Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



Comunícate con nosotros por los siguientes buzones de correo:

info@opcionobrera.org
opcionobrera@yahoo.com
opcionobrera@hotmail.com





miércoles, 7 de noviembre de 2018

¿Puede haber un gobierno obrero en Venezuela?

¿Puede haber un gobierno obrero en Venezuela?      


   
Lo primero que hay que decir es que, sin un gobierno de los trabajadores, ninguna de las vías para resucitar un país destruido busca el beneficio del trabajador y peor aún, será a costa de mayores sacrificios y más hambre para los trabajadores, como si ya no es suficiente. 
Todos los planes, por más diversos que sean son ataques contra los trabajadores para salvar a los patrones, comerciantes, banqueros. Es probable que no lo logren y al fracasar, ocasionarán nuevos sacrificios para el país. 
Nadie vendrá a solucionar los problemas a los que producen en el país, es decir los trabajadores. Para ellos reactivar la economía es mediante la super explotación de la clase obrera 
Venimos de un período  donde la banca nunca dejó de ganar en los últimos 20 años, y los industriales se llevaron miles de millones de dólares y ahora cuando arruinaron al país, es un exabrupto que de nuevo se enriquezcan con nuestro trabajo y nuestra producción. 
Nuevamente necesitan recursos y es el Estado quien debe proporcionárselos, pero como esto no sale del sombrero de un mago, saldrá de los mayores sacrificios, más entrega de nuestros recursos, más endeudamiento, mayor destrucción del país como están haciendo en el escudo guayanés a través de la minería. 
Cualquier gobierno, no el de los trabajadores, sea el de Maduro, u otro del gusto o deseo de los antimaduristas se proponen liberar el control de cambio y de precios, cada cual, a su manera para beneficiarse, pero ninguno liberará los salarios, por el contrario, regulará los salarios al mínimo que les permita salir, a ellos, de su atolladero y tienen al Estado para que imponga su plan de la nación, con un presupuesto con sus respectivos gastos, inversiones, pagos y endeudamiento con base a sus intereses. 
Desde el punto de vista de los trabajadores, todo plan de ese calibre debe ser rechazado y combatido, proponiendo otro plan alternativo y antagónico. 
Todo renacimiento real como primer paso aunque difícil, es volver a producir, pero nuestras manos, nuestros brazos, nuestros sentidos están intactos y listos para producir, quizá la “barriga” algo golpeada por falta de alimentos. Se necesitarán los otros recursos, que están escasos o ausentes. ¿Cuál es el otro componente necesario? El capital propio de una sociedad capitalista como la que aún tenemos.  Importante destacar es que todos esos los recursos los proveen, los producen los trabajadores de otras áreas, otras regiones, otros países son según el caso, ora las materias primas, maquinarias, repuestos, insumos, energía, que se obtienen con dinero, es decir se compran, en resumen, hacen falta esos recursos o dicho de otra forma hace falta capital, el cual el gobierno no tiene, inclusive tampoco muchos capitalistas, debido a la crisis, pero los recursos existen. 
Un gobierno obrero utilizaría los recursos de que dispusiera, directamente en beneficio del país, vale decir en beneficio de los trabajadores, o en el caso del capital como expresión de los recursos en manos de los explotadores de la banca y de los patronos si se negasen a disponerlo en razón de producir para el país, capital que se niegue, recordemos en bien del país, habría que expropiarlo, confiscándolos sin indemnización, no como las anteriores donde lo que se hizo fue comprarle a los capitalistas por encima de su valor sus medios de producción para entregárselas a una dirigencia burocratizada controlada por el gobierno y no a quienes históricamente producen, la clase trabajadora.
A los trabajadores se les alecciona que es imposible establecer un gobierno de trabajadores, porque siempre habrá explotación, y se considera natural pisotearlos, y ven inconcebible trabajar sin explotación, otra visión algo “superadora” dicen que es posible tener un gobierno de los trabajadores pero solo allí será posible la no explotación y mientras tanto solo es posible alcanzar algo de los del gobierno de turno y de los explotadores.
En el método aleccionador está la coerción, se domestica y sirve de ejemplo para otros con la inspectoría del trabajo,  para “hacer” parecer natural la explotación con todos sus abusos hasta llegar a los salarios de hambre y el desempleo, si no es suficiente tiene las fuerzas del orden el SEBIN, la Guardia Nacional o los colectivos, para “hacerlos” entrar en carril o castigarlos
La ruina del país, representada en la hiperinflación y la parálisis de la actividad productiva es respondida, para intentar salir del desastre, con una política de Estado a través del gobierno y sus instituciones  sobre todo a través del ministerio del trabajo y su central sindical la CBST imponiendo un tope a través de unas tablas salariales que no llegan ni a tres salarios mínimos legales, todo esto está lejos, por debajo, de los 50 dólares mensuales, para las clasificaciones mejor remuneradas. Esto es lo que ofrecen a las inversionistas extranjeras, en especial a las chinas y confirma la naturaleza reaccionaria y antiobrera del gobierno y todos sus aliados del GPP, que le cubren por la izquierda lo que por la derecha es el entrelazamiento del Estado con los militares como ente político.
La necesidad de enfrentar esta situación de excepción con una caracterización correcta es evidente, en especial a partir del derrumbe político y económico del gobierno que se defiende del modo más infame y corrupto. 
Todo este escenario aquí señalado se agudiza cada vez más, lo cual plantea la necesidad de una respuesta obrera y popular para hacer frente a dicha ofensiva y derrotarla.
Lo primero, es restituir los acuerdos salariales mediante la contratación colectiva, sus descripciones de cargos y sus incidencias progresivas para todos los trabajadores cuyo objetivo es alcanzar un salario mínimo vital, el cual debe cubrir las necesidades de la cesta básica familiar, con este fin se debe derrotar al enemigo número uno de toda la clase obrera venezolana,  la burocracia sindical de la CBST
Pero eso no basta, es inaplazable levantar un programa integral de salida de los trabajadores frente a la crisis nacional, de lo contrario, el capital financiero en crisis desesperada solo quiere exprimir a Venezuela, su objetivo no es producir, debemos oponer a esto el programa de los trabajadores el cual debe apuntar a un plan de obras públicas urgentes dirigido y controlado por los trabajadores democráticamente, el no pago de la deuda externa, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, la eliminación de los impuestos al consumo y su reemplazo por tributos progresivos sobre el capital, la nacionalización de toda empresa estratégica, todo bajo el control obrero autentico, democrático y revocable, sobre todo en las empresas de servicio distribución de gas, suministro de agua potable, energía eléctrica, telefónica, gasolina, el mantenimiento de la vías y  un plan urgente para darle solución al transporte nacional, estadal, municipal, además de combatir la corrupción y la impunidad.
Un revocatorio a todos los diputados de la ANC y su política criminal redactando una constitución que por un lado no solo exime las atrocidades que comete el gobierno, sino que las justifica y las acomoda a fin de que los chinos y los rusos sean complacidos en sus condiciones para explotar el país. 
El empeño que se vive en la calle da cuenta de un movimiento que no está derrotado, es necesario un congreso de delegados de sindicatos combativos para acometer un plan de lucha de la clase obrera venezolana. 
Este programa debe concluir con el planteamiento estratégico del gobierno de los trabajadores, porque sólo él puede llevar adelante un plan económico y político para que la crisis la paguen los capitalistas. 

José Capitán 

No hay comentarios:

Publicar un comentario