resiente la situación.
¡Esta es la más pura de la lucha de clases! La
insurrección en Tuzla comenzó como una protesta contra el cierre de las
fábricas privatizadas entre 2000 y 2008. Un centro industrial y cultural
floreciente bajo la Federación Socialista de Yugoslavia, Tuzla vio sus fábricas
químicas, de muebles y otras industrias, saqueadas por la antigua burocracia en
forma de privatización. ¡Los nuevos propietarios realmente ni siquiera
estaban interesados en el valor excedente de la producción! Habiendo
vendido los activos, muchos de ellos se declararon en bancarrota y despidieron
a los trabajadores sin indemnización. A los trabajadores se les deben
salarios atrasados de hasta 27 meses y, además, exigen tanto la indemnización
por despido como la atención médica y el pago de pensiones. Naturalmente,
todas estas demandas económicas han pasado a segundo plano ya que las protestas
se han convertido en una verdadera insurrección. En Tuzla, el edificio del
gobierno del cantón local ha sido destruido. En Sarajevo, los manifestantes incendiaron
los edificios de la Presidencia de Bosnia y Herzegovina y la sede del gobierno
cantonal. El pueblo ha generalizado su crítica al régimen, cantando
"¡Ladrones!", y planteó la consigna de "¡Revolución!", poniendo
así la cuestión del poder político en la agenda. Sin embargo, la
insurrección parece ser totalmente espontánea y los jóvenes y trabajadores aún tienen
que desarrollar las formas de organización que puedan representar de forma
realista una alternativa a la estructura de poder existente. Por otro
lado, además de la confianza en sí mismo que la destrucción de los edificios
del gobierno ha inculcado en los trabajadores, la lucha también ha alcanzado ya
algunos triunfos políticos iniciales con la renuncia de los jefes de los
cantones de Tuzla y Sarajevo y de todo el gobierno del cantón de
Zenica-Doboj. También algunas consignas muy importantes han sido
presentadas por las masas, incluso en esta etapa temprana. En Tuzla,
"¡Abajo el gobierno!", ha sido moneda común. Las consignas por
la protección del derecho al trabajo y la abolición de los privilegios de los
políticos, una gran cantidad debido a la naturaleza fragmentada y en cascada de
las estructuras del Estado, son importantes. Tal vez lo más sorprendente
es que los rebeldes de Bosnia pidan ¡la abolición de los imperialistas Acuerdos
de Dayton!
La dificultad más formidable para el movimiento de
masas viene de los miedos internalizados de un resurgimiento de la extrema
violencia y crueldad que vivió Bosnia-Herzegovina en la guerra civil de los
años 1992-1995 y la consiguiente hostilidad casi racista entre los tres
principales grupos religiosos étnico-culturales, en particular entre los
bosnios, predominantemente musulmanes, y los serbios, predominantemente
cristianos ortodoxos, con los croatas católicos romanos al pie cerca de los
bosnios. Pero hay buenas noticias en este frente también. Un evento
muy importante se ha producido en los últimos días, cuando varios cientos de
manifestantes marcharon en Banja Luka, la sede del gobierno de la República
Srpska, coreando consignas llamando a "la unidad entre todos los grupos
étnicos de Bosnia". En el otro extremo, en la ciudad bosnio-croata de
Mostar, las sedes de los partidos musulmán bosnio SDA y croata HDZ (Ustasha),
fueron incendiados, lo que demuestra que las masas tienen una clara tendencia a
romper con los nacionalismos o las identidades religiosas. Si esa fuese la
tendencia de incluso una minoría considerable de los tres pueblos de Bosnia y
Herzegovina, esto traería una gran energía y el potencial para el proceso
revolucionario inminente en el país.
Los imperialistas han estado jugando un papel
cuasi-colonialista en Bosnia y Herzegovina desde la firma de los Acuerdos de
Dayton. Así, no es casual que la Embajada de EE.UU. en Sarajevo haya
emitido una declaración que, después de reconocer algunas de las demandas del
pueblo en rebelión de la boca para afuera, se niega rotundamente a permitir toda
forma de violencia, en particular contra las fuerzas de policía y, por
supuesto, los edificios del gobierno. Dada la brutalidad con que la
policía bosnia manejó las protestas de los trabajadores en los primeros días de
las manifestaciones en Tuzla, resulta una ironía esta defensa de los EE.UU. a
las fuerzas policiales del gobierno. ¿Es una coincidencia que Stefan Füle,
Comisario de la Unión Europea (UE) para la Política de Ampliación y Vecindad Europea,
también desaliente el recurso a la violencia? ¡No! El imperialismo está
muy al tanto en que los eventos deben tomar un curso más sostenido, nacerá una
situación revolucionaria y, por tanto, está advirtiendo a los trabajadores y a
los jóvenes de Bosnia y Herzegovina ¡que no van a permitir un derrocamiento
violento del sistema político!
Pisando los talones de la caída del gobierno rumano,
de las manifestaciones incesantes por largos meses en Bulgaria, de masivas
protestas contra la situación económica de Eslovenia, por la revuelta de 2008 y
las luchas de clase trascendentales de 2010-2013 contra la Troika y los
gobiernos sucesivos en Grecia, y de los acontecimientos espectaculares en
Parque Gezi, realmente la rebelión de un pueblo, en Turquía el pasado verano,
el levantamiento en Bosnia y Herzegovina adquiere un significado
adicional. Los Balcanes están plagados de fervor revolucionario. ¡Es
la clase obrera y la juventud de esta desafortunada región la que reunirá el
espectro múltiple de los pueblos de esta geografía en y a través de la
actividad revolucionaria!
¡Solidaridad con la clase obrera y la juventud de Bosnia y Herzegovina!
¡Abajo la restauradora y saqueadora nueva burguesía de Bosnia y las
otras ex-repúblicas yugoslavas!
¡Poder para el pueblo trabajador de Bosnia!
¡Hacia la Federación Socialista de los Balcanes!
¡Hacia los Estados Unidos Socialistas de Europa!
¡Viva la revolución mundial!
Partido
Revolucionario de los Trabajadores (EEK), Grecia
Partido
Revolucionario de los Trabajadores (DIP), Turquía
Centro
Socialista de los Balcanes “Christian Rakovsky”
REDMED (www.redmed.org)
10 de febrero
2014
En Sarajevo |
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En Sarajevo |
En Sarajevo |
En Tuzla |
La sede del edificio de gobierno en Tuzla |
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