LA ALTERNATIVA PARA SALIR DE LA CRISIS: EL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

LA ALTERNATIVA PARA SALIR DE LA CRISIS: EL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO
Por: Simón Domingo Tenorio "La Pipa Rota"

Diversos investigadores y militantes de izquierda han explicado de manera muy acertada la gravedad de la crisis por la que atraviesa Venezuela, la cual durante 2016 se acentuará con resultados catastróficos. Ahora bien, de lo que casi no se escribe, o por lo menos muy poco, es del camino a seguir por la Clase Obrera para salir de la terrible situación en la que se encuentra.

Ante la situación actual, la Clase Obrera venezolana se encuentra, sin duda, desorientada, bloqueada. Y es que, tras la puesta en evidencia del carácter fracasado del chavismo, el cual no disimula sus intenciones de descargar las consecuencias de la crisis sobre quienes viven de la venta de su fuerza de trabajo, las masas obreras han optado por diferentes posturas:

1. Un sector obrero cada vez más importante encuentra en las expresiones políticas de la burguesía tradicional (MUD) una alternativa para expresar su descontento ante una crisis en la que se percibe como principal protagonista al chavismo.

2. Un sector obrero, en decrecimiento sostenido, alentados por la llamada “teoría del mal menor” mantiene su apoyo al chavismo en vista de lo que consideran sería un retroceso en sus condiciones de vida, con la llegada al poder de la derecha tradicional.

3. El resto de las masas obreras viven un proceso creciente de desmoralización en el cual tienden a manifestar un desinterés cada vez mayor por las opciones políticas de la burguesía tradicional y emergente (MUD-PSUV)

Durante los 17 años del chavismo, la izquierda fue incapaz de consolidar una alternativa política que le planteara a la Clase Obrera la necesidad de actuar de forma independiente desde el punto de vista político. Con los altos precios del petróleo, el chavismo fue capaz de contener todo un contingente obrero que se sostuvo con los beneficios del gasto social.

La debacle del chavismo como resultado de la crisis mundial del capitalismo produce una situación excepcional para la izquierda, la cual no podrá intervenir si sigue el camino desastroso de la desorganización. La crisis produce situaciones particulares especiales donde es posible clarificarle a las masas obreras todas las contradicciones existentes en el seno del capitalismo. Ahora, la única posibilidad de cumplir con dicha tarea es a través de la conformación del elemento clarificador, planificador y difusor de la política revolucionaria. Dicho elemento es un partido obrero revolucionario.

Sin duda alguna representaría un error imperdonable para la izquierda venezolana el no tomar la iniciativa de hacer una convocatoria a la conformación de un partido obrero revolucionario como alternativa real de poder para enfrentar la crisis y que acabe con el bloqueo político que sufren las masas obreras. En este sentido, quizás el principal enemigo es la actitud de desgano y resignación de muchos militantes que ven muy lejana la posibilidad efectiva de construir un partido. Ante esto, la pregunta es: ¿Si no es ahora, cuando? La crisis es un momento estelar para la forja de la conciencia de clase obrera. Si no es ahora, más tarde será más cuesta arriba, más tortuoso seguramente. Sin duda, una vanguardia obrera conformada por los mejores entre los mejores debe salir al paso y abrir el camino.

Hay que destacar que ensayamos ser un núcleo inicial. La conformación de la coordinación unitaria entre la organización Opción Obrera, la Corriente Socialista Revolucionaria-El Topo Obrero y La Pipa Rota debe ser el germen de donde nazca ese elemento clarificador, el partido. Los esfuerzos que se hagan en los próximos meses sin duda deben apuntar en este sentido. Nuestra actividad en encuentros con trabajadores en razón de plantear la conformación del partido partirá por siete estados: Distrito Capital, Miranda, Aragua, Carabobo, Falcón, Lara y Anzoátegui. El futuro de esta iniciativa depende de la disposición de los elementos más conscientes y de poner en práctica la máxima de “actuar, en lugar de decir que se actuará”.