Venezuela hoy es la piedra de toque de la revolución
latinoamericana
El desenlace de la situación en Venezuela es determinante para
toda América Latina, mas no se le da la importancia que tiene hoy y por lo
mismo tampoco se referencia el proceso venezolano como el eslabón más débil de
la cadena imperialista mundial, son los trabajadores de este país el obstáculo
fundamental para descargar todo el peso
de la crisis económica de América sobre ellos y sobre las masas empobrecidas.
El gobierno hoy no tiene nada de revolucionario, ni de
progresista, pero se vale de su origen (Diciembre 1998 Chávez, abril 2014
Maduro), tras el inicio de una sublevación popular (1989) como respuesta al
fracaso del llamado pacto de “Punto
Fijo”, para defenderse, en tanto las masas todavía no superan las ilusiones democráticas
que este gobierno sembró.
El motivo de la fuerte arremetida internacional contra
Venezuela sobre todo por parte de Trump y de la UE, junto a su coro de acólitos,
los gobiernos latinoamericanos, en especial el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, fue a raíz de
la iniciativa de Maduro sobre una constituyente. El peligro real por el cual
pusieron todo su empeño es impedir o acabar la fuerte resistencia social y de
los trabajadores en particular, a perder todo lo alcanzado durante la bonanza
petrolera y que ahora se busca revertir.
El efecto multiplicador en el ámbito
latinoamericano de desafío y capacidad de lucha por defender lo alcanzado
durante el auge del precio de las materias primas, pasa por derrotar a los
trabajadores venezolanos. Demás está decir que
la constituyente no representaba, por si misma, ninguna alternativa
revolucionaria, el momento lo determinaba, el acorralamiento internacional.
Insistimos, no es la constituyente en sí el fundamento de la
discordia, fue el pretexto de ambos lados para tratar de hacer pasar cada uno a
su modo, su interés, por el control del petróleo, por su uso y por el beneficio que el ingreso petrolero deja al
país, la total privatización por parte del imperio y sus lacayos de la MUD, y por parte del
gobierno de Maduro, el cambio de porcentajes de participación privada en las
empresas mixtas de la faja del Orinoco donde sus socios en particular los
chinos y los rusos, aspiran a una mayor tajada.
Junto a todo esto, están las conquistas de la pensiones, las
viviendas, la educación, el asistencialismo, el
transporte, que si bien, por demás limitadas y en franco deterioro por
la política de ajuste del gobierno, las cuales pretenden llevarlas a los peores
niveles de miseria y de hambre como
única salida capitalista a la crisis.
Hay constituyente por un rato más
La constituyente todavía es una ilusión donde se esperan
soluciones por parte de las bases chavistas, que son el bastión que todavía
moviliza el gobierno. Mientras por el lado de la Asamblea Nacional liderada por la MUD, fue hasta motivo del
ridículo el llamado de asistencia a los diputados, por quien la preside el
nefasto Julio Borges porque ni el quórum reglamentario se da en ocasiones para
que sesione.
En la ANC por su parte,
ya se dio una renuncia de un “notable”
el constituyentista, Earle Herrera, por el descaro de la misma de no abordar el
debate de la angustiosa crisis económica, además, ya hay un clamor popular por lo mismo.
Esta ANC, no nació muerta, la lucha por sus expectativas en la calle y su
función real es parte de la lucha. El 16 de Agosto, con menos de 15 días de
iniciada, a las puertas de su sede, les fue reclamado por 320 trabajadores en
representación de 11 estados del país, el cumplimiento de su pase a cargos fijos
de 29000 trabajadores de la Misión Barrio Adentro. Se vieron obligados a dar la
cara, además de llamar a los ministros
del trabajo y de salud, a sendas reuniones, los dos días siguientes, con una comisión
de los trabajadores y ratificar el cumplimiento del compromiso acordado (1).
La situación hoy plantea un problema muy arduo: desarrollar
una delimitación política de todas las corrientes ajenas a los intereses de los
trabajadores y el pueblo que solo conducen al fracaso
No son suficientes las medidas draconianas que padecen los
venezolanos, por el pago riguroso de la deuda que realiza el gobierno de
Maduro. La derecha oligárquica requiere poner directamente sus manos sobre el
petróleo y en los ingresos que se generan por su renta, el cual todavía lo
administra el gobierno y parte de él se lo llevan los chinos y ahora entran los
rusos a querer comerciarlo.
El gobierno toma medidas disparatadas con el fin de evitar
el desastre de inmediato empeorando cada vez su perspectiva y con ello la del
país, mediante canje de deuda, nuevas deudas, baja inversión y por lo tanto
menos producción sustituida por importación, emisión de dinero inorgánico,
luego confiscación del dinero emitido y como colofón hiperinflación.
Si bien, este mes de septiembre se percibe más calmado, sin
acciones fascistas, luego del resultado de las elecciones a la constituyente
(30 de julio), el desarrollo de la economía cayó aún peor que al que venía padeciendo, lo que conducirá sin duda a
renovarse los ánimos por un lado de los intentos fascistas y por el otro el
descontento popular, el gobierno responde con el noveno aumento de salarios, por
demás pírrico para evitar un desbordamiento.
Ante las próximas elecciones de gobernadores, la izquierda
auténtica debe responder con fuerza en clara confrontación con los candidatos
populistas que de una u otra forma claudican ante la clase capitalista. Debemos
expresar los intereses de los trabajadores y de las comunidades, que representan
en forma creciente el descontento por la brutal escalada de los precios,
mediante un plan de lucha concreto a través de la organización en un frente único
revolucionario y antiimperialista, para oponernos al poder del capital y ofrecer la alternativa de un Gobierno de los
Trabajadores como única respuesta para salir del atolladero en que nos
encontramos.
No al pago de la deuda externa Nacionalización de la Banca y
del Comercio Exterior para disponer esos recursos en la producción nacional y
en los servicios básicos.
Aumento General de Salarios que responda al índice de inflación
anualizada – Escala móvil de Salarios- Por un Salario mínimo que cubra la cesta
básica familiar
José Capitán
(1) Régimen sustentado en un acuerdo de gobernabilidad
“democrático” de 40 años de duración (1958-1998), es relevante
resaltar que Venezuela desde su independencia de la corona española, 1821 hasta
1958, realmente nunca tuvo un gobierno formalmente nacido en democracia
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