Ante el acoso imperialista y su séquito de serviles
Defensa legítima de Venezuela
Faja petrolifera del Orinoco |
Los trabajadores del
mundo somos víctimas de una crisis económica, política y social sin
precedentes, donde los organismos supra nacionales desde la ONU y sus
instituciones como el Consejo deSeguridad para la Paz, las cohortes celestiales
como la CPI y la CIJ sin tapujos avalan guerras, exterminios y genocidios con
apoyo de los execrables medios de comunicación masivos
Ante la acusación imperial del fraude electoral
Los regímenes o todo tipo de gobiernos: Realeza,
republicanos, democráticos, dictatoriales, por encargo, inventores y campeones
de todas las trampas habidas y por haber, ponen el grito al cielo de
inaceptable, atroz, impúdico, ante la fecha “10 de enero”, juramentación y
ratificación formal del gobierno en Venezuela, mientras todos ellos comparten
el genocidio en Palestina y parte del Líbano.
Sólo con el ¡respetable! decreto 13692, emitido en 2015
durante la presidencia de Obama y vigente aún, con el añadido de sanciones
económicas y criminales impuestas por la OFAC, es motivo suficiente para que
todos los defensores de los oprimidos y explotados del mundo se plieguen a la
defensa de Venezuela independientemente del gobierno que se tenga, desde uno
dictatorial hasta el de Maduro.
Esto último concreto, es suficiente para tomar partido,
además de todos los intentos hasta de asaltos, golpes, saboteos, asesinatos que
estos gobiernos realizan y que atentan contra este gobierno, peor aún contra el
pueblo venezolano. No podemos permitir que gobierno extranjero se imponga sobre
el país, porque viene por sus intereses, hasta desaparecer la nación como lo
están haciendo con el pueblo palestino, si no se pliegan a sus dictámenes.
¡Nuestro flamante gobierno!, que no nació el 28 de julio de
2024, independiente de todo lo que sea, no puede ser cambiado por otro que nazca
por imposiciones foráneas.
Es deplorable, observar del otro lado de las trincheras, del
lado de esos gobiernos en contra de Venezuela, una inmensa cantidad de
partidos, movimientos y grupos de izquierda, incluida una caterva de
autodenominados trotskistas.
El Nacionalismo burgués, siempre será pseudo nacionalismo,
al anteponer los intereses de una minoría explotadora ante la inmensa mayoría
de todas las otras clases del país. Por estos roces del país oprimido ante el
país opresor, de estas grietas concretas nace la cuña que la clase obrera debe
meter en pos de la dirección del país, del gobierno de los trabajadores.
El antiimperialismo se va construyendo de esa forma, no de
buscar la quinta pata de la mesa, por ejemplo, el “antimperialismo” de Maduro,
Petro, Lula o Sheimbaun, y menos de Milei que ganó sin fraude el gobierno de
Argentina.
Este gobierno tiene una política irrestricta y nefasta de
apoyos o servicios al capital nacional y extranjero, mientras a la clase
trabajadora la mantiene subsumida en la miseria, con un salario oficial, legal,
obsceno hasta inmoral por decir lo menos
La receta de salvación no es Maduro, esto es indudable, pero
quienes ejecutan el genocidio, masacrando al pueblo palestino, son socios o
promotores del cambio de Maduro por un títere servil como lo es Edmundo
González y María Corina Machado, o cualquiera que se les ocurra.
Ante los acontecimientos inminentes, quienes estén por sus
deseos están en las nebulosas, es necesario pasar esta etapa, no se puede
saltar ni mucho menos apoyar lo peor, que son los intentos de invasión a Venezuela,
interviniendo y asumiendo compromiso concreto en defensa del país, es la única
forma de superar el momento favorablemente, todo lo demás traerá peores
consecuencias, vean el espejo de los argentinos con Milei, donde la izquierda no sale de su
marasmo “democrático electoral” sin
fraude, “los grandes conflictos barren todo lo que es a medias y artificial”
Trotsky dixit
Lo primero es lo primero, ir contra el mal mayor, de lo contrario
y peor aún por omisión, por neutral, por ocultamiento situarse en el lado
opuesto. Esto suele suceder, regodeándose en fórmulas abstractas como “independencia
de clase”, “nacionalismo burgués”, “antimperialismo” sin contenido concreto
solo narrativas sin propuestas, sin consignas de lucha real ante lo que sucede,
solo con admoniciones para no caer en compromisos o retos bruscos sino esperando
tiempos mejores y continuar el papel desintegrador de la izquierda.
En estas condiciones, llega cualquier cosa para llenar el descontento
popular y en especial de la clase obrera, donde en el mejor de los casos, ante
el vacío político, se torna desconfiada, en cierta forma neutra, en el caso electoral
buena parte de ella, abstencionista, y en el peor de los casos seguidora de
respuestas o soluciones extremas que ofrece la derecha política.
La respuesta a estos acontecimientos determina el camino
hacia las masas o no, en la construcción de un partido revolucionario y cuartainternacionalista.
Fuera la intervención extrajera en Venezuela
Por un Gobierno de los Trabajadores
Opción Obrera Venezuela, enero 2025
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