Odesa: la última advertencia
!Paremos a los nazis y a la intervención imperialista!
!Por una Ucrania unida, independiente y socialista!
Llamado a la Solidaridad Internacional
Cada
mayo, el día 9, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, la humanidad celebra
la derrota del fascismo. Pero después del Viernes Negro del pasado 2 de mayo, con
la masacre de Odessa, la humanidad está muy sorprendida al ver, de nuevo,
tropas de asalto nazis quemar vivos a civiles indefensos, arrestando y matando
a todos los que trataron de escapar, cantando el himno nacional antes los
cadáveres.
¡Transformemos
el terrible estado de conmoción en una acción decisiva!
Cualquier
silencio es complicidad, mucho peor, es un crimen. Tenemos que decir la verdad en
voz alta y clara sobre el pogromo en Odesa para derrotar la Gran Mentira ya
difundida por los autores materiales e intelectuales del crimen, los nazis de
Sector Derecha, y Svoboda, sus socios en el "gobierno" ilegítimo de Kiev
de oligarcas pro-occidentales, y sobre todo por los centros imperialistas de
Estados Unidos y la Unión Europea asistidos por los "principales"
medios de comunicación.
Sin
lugar a dudas, cuando una sociedad en fallida transición como Ucrania implosiona
y su economía colapsa, la situación es compleja y llena de contradicciones que
no pueden ser tratadas con simplificaciones de tipo blanco o negro. Por demás,
sólo los culpables podrían tratar de presentar el negro como blanco, las
víctimas como delincuentes, y como "fascistas pro-rusos o agentes pro-rusos"
a los ciudadanos de Odesa asesinados, de la manera más atroz por los verdaderos
nazis de “Sector Derecha”.
Esto es
exactamente lo que la prensa occidental y la propaganda en la televisión trata
de hacer, al presentar a los quemados vivos como "separatistas y
nacionalistas pro-rusos", y a las tropa de asalto de Sector Derecha el 2 de mayo como "activistas en favor de
Ucrania" (como por ejemplo el artículo en el International Herald Tribune
del 5 de mayo de 2014). Ahora, los mismos "ciudadanos activistas",
según el ministro del Interior en Kiev, reemplazarán a la policía local para
imponer la "ley y el orden", en otras palabras, para aterrorizar a la
población de Odesa y subyugarla a la dictadura de los amos de Kiev. Ya los
médicos que trataron de ayudar a las víctimas del pogromo fueron tratados por
los "activistas en favor de Ucrania" como "sucios judíos". Manifestaban,
una vez más, el notorio antisemitismo de los Banderovites en el poder, lo que
es particularmente procaz contra una ciudad como Odesa que solía ser un centro
tradicional de la cultura judía honrada por la pluma inmortal de un Isaac
Babel. La masacre en Odesa ha revivido siniestros recuerdos de 1941 con los
pogromos de judíos en Lviv por las bandas de Stepan Bandera.
El
pogromo en Odesa está indisolublemente ligado al asedio de Sloviansk, las
ejecuciones en Kramatorsk y otras ciudades, la rápida escalada de la agresión
militar por las fuerzas de Kiev utilizando helicópteros, tanques, tropas
especiales, bajo la dirección de los "especialistas" en guerra de terror
de Estados Unidos contra la clase obrera y la rebelión popular en el oriente y
el sur de Ucrania.
Aunque
la prensa occidental intenta confundir la rebelión como la acción de
"pequeños grupos de separatistas pro rusos y de soldados rusos disfrazados",
no puede ocultar que tienen el apoyo de la población local. El carácter de clase
trabajadora de la revuelta se demuestra claramente en la huelga iniciada el 23
de abril por los mineros de Donbass en contra del dueño de las minas, el
oligarca Akhmetov, el hombre más rico de Ucrania, antiguo partidario de
Yanukovitch, y figura clave para su remoción. Los mismos mineros se han
dirigido a los mineros de la Unión Europea solicitando la solidaridad, en el
espíritu del internacionalismo proletario. Esta región es el corazón industrial
del país y el objetivo de la ofensiva del capital extranjero siguiendo el
programa de canibalismo social, vinculado a los préstamos del FMI.
Las
personas que trabajan en el este y el sur de Ucrania no sólo defienden su
idioma o sus derechos nacionales y culturales del odio étnico y los planes
genocidas de los Banderovites en Kiev. La
cuestión social es el eje, a pesar de todo el ruido hecho por el ala derecha
de los nacionalistas rusos.
Es bien
sabido que no sólo los oligarcas ucranianos, sino también los oligarcas rusos
que tienen intereses invertidos en el este de Ucrania, se oponen a la rebelión
y exigen su represión.
La
verdad es que la población de Ucrania oriental sufre más bien de la inacción de
la Rusia de Putin que la de su acción. Las milicias populares en Donetsk en
vano clamaron por armas. Ellos están armados por el antiguo armamento de la
década de 1980 tomados por los insurgentes locales de las fuerzas armadas y la
policía de Ucrania. El Kremlin subordina todo a su diplomacia secreta, negociando
entre bastidores con EE.UU. y Alemania. El acuerdo de Ginebra del 17 de abril
fue sólo un intento en lo político, primero que todo, del desarme de la
rebelión en Donetsk, como habíamos subrayado en nuestro llamamiento del 18 de
abril. Eso fue una farsa peligrosa que falló miserablemente torciendo su rumbo
a la tragedia actual.
Repetimos:
ni el Kremlin ni los oligarcas, sino la clase obrera internacional es el aliado
de clase real de los trabajadores de Ucrania.
El
pogromo de Odesa es la última
advertencia no sólo por la tragedia que cae sobre todo el pueblo de
Ucrania, tanto en su parte oriental como occidental, sino además, para una más
vasta y terrible tragedia que afectará a la región entera, Europa y al mundo. Recuerda
a la Kristallnacht, la "Noche de los Cristales" que precedió en la Alemania
Nazi el genocidio al pueblo judío de Europa.
El
"Nuevo Orden" que los "ciudadanos activistas" de Sector Derecha,
habrán de imponer según el ministerio ucraniano de Asuntos Internos, implica no
sólo a Odesa o a la Ucrania oriental sino a todo el país, para poder poner en
práctica las medidas draconianas del FMI y la UE. Más allá, se trata de todo el
antiguo espacio soviético, como objetivo para la recolonización por EE.UU, la
OTAN y los imperialistas de la UE.
Si
permitimos que tengan éxito en sus planes entonces no sólo Ucrania o Rusia o
Europa Oriental y los Balcanes, sino el conjunto de Europa, el Medio Oriente y
el mundo entero sufrirán una catástrofe. ¡Tenemos
que detenerlos de inmediato!
Comencemos haciendo del aniversario de la derrota del
fascismo este año, el 9 de mayo, un día internacional de movilización en solidaridad,
denunciando la masacre perpetrada por los nazis en Odesa. Debemos organizar, para este propósito, piquetes a las embajadas y
consulados de Ucrania en todo el mundo, la distribución de panfletos, la
celebración de reuniones y manifestaciones, etc.
Pongámoslo
en el centro de la actividad política de todas las organizaciones de izquierda
y populares, de los movimientos sociales, en cada foro nacional e internacional,
las consecuencias de la tragedia ucraniana trazando sus conexiones con la situación
específica actual de cada país.
Rompamos
la complicidad del silencio, la apatía y la inactividad que la izquierda
oficial burocratizada, en particular en Europa occidental, mantiene en relación
a Ucrania cuando no apoya abiertamente las acciones de "su propio"
imperialismo. Si permitimos que los Banderovites en Kiev hagan lo que quieran
como en Odesa, mañana entonces permitiremos que el mismo crimen suceda por "Golden
Dawn" en Grecia, por Jobbik en Hungría o incluso, por el Frente Nacional
de Marine Le Pen en Francia.
Desenmascaremos
sistemáticamente todas las mentiras de los medios de comunicación de masas, de
propaganda y las operaciones psicológicas del imperialismo. La verdad es
concreta y revolucionaria.
Las falsas elecciones del 25 de mayo en Ucrania bajo el
régimen dictatorial, que le hace la guerra al pueblo del país, impuesto por
EE.UU./UE, tienen que ser denunciadas y la farsa electoral boicoteada.
Tanto
el nacionalismo ucraniano y como el nacionalismo Gran Ruso propagan el odio étnico,
la desintegración, la esclavitud nacional y el desastre social en beneficio de
los intereses de los oligarcas y el capital global, para el FMI, la UE, los
EE.UU. y la OTAN.
La integridad y la independencia de Ucrania se pueden
asegurar sólo si todos los oligarcas, estos ladrones, son expropiados sin
compensación alguna bajo control obrero, y la economía y la sociedad toda sea
reorganizada sobre bases reales, anti-burocráticas y socialistas.
La
falsa Rada Suprema tiene que ser disuelta de inmediato. Consejos Obreros tienen
que ser formados en todas partes y elegir delegados a una nueva, verdadera Rada
Suprema, para organizar un debate nacional sobre una nueva Constitución para una Ucrania unida, independiente y
socialista gobernada por los Consejos de Trabajadores y el pueblo y no por
pandilleros a pago de Washington , Berlín o Bruselas.
¡Muerte al fascismo! ¡Libertad y paz para el pueblo!
¡Todo el poder a los Consejos Obreros!
06 de mayo de 2014
Firmantes:
Savas Michael-Matsas, a nombre del Partido
Revolucionario de los Trabajadores de Grecia, EEK
Matyas Benyik, del cuerpo directivo de la Sociedad Karl
Marx, Hungría
Sungur Savran, a nombre del Partido Revolucionario de
los Trabajadores de Turquía, DIP
Attila Vajnai, a nombre del Partido de los
Trabajadores Húngaros 2006 EUROIZQUIERDA
Raquel Varela, Instituto de Historia Contemporánea, Universidad
Nova de Lisboa, Portugal
Mikhail
Konashev, AMO-Leningrado, Rusia
Peter Farkas, Presidente de la Sociedad Karl Marx,
Hungría
Dimitris Mizaras, a nombre de la Liga de Trabajadores
Marxistas (MTL), Finlandia
Elizabeth A. Bowman, Presidente del Centro de Justicia
Global, San Miguel de Allende, Méjico
Robert V. Stone, Profesor Emérito, Universidad de Long
Island, New York, New York
Roberto Yépez y José Capitán, a nombre de Opción
Obrera, CRCI, Venezuela