Bitcoin o la crisis del dólar
Bitcoin, la
moneda global con seguidores y volúmenes de negocios crecientes
En 2009, cuando el derrumbe financiero
se extendía por Europa y Estados Unidos, se creó en la web una moneda sin país.
Un algoritmo matemático que define los pasos a seguir para emitir, hasta el año
2140, una cantidad limitada de monedas, denominada “bitcoin”, que carece de
existencia física y sólo se encuentra registrada en “billeteras” o “carteras”
en la red, libre del control de los reguladores, sean bancarios, impositivos o
de cualquier otra forma estatal (sólo Alemania ha avanzado en el cobro de
impuestos por transacciones con ‘bitcoin’, al cual considera una “unidad de
cuenta”, y a su obtención en la red una “creación de moneda”, que paga el 25%
si es retenido menos de un año).
Al principio desapercibida, comenzó a
cobrar relevancia cuando sus precios comenzaron a reflejar una demanda
creciente y variaciones. En los últimos meses ha crecido hasta superar la
cotización de 1.200 dólares por unidad. Casualmente, la misma, aproximadamente,
de una onza de oro.
Ya han sido emitidos más de 12
millones de bitcoins, que a la cotización actual suman más de 14 mil millones
de dólares. Tiene un tope de emisión, para 2140, de 21 millones de unidades. Su
existencia es exclusivamente “virtual”, no hay billetes posibles de falsificar.
Su emisión y control en la red es
descentralizada, no hay emisor único, no hay banco central que supervise su
emisión. Los bancos centrales, como la Reserva Federal (Banco Central de
Estados Unidos), el BCE, el BofJ o el Banco Central de Argentina, emiten
masivamente para cubrir déficits del gobierno y auxiliar a los bancos -o sea,
para financiar el endeudamiento internacional.
Las transacciones se realizan sin
intermediarios, son directas entre los interesados (“p2p” o peer-to-peer) y no
pagan comisiones por su realización. El muy publicitado anonimato de las
transacciones ha quedado cuestionado, aunque luego de las revelaciones de Snowden
sobre el espionaje de la NSA.
¿Cómo
obtenerlos? ¿Para qué sirven?
La forma primitiva u original para
obtener esta moneda virtual es mediante la llamada “minería”, por medio de un
ordenador especializado que logre resolver en el algoritmo; los “mineros”
controlan y dan autenticidad a cada emisión. Otra forma es comprarlos
directamente en la red donde cotizan. Varias plataformas informan sobre la
cotización, el volumen operado, el total emitido, la capitalización total, etc.
Ofrecen, asimismo, el medio para comprarla con la moneda local.
El ‘bitcoin’ permite transferencias de
dinero desde y hacia cualquier lugar. Para ello hay que ingresar en la
“billetera” y venderla o usarla, sin necesidad de pasar por la moneda local.
Además de no pagar comisiones de transferencia, no es necesario tener una
cuenta bancaria, tampoco pagar impuestos. Quienes no tienen cuenta bancaria
regular, pueden acceder a una mediante la compra, y usarla y negociar dinero en
lugares donde no existen bancos. Países como la India, donde el 40% de la
población vive en zonas rurales y los emigrados envían 70 mil millones de
dólares por año, ya compiten con las agencias Paypal y Western Union en
transferencia de dinero desde y hacia el extranjero.
En China es usado para enviar dinero
al exterior, a pesar de que el Banco Central de ese país prohibió a los bancos
a realizar transacciones con ‘bitcoin’. Un reciente informe de Bank of America
focaliza en el potencial del ‘bitcoin’ para realizar transacciones con divisas
y competir en el mercado global.
¿Qué
podemos comprar? ¿Quiénes crearon el algoritmo?
El uso del ‘bitcoin’ en la compra de
servicios y productos es creciente, aunque conspira para ello la valuación
sideral que ha alcanzado en corto tiempo, lo cual ha llevado a sus poseedores a
preferir el atesoramiento a la transacción. Pero la extensión del uso del
bitcoin ha quedado revelada por el número creciente de comercios que lo aceptan
(81%). Se ha desarrollado incluso un mapa de esos comercios (CoinMap).
La barrera de defensa contra los
ataques de hackers son los “mineros”, que validan las transacciones (entre 50 y
100 mil diarias) y controlan la certeza de las mismas. Esta tarea es
recompensada con bitcoins; detectan y expulsan a los “hackers” que buscan
hacerse de bitcoins de forma fraudulenta.
Se ha difundido el nombre de Satoshi
Nakamoto como creador de los ‘bitcoins’, aunque también se menciona a la
National Security Agency (NSA) como fundador del protocolo inicial.
Aunque es la más conocida, no es la
única moneda virtual. Forbes catalogó 30 monedas virtuales que se negocian en
la red (http://coinmarketcap.com/).
Los bancos centrales no reconocen los
pagos con moneda virtual, obviamente, porque afecta su monopolio para emitir
moneda y, como consecuencia de ello, la capacidad de los Estados para emitir
deuda pública. La formación de un mercado ‘paramonetario’ expresa una
disolución del mercado monetario oficial y acentúa las tendencias especulativas
con la moneda y la deuda en general. Mina el monopolio de emisión que goza el
dólar. Es una suerte de ‘paraíso fiscal’ en materia de transacción mercantil.
Compite en este aspecto con el oro, por su ventaja para operar como moneda de
transacción, aunque ocurre todo lo contrario en lo que hace a su valor
específico y su capacidad de atesoramiento. A inicios de 2012 cotizaba a 5
dólares, hoy a 1.200; en menos de dos años, multiplicó 240 veces su precio.
Nicolás Roveri
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