Sobre el salario y la gasolina, sus costos
La gasolina
La propuesta del
gobierno sobre un aumento de la gasolina, consentida por la MUD, hasta ahora no
se concreta ante la disyuntiva de fijar el nuevo precio y el mayor temor de su
impacto social real, que (esto último) no tiene nada que ver con las guarimbas.
En los argumentos
para su justificación se aplica la lógica formal sobre ítems como el costo de
producción, precio de venta, comparación con el precio de venta en otros
países, la ridícula sustentación de que no afectara al ciudadano de a pie sino
a los sectores que tienen mayores ingresos porque tienen varios autos,
comparación con el precio de otras mercancías como el agua, la cerveza o un
café, concluyendo que es un clamor general su aumento. Decimos lógica formal
porque se aísla el fenómeno, no se expresan las causas estructurales que lo
originan, mucho menos sus consecuencias, ni si el aumento se desvanecería con
una continua devaluación de la moneda. El fin realmente es buscar otro medio
con el cual paliar el déficit fiscal, no de evitar las causas que lo originan. Curiosamente
el gobierno, ahora, argumentando todo lo contrario durante más de 12 años. Lo
cierto es que el precio actual de la gasolina es una de las pocas ventajas que
recibe el pueblo por la explotación petrolera, en cambio, de su usufructo es lo
menos que reciben como si lo hace la banca, el comercio importador y la
industria ensambladora.
Respecto a dónde iría
el ingreso por al aumento del precio de la gasolina, sabemos que será a donde
se han ido todos los demás ingresos del país, no para los servicios públicos,
no para los salarios, no para la inversión productiva, sí para continuar el
despilfarro, para cuentas no visibles, en otra palabras, cuentas que no son
realmente para invertir en una Venezuela productiva, aun teniendo el mayor
ingreso de la historia por venta del petróleo y, sin embargo, ni siquiera da
para actualizar o adecuar los patrones de refinación al tipo de crudo actual.
Con la Industria
nacional paralizada, escasez de productos básicos, dólares preferenciales para
seguir importando no lo necesario para el país, para seguir parasitando. Para
aprobar millardos de dólares preferenciales y dárselos a la industria automotriz
que es foránea: GM, Ford, Chrysler, Mitsubishi, Toyota; para las
transnacionales farmacéuticas; para las tiendas de electrodomésticos importados
como Daca, o ropa como Grafitti; para pagarle los préstamos a los chinos, a la
par que se les contrata para los servicios, se les compran sus productos y se
emplean sus trabajadores; se importan hasta los tubos para la industria
petrolera mientras las fábricas de tuberías en el país están en decadencia por
falta de inversión. La producción de gas, la refinación, la perforación están
retardadas y hasta paralizadas, no por el precio que tiene actualmente la
gasolina.
En definitiva, no es
garantía que el precio aumentado de la gasolina se invertirá de acuerdo a la
real necesidad del país, como no se hace con el ingreso petrolero. Por otro
lado, no solo es la ineficiencia para la totalidad del país sino la eficiencia
para favorecer a la banca y a los grandes importadores, como salió en la lista
de CADIVI hasta 2012 o más recientemente, con la publicada por CENCOEX de enero
a abril de este año. El gobierno se ufana, ante los empresarios devenidos en
meros importadores, en responderle dándoles todos los dólares que han
solicitado, en detrimento de la producción nacional.
Algo muy “sensible”
es el servicio de transporte colectivo, el cual es pésimo con el precio del
combustible “regalado”. Cómo será si se aumenta el precio de la gasolina, no
hay duda que empeorará, independientemente de cuán grande o pequeño sea el
precio del combustible. Una prioridad es mejorar el servicio de transporte
colectivo con el cual, si fuera efectivo, muchos más lo utilizarían en vez de
usar su auto particular para ir al trabajo, ahorrándose la gasolina y sin
afectar, sino todo lo contrario, favorecer, al trabajador. En definitiva, el
valor de la gasolina como de toda la riqueza nacional es producida por los
trabajadores, cuando estos no se benefician de lo que producen, es porque se lo
están regalando literalmente a la burguesía parasitaria que dirige el país.
El salario
Si la lógica es
aplicable al aumento de la gasolina, ¿por qué no se le aplica al salario, es
decir, al precio de venta de la fuerza del trabajo?
¿Cuánto cuesta la
fuerza de trabajo? Su precio está regulado por el acuerdo sobre el salario
mínimo que está en los 4.251 bolívares. Si comparamos el precio mínimo de la
fuerza de trabajo con el del conjunto de alimentos para subsistir, la llamada
canasta alimentaria, ésta está por los 9.000 bolívares, según el estudio del
CENDAS, y por los 4.000 bolívares según el INE, valor que no resiste el menor
análisis. Si lo comparamos con la cesta básica, ésta está por los 16.000
bolívares. Aclaremos de una, el bono de alimentación no es salario, y de paso
es absurdo que por ejemplo en PDVSA su valor está en 5.000 bolívares y el
salario esté en 5.620 bolívares. Es decir, la TEA en PDVSA, que no es salario,
tiene un valor de 88% del salario básico, pero como bono no salarial que es, no
suma al salario base de cálculo de horas extras, vacaciones, utilidades,
liquidación de prestaciones sociales o jubilación. El ingreso mensual mínimo
para el que no dispone de una contratación colectiva, la inmensa mayoría de los
asalariados del país, varía entre 4.949,50 y 5.648 bolívares si se incluye el
bono de alimentación que mejor le plazca “dar” el patrono. La lógica del valor
del salario resulta en un absurdo pues no alcanza ni para reponer la fuerza de
trabajo consumida en cada jornada.
La fuerza de trabajo
tiene un costo mínimo de 16.000 bolívares para sostener un núcleo familiar de 5
personas, esto es, para poder alimentarse, tener vivienda propia, educación,
vestido y calzado, atender satisfactoriamente la salud, cubrir los pagos por
servicios públicos de agua, electricidad, gas, transporte, telefonía, internet,
y si sobra, para la recreación que en la actualidad es un lujo.
El valor de la fuerza
de trabajo, su salario diario de conjunto, no se puede seguir pagando por
debajo de su costo, o por usar un símil, no puede regalarse.
El ingreso por la
venta de la fuerza de trabajo, llamado salario, se destina a satisfacer las
necesidades básicas de la familia y poder cubrirlas, pero lo real es que con el
salario mínimo vigente no se cubre sino casi 1/4 de la cesta básica familiar, y
eso si la familia no tiene un gasto extraordinario por un problema familiar de
cualquier tipo sea de salud, vivienda, transporte, de reparación de algo, o de
un robo que también suele suceder, además de la inflación.
¿Quién clama por el aumento de la gasolina? El gobierno. ¿Quién
clama por el aumento de salario? Los trabajadores. ¿Quién decide?
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