¿2014 plantea a los sindicatos una necesaria
reformulación?
Comentarios
a un artículo de Héctor Lucena* en su columna habitual del Correo del Caroní
Como siempre, nuestros comentarios toman nota de datos y comentarios
objetivos al margen de la interpretación que le da el profesor, inclusive
contrapuestos. El artículo en cuestión, “2014 plantea a los sindicatos una necesaria
reformulación” (15/12/2013), desde su óptica llama la atención a una
situación palpable, grave en el movimiento laboral, totalmente discutible, y
dirigido, a nuestra consideración, a los sectores de vanguardia dentro del
movimiento obrero, tanto en las corrientes políticas como sindicales de todo
Venezuela.
Lucena comienza con suavidad su columna, “Terminamos el 2013 con perspectivas inquietantes en materia económica
para el nuevo año”, algo que habría que indagar el cómo dar el toque de alarma o despertar a los incautos que son casi
todo el país a pesar del abismo por donde vamos cayendo.
Advierte, con base a la política económica, de “dos consecuencias centrales sobre las relaciones de trabajo”. Expresa
primero el descontento contra el “Gobierno
el principal empleador” de sus trabajadores “por incumplimiento de lo firmado o acordado, o por postergar
negociaciones con sus servidores, quienes aspiran revisiones de sus condiciones
de trabajo, aspiración legítima en un contexto inflacionario como el existente”,
y segundo, “las repercusiones en los
privados”. Para ambos se refiere, y resaltamos, los problemas de “sus empleos, condiciones de trabajo y
condiciones de su vida familiar”. Como lo decimos nosotros, a los
trabajadores les toca luchar contra sus patronos sean públicos o privados,
ambos representan directos o disfrazados la clase social que maneja en el país.
Sus causas las establece en “el
creciente déficit fiscal que en el presente año alcanzará entre el 13-15%. El
gobierno gasta más de lo que le ingresa, a pesar de los muy buenos precios
petroleros”. Denuncia que “el
presupuesto nacional ha perdido precisión para ser una referencia transparente”
por los tracaleros y mentirosos, añadimos nosotros, de quienes planifican y
entregan cuentas de la gestión del país.
Lucena resalta que “los ingresos
para el 2014 con un barril de petróleo a US$ 60, cuando se ubica al menos un
60-70% más arriba. El déficit fiscal se fija en 4.5%”, y vislumbra “una devaluación inminente, así como se
anuncia desde las altas esferas oficiales la subida del precio de la gasolina,
y es de esperar otras medidas…”.
Continúa, “los trabajadores ha
venido resintiéndose de los efectos de las políticas públicas, y
particularmente las laborales, de estos últimos años. Resultado de ello es la
fragmentación del movimiento” y le añade como agravante, la política del
gobierno “adverso al desenvolvimiento
libre y autónomo de estas organizaciones, dada las restricciones imperantes”,
léase, según nuestra apreciación, éstas son consecuencia de las políticas
antiobreras e interventoras que pretenden el desconocimiento de la organización
sindical y el derecho a huelga.
Desde su ámbito el profesor aboga por “Un esfuerzo de agregación y coordinación entre las diversas
organizaciones y tendencias que activan en el movimiento de los trabajadores es
una necesidad en el escenario planteado”. Nosotros vemos y planteamos la
necesidad de crear un Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
El artículo avala “la gestión
judicial que acaban de hacer, al solicitar la nulidad de varios artículos que
en el Decreto con rango y fuerza de LOTTT, atentan contra la libertad sindical”
y asume considerar esencial, entre otros, “el
del Registro Nacional de Organizaciones Sindicales que (el gobierno) dio un
plazo que fenece este 31 de diciembre, con la amenaza de disolver a aquellas
organizaciones que no se registren”. En ese sentido, aplaude la “gestión…
promovida por todas las corrientes y organizaciones que activan en el
sindicalismo venezolano, con la salvedad de la central promovida por el
gobierno. Hay que destacar que por años, quienes promovieron la solicitud no
realizaban acciones conjuntas de esta naturaleza e importancia”.
La situación demanda una respuesta de conjunto ante la gravedad de la
economía del país. Los organismos y leyes que el gobierno prepara para reprimir
son de tipo fascista (Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria CESPPA, Sistema Integrado de Monitoreo y Asistencia SIMA), hasta DRONES
están presupuestados –dicho por el ministro Rodríguez Torres–, miles de
millones de dólares para impedir las protestas y movilizaciones, no de la MUD,
sino a quien ellos le temen: los trabajadores y las comunidades urbanas o campesinas
y los pueblos indígenas.
Lucena considera que “Los
esfuerzos de agregación y coordinación como el destacado tendrán que repetirse
en acciones no sólo de tipo judicial, sino también en el quehacer de las
propias relaciones laborales, porque ha quedado evidenciado que múltiples
organizaciones y corrientes promoviendo conflictos, haciendo grandes esfuerzos
para el accionar cotidiano cada una por su lado, no han sido suficientes para
detener los niveles de deterioro de las condiciones laborales, a pesar del
enorme ingreso petrolero que el país ha recibido”. Para los trabajadores es
importante entender que el populismo del gobierno está agotado, los planes
llegan a sus límites, los recursos escasean y la corrupción aumenta. La
economía de Venezuela con base a la renta petrolera, improductiva y
favoreciendo a una burguesía cada vez mas parásita, coloca al país al borde de
la quiebra cuyo elemento detonante seria una baja coyuntural, por decir lo menos,
de los precios del barril de petróleo.
Lucena cerrando deja “interrogantes
para el futuro cercano” a la cual nosotros respondemos.
“¿Qué medidas tomará el gobierno?”
OO: Mas importaciones,
venta de oro, devaluación, endeudamiento. El gobierno prorrogará las medidas
para intentar salir de la crisis económica pero descargándola sobre los
trabajadores.
“¿Qué papel jugarán los trabajadores y sus organizaciones en la
construcción de esas medidas, serán consultados?”
OO: Si no lo han hecho
hasta ahora, continuarán siendo criminalizados en sus luchas e interviniendo
con los militares, o con el apoyo de las Inspectorías del Trabajo, jueces, y hasta
el CNE.
“¿Sobre quiénes recaerá el costo de la resolución de la crisis?”
OO: Sobre el país, a
excepción de quienes siguen parasitando con la renta petrolera.
“¿Pagarán la crisis quienes han despilfarrado los recursos de todos?”
OO: Se saldrán con la
suya sino imponemos un salario mínimo igual a la cesta básica familiar, aumentos
generales de sueldos y salarios, indexación de acuerdo a la inflación (escala
móvil de salarios), pase a fijos o las mismas condiciones y beneficios para los
tercerizados.
“¿Hacia dónde apuntar la mirada para buscar vías para la resolución de
la crisis?“
OO: Control del
comercio exterior, nacionalización de la banca, suspensión inmediata al pago de
la deuda externa, control obrero en la producción e inspección pública de los
libros contables tanto en el sector público como en el privado, en la banca, industrias,
comercios y servicios. Para los trabajadores la salida en su favor tiene que
ser a través de ellos mismos, paso a paso, hasta conquistar su propio gobierno.
Lucena concluye: “Todo parece
indicar que será un año definitorio en el papel que ha de jugar movimiento de
los trabajadores”. Desde Opción Obrera concluimos: Si no hay coordinación y
unidad con base a una clara plataforma de lucha es imposible parar la debacle a
que nos lleva el gobierno y los empresarios, comerciantes y banqueros que están
detrás del poder.
José Capitán
15/12/2013
* Héctor Lucena dirige el doctorado en Relaciones del Trabajo en la
Universidad de Carabobo. Investigador reconocido, ha escrito varios libros y
numerosos artículos en revistas académicas especializadas en esa área.
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