EMPRESAS BASICAS, CUADROS, TECNICOS Y MILITARES
Ciudad Guayana emporio industrial, puede convertirse en una alternativa “no petrolera”, y seguro estoy que ningún trabajador quiere que la renta petrolera le mantenga su salario, fue construido en la cuarta república a la medida de las grandes transnacionales que en los años cincuenta se apropiaron de nuestros minerales y que repensaron la manera de apropiarse de nuestras riquezas de manera más fácil, fomentando industrias en nuestro propio suelo (sector primario) para llevarse la materia prima a través del mágico rio Orinoco, se llamo industrias básicas.
A la par del avance de la industria entre los sesenta y los ochenta nacieron también institutos técnicos y universidades que formaron los profesionales en las distintas áreas para las operaciones inherentes a cada industria, un hecho muy relevante. Es importante destacar que cada industria y cada área como dice el argot popular “tiene su maña”, referencia que hago para traer a colación que son solo sus trabajadores los que conocen el funcionamiento de las mismas y las carencias que en el devenir de los años han venido padeciendo.
Las empresas básicas a través de los años sufrieron del plan político adeca-copeyana de la desinversión, hasta llevarlas al punto crítico y generar en el año 1990 un programa de desincorporación laboral en Sidor, donde echaron a la calle más de 3 mil trabajadores, la debacle continuo hasta forzar la venta de Sidor en 1997, no es cuento allí están los libros, hasta Juan Pablo Pérez Alfonzo refirió el tema en su libro “Hundiéndonos en el Excremento del diablo” toda la trácala con la importación de cabilla japonesa, sumado a las entregas de la burocracia sindical de turno, pero bien ese es otro tema que tal vez tocaremos en otra oportunidad. El sector aluminio sufrió la misma receta solo que sus compradores consideraron que Alcasa no debía estar en el paquete y por esos tiempos el gran revolucionario y ex guerrillero Teodoro Petkoff espeto la frase “que las empresas de aluminio regaladas eran caras”.
Aunado a lo descrito anteriormente hay que citar que los gobiernos de la cuarta república dirigieron las empresas de Guayana con hombres de confianza de los partidos, y esto no ha sido diferente en el gobierno de la quinta república. Guayana ha visto desfilar en los últimos 14 años presidentes de empresas básicas de distintas características entre ellos, filósofos, profesores de educación física, sociólogos, economistas, abogados y por ultimo ingenieros estos últimos por cierto nunca se han enterado del proceso productivo asociado a cada industria (ha sido público y notorio su desconocimiento), pero según sus amigos que los han designados son “Cuadros” leales, todos estos han fracasado en sus gestiones y han traído consigo una legión de aduladores y amigos que se han establecido en la región y engrosan las nominas que paga la renta petrolera.
La desinversión no escapo a los tiempos de la llamada Revolución Bolivariana, planes fueron y vinieron, recursos bajaron y se fueron, dejando a tal punto la debilidad de las empresas, que de allí, nació el Plan Guayana Socialista y el “control obrero burocrático”, donde el equipo escogido a dedo, logro fundir el plan Guayana socialista y tomar el control de industrias estratégicas. El plan Guayana socialista es el plan más coherente de recuperación de todos los sectores industriales de la cadena hierro, acero y aluminio, siempre y cuando la soluciones de las empresas debían de darlas quienes trabajan en ellas de forma democrática y con un autentico control obrero sobre la producción y los libros de la administración de las empresas.
En los últimos 5 años es el sector militar el que ha tenido la buena pro de presidir y gerenciar ciertas empresas en Guayana, pero igual que los civiles foráneos han ido y venido sin éxito alguno, y algo peor han dilapidado los recursos materiales y humanos para sacar adelante las plantas, pero haciéndome eco de toda Guayana. Pregunto ¿por qué no un trabajador?, como lo describía anteriormente formado técnicamente y políticamente para afrontar los retos e impulsar el desarrollo de las industrias a la par de los planes de la nación, creo y lo digo con respeto que se ha despreciado la capacidad de los técnicos de Guayana y de Venezuela en general y al día de hoy nada parece que va ser diferente.
Hoy Guayana y sus Empresas reclaman gerentes competentes para dirigirlas, debe pasarse la página de traer “cuadros” amigos a Guayana y resaltar el valor de los profesionales inmersos en las mismas plantas, elegidos por sus compañeros de labores, ¿quién más puede saber quiénes son los más idóneos para esa labor?. Solo los trabajadores son capaces de relanzar las empresas y hacerlas productivas, con el fin del desarrollo armónico e integral de Guayana y del país. Hay que transformar la Corporación Venezolana de Guayana en un Consejo de Trabajadores de Guayana autónomo, independiente políticamente y clasista
A.M. trabajador, desde Puerto Ordaz
lunes, 25 de mayo de 2015
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