Venezuela y el comodity oro
¡Es la crisis
del capital, estúpido!
El
oro para Venezuela es de importancia suprema, no porque tengamos una producción
nacional que pueda verse afectada por la caída en su precio internacional como
se viene observando en todo el año, sino porque es el 70% de las reservas internacionales
que refleja el BCV –para el 11/08/2015 se ubicaban en 16.864 millones de
dólares luego de haber caído a 15.391 el pasado 23 de julio de los corrientes,
según registra la institución.
El
valor del oro monetario en las reservas internacionales es tasado
semestralmente por el BCV. Toda vez que estamos en el segundo semestre del año,
la nueva valorización del oro en las reservas será la que se promedie hasta
diciembre de este año. Ante la caída notable del precio del oro, Venezuela registra
un valor inflado en las reservas internacionales, en otras palabras, una
ficción monetaria como lo es del mismo modo el valor oficial de cambio del
bolívar respecto al dólar. Para más detalles sobre la tendencia irreversible en
la caída del precio del oro vean el artículo de Guido L. titulado “La resaca más larga del mundo”, publicado también en el blog.
La
situación es adicionalmente tenebrosa cuando la propia OPEP registra que
Venezuela ha tenido una caída en su producción de petróleo de 141.000 barriles para
el segundo trimestre de este año (Petroguía 11/08/2015), y el propio presidente
Maduro ha revelado que la cesta petrolera venezolana ha caído a 41 dólares por
barril esta semana (Petroguía 12/08/2015). No sólo hay menos ingresos de
divisas por la caída en el precio del petróleo sino que adicionalmente hay
menos petróleo en oferta por la caída en la producción.
Lo
del petróleo ha motivado a Maduro a buscar una reunión extraordinaria de la
OPEP que incluya a Rusia, país de envergadura afectado por la caída de los
precios, tal como se viene planteando cuando los miembros de la OPEP y el gobierno
ruso establecieron un mecanismo de consulta que se bautizó como Diálogo
Energético OPEP-Rusia que el pasado 30 de julio tuvo su cuarta reunión. Sin
embargo, la reticencia a no convocarla proviene de Arabia Saudita, la que por
su parte, y de manera unilateral, ha reducido su producción en 202.700 barriles
diarios en julio, demostrando que su política de inundar el mercado con
petróleo barato no está dando resultados. Las reservas internacionales de
Arabia Saudita han venido cayendo de casi 800.000 millones de dólares hace un año
a menos de 680.000 millones en mayo. Para superar la quema de las reservas,
Arabia Saudita propone colocar 27.000 millones de dólares en bonos en lo que
resta del año, algo de excepcional importancia para el sistema financiero
mundial ávido de acumular más capital a fuerza de intereses en medio de la “resaca”
(Financial Times, 11/08/2015).
Bloomberg
(10/08/2015) ha puesto el dedo en la llaga al asociar la caída de los dos comodities para Venezuela cuando nuestro
país, y también PDVSA, deben afrontar pagos de deuda externa de 6.300 millones
de dólares en lo que resta del año, y otros 10.800 millones en 2016. Para
Bloomberg las expectativas en el precio del oro son nada halagadoras para el 2016
al hacer referencia a un informe de Natixis Commodity Markets Ltd. que estima
en 950 dólares la onza de oro para 2016.
¡Ay, la deuda!
Maduro
ha sido un pagador serial de deuda tratando de impedir un defol del país
durante 2015. A pesar que los analistas financieros internacionales dan por un hecho
que esto no ocurra este año, sí lo ven altamente probable en 2016. Pero el pago
de deuda externa no es sólo la preocupación de Maduro. La deuda interna que se
soporta para poder imprimir más dinero inorgánico por parte del BCV,
contraponiendo una mayor liquidez en el mercado interno para paliar el
descontrolado aumento en todo el año en los precios de los bienes y servicios que
afectan tanto a los consumidores como al propio gobierno, ha llegado a un
callejón sin salida ante la demanda de la banca nacional en que le sean
satisfechos sus créditos y la lentitud del BCV en hacerlos efectivos. Ni con
haber cubierto la meta el SENIAT a mitad de año la recaudación estimada de
impuestos para el 2015 hay suficiente para pagar los bolívares demandados por
el sistema financiero venezolano. El impasse
ha resultado en una suba notable de la tasa overnight
que rige las compensaciones intrabancarias y la recomendación de SUDEBAN de
limitar el pago en efectivo de cheques hasta por 40.000 bolívares, que en el peor
de los casos serán satisfechos con billetes de 20 y 10 bolívares para dejar en
manos de la red de cajeros electrónicos los billetes de 100 y 50.
En
contrapartida la banca venezolana ha reaccionado contra los usuarios de la red.
El retiro de efectivo está siendo limitado a hacerse desde los propios cajeros
del banco del usuario que los solicita. Las perspectivas de un corralito están
sobre la mesa. La demanda de efectivo se ha incrementado ante la más que
palpable evidencia de la depreciación de la moneda y al mantenimiento del cono
monetario que tiene como tope el billete de 100. No hace falta que el BCV deje
de publicar las cifras de inflación en lo que va del año, su valor es
fácilmente medible con lo que retira la gente de un cajero para suplir sus
necesidades de efectivo. Si para inicios de año, con un retiro de 600 bolívares
bastaba, ahora la norma son 1.800, o tres “golpes” de 600. Eso es una inflación
de 300% en 7 meses.
Desde
el gobierno toda la economía está volcada en pagar deuda, tanto externa como
interna. El usufructo de la renta petrolera por parte de la burguesía se
concentra ahora en la financiera mundial y nacional. La industria “nacional”,
dependiente de lo que consiga de insumos en el mercado internacional con los
dólares baratos que parasita a 6,30 o a 12,80 bolívares porque los mismos
dejaron de producirse en el país, se ha tenido que “sacrificar” al estar recibiendo
cada vez menos divisas por parte del gobierno de Maduro en aras de salvaguardar
los intereses de los capitales financieros en el país. Obviamente el “sacrificio”
no lo pagan ellos sino los trabajadores con suspensiones y despidos, precarización
y flexibilidad laboral.
Por
otro lado, los valores de cambio de bienes y servicios en el mercado hacen
florecer la informalidad a niveles de descomposición social con los llamados
bachaqueros, que ven el precio de oportunidad de vender por hasta 5 veces los
de los productos aun regulados que puedan conseguirse en kilométricas colas en
abastos y supermercados tanto de la red privada como pública. Mientras desde el
gobierno se criminaliza el bachaqueo lumpen o marginal, incluyendo medidas
violatorias al estado de derecho como con los castigos dictados por ciertos
alcaldes sin un proceso judicial, los verdaderos parásitos bachaqueros de la
gran burguesía nacional y extranjera han vivido con la “revolución bolivariana”
las mieles del mercado sin poner un dólar de sus bolsillos, recibiendo dólares
baratos en abundancia cuando había, y colocando los precios, con el aval del
gobierno en su política de “precios justos”, a valores del paralelo.
Todo
lo anterior demuestra que lo de la guerra económica, que el gobierno no se
cansa de enarbolar, es un mito. La economía es la política en su mejor expresión,
y cuando el capital se resiente ante lo indefectible que es la caída en su tasa
de ganancia, la crisis aparece y recrudece con todo el salvataje que el
gobierno coloque. La crisis del capital apenas está dándose forma, lo peor está
aun por venir.
Necesitamos
las divisas del petróleo para incentivar una verdadera producción nacional de
partes e insumos, no para pagar la deuda externa. Necesitamos los bolívares
disponibles para satisfacer contrataciones colectivas y salarios, no para pagar
con ellos a la banca nacional. Un mínimo accionar nacionalista por parte del
gobierno debería ser la suspensión inmediata del pago de la deuda, sin embargo
tal nacionalismo está lejos de plantearse.
Está
en manos de los explotados con la movilización y la lucha forzar al gobierno a
que lo haga. Su necesaria independencia política tanto del Estado como del
Gobierno es lo esencial para conseguirlo. La meta para ellos debe ser el
gobierno de los trabajadores, no conseguirlo pagaremos todos los proletarios
aun más la crisis del capital que ya estamos viviendo.
Roberto
Yépez
Opción
Obrera
13/08/2105
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