Entre el
golpismo gorila y el autogolpe “chavista”
Contra el
accionar de los cuerpos parapoliciales y de las guarimbas, por fascistas
Por
una salida de conjunto de los trabajadores para enfrentar la crisis capitalista
La situación nacional sigue entrabada
por parte de focos activos llamados guarimbas, diseminados generalmente en el
interior de barrios de clase media y avenidas adyacentes. La manifestación y el
derecho a la protesta, sobre todo masivo, está lejos de esas actividades cuyos
alcances son quemas de instalaciones, transportes, e inclusive asesinatos, sobre
todo al colocar trampas, miguelitos (mangueras con clavos), vallas de alambres,
algunos con púas, o el quitado del alcantarillado en pase de calles.
Para enfrentar las guarimbas se
responde con represión por parte de policías y la GNB, apoyados en algunos
casos por brigadas de choque armadas, mal llamados “colectivos revolucionarios”,
integrados por sectores desclasados y malandros (lumpen) financiados por distintos
niveles de gobierno. El accionar de una oxigena a la otra para que se repita el
ciclo con mayor incremento de la violencia entre facciones opuestas, a todas
luces minoritarias.
El golpismo gorila con las guarimbas
pretende dar cuenta al mundo que estamos en guerra civil y que se requiere la
respuesta urgente de los “Estados democráticos” del planeta para que intervengan
en su apoyo. Las bandas parapoliciales motorizadas demuestran la debilidad del
gobierno de Maduro al no poder controlarlas y también el recurrir a ellas para
enfrentar a los golpistas.
Ambas salidas desvían la atención del
pueblo y los trabajadores de la abierta situación de crisis económica que les
afecta y que se infiltra cada vez más hacia la crisis política.
Los estudiantes están en su pleno derecho
a manifestar la incapacidad del gobierno en controlar el tema de la seguridad
pública o de otros que los afectan. Sin embargo, sectores dirigidos por la reaccionaria
ultraderecha nacional e internacional desde las redes sociales, revierten tal
derecho a la protesta impidiendo que otros estudiantes u otros sectores
sociales del pueblo y los trabajadores lo puedan asumir de manera colectiva en
concentraciones masivas. El manual de terrorismo guarimbero promueve el
voluntarismo individual de la acción efectista y suplanta el reclamo válido de
la protesta por el vacuo de que renuncie el presidente.
Desde el gobierno, por el otro lado,
se les ha dado patente de corso a los mal llamados “colectivos revolucionarios”
de claro corte fascistoide, usados hoy contra las guarimbas, que también lo han
sido para amedrentar las luchas de los trabajadores por sus derechos laborales,
o en las protestas populares que reclaman por el derecho a los servicios
públicos, salud o vivienda. Son el complemento a la represión con las fuerzas
del orden del Estado con la policía y la guardia nacional. Cuando la tarifa es
suficiente hasta el sicariato entra en sus “trabajos”. Son la demostración del
lumpen imprescindible para ciertos factores de poder político en el gobierno
como en otros tiempos las bandas armadas y/o cabilleras de AD y COPEI.
Las dos salidas conducen a lo mismo: la del golpismo de la derecha, sin posibilidad porque no cuentan con el apoyo militar necesario, y la del autogolpe chavista para profundizar el estado de excepción y hacer pasar por la fuerza el ajustazo, que por ahora tampoco puede ser llevado a cabo porque implicaría la implosión definitiva del "legado" de Chavez y su famosa unión cívico-militar. Ninguna salida apunta contra las fabulosas ganancias del capital de la banca y los grandes pulpos nacionales y extranjeros, verdaderos causantes de la crisis económica.
La crisis económica para ser
solventada requeriría de cuantiosas inversiones para continuar el derroche
descomunal en corrupción y fuga de divisas, y es hasta posible que desde el
capital financiero internacional le sea ofertado al gobierno, sólo sí son
barridos del mapa el remanente que permite que aún sobreviva la base chavista
con sus misiones en alimentación, salud y educación. Los planes golpistas de
desestabilización por parte de la derecha son la consecuencia de la provocada
por los gobiernos de Chavez y Maduro al ser permisivos con la fuga de 150.000
millones de dólares de las reservas internacionales por la clase social
capitalista. Tirios y troyanos siguen en el juego conflictivo porque todavía la
renta petrolera es cuantiosa y apetecible para cualquier parásito, los todavía
altos precios del petróleo es lo que está condicionando todo. No es una Ucrania
lo que vemos en Venezuela, y cuando los precios del barril petrolero caigan por
debajo de los 80 dólares, será peor que en Sudán.
La vorágine continúa y la clase obrera permanece al margen de estas actividades, respondiendo local y aisladamente ante los efectos de la crisis. De las agrupaciones de izquierda, una minoría sólo se limita a clamar independencia política y autonomía sin aterrizar en un plan de luchas concretas que movilice a las masas afectadas por la crisis con el desabastecimiento y la carestía de los productos y bienes de primera necesidad. El resto mayoritario de la izquierda termina haciendo el coro del "coco" del golpe que se estaría dando para postrarse aún más ante el gobierno y los militares.
El llamado del PSL a la Unidad de Acción
Sindical y a otras agrupaciones sindicales y populares a un “Encuentro
Nacional Sindical y Popular de Sectores en Lucha para discutir un Plan
Económico y Social de Emergencia y un Plan de Movilización Nacional en Defensa
de los Derechos de los Trabajadores y el Pueblo” es la salida a las ofertadas
por una minoría social en pugna por los restos todavía cuantiosos de un país en
bancarrota.
POR
UNA SALIDA DE CONJUNTO DE LOS TRABAJADORES PARA ENFRENTAR LA CRISIS CAPITALISTA
Y REVERTIR LA POSIBILIDAD DEL GOLPISMO GORILA O EL AUTOGOLPE “CHAVISTA”
Opción Obrera
26/02/2014
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