BALANCE DE LA
MOVILIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES EL 11 DE FEBRERO DE 2015 EN VALENCIA
Se
realizó con éxito la movilización de los trabajadores que se había convocado
para el 11 de febrero de los corrientes en Valencia con concentración en La
Espiga de Oro en La Isabelica para luego marchar hasta los portones de Chryler,
empresa automotriz emblemática por el número de trabajadores despedidos durante
los últimos meses del año pasado. Es necesario aclarar, sin embargo, que la
palabra “éxito” reviste un carácter contradictorio ya que mientras la
convocatoria fue bien recibida por muchos trabajadores despedidos, lo mismo no
tuvo un efecto similar en los aun activos que pueden estar en vía de dejar de serlos
más temprano que tarde.
El
aporte que hicieron los convocantes de Trabajadores Unidos Contra Los Despidos
fue notable. Una numerosa representación de despedidos de Chrysler, Ajeven-Big
Cola, Filtros Wix, Petrocasa, tercerizados de Pirelli y Transporte Cass estuvo
presente. No se presentaron los de Coca Cola, Ford, General Motors, Polar
Cereales, Pepsicola-Te Lipton que también habían sido convocados y hasta habían
ratificado acompañarnos.
El
aporte de trabajadores por parte de FUSBEC fue esencialmente referencial. Los
representantes sindicales, los más combativos afiliados a la federación
regional, que estuvieron presentes fueron los de Extrutex, Refrigeración
Europa, Sector del Plástico, Galletera Carabobo, Barrio Adentro, Faplast,
Océano Plástico, Alcave. Se notó la ausencia de trabajadores de base de tales
empresas. Ni la totalidad de los propios federativos de FUSBEC estuvo presente.
Los
compañeros de la FLEC (Fuerza Laboral del Eje Costero de Carabobo) no se
presentaron. La central sindical nacional UNETE estuvo presente con Elpidio
Rojas y Ulises Rodríguez. C-Cura y Opción Obrera, los otros dos convocantes
hicieron presencia durante todo el tiempo previsto.
El
balance por los asistentes corresponde a los trabajadores despedidos aunque no
todos los que debían asistir.
Por
otra parte, la concentración final frente al portón 1 de Chrysler, aunque
cumplió con lo programado en principio, versó esencialmente en las denuncias
que se le hizo a la burocracia sindical de esa empresa como cohonestadores de
los despidos realizados por el patrono al no luchar contra el laudo arbitral impuesto
desde el Ministerio del Trabajo que además de los despidos afectó varias
cláusulas del contrato colectivo. Si bien la denuncia hacia Cristian Pereira,
como representante máximo de la burocracia sindical en Chrysler, tenía todo su
sentido también lo era el tema de los despidos y suspensiones, factores comunes
en GM y Ford y sostenidas por sus respectivas burocracias sindicales que se
pueden calificar hasta de peor, y aunque eso era lo que debía haber expuesto el
compañero despedido de Chryler, Noel, como la primera intervención del acto, su
discurso se decantó por personalizar la denuncia hacia el burócrata y no
enfocar hacia los presentes que lo que ocurre en todas las empresas ensambladoras
automotrices es la respuesta patronal a que los trabajadores paguen los costos
de la crisis que sólo aquellos han creado.
En
la segunda intervención le correspondió el turno a un compañero de Ajeven-Big
Cola que aunque trató de ceñirse a lo previamente acordado respecto a los
despidos en otras empresas distintas a las automotrices, y por tanto, hacer
mención a lo que ocurre en Coca Cola, Pesicola-Te Lipton, Transporte Cass,
Filtros Wix, Petrocasa y los tercerizados de Pirelli, terminó decantándose de
igual forma hacia la burocracia sindical en su empresa, y también de la de
Chrysler. José Torres, de Filtros Wix, quien no estaba previsto que
interviniera en el acto final, enmendó el capote y colocó sobre el tapete el
acuerdo existente entre los patronos y la Inspectoría del Trabajo que coordina
para la región central el inefable José Aponte, además de la excusa patronal de
la falta de divisas para despedir a los trabajadores mientras la producción en
las empresas se mantiene.
Como
tercera intervención estaba prevista la de Julio Polanco como presidente de
FUSBEC, pero por motivos personales tuvo que ausentarse. Tomás Flores fue el
designado por FUSBEC para colocar los temas de los miles de despidos que se
tienen programado en Carabobo en las distintas inspectorías del trabajo. Tocó
el punto de las trabas que existen con la paralización del Registro Nacional de
Organizaciones Sindicales (RNOS) que le niega el derecho a la sindicalización a
miles de trabajadores en todo el país y en particular en Carabobo, ciñéndose de
esta forma a lo previsto en la coordinación de la movilización. También
aprovechó para invitar al Encuentro Sindical del 7 de marzo próximo.
El
compañero Rolando Gaitán, a nombre de C-Cura tomó a continuación la palabra,
aunque tampoco estaba previsto hacerlo. Su discurso se orientó hacia el papel
que están jugando los trabajadores en la crisis pagándola con los despidos y
las suspensiones. Fue el único que reivindicó la consigna de que la crisis la
paguen quienes la causaron.
Marcela
Máspero, a nombre de UNETE, tenía previsto hacer la intervención de cierre pero
por complicaciones en su agenda de trabajo no pudo asistir. Tomó la palabra
Elpidio Rojas para ofrecer toda la solidaridad con las luchas de los
trabajadores a nivel nacional en contra de los despidos y por la defensa de la
organización sindical, hoy cuestionado por la negativa del RNOS en librar las
matrículas sindicales. El acto que debía concluir con la intervención de UNETE
se prorrogó con más de las denuncias de los trabajadores despedidos de Chrysler
hacia Cristian Pereira.
Entre
las lecciones que debemos sacar los trabajadores ante los resultados de la
movilización están:
- El personalismo privó sobre lo previamente organizado. El acto final era en esencia uno político dirigido a los trabajadores que explicara el por qué de los despidos y las suspensiones como la consecuencia de querer salvarse los capitalistas de la crisis que han creado. Explayarse en el apoyo que les brinda la burocracia sindical a los patronos es parte de lo mismo como de igual forma se lo brindan las instituciones del trabajo y el propio Gobierno Nacional.
- La movilización tenía previsto un carácter nacional que terminó reducido al entorno carabobeño. Varias organizaciones sindicales del país afiliadas a UNETE habían notificado su participación sin embargo no hicieron acto de presencia. De igual forma estaba planteado que otras organizaciones sindicales no afiliadas a UNETE asistieran, así como de agrupaciones políticas de izquierda del país con la excepción del compañero de la UST, Leonardo Arantzes, que sí asistió.
- De las tres consignas que prefiguraron la movilización con carácter nacional, ¡CONTRA LOS DESPIDOS Y LAS SUSPENSIONES!, ¡CONTRA LA PRECARIZACIÓN DEL SALARIO!, y ¡EN DEFENSA DE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL!, la única que fue abundantemente desarrollada fue la primera –echándole más la culpa a la burocracia sindical que a los patronos–, luego la tercera aunque sin darle la necesaria explicación política para los trabajadores de su necesidad. La segunda fue totalmente dejada a un lado. En el volante que se distribuyó días antes a la convocatoria del 11 de febrero, con una muy precaria organización para llevarlo a las miles de empresas que todavía existen hoy en el eje industrial Mariara-San Joaquín-Guacara-Los Guayos-Valencia, se decía lo siguiente en forma concentrada: “Exigimos que los proyectos sindicales se aprueben para poder discutir las contrataciones colectivas y así mejorar nuestros salarios y reivindicaciones y también impedir la arremetida patronal con los despidos.”. Es la esencia de la actividad sindical clasista y autónoma que se debía haber alentado.
- Un dato curioso pero no menos relevante. Una docena de trabajadores de Monwald, una contrata tercerizante de GM, hicieron presencia en el acto final más no durante la marcha. Aprovecharon la cobertura de los medios para denunciar tanto despidos como su incertidumbre ante el cierre de contratas en varias grandes empresas por la proximidad del 7 de mayo cuando la LOTTT da plazo para eliminar la tercerización. ¿Por qué se incorporaron de esa forma y no desde la concentración estando enterados de la movilización?
- Si los trabajadores despedidos no hubieran asumido su participación mayoritaria y preponderante la actividad del 11 de febrero en Valencia hubiera sido un completo fracaso. Debemos revisar al mínimo detalle por qué los trabajadores aun activos todavía no se motivan a acompañarnos. ¿Temor al patrono? ¿Fallas en los mecanismos de convocatoria? ¿Súper-representatividad de los dirigentes sindicales por encima de los trabajadores de base? ¿Confianza en que el gobierno detenga la arremetida patronal? Algo no está funcionando cuando la crisis del capital apenas está mostrando sus fauces. Esperemos poderlas resolver con el Encuentro Sindical programado para el 7 de marzo.
Roberto
Yépez
Opción
Obrera
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