El pueblo colombiano se impone contra el gobierno de la derecha,
del narcotráfico y el predilecto del imperialismo
El triunfo electoral de Petro es un golpe contundente en
contra del capitalismo
Una victoria para los trabajadores y el pueblo colombiano
Petro viene de la Izquierda y a pesar del discurso de
derecha que pregona, el solo arribó al gobierno, implica cambios decisivos para
el país y para todo el continente. Sin embargo, esto es producto del paro
nacional y la movilización popular, expresada por la minga, de finales de 2020.
Los resultados son contundentes, cuando la abstención ha
sido la tradición dominante en las elecciones de Colombia, esta vez pasó a un
segundo lugar, fue mayor el número de los que asistieron a votar que los
ausentes, Petro resultó ser elegido presidente con el mayor número de votos,
más que Uribe, Santos o Duque; el porcentaje de votantes en la segunda vuelta
aumentó respecto a la primera. La candidata a la vicepresidencia, aportó votos
de las regiones olvidadas de la costa del pacífico, pero también en la Costa Atlántica,
que junto Bogotá, y al sur en frontera con Ecuador fueron las regiones del voto
mayoritario para estas candidaturas Petro-Márquez.
Durante la misma campaña, luego de la derrota de Gutiérrez
en la primera vuelta, el desinfle de Hernández, con la guerra sucia de los medios
de comunicación, sobre todo por parte de la revista Semana; el mismo
imperialismo aceptó que no había otra que adaptarse al candidato Petro. El periódico
El País de España, las agencias noticiosas internacionales lo tomaban como un
hecho y lo entrevistaron “amistosamente”
Por otro lado, expresa un gigantesco avance del pueblo
colombiano en estas elecciones se impusieron a toda la “naturalidad” colombiana
desde hace 200 años, y en especial desde el gaitanazo, después de 1948, bajo el
pacto de alternabilidad de los partidos conservador y liberal, luego sus sucesores
bajo el poder de las mafias de la droga, con todo el resguardo de los militares
del país y del comando Sur del Departamento de Defensa de los EEUU (USSOUTHCOM siglas de United States Southern Command)
Sin embargo, esta fórmula Petro-Márquez la tiene más difícil
que cualquier otro gobierno, desde la izquierda, en toda América Latina,
inclusive si lo comparamos con la llegada a la presidencia de Chávez en
Venezuela en 1999. Este resultado refleja unas condiciones históricas excepcionales,
la derrota electoral de los representantes de la oligarquía colombiana -la más
rancia del continente-, del narcotráfico y de la aprobación de las fuerzas
armadas nacionales y las de EEUU, entronizadas en el país desde hace décadas, debe
transformarse en el libre tránsito en la frontera colombo venezolana, romper el
compromiso con el FMI respecto a una reforma tributaria, la desprivatización de
los servicios, con una salud y educación
gratuitos, la indispensable complementariedad comercial entre Venezuela y
Colombia en energía y en los productos del agro, libre de las bandas del
contrabando.
Esta alternativa de lucha para Colombia y para toda América,
obliga a la izquierda revolucionaria a un compromiso con los trabajadores
colombianos y de todos nuestros países, a luchar para torcer la ruta por donde
los llevan el centroizquierdismo en todas sus facetas, desde Boric, pasando por
Petro, hasta López Obrador
Petro por un lado refleja las expectativas de las masas y
por otro, busca como desviarlas, él no va a cambiar esa ambivalencia, nuestra
tarea es ayudar a los trabajadores a cambiar y abandonar esas expectativas, y no
para los cantos de sirena de la derecha, sino a tomar por sus propios medios como satisfacer sus requerimientos, sabemos
que es indispensable conquistar el poder, pero hay que partir de lo que hay, en
Colombia pasa por una reforma agraria
integral, que responda a los problemas gravísimos de los trabajadores del agro,
donde está incluida la producción agraria arruinada y sustituida por el narco
cultivo. Sabemos que los males comunes a todos los países son los salarios, las
condiciones de trabajo y el desempleo, la diferencia está en las políticas y
cómo se plantean, la importancia para los trabajadores es ¿Qué ofrece el
gobierno?, ¿Quienes dirigen a los trabajadores? y ¿Cuáles son las propuestas
que están en el aire? Las respuestas a esto debemos darla en el camino de
construir la independencia obrera.
Es aquí donde hay que poner el mayor empeño. No basta con describir
la situación general, dar algunos detalles novedosos, adornar con una etiqueta,
señalar una nueva crisis de época, desestimando a la centroizquierda, que crece
como monte y asegurando o fantaseando que las masas algún día van a reconocer a
los verdaderos revolucionarios que siempre han estado claros.
Hay que enlodarse, para quitarles la dirección de los
trabajadores, y enlodarse no significa adaptarse o justificar a la burocracia o
la izquierda incapaz, sino partir de donde están los trabajadores, encorsetados
por el centroizquierdismo, para torcer el rumbo, no hay otra forma, sino dar la
consigna de lucha, y no descubrir el agua tibia, y serles funcional a la
derecha, sin plantear cómo superar esta crisis por la izquierda, más allá del
discurso.
Los trabajadores de Venezuela y Colombia tienen un objetivo
común, sacarse de encima al imperialismo, sus gobiernos son incapaces de
superar el atraso de su economía, solo mancomunadamente podemos emprender esta
liberación. Construyamos esa
organización internacional de los trabajadores
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