La guerra en Ucrania ¿una nueva era de revoluciones?
Esta guerra por ahora circunscrita a dos países, pero con
los peligros de su extensión, agudiza la crisis económica mundial, hoy miles de
millones de personas esperan una respuesta ante sus condiciones materiales,
provocada por la crisis capitalista, además están abrumados por la histeria de
la red de medios capitalistas. Frente a estos hechos, es necesario formular una
posición revolucionaria para la clarificación política y por tanto programática
para la actividad del proletariado y las masas oprimidas tras sus objetivos
históricos, lo contrario está sucediendo desde la izquierda, incluidos muchos
auto titulados trotskistas, en ellos abundan elementos de confusión y
desmoralización.
La izquierda denuncia una invasión que también denuncian los
imperialistas, pero estos por el contrario de la izquierda, tienen el poder
para actuar. ¿Quién es funcional a quién?
En este sentido, es apremiante explicar la naturaleza de
esta guerra, donde, por un lado, se encuentran envueltos lo más flamante del
imperialismo, los EEUU, Reino Unido y la Unión Europea, nada homogéneo, con
inmensas contradicciones que tendrá sus consecuencias y por el otro, Rusia, un
país, ex estado obrero, con un PIB menor que Brasil, según el FMI. Por otra
parte, China agredido con sanciones económicas por EEUU, también hostigado a
través del pacto militar con Reino Unido y Australia, luce más neutral que
aliado de Rusia, a pesar de ser el mayor enemigo estratégico para los EEUU.
La realidad en contexto son las agresiones por parte de EEUU
para mantener sus mercados, es vital en su decadencia, a partir de la crisis
abierta y no zanjada del 2007-2008, someter a Rusia, por intermedio de la OTAN,
es un paso en su lucha estratégica contra China, que, en Europa y
secundariamente en América Latina le ha quitado mercados. A su vez, China,
tampoco es imperialista, algo elemental en la dialéctica es saber de dónde
viene, como llegó a su estado actual, su ubicación financiera y militar en el
mundo, sin embargo, su cobardía, no le salva de su problema “ucranianio” con
Taiwan y el acoso de AUKUS.
Consideramos necesario derrotar al imperialismo como mal
menor, para poder avanzar en las luchas de los trabajadores, inclusive las de
las masas de Ucrania contra su gobierno de rasgos fascistas, con un presidente
títere impuesto por Washington y Tel Aviv, por su parte, los trabajadores rusos
cobrarán sus cuentas contra su gobierno, pero no bajo la órbita de la OTAN. En síntesis,
el proletariado ruso para reconquistar el poder, no puede ser sometido por el
imperialismo. Tampoco ningún sector del proletariado del mundo. Esa es la
realidad.
Putin y Rusia
Rusia dirigida por Putin, representa la restauración
capitalista del ex estado obrero, sin embargo, en defensa de la oligarquía
rusa, tuvo que actuar ante la provocación a través de Ucrania, del capital
imperialista gringo, quien requiere controlar a Rusia y su economía, como una
etapa necesaria en su lucha contra la expansión de China, en el mercado más
importante del mundo, Europa. Ambos tienen armamento nuclear, la posibilidad de
llegar al uso de estos extremos agrava la situación
Este análisis sirve
para aclarar algunas posiciones erradas y graves para el proletariado mundial
si no se muestra la realidad dialécticamente, por lo tanto, definir a Rusia
como imperialista genera como ya dijimos una gran confusión que solo se
sustenta en un intento de extensión geográfica, análogamente a la sociedad
esclavista del imperio romano de hace más de 2000 años, contrastando con el
concepto de Lenin sobre la expansión del capital financiero, del reparto del
mundo desde hace algo más de 100 años, cuyo producto es la división entre
países opresores y países oprimidos. Además de esto, determinar el papel de
Rusia, en esta guerra por las características autoritarias del régimen de Putin
o peor aún, por sus sueños personales de reconstrucción del imperio zarista, no
por ciertas, rayan en lo ridículo.
La utilización del término, autodeterminación de los
pueblos, es risible cuando la realidad es producto de los golpes iniciados con
la llamada revolución naranja en Ucrania en el 2004, la permuta de presidentes
Yanukovich-Yushchenko y terminando con los sangrientos sucesos llamados el
euromaidan en 2014, donde los demócratas Biden y luego Obama, de nuevo Biden, a
través de Victoria Nuland, decidieron el destino de ese país.
La intervención de las tropas rusas genera un conflicto entre
la reacción, en toda la línea, capitalista y un país periférico con un proceso
de restauración capitalista, esto último significa muy al contrario de forzar otro
mercado, es su resistencia a someter aún más su mercado a las pautas del
capital imperialista.
El gobierno ruso decidió la invasión de Ucrania con una
política consciente, de preservación de sus intereses y la de defensa de sus
privilegios, que peligran por los deseos de la OTAN.
Los trotskistas fijamos posición ante la invasión desde el
punto de vista de la defensa de un país oprimido, no condenamos la invasión de
las tropas rusas en Ucrania, lo cual sería una posición proimperialista, denunciamos y nos oponemos a los métodos, a
la política de Putin y su gobierno al servicio de los oligarcas rusos, no somos
neutrales ante esta guerra y nos colocamos en el campo de la defensa no
incondicional de Rusia frente al imperialismo y de la lucha de la clase
trabajadora ucraniana frente a su gobierno títere.
Esta posición no significa en ningún caso apoyar los métodos
del ejército ruso contra la población ucraniana, el objetivo de Putin es
negociar con el imperialismo, inclusive a expensas de entregar conquistas de
las masas. El ejército ruso, al intervenir al margen de la voluntad de las
masas ucranianas y de su organización independiente, es la principal causa de
la amplitud que pueda adquirir la resistencia a favor del gobierno de Zelensky.
Ucrania es una frontera bisagra entre Europa y Rusia por eso
se convierte en área de conflicto para el control mundial, un eje
Paris-Berlín-Moscú no puede ser tolerado por EEUU. Hoy la guerra circunscrita a
esta región, no está al margen de la lucha de clases mundial, la vigencia del
principio abstracto de la autodeterminación nacional en Ucrania es la victoria
del imperialismo y, a partir de aquí, de una opresión nacional más brutal. La
lucha por la verdadera libertad de los pueblos oprimidos pasa por la derrota
del imperialismo, lo que extenderá el área de la revolución mundial. Estamos
claros que para Putin se trata de la preservación de sus privilegios y la
tranquilidad aparente de las fronteras a costa de las masas y sus intereses,
pero priorizar esto, es diversionista. Esa situación, empujó a Rusia a la guerra,
en términos de supervivencia nacional resultaba inevitable, de hecho, lo es
desde que la OTAN se instaló en Polonia y luego avanzó a la República Checa,
Hungría, Estonia, Lituania y Letonia, Eslovaquia, Rumania y Eslovenia, todos se
sumaron al dispositivo de guerra comandado por Estados Unidos
Ucrania y Zelensky
Ucrania es gobierno de corte fascista montado desde el 2014,
fomentado por la OTAN, con héroes proclamados como Stephen Bandera y va contra
Rusia, sea quien sea el gobierno de Rusia. Estos respondieron antes, no
esperaron a que se instalara la OTAN. No es una guerra imperialista y el mal
menor es la derrota de ese imperialismo, como lo sustenta el Programa de Transición.
En 1979, la TCI que incluía al PO y al POR boliviano, apoyaron la invasión de
Afganistán, por parte del ejército de la burocracia de URSS, en apoyo al
gobierno del PPDA y en contra de los talibanes apoyados por EEUU. Trotsky sobre
Finlandia, en 1939, dice “En una guerra mundial, enfocar el tema del destino de
las naciones pequeñas en términos de "independencia nacional",
"neutralidad" es mantenerse dentro de la mitología imperialista”
La estrategia de los trotskistas ante esta situación hay que
definirla, desde el punto de vista de la ofensiva imperialista y no a la inversa. Todo esto requiere escribirlo con letras
grandes al inicio, no dar tantas vueltas y luego entre líneas tomar partido, es
vergonzante, o por otro lado, no asumir la defensa de un país oprimido,
esconder el hecho, enredarse en una estrategia sin pies ni cabeza y cercenar la
perspectiva para los trabajadores en el escenario mundial, no desde ningún país
en especial.
La invasión de las tropas rusas pone de relieve que la
neutralidad, que no es lo mismo que tener una posición independiente, es
completamente inviable; la maña o la asepsia al igualar de
contrarrevolucionarios a ambos bandos, en esta guerra es descubrir el agua
tibia, por inocua se puede convertir verdaderamente en una función
contrarrevolucionaria para quienes ven la actividad desde el palco. Con el
imperialismo “ni un tantico así”.
Sabemos que cualquier negociación de Putin con el
imperialismo promete el respeto de la propiedad privada, pero de donde menos se
espera salta la liebre, hasta Melenchon en Francia es anti OTAN, los
trabajadores de toda Europa, luego de los ucranianos son los más afectados.
La necesidad de una estrategia común latinoamericana
La sobrevivencia de la oligarquía rusa, el retroceso
permanente del dominio de EEUU, más allá de sus fronteras y dentro del mismo país
con sus trabajadores, en particular negros y latinos; por más negociaciones o
treguas a partir de la guerra en Ucrania, seguirán agudizándose, la crisis de
la economía mundial, por los precios de la energía, petróleo, gas y el encarecimiento
de los alimentos, como los cereales que producían Ucrania y Rusia, son un
elemento explosivo.
América Latina, de por sí, ya es un polvorín, no podemos
voltear la cara y dictar cátedra sino tomar medidas clasistas, reales,
concretas de conjunto que permita la orientación de los trabajadores, asunto
que se lo hemos dejado a la burguesía, a los reformistas, a la pseudoizquierda,
con sus aparatos mediáticos, literarios, ideológicos para confundir y hacer el
piso a los gobiernos de derecha, fascistas y religiosos.
Si bien es cierto que la unidad no se decreta, esta hay que
crearla, construirla, lucharla de inmediato. Los trabajadores de latinoamericana
y del mundo requieren de una orientación, el programa de los trabajadores
existe, el programa de transición, su concreción depende de los que nos
declaramos trotskystas.
Basta mirar este nuevo escenario y sus implicaciones, Rusia
suministraba petróleo venezolano a EEUU y gas a Europa, el 05 de marzo vino una
delegación del gobierno de EEUU, sin tomar en cuenta a sus títeres venezolanos,
a negociar directamente petróleo local para las refinerías de Texas, que rápido
la guerra cambia las cosas, “lo sólido se desvanece en el aire”.
Colombia: socio global de la OTAN. Venezuela: una amenaza
para la seguridad de Estados Unidos
El pasado 28 de febrero, fuerzas conjuntas de EEUU y
Colombia realizaron unos ejercicios navales cerca del puerto de Cartagena, en
el cual participó por primera vez un submarino nuclear norteamericano: el USS
Minnesota.
El ministro de defensa colombiano, Diego Molano, justificó
estos ensayos en la defensa de intereses comunes en el Caribe. El ministro de
defensa venezolano Padrino López respondió que el narcotráfico, la guerra en la
frontera del rio Arauca, los asesinatos sistemáticos y los grupos terroristas
no se combaten con submarinos nucleares, denunció los intereses expansionistas
de Washington a través de la OTAN y sus gobiernos aliados y también recordó el
intento de invasión desde la frontera por Cúcuta hacia territorio venezolano.
Por otro lado, Joe Biden, prorrogó por enésima vez este 03
de marzo, la vigencia del decreto que declara a Venezuela “amenaza inusual y
extraordinaria, para la seguridad nacional y la política exterior de Estados
Unidos”, emitido por el decreto13.692, por Obama en 2015 y continuado por
Trump.
Las elecciones legislativas en marzo y las presidenciales en
mayo en Colombia, pueden dar si triunfa Petro, el primer presidente de Colombia
no directamente asociado con la oligarquía ni con el narcotráfico. El partido
Vox de España, anda promoviendo un frente anticomunista, a través de un “foro
de Madrid”, y lleva ya reuniones en Méjico, y recién en Colombia para armar un
frente contra la candidatura de Petro. Este adefesio de la derecha profascista
tiene como miembros desde el ex candidato presidencial chileno Kast, el ex
presidente colombiano Uribe, representantes de la peruana Fujimore, de Bolsonaro,
de venezolanos golpistas, la derecha paraguaya y ecuatoriana.
Sin ninguna duda los trabajadores se harán sentir y por
ahora está ausente cualquier propuesta en el marco cuartainternacionalista
dentro de este contexto latinoamericano, lo que indica su urgencia, más allá
del mar de declaraciones sobre Ucrania que no van más allá del monitor de una
computadora.
Opción Obrera
Venezuela 10 03 2022
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