LA REVOLUCION LATINOAMERICANA
Extractos tomados fundamentalmente de G. Lora[1],
de artículos del PO, mas unos pocos añadidos de la particularidad
venezolana, para la discusión y
formación de los camaradas.
LA CRISIS DEL CAPITALISMO
América Latina se encuentra en un verdadero
proceso de ruina económica, asistimos a mucho mas que el derrumbe del
nacionalismo burgués, es el derrumbe del capital, comenzando por el tequilazo
en México, salvado financieramente por su poderoso vecino en vista de la inminencia del peligro a su
lado y terminando en la actualidad en un caso extremo El Argentinazo. El
espectro de la crisis económica también recorre, con diferentes grados de
agudeza a los otros países sudamericanos: así vemos el fracaso en escasos meses de las promesas de
Toledo en Perú, hace no mucho tiempo la
devaluación de real en Brasil. Por otro lado está el fracaso de las respuestas
políticas burguesas y de las alternativas movimientistas y de partidos que pretenden sustituir o tomar atajos democratizantes
como los movimientos indígenas de Bolivia y Ecuador, las ocupaciones de tierra
del MST brasileño. Hace algunos años, la
vía parlamentarista y pacífica de Allende,
El frente amplio uruguayo, de los cuales todavía hoy sufrimos las
consecuencias, así también vivimos hoy, la política pro-conciliadora y burguesa
del las FARC y el ELN en Colombia, la alternativa tipo foro de Porto Alegre
donde se demuestra el servilismo hacia el gran capital y su incapacidad para
luchar y mucho menos para alcanzar las mínimas y elementales reivindicaciones
de las masas, por último, el patético caso de Lula asintiendo la política del
FMI, todas son expresiones que llevan a la derrota, al desgaste y la
frustración al pueblo latinoamericano
siempre con la “ayuda” e intervención de por medio, del imperialismo USA.
El camino correcto es el camino de la construcción del partido revolucionario. Para llevar a cabo a la lucha al lado de las masas, es obvio, partir de las experiencias particulares, su inserción en la realidad mundial mediante la llamada globalización a través del marxismo como arma para plasmar el programa y la organización expresado esto en el partido revolucionario de la clase obrera que puede ejecutar las tareas pendientes tanto nacionales, como las de su misma clase, erigiéndose en caudillo de la nación oprimida para luego continuar en conjunto con los compañeros de clase de los otros países emprender la solución de los problemas particulares del sub continente. Las enseñanzas magistrales son las Asambleas Populares y los cortes de rutas piqueteros de la Argentina, que junto a la movilización que instauró en el poder a Chávez en Venezuela, son expresiones del movimiento latinoamericano que como un todo insurge contra la caducidad de la burguesía nacional. No podemos soslayar las experiencias revolucionarias internacionales. América Latina no enfrenta una “crisis regional”, la crisis es una de las manifestaciones de la agudeza de la crisis mundial del capitalismo, es la globalización de la crisis capitalista.
EL NACIONALISMO BURGUES
Las actitudes revolucionarias (limitadas en el
tiempo y en sus proyecciones) y las medidas progresistas adoptadas por los
nacionalismos burgueses motivan, de manera inevitable, la resistencia y el
ataque sistemático de la metrópoli imperialista y de ultra derecha criolla, que
se transforma en portavoz de aquella. Los gobiernos nacionalistas, para poder
resistir y rechazar presiones, se ven obligados a apoyarse en mayor medida en
las masas, a movilizarlas mas
profundamente y hasta permitir que la clase obrera tenga participación en la
administración de las empresas estatizadas.
La conducta proletaria revolucionaria debe
ser, en estos casos, la defensa del gobierno nacional sea este democratizante,
cívico-militar hasta fascistizante y tenga este todas las limitaciones propias
de la burguesía para emprender la resolución de los problemas nacionales,
frente a la arremetida imperialista y la reacción criolla. Con todo, así se
trate de una simple defensa no para liberar a los explotados, sino para
apoyarse en ellos para poder negociar, tiene que ponerse especialmente cuidado
que esta postura no genere inútiles e
ilimitadas ilusiones acerca de al capacidad revolucionaria de los gobiernos
nacionalistas, que no lleve al convencimiento falso de que pasos
progresistas solo puedan darlos este
tipo de gobierno, debe evitarse que bajo la careta de defensa del gobierno de un país atrasado contra el imperialismo se
concluya sosteniendo la política burguesa y se obligue al proletariado a someterse
a ella.
La Izquierda tradicionalmente rehuye al
análisis de la naturaleza de los gobiernos nacionalistas. Los partidos pequeño
burgueses y sus ideólogos no solo traicionan sus propias promesas, sino que más
tarde, teorizan sobre su derrota y claudicación para justificarlas. Solo basta
ver el caso de T. Petkoff, u otros mas logrados llegando hasta ser presidente
de una nación como Fernando E. Cardozo ideólogo de la izquierda en la década de
los sesenta sobre el antiimperialismo, o asesores de presidentes como el actual
caso del canciller mexicano Castañeda.
Un gobierno nacionalista, por muy popular que
sea, se mueve bajo la doble presión, cada vez más poderosa, del imperialismo y
la burguesía criolla por un parte, y del proletariado por la otra. Si realmente es fuerte, el gobierno
nacionalista tiende a adoptar una postura bonapartista, a oscilar
(desplazamiento que puede ayudar a fortalecerse o a prolongar su estadía en el
poder) entre los polos imperialista y burgués industrial o entre estos y el proletariado.
El fortalecimiento del sector estatizado de la producción y la movilización de
las masas, y también, el apoyo mayoritario de las FFAA, permiten que el bonapartismo adquiera un mayor desarrollo. Los que cuentan con el entusiasmo de las
masas no dudarán en extender hasta ellas los beneficios de las garantías y
derechos democráticos, como en nuestro caso, por ejemplo, el proceso de la relegitimación
sindical. Proceso que se llevo a cabo
impuesto por el gobierno a través del
control aparente por parte de un organismo oficial, el CNE, que permitió la
ventaja de la podrida burocracia
sindical y junto a esto, la desviación para una autentica campaña de
independencia y autonomía de los
trabajadores que realizo el FBT, como elemento del partido del gobierno MVR en
el seno de los trabajadores. El
nacionalismo burgués aunque se encarne en un régimen bonapartista puro, sirve
en definitiva al capitalismo. Con todo el bonapartismo solo puede ser temporal,
mas tarde o más temprano concluirá sometiéndose a la metrópoli, o siendo
estrepitosamente derrotado sino ha sido reemplazado por la dictadura del
proletariado.
Urge recalcar, con toda la claridad necesaria,
que la defensa del gobierno nacionalista (frente a la conspiración y propaganda
contrarias, desencadenada por el imperialismo y la ultra derecha criolla,
campaña de desprestigio, boicot económico y diplomático, utilizar su servicio
de inteligencia para arruinar el país) no debe confundirse con el apoyo del
proletariado hacia aquel, con el apoyo a la política burguesa, pues esto
significaría que la clase revolucionaria pierda su independencia y abandone su
estrategia, es decir, que se contribuya a convertir en imposible la
estructuración de la dictadura del proletariado, o lo que es lo mismo, la destrucción
efectiva de la contrarrevolución nativa
e internacional, el cumplimiento plenos de las tareas democráticas y de la
liberación nacional, y su transformación
en socialistas. Por el contrario, sostener la defensa del gobierno nacional sin
demostrar su naturaleza de clase y sus limitaciones es asegurar la derrota de
la revolución.
Es necesario explicar algunos términos, sin
cuya comprensión no se puede explicar el
contexto donde se desarrolla la revolución latinoamericana. Fue Lenin, quien expuso teóricamente el
desarrollo del capitalismo en su última fase, el imperialismo. Es última fase
en el sentido que desde allí, el capitalismo entra en decadencia, en su fase
parásita fundamentalmente. Y es a partir de comprender este concepto que Lenin
llega a comprender la maduración de
Rusia para que el proletariado acaudille la revolución social, partiendo de
reivindicaciones democráticas burguesas como la caída de la monarquía, las
libertades democráticas, el parlamento, y su pase de una vez a consignas de tipo
socialistas. Esto lo concreta en sus famosas tesis de Abril. La revolución
había comenzado en Febrero de ese año, y cumpliendo el partido bolchevique en
la práctica los planteamientos esbozados por Lenin en sus famosas tesis de Abril y aprobados en la conferencia del
partido el mismo mes, culminan con la primera revolución proletaria triunfante
del mundo en Octubre del 1917.
El imperialismo, es un estadio del desarrollo
del capitalismo en el cual ya la burguesía de esos países ha desarrollado su
mercado interno, es decir dentro de las fronteras nacionales y necesita
expandirse, pero también ha sucedido que si antes exportaba mercancías ahora
con la fusión del capital industrial con el capital bancario, se ha convertido
en capital financiero, y comienza a exportar capitales, explotar las riquezas
naturales, las materias primas de otros países para beneficiarse, conduciendo a
una concentración del capital, de tal magnitud que comienzan a adueñarse de
ramas enteras de la producción en el mundo y a formarse los monopolios para
controlar el mercado, esto implica la utilización de las diferencias de nivel
que existen en el desarrollo de las fuerzas productivas de los distintos
sectores de la economía mundial con el fin de asegurar la totalidad de la ganancia
monopolizada. Esto comienza en la última
década de los 1800.
En otros países de economía atrasada, como por ejemplo Venezuela, con una economía
agraria, con explotaciones de tipo feudal desde el punto de vista de la forma
de producción pero con el fin mercantilista de vender esos productos, e
inclusive un mercado nacional muy escasamente desarrollado se observa el
complemento al avance del capital en los países industrializados y con un
mercado ya saturado. Descubriéndose la posibilidad de extraer el petróleo para
utilizarlo como un medio energético, sucede para Venezuela que esto requiere de
mucha inversión de capital y de conocimientos para la época desconocidos en el
país, además con una clase obrera casi inexistente, pues bien, ahí estaba el imperialismo
ya conformado con sus truts del petróleo para venir a “colaborar” con nosotros
para el desarrollo de la industria. Y esos campesinos en un comienzo del Zulia
y Falcón, y pescadores de Nueva Esparta vinieron a conformar los primeros
proletarios petroleros de Venezuela. Esto va a dinamizar la economía del país y
sus inquietudes políticas es decir los intereses de las clases que participaban
de esta explotación, los socios capitalistas foráneos, los socios vernáculos y
la clase obrera. Se van a crear los partidos políticos venezolanos modernos.
Los partidos burgueses nacionales recién formados necesitan fuerza para
contrarrestar el peso del capital extranjero pero como son tan débiles
necesitan sustentarse en la clase de los trabajadores, ponerlos en pie y organizarlos
de acuerdo a sus intereses, para poder negociar con el imperialismo ya infiltrado aquí. Así nacen AD, URD, algo mas
rancio u oligarca los copeyanos, y el PCV ya bajo el control del stalinismo y
su política de colaboración de clases impuesto en el VII congreso de la
internacional comunista dirigida por Stalin y la KOMINTERN.
Para entender el programa de AD, es necesario
remontarse al partido modelo de los partidos nacionalistas burgueses
latinoamericanos el APRA del Perú fundado por Haya de la Torre, con su tesis
fundamental que por ser el país atrasado con una clase obrera muy joven, la
creación de un frente antiimperialista, formado por todas las masas y sectores
oprimidos, deben subordinarse a la burguesía nacional. El APRA como partido,
utilizando un término del gusto adeco: policlasista, expreso el populismo, el reformismo para
canalizar la nación bajo una dirección pequeño burguesa, capituladora, luego de su comienzo demagógicamente
radical, ante el imperialismo.
Ejemplos de intentos de los explotados,
abundan nacionalistas radicalizados y luego su estrepitoso ruina, los cuales
llevaron al fracaso las conquistas y la posibilidad de una alternativa
independiente en Latinoamérica:
La revolución de 1952 en Bolivia, donde el MNR
llego a nacionalizar las minas de estaño, profunda medida nacionalista, con una
recién y poderosa Confederación Obrera
Boliviana donde en medio de la insurgencia se llegó a derrotar al ejercito y
crear milicias populares. El caudillo
proveniente de las filas castrenses como el Velazquismo en Perú que llego a
realizar la reforma agraria, el sentido reparto de la tierra pero sin ligar
esto al problema de los créditos, la infraestructura, el almacenamiento, la
vialidad, y el desarrollo de una agro-industria lo cual permite que se
retroceda a peores condiciones de vida para los campesinos, a fracasar en su
desarrollo autónomo. Otro intento de un militar, donde al imperialismo prefirió
cortar mediante el asesinato fue el de Torrijos en Panamá. La llamada vía parlamentaria y pacífica del
gobierno de Allende que costo con su derrota, además de los asesinatos, decenas de años y todavía perdura la falta de
una dirección por parte de los trabajadores.
Para cumplir los fines contrarrevolucionarios, existe el acuerdo y sumisión de los diferentes gobiernos latinoamericanos a la OEA, la cual es una agencia en el plano continental de los EEUU a fin de encubrir su intervención y sus crímenes, mediante invasiones como la de Republica Dominicana en 1965, o la otra en Panamá para secuestrar a Noriega o la de Granada para deponer un régimen de gobierno que no le convenía. O la no conveniencia del llamado a la OEA como el apoyo de EEUU a Inglaterra durante su guerra contra Argentina. Todo esto demuestra la debilidad de estos intentos antiimperialistas de gobiernos nacionalistas a no romper con el dominio del Norte.
El camino correcto, es el camino de Cuba. El inmenso triunfo de La revolución cubana que sí llego a expropiar la industria privada, tener el control del comercio y expulsar a los gringos. Su aislamiento producto del bloqueo económico promovido por USA y el fracaso de la revolución en Latinoamérica, a conllevado al heroico pueblo cubano a condiciones bastante difíciles. La ausencia de una dirección obrera, es decir revolucionaria y consecuente, su sustitución por una dirección extraña que nació de la fusión, luego de la caída de Batista, entre el partido 26 de Julio y el corrupto y reaccionario partido estalinista cubano PS, que antes había apoyado al mismo régimen derrocado de F. Batista. El régimen castrista comenzó con medidas nacionalistas e inclusive pidiendo comprensión y soporte económico al imperialismo, pero circunstancias excepcionales determinaron que se apoyara en las posiciones proletarias y terminara expropiando las propiedades de la burguesía instaurada en la isla. El régimen Cubano con la negación, vía compulsiva, de la apertura democrática para la expresión de la clase obrera cubana, ya luego de su paso por el radicalismo y su apoyo al aventurerismo foquista, no tiene salida al margen de la revolución latinoamericana. Sin embargo apoyamos la defensa de la revolución cubana que muchas veces en la forma que lo hace el régimen se transforma en la defensa de su dirección.
EL CASO
VENEZOLANO
La movilización de las masas tras la reposición de su líder Chávez, es una realidad, es un camino que es obligado transitar en las circunstancias del país. Lo importante consiste en señalar oportunamente que tal dirección no los conducirá a efectivizar las necesidades pendientes, por lo contrario empujara a gruesos sectores por su frustración al campo de la reacción. También, es igualmente equivocado que, a nombre de un falso puritanismo, de un sectarismo extremista, se le dé la espalda a este inmenso movimiento con sesgos antiimperialistas, vale decir nacionalistas y nos agotemos en disputas internas dentro de capillas totalmente extrañas al país, a sus problemas y a las masas, el deber elemental consiste en participar activamente en las acciones o movilizaciones nacionalistas, trabajar en el seno de estas para ayudar a las masas a desconfiar de la burguesía y sus representantes, ayudar a madurar en el menos tiempo posible, partiendo de su propia experiencia diaria. Que les permita conocer la verdadera fisonomía traidora y capituladora de las direcciones pequeño burguesas especializada en lanzar discursos nacionalistas; y a su vez impulsando como objetivo fundamental el de lograr que la clase obrera se convierta en la dirección del frente nacionalista auténtico.
La tarea más importante consiste en ganar para la revolución a las mayorías puestas en
pie por la histeria nacionalista, esto solo se logra trabajando codo con codo junto
a ellos, buscando el cumplimiento de nuestra plataforma o programa, impidiendo
que sea desvirtuado y traicionado por el afán pequeño burgués de la
concertación. Solo así se puede forjar el partido revolucionario, solo de esta
manera se podrá conseguir que el proletariado pueda dirigir el movimiento de
masas antiimperialistas y alcance plenamente sus libertades y tareas
democráticas mediante la dictadura
proletaria e inmediatamente las transformen en socialistas, que en vez de estrangular
la revolución en los marcos nacionales, la proyectará en escala continental.
No se puede confiar en un gobierno burgués, y
debemos trasmitir esta desconfianza a los trabajadores. El gobierno de Chávez, no ha podido ni podrá
establecer una economía capitalista organizada para satisfacer las necesidades
de las masas. Este sistema está ordenado
y regularizado por las leyes que rigen una economía capitalista, las leyes
favorecen a los empresarios y comerciantes. No podemos permitir que se crea que
a través de medidas administrativas o procedimientos del ejecutivo, se van a
solucionar nuestros requerimientos. Los gobiernos burgueses nacionalistas no
tiene ahora, mucho menos que antes, suficiente capacidad y poderío para
terminar su relación de socios menores del capital foráneo dentro del país. Su
destino es actuar como incondicionales instrumentos del plan saqueador extranjero
de las riquezas naturales y de la plusvalía producida por los obreros nativos. Ejemplo
PDVSA y su apertura, Sidor privatizada, en perspectiva la privatización del
Aluminio, la explotación del Oro, la rebatiña de las telecomunicaciones, la
compra de la electricidad de Caracas por el capital extranjero y muchas más. La
política del capital financiero
determinada por su propia naturaleza, por sus leyes que rigen la
existencia del estado y su desarrollo, tienden a penetrar y dominar económica y
políticamente todos los lugares del país, su característica es crecer y
concentrarse cada vez más.
Nuestro deber es alertar a las masas, incluyendo especialmente a proletariado de la ciudad y del campo, acerca de las limitaciones de las tentativas nacionalistas burguesas, su inevitable fracaso. Si existen posibilidades para la existencia de movimientos multitudinarios nacionalistas acaudillados por un líder y/o una agrupación, en ellos se encuentra en germen la futura batalla entre este o estas agrupaciones generalmente pequeño burguesas y las clases oprimidas y explotadas por la traición de las promesas ofrecidas. Generalmente, a la nación se la considera por encima de la evidencia de que esta conformada por clases sociales con intereses diferentes y hasta antagónicos. Por esto concluyen reduciendo el concepto a una abstracción, se repite el malabarismo verbal, en el sentir populista que pretenden resolver todos los problemas con la formula mágica de responder por el pueblo empobrecido y hambriento que lucha por su libertad, pero teniendo muy bien el cuidado de no decir quien dirige al pueblo, o la nación. Esto porque precisan del apoyo popular y el control del movimiento de masas. Es engañoso el que convoca al proletariado, por patriotismo y por cariño a la “democracia”, indicándole que debe someterse a otra dirección que más tiene en común con otras clases o sectores y deba apoyarlo en su política explotadora.
LA OPRESIÓN IMPERIALISTA
La opresión imperialista, ciertamente, es una
opresión nacional y no únicamente realizada
sobre una clase social determinada; plantea la liberación del país,
junto al cumplimiento de otras tareas democráticas postergadas. La frustración
del ideal bolivariano, a mas del centenario del congreso de Panamá, promoviendo
la integración y la unidad continental, se estrella con el nada ideal y muy
concreto plan del imperialismo gringo de integración de mercados bajo la
tutela e imposiciones de ellos mediante
acuerdos como hoy el ALCA. La balcanización de América Latina es condición
indispensable para la hegemonía unilateral del amo del norte con cada país en
particular. Las empresas imperialistas
no se limitan a obtener ingentes ganancias, sino que pugnan por controlar la
vida económica y política del país y no
toleran ninguna legislación que pretenda
reglamentar el funcionamiento de los grandes consorcios, ellos aparecen como
los abanderados de la libertad de comercio y de empresa.
Constituye un grueso error olvidar que las
metrópolis imperialista y los países oprimidos y saqueados no son la misma cosa
y que por lo tanto no deben ser metidos en el mismo saco, unos son opresores y
otros son oprimidos. Esto no es cualquier cosa y se debe tener en cuenta,
porque de esas diferencias son las
primeras que salen a flote buscando un reequilibrio. Aunque unidos por el
interés común de la defensa y el desarrollo del régimen de la propiedad
privada, la burguesía imperialista existe a condición de aumentar
incesantemente su influencia mundial, lo que supone, repetimos la opresión del
país atrasado, pero la caducidad de la burguesía nacional para llevar a fondo
la lucha contra el opreso foráneo, pone a orden del día la realización de estas tareas por parte de
las masas de la nación oprimida dirigida por el proletariado.
La participación del proletariado y su partido
en el seno de los movimientos multitudinarios, para ir demostrando su incapacidad, la necesidad
de derrotarlos políticamente y
planteando su propio camino en la lucha de clases que lejos de atenuarse se
acentúa por la opresión del capital foráneo. Para alcanzar la victoria sobre el
enemigo exterior, el proletariado a través de su participación debe penetrar en
el seno de las masas y ganarlas
políticamente en el frente antiimperialista. Su estrategia, sus métodos de
lucha y hasta su forma de organización, son las que pueden inclusive
conquistar, en el medio de la movilización multitudinaria, la satisfacción de
las necesidades de otros sectores de las masas oprimidas. Hace falta que las
masas lleguen a las mismas conclusiones. No es suficiente proclamar que la burguesía
nacional no es revolucionaria sino demostrar que es conservadora, conciliadora
y capituladora y no luchadora intransigentemente contra la explotación foránea.
Propugnamos la unidad alrededor de nuestro programa revolucionario, (como la
plataforma de la corriente clasista aprobada por nosotros) demostramos la
política liquidadora de los representantes pequeños burgueses del capital.
Apuntalar y dirigir a los explotados en su lucha contra la metrópoli
no significa apoyar a la política de ellos o confundirse con ellos, ese
error conduciría a la derrota.
Para que esta política pueda ser llevada a
cabo es preciso, en primer término, preservar celosamente la independencia de
clase del proletariado (independencia ideológica y organizativa) y la
constitución en un poderoso partido político. Esto último es lo que puede
garantizar de la real independencia de clase. No podemos con el fin de mantener
la unidad, posponer la participación en la lucha de clases en el seno del frente
de masas o aceptar “críticamente” la no-participación, nuestras consignas no debemos hipotecarlas.
Un frente antiimperialista de masas, sin
discrepancias internas, al margen de la lucha de clases, aceptando el
inmovilismo de la dirección pequeño burguesa y aparentando responder a las mayorías explotadas, es un
cepo colocado al proletariado para impedirle exteriorizar sus objetivos y sus
consignas. Es un frente de engaños y traición
a las clases oprimidas. Llamado frente amplio, popular, patriótico, antifascista,
democrático, para defender a la institucionalidad y la ley es un frente que ha
llevado a descomunales derrotas al proletariado y el pueblo latinoamericano.
No confiando en la movilización de las masas
para llegar al poder y consumar las anunciadas profundas transformaciones, sino
que buscan el poder para maniatar y domesticar a las masas, que le sigan
dócilmente en su política entreguista y
capituladora frente al imperialismo.
Un caso nuestro, que nos ha costado bastante es, luego de la caída del dictador Pérez Jiménez, el frente patriótico promovido por el PCV y luego del alzamiento, la instauración de una junta patriótica donde se excluyo al PCV, fraguado en la reunión llamada pacto de punto fijo por los principales partidos nacionales para garantizar la estabilidad del régimen burgués
TERCERA VÍA
En la
medida que el stalinismo y la socialdemocracia están agotados como
planteamientos de salida a los problemas que nos atañen, se ha creado no solo
en los países capitalistas atrasados sino también en los avanzados, unos
gobiernos de centro izquierda, como una tercera vía. Todos cuando llegan al
gobierno se dan cuenta que el capitalismo que quieren reformar necesitan ser
salvado. Es el caso argentino, el gobierno de la UCR con la Alianza, el cual
fracasó estrepitosamente e históricamente como modelo, y ahora Kirchner
ofreciendo una salida similar de entreguismo al FMI con cambios superficiales.
O el caso nuestro donde el ejercito cumple
un papel político de primerísima significación, ocupando el papel de los
partidos políticos, simplemente por la frustración y quiebra de los partidos burgueses y el
hundimiento del nacionalismo civil
El aspecto indiscutible progresista del
nacionalismo burgués, pese a su carácter demagógico radica en la movilización
que importa porque despierta políticamente a los explotados y partiendo de eso
se puede retomar el camino de construir el partido de los trabajadores como
caudillo de la nación oprimida
Ha existido y hoy nos atañe, que debido a la caducidad
de la burguesía nacional y sus partidos
representativos, la especie de que en los países latinoamericanos el ejercito
puede estar llamado a jugar un rol protagónico por encima de las
contradicciones de clase, apartándose del sendero burgués y del comunismo
extremista, que tienen condiciones innatas para la salvación de la patria.
Supuestamente, se pretende crear este rol al ejercito como algo excepcional en
los países llamados del tercer mundo, en este caso la guerrera de un general o
de un teniente coronel se le atribuye condiciones innatas para la salvación de
la patria, para el sacrificio, para el amor
a los humildes, para encarnar el ideal bolivariano, etc. Los seguidores
de esta corriente pretenden superar el camino hacia el socialismo,
es una corriente muy particular que se aparta del marxismo clásico y
dentro del capitalismo es diferente, es humanista, democrático, protagónico, participativo
como quiera no representan los intereses ni de la burguesía ni del
proletariado, que están por encima de esta pugna ya envejecida,
concluyendo por descarte que el
ejercito en sí mismo es una clase social por encima de las otras, o son acaso
una conjunción de todas las clases
desposeídas y amantes del desarrollo del país. Todos estos, los pasados y el de
ahora son pura fraseología vacía que ocultan el contenido burgués del régimen
que encarnan.
No puede analizarse un ejercito al margen de
su contenido de clase, abstrayéndolo de la lucha de clases. El ejercito es
sobre todo una institución que concentra la capacidad del Estado y en esta
medida el papel concreto que juega esta
definido por el contenido de clase de este. La orientación del ejercito solo
puede ser burguesa o proletaria no hay lugar para un tercer camino, por muy radicales
o altruistas que pretendan ser, es utópico
estructurar una sociedad que no sea capitalismo o comunismo.
El ejercito es, necesariamente, una criatura
de la clase dominante, que ponen en pie para que le garantice su supremacía en
el poder y el tener sojuzgadas a las clases oprimidas. Pero por supuesto se mueve en el seno de la
sociedad y no en el aire y se ve inmerso en la lucha de clases,
podrá salir uno que otro diciendo encarnar los intereses de la clase obrera,
o en una revolución de nuevo tipo, extraña, no extremista, pero siempre garantizando
la propiedad privada, ¿o no es así, también aquí, bien claro en la constitución de la
Republica Bolivariana de Venezuela? Los métodos castrenses padecen las mismas
limitaciones como institución porque aunque intenten resolver con sus propios métodos
los problemas emergentes debido al atraso nacional, las fuerzas armadas viven
del vientre de la burguesía criolla, y lo que hemos dicho para la burguesía
nacional vale también para su ejercito, podrán intentar resolver el atraso pero
no podrán materializar su programa, se detendrán a medio camino, retrocederán y
abandonaran terminando en frustración, entreguismo y luego sobrevendrá una
política marcadamente antiobrera y antinacional.
El empeño de cumplir, de resolver los
problemas del atraso del país de un modo capitalista, permite el protagonismo
de grupos militares como fuerza de reemplazo para intentar llevar a cabo la
hazaña, aunque en el fondo tampoco varían los métodos en el cambio de civiles
por militares. Ya que siempre deben cumplir, ambos, con el control de las masas
e impedirles salir de los limites fijados por el orden burgués.
Lo que sí hay que tomar en cuenta es que el
ejercito no acaba en la alta jerarquía, es también la masa de soldados, la
vasta capa de clases y suboficiales y los jóvenes oficiales que llevan sobre
sus espaldas la labor diaria. Esta ancha base de la pirámide se vincula a los
sectores mayoritarios del país y recibe su presión. Inclusive, por un lado no
todavía prostituidos por la corrupción y por otro lado vinculados por mil lazos
con los obreros, campesinos y otros sectores oprimidos, pueden ser influidos
por nacionalismos y hasta por el marxismo. Por lo que es tarea, hacerles ver
las limitaciones del nacionalismo burgués y de su inevitable traición y que la
salida solo es a través del proletariado como caudillo de la nación oprimida,
mediante el partido revolucionario.
La clase revolucionaria en ascenso gana para su causa los mejores elementos de las otras clases sociales y los incorpora a su partido, esta consideración también se hace extensiva al ejercito
EL PARTIDO DE LA CLASE OBRERA
América Latina se encuentra metida el mayor
colapso financiero de su historia, no hay país en el continente
Que escape a la cesación de pagos, de la
quiebra bancaria, del derrumbe de gobiernos y de regímenes políticos y de la
irrupción de las masas trabajadoras en la escena política nacional. América
Latina se hunde bajo el peso de la deuda externa y la crisis de sobreproducción
mundial, el vaciamiento financiero, productivo y comercial, el hundimiento de
monedas y de los sistemas bancarios, la recesión y la quiebra de empresas. Ante
esto se abre en el continente una etapa furiosa de lucha de clases, de
intervención del imperialismo, de golpes y contragolpes, y por sobre todo de
une irrupción impetuosa de las masas explotadas en defensa de sus condiciones
de vida.
Aun así, la extrema madurez de estas
condiciones objetivas no es suficiente por sí solo para desencadenar la
revolución llamada a sepultar la barbarie capitalista, lo único que la hace es
tornarla posible e impostergable; hace falta todavía la suficiente madurez de
la clase social que encarna la tendencia progresista de la historia, sea capaz
de liderizar la transformación radical.
La madurez de las condiciones subjetivas de la
revolución se encarna y concentra en el partido obrero. La solución de la
actual crisis de la humanidad, el trabajo efectivo a favor de la revolución,
confluyen a la estructuración del partido político del proletariado, la cual es
la clave que puede realizar la transformación
de la sociedad capitalista en socialista. Toda la experiencia de las
luchas sociales en escala mundial y latinoamericanas, toda la teoría marxista,
enseñan que no existe mas camino que el
de la construcción del partido revolucionario, que puede conducir a la victoria
del proletariado y a la estructuración de su dictadura. El elemento básico e
insustituible en este propósito es el programa, que nace de asimilar
críticamente la experiencia diaria de las masas y las generaliza. Para esto
debemos interpretar y actuar dentro de
los movimientos de las masas sin perder la independencia de clase y asumiendo
la hegemonía política dentro del proceso revolucionario o lo que es lo mismo
luchando e imponiéndonos contra el colaboracionismo clasista y todas sus variantes. Veamos
como.
La clase obrera y los explotados deben
prepararse políticamente para intervenir de manera revolucionaria en las
enormes crisis y conmociones del derrumbe financiero y político de los
regímenes burgueses del continente.
El aspecto palmariamente progresista del
nacionalismo burgués, pese a lo equívoco de sus enunciados, se afinca en la
movilización que genera, no ciertamente con miras a liberar a los explotados,
sino para apoyarse en ellos, con el fin de potenciarse y cuando es gobierno de
poder negociar en mejores condiciones con la metrópoli.
Las medidas relativamente progresistas que
ponen los diferentes representantes del nacionalismo, no en vano chocan con las
tendencias situadas del lado del imperialismo y pueden terminar siendo bandera
de los explotados y así se abre la posibilidad de su superación al pasar a manos de la clase obrera, de lo
contrario bien pueden quedar estranguladas por obra de la negligencia y la traición de los regímenes nacionalistas.
Señalar
las limitaciones y traiciones del
nacionalismo burgués, educa políticamente a los explotados e importa
ganarlos para las posiciones marxistas, empeño en el que la crítica de los que están mas cerca de nosotros
constituye el arma más poderosa con la que contamos. Para alcanzar este meta es
indispensable el programa al que el aventurerismo no le otorga la menor
importancia y cree que pueda ser reemplazado por declaraciones generales e
intrascendentes.
Hay que recalcar que la burguesía nacional de
hoy, no puede ya jugar un papel revolucionario, es una clase
contrarrevolucionaria en definitiva; pero
puede asumir con frecuencia
actitudes anti-imperialistas sin posibilidades plenas de éxito. Muchas
corrientes y camadas de intelectuales pretendidamente socialistas han zozobrado
ante tales espejismos y concluyen
renunciando al campo de la revolución proletaria.
La actitud correcta consiste en criticar
despiadadamente, demostrando las
limitaciones y el peligro de concluir traicionando la bandera enarbolada, por
ejemplo en las nacionalizaciones donde el sector estatal opuesto al sector
privado conlleva a la incapacidad de ir a fondo por su necesidad de mantener la
vinculación o nexo con el capital foráneo para evitar su aislamiento y degeneración
en medio del liberalismo económico, lo
que queda como tarea no concluida y como única vía la de la dictadura del
proletariado para consumar las medidas nacionalistas y transformarlas en
socialistas es decir bajo control del gobierno obrero.
El desarrollo de la movilización de las masas
y su radicalización necesariamente tienen que chocar con la dirección
tradicional y así abrir la perspectiva de la formación de un poderoso partido
obrero, capaz de cumplir debidamente su papel de dirección de los explotados.
La victoria revolucionaria no será posible sino se logra ganar a la mayoría de
las masas oprimidas y su vez dislocar
internamente al ejercito, mientras esto no se produzca puede siempre esperarse
un golpe contrarrevolucionario
preventivo destinado a cortar de raíz la movilización de las masas. La
revolución se hará utilizando los métodos propios de la revolución proletaria:
la profunda movilización de los explotados y su acción directa, cualquier otra
forma de lucha debe subordinársele. Hay
que rechazar enérgicamente toda postura que sostenga la evolución pacífica del
capitalismo al socialismo o la instauración de este por medio del
parlamentarismo
A la definitiva caducidad de la burguesía
nacional hay que poner osadamente la dictadura del proletariado, a los ensayos
frente populistas oponer los frentes antiimperialistas o revolucionarios
liderizados por la clase obrera encabezada por su partido. La lucha
revolucionaria no importa en que latitud latinoamericana, no se le puede
concebir al margen de la lucha por los Estados Unidos Socialistas de América
Latina, único camino que permitirá el definitivo aislamiento y derrota del
imperialismo.
Por el Reenganche inmediato todos los trabajadores y sindicalistas despedidos por defender mejoras en las condiciones de trabajo
Control obrero de PDVSA
Desconocimiento de la deuda externa
Nacionalización de la banca
Eliminación de la Corte Suprema de Justicia. Elección popular de los jueces
Cárcel para los que sabotearon el país
Control del Comercio Exterior
Ajuste de salario similar al monto de la cesta
Básica
A Fabrica Cerrada Fabrica Ocupada
Creación del cuarto turno de Trabajo (36 horas semanales) sin disminución del salario
Pago de un 80% al desocupado
Por una Seguridad Social Solidaria dirigida
por los propios trabajadores
Por un Gobierno Obrero
Por los Estados Unidos Socialistas de America
Latina
[1] Por mucho tiempo, Trotskysta
boliviano, cuyos aportes son indispensables para comprender el desarrollo y la
lucha revolucionaria en los países de Latinoamérica.
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