Sobre la tortura y un comentario de Pablo
A fines de la
década del 70 del siglo pasado, conocí a Aníbal (Pablo Riesnik) en Perú en una
de las reuniones fundacionales de la Tendencia Cuarta-Internacionalista. Estábamos
presentes representantes de Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile, Brasil, Perú y Venezuela.
Saliendo a
descansar luego de una jornada, un compañero chileno nos relataba a Pablo y a mí,
de una situación que le sucedió estando en Chile, en clandestinidad durante la dictadura
de Pinochet. Un militante de la organización chilena detenido, bajo tortura
quebró y decidió colaborar. Por gestión del colaborador bajo tortura, se
concreta una reunión entre él y el compañero que nos relataba lo sucedido. Se
encuentran, y sin percibir el control policial, accede a acordar una nueva
reunión.
El día de la
segunda reunión, había dos cercos policiales. En el camino a su encuentro, el confidente
tuvo un segundo aire y logra avisar que era una trampa, por supuesto el
compañero que iba a su reunión no lo sabía y ya se
encontraba dentro del perímetro del primer cerco, pero sus camaradas realizaron
un operativo, logrando interceptar al compañero, meterlo a un establecimiento y
sacándolo disfrazado pudo burlar el cerco y salvarse.
La
organización chilena acordó que el delator, a pesar de su aviso, debía recibir el
trato correspondiente en caso de salir de su situación. En este momento de la
conversación Pablo dudó sobre la decisión, luego contó lo que padeció bajo
tortura, nombró la aplicación del pentotal, de ser colgado y amarrado de los pies
sobre un palo con la cabeza hacia abajo, método de tortura llamado Pau de Arara,
y los vejámenes a que fue sometido. Resistió sin “confesar” pero expresaba lo
terrible de padecer esa situación.
Independiente de
la posición correcta sobre el caso, la tortura como método utilizado ayer por
los demócratas de ahora, que fue aguantada por Pablo, nos recuerda que la represión,
la tortura y el asesinato siguen latentes y en muchas ocasiones activa.
Las denuncias,
las movilizaciones impulsadas por la izquierda argentina, y en particular por
una organización, el Partido Obrero, forjado entre otros por Pablo Rieznik, mantiene una constante campaña para lograr el castigo a
los culpables de esa larga noche. A su vez, se contrarresta el avance de
corrientes que promuevan nuevos salidas de ultraderecha como respuesta de salida a la crisis. Hasta
la Victoria Siempre es la única forma de erradicar la tortura. Aníbal, tras su
valor y su trayectoria, las enseñanzas, notas, sus libros, son indispensables
para elevar el nivel de conciencia y el programa, armas indispensable para la liberación.
La actividad
de Aníbal dentro del marco internacionalista fue una constante. Con el Comité
por la Reorganización de la Cuarta Internacional, CORCI, luego con la Tendencia Cuarta-Internacionalista y del último
intento, la Coordinadora por la Reconstrucción de la Cuarta internacional, CRCI.
Recordamos su respuesta a Stephane Just, su análisis y critica al papel del POR
durante la revolución boliviana de 1952 y recientemente sus análisis sobre el
catastrofismo, todas herramientas fundamentales para la construcción del
partido mundial de la revolución, la IV Internacional. Sigamos adelante.
José Capitán
No hay comentarios:
Publicar un comentario