viernes, 25 de marzo de 2016
Los izquierdistas no quieren hacer la revolución
Los izquierdistas no quieren hacer la revolución
El 6D en Venezuela apunta a ese hecho. Al socialismo del siglo XX, el llamado real, se le opuso el socialismo del siglo XXI, más pálido que aquel. Los pueblos le quitan el apoyo a quienes no los llevan a su realización revolucionaria, a veces con rabia. No fue un voto castigo, ni un favor a la derecha, fue (es) una reprobación a una dirección incapaz. Perdieron ante una derecha históricamente anulada. UNA DERROTA RIDÍCULA. ¿Hasta donde habrá reversado este proceso? ¿Qué Mal habrá causado el chavismo? Hay una clase obrera que lo intuye, ¿solo eso? La vanguardia ¿revolucionaria? se plegó a este chavismo, acríticamente y ahora… es co-responsable. Se adoceno como furgón de cola, los clásicos desde Marx lo habían denunciado, descrito hasta los huesos.
Ese infantilismo izquierdista, al cual, en holocausto se entregaron, UNOS y… OTROS a voz en cuello ¡llego la ¡revolución!
Ciertamente algunos lo advirtieron, otros denunciaron y los menos criticaron, etc. Pero…
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Acusamos un mal. No estudiado, no investigado o peor no percibido. Nuestra condición fragmentada, tendencia al divisionismo. Discontinuidad interna. Incoherencia vivencial por visión mediada, percepción difusa. La real política olvida al sujeto histórico, la clase obrera se desdibuja. Nos movemos en una pseudo concreción que nos recicla a la realidad existente. Perdida de rumbo. Estancamiento creativo (la clase obrera está elaborando otra factura)
Entre el capitalismo mundializado y el ghetto vanguardista, en fragmentos, en archipiélagos de débil conexión, hay una unidad dialéctica. Favorecedora del ordenamiento imperialista. La derrota se internaliza, acríticamente, y surge como exculpación el fragmento de la verdad iluminada, una tal identidad de laboratorio que lucha por su reconocimiento en la charca de los parlantes ilustrados, en medio del divisionismo, disfrazado de variedad autonómica. Con el cuento de “unidad en la diversidad” Lo micro variopinto, sin hegemonía, complementario y diversionista de lo macro, el globalizado capitalismo. Con su pensamiento único. Hay una crisis sistémica del capitalismo, cierto. Pero hay otra que lo acompaña –los agujeros negros se tragan todo, incluso la LUZ- La vanguardia ha sido marginal Una externalidad que no obedece a su propia realidad Su ombligo es su discurso, solo para los internos. Conocimiento paralítico
¡Ah! Soy militante de base
Frank Aries
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