A la UNETE, Sindicatos de base,
Comunidades y Organizaciones de
Izquierda, independientes del Gobierno y de la Oposición de Derecha
► Preparemos la lucha más allá del
6D.
► La crisis que la paguen quienes
la causaron.
► Por un Frente Único Clasista y Nacional
de Lucha.
El proceso electoral no solventará la
difícil situación económica que atraviesa el país, y lo que viene será aún
peor.
El hito del 6D no tiene
importancia en sí, si no la compleja situación a afrontar después de su
resultado. Ambos bandos temen a una crisis de ingobernabilidad, así le dicen,
que les impida o les dificulte hacer pasar sus planes.
En el 2016 se agudizarán las
dificultades políticas y económicas debido a dos puntos principales:
- La crisis económica mundial, su recesión y la desaceleración de la producción que induce a una baja de los precios de las materias primas o comodities, en particular el precio del petróleo.
- El fracaso y la incapacidad congénita del populismo a través de Maduro y su gobierno cívico militar.
Gobierno y oposición, en común o cada
quien por su cuenta, tienen como objetivo rescatar el país capitalista
–rescatar al capital de su crisis. Su prioridad para detener el deterioro de la
economía es subsidiar a los productores privados, aumentar la gasolina, elevar
los impuestos, devaluar la moneda y continuar endeudándose. En eso consiste el
ajuste a concretar luego del 6 de diciembre contra los trabajadores y el
pueblo. Insisten en que ellos sean los que paguen la crisis y no quienes la
causaron. Para el gobierno y la oposición sus enemigos son los que defienden el
derecho a la contratación colectiva y a la organización sindical autónoma y con
independencia de clase.
La ingobernabilidad, en
realidad una crisis política, es el resultado de la crisis económica
fundamentada en el vaciamiento financiero del país como resultado de la
política de endeudamiento y del traspaso de más de 160.000 millones de dólares
a empresarios internacionales como Hyunday, Chevron, GM, Ford, Pfizer, Cargill,
y nacionales, entre los cuales se destacan Lorenzo “Polar” Mendoza y el grupo
Cisneros.
El gobierno de Maduro condujo a un
déficit fiscal y al agotamiento de las reservas y privilegió a pulpos
extranjeros y nacionales mediante dólares subsidiados con el control de
cambios Revertir la fuga de divisas es
esencial para que los trabajadores tengan un salario que cubra la cesta básica
familiar de bienes, servicios, salud y recreación, derecho a la contratación colectiva y mejores condiciones de trabajo y de
seguridad.
En Venezuela las deficientes políticas
de salud, vivienda o educación, planteadas con el mecanismo paralelo de las
misiones –inclusive superadas ya en muchos países capitalistas– y que vienen
hoy en retroceso, no tienen nada que ver con socialismo ni son manifestación de
un proceso o gobierno revolucionario. Peor aun, la banca y los seguros son las
ramas de la economía que aprovechando la crisis siguen amasando ganancias
descomunales año tras año.
Ante tan grave situación, para
los trabajadores el problema real no es la institucionalidad o las leyes o los
que integren la Asamblea Nacional. Tras 57 años de vida democrática los padres
de la MUD, y ahora el chavismo-madurismo, han hecho constituciones, reformas,
leyes del trabajo y decretos populistas, pero estamos yendo a la miseria. El
salario mínimo en todo ese tiempo siempre ha estado por debajo del necesario
para el trabajador y su familia, inclusive de la escuálida cesta alimentaria
oficial que desde hace un año decidieron ocultarla. Un plan de viviendas con
salarios bajos, desempleo y tercerización, es mantener la pobreza.
El
conflicto de fondo no es entre el gobierno de Maduro y la MUD, es entre ambos y
los patronos públicos y privados contra los trabajadores
La Asamblea Nacional debe ser una
tribuna para expresarse y dar el combate en representación de los trabajadores,
pero con un programa aprobado por ellos y en su nombre, no a motu proprio y con
cualquier tarjeta electoral con fines de conquistar una prebenda o privilegio
político personal.
El pueblo, y los trabajadores en
especial, se desgastan en movilización tras movilización para entregar cartas o
expedientes a la comisión social de la Asamblea Nacional, a la vicepresidencia
de la República, a un ministerio, sobre
todo el del Trabajo, o peor, yendo en alianza con FEDECAMARAS para hacer una
denuncia a la OIT.
No se trata de llamar a un voto
castigo u ofrecer una voz en nombre de los trabajadores al parlamento. Esto es
muy limitado y efímero por sí mismo pues no resuelve lo esencial que vivimos como
es la precariedad social. La AN es parte del mismo andamiaje o estructura que
mantiene la actual situación. Si los trabajadores decidimos ir a ella no es
para servir de pata de refuerzo de tal estructura sino para usarla de tribuna
de denuncia por nuestras luchas y para reclamar solidaridad nacional ante
éstas.
No se trata de las leyes o la
constitución, nuestra lucha toma en cuenta en cada momento la relación de
fuerzas. Los trabajadores deben contar con su unidad; la organización con sus
herramientas de lucha: el paro, la huelga, la movilización con su programa a
alcanzar. No meras voces en el parlamento con propuestas aisladas.
Se trata de alcanzar un salario que
cubras las necesidades básica, tener derecho a la contratación colectiva, a
la autonomía sindical, al empleo con
optimas condiciones de trabajo para eso.
Se trata de que nuestros hijos no
pasen las penurias que pasaron las generaciones anteriores y eso no es para un
incierto futuro, eso se emprende de inmediato para alcanzarlo lo más pronto
posible y no perder de vista que sólo tras un gobierno de los trabajadores se inicia
el primer paso hacia el socialismo.
Esta propuesta será entregada por las
vías necesarias a lo largo y ancho del país a los luchadores dentro del ámbito
autónomo, independiente y clasista.
Va dirigida a las bases chavistas
desalentadas y todavía organizadas en Ubchs, a los campamentos de pioneros, a
las bases del PCV y de Marea Socialista, a la juventud del PSUV,
organizaciones, y grupos de izquierda como el PSL, UST, LTS, Socialismo
Revolucionario, El Topo Obrero, La Pipa Rota; a la UNETE, a todos los
sindicatos que conforman y luchan en FUSBEC en Carabobo, en UNETE de Sucre y de
Barinas, a los directivos sindicales y trabajadores en lucha de CORPOELEC, de
la industria del Cemento; de los petroleros, de la construcción, de SIDOR, de
Ferrominera, de ALCASA, VENALUM y BAUXILUM, de las briqueteras, de los
refractarios, de los puertos, de la manufactura, los farmacéuticos, los
textileros, de los astilleros, los caucheros, papeles, automotrices y
autopartistas, tuberías y accesorios a la industria petrolera, transporte, de vigilantes,
bancarios, alimentos, minería, ferrocarriles; a la FLEC en Morón - Puerto
Cabello; a los trabajadores de la salud y de Barrio Adentro, del magisterio y
las universidades, a los empleados y obreros estadales, alcaldías y organismos
públicos regionales y nacionales; a los movimientos de estudiantes, misiones y
cooperativas, a desempleados y despidos por la crisis.
La unidad es ineludible para enfrentar
el ajuste económico que trasciende la posición electoral ante el 6D, inclusive
la que propusimos como Opción Obrera con el voto nulo. Las luchas requieren un
Frente Único Clasista y Nacional como su mejor expresión.
Desde Opción Obrera nos comprometemos
a publicar la recepción de esta propuesta, las respuestas, omisiones o
indiferencias, u otras propuestas si las hay, como indicador o varapalo de un
clamor que a nuestro entender sienten las bases y los sectores que pretendemos
dirijan, con un frente unitario, una salida a la crisis del capital y enfrente
de manera organizada el ajuste, y que partidos y organizaciones suplantadoras
de la clase los mantienen divididos.
Opción
Obrera
30/11/2015