Llamamiento a la 3ª Conferencia Euro-Mediterránea
by The Organizing Committee of the 3rd Euro-Mediterranean ConfcJune 9, 2015
¿Adónde va Europa?
Atenas, 18-19-20 de julio de 2015
Europa se ha convertido en el epicentro de la crisis capitalista mundial que comenzó en 2008, irresuelta en cada uno de sus aspectos -social, económico, político, geopolítico.
El "estancamiento secular", la recesión y las presiones de la deflación afectan a la Unión Europea más que a cualquier otro grupo de países, con millones de personas sin empleo, vivienda, servicios de salud o educación.
Se ha probado la falsedad de todas las declaraciones que aseguran que la UE y la zona euro han dejado atrás la crisis. Lo demuestra claramente el punto muerto en el enfrentamiento entre la UE, el Banco Central Europeo y el FMI, por un lado, y el nuevo gobierno griego, por el otro, elegido en enero de 2015 con el mandato claro de poner fin a la pesadilla de la "austeridad", las medidas de canibalismo social impuestas por la “troika”. Las llamadas "instituciones" del capital financiero mundial y europeo quieren imponer la continuación indefinida de estas medidas, utilizando para ello todos los medios de chantaje cínico y gangsterismo de las finanzas, a pesar de la catástrofe social que sus políticas han producido y contra la voluntad de resistencia de las masas populares empobrecidas. La perspectiva de un impago griego o un "Grexit" de la zona euro, por más que se insista en la pretensión tranquilizadora de que las consecuencias podrían ser "contenidas", sin duda tendrá un impacto devastador en la economía capitalista internacionalizada. Incluso el portavoz de la City de Londres, el Financial Times -uno de los protagonistas, junto a la prensa capitalista alemana y el Wall Street Journal, de una campaña de odio y calumnias en contra de las exigencias contra la austeridad, no del gobierno, sino del pueblo griego- tuvo que admitir: "Un “Grexit” podría llevar a una crisis financiera mundial similar a la provocada por el colapso de Lehman Brothers en 2008 ..." (5 de mayo de 2015). El gobierno de Estados Unidos también ha reconocido que tal hecho representa un "riesgo sistémico mundial" y no local, nacional o europeo.
Lo que más temen las clases dominantes es no solo el contagio financiero-económico, sino el contagio de la resistencia obrera y popular intransigente y victoriosa en toda Europa, tanto en la periferia sobrendeudada y deprimida como en el centro; una resistencia que se extiende internacionalmente, de norte a sur, de oeste a este.
No es el muy publicitado programa de la "flexibilización cuantitativa" (QE) puesto en marcha por el BCE en marzo de 2015 lo que puede detener la crisis o sus efectos sociales y políticos -la lucha de clases y los movimientos sociales antisistémicos. La "liquidez" generada por el programa de Mario Draghi ayudará durante un breve período a los banqueros y especuladores a crear más "burbujas" financieras, que pronto explotarán nuevos derrumbes. Hará más ricas a algunas personas que pertenecen al 1 por ciento de “los de arriba” y más pobres al 99 por ciento de "los de abajo"; pero no puede revertir las tendencias recesivas, proporcionando así una recuperación sostenida, el fin de los recortes en los salarios y las pensiones, de la austeridad, el desempleo masivo, la precariedad y el empobrecimiento.
La Grecia devastada en la tormenta no es más que un microcosmos del mundo capitalista en general, prefigura el futuro de cada uno de los países. La brecha entre el centro y la periferia se desvanece. En todas partes hay zonas de devastación, guetos y marginación. La mayoría de las personas es reducida a una mayoría de minorías oprimidas de todo tipo, enfrentadas a una discriminación creciente y a la brutalidad policial, en un "estado de excepción" que ahora se ha convertido en la regla. En última instancia, es este descontento social permanente lo que está detrás de la crisis de legitimidad y de las crisis de régimen, en un grado u otro, en los países europeos y de la propia UE.
La "Fortaleza Europa" es el resultado final de una UE imperialista, racista, descompuesta, que ha transformado el Mediterráneo, de Gibraltar a Lampedusa y Rodas, en un cementerio marino donde perecen miles de migrantes y refugiados de África, Oriente Meio y Asia que tratan de escapar de las guerras, los saqueos y la destrucción, iniciados precisamente por los mismos imperialistas europeos (y norteamericanos).
Pero los muros de apartheid de esta Fortaleza Europa no son solo "externos", con sus fronteras custodiadas por la máquina de matar de Frontex, sino también internos, asegurados por unos aparatos de estado igualmente bárbaros y por el ascenso de los grupos de extrema derecha y fascistas. En el propio país y en el extranjero, todos somos migrantes, oprimidos y explotados por el mismo enemigo de clase.
El proyecto de la UE y la introducción del euro como moneda común estaban relacionados desde el principio con la nueva situación mundial, pomposa y erróneamente etiquetada por el triunfalismo burgués como el "fin de la historia", consecuencia del colapso sin gloria del "socialismo real" y la desaparición de la Unión Soviética. La expansión a escala continental del imperialismo europeo, su unificación sobre bases capitalistas a partir del eje franco-alemán, la recolonización de Europa del Este, de los Balcanes y de las antiguas repúblicas soviéticas se consideraron indispensables en la competencia por la hegemonía en el mundo de la postguerra fría.
Las tragedias de Grecia y Ucrania, vinculadas ambas a las políticas de la UE, muestran claramente el fracaso de todo el proyecto. Grecia es el eslabón roto en la cadena internacional de la zona del euro. La implosión financiera y política de Ucrania en el caos, el Maidan, el ascenso de los nostálgicos de Bandera y de fuerzas abiertamente nazis apoyadas, financiadas y movilizadas por las "democracias" occidentales, la resistencia y la rebelión en el Donbass, los términos de la colonización impuestos por el programa del FMI a una población empobrecida en Ucrania, el odio nacional y el chovinismo de todo tipo, la creciente confrontación entre Rusia y los imperialismos de los Estados Unidos, la UE y la OTAN son todas señales claras, no de una nueva guerra fría, sino de un mundo post-postguerra fría, el fin de "el fin de la historia", proclamado hace un cuarto de siglo.
Todas las cuestiones más dramáticas de la historia - la guerra, las revueltas, la contrarrevolución, la revolución- están de nuevo de actualidad en el mismo continente europeo y, no muy lejos, en los países del Tercer Mundo, en interacción con un Oriente Medio en llamas y las convulsiones en los Balcanes, Europa de Este, el Cáucaso y las antiguas repúblicas soviéticas.
Grecia no es solo la manifestación más aguda de la crisis europea e internacional en el sentido económico y político-social. Se encuentra en el centro de un triángulo de guerras provocadas por la intervención imperialista y la agudización de la crisis en la región: Ucrania en el norte, Siria e Irak en el sureste, Libia en el sur. Los peligros aumentan con el descubrimiento de yacimientos de petróleo y gas en el Mediterráneo oriental y la acentuación de todos los antagonismos locales e internacionales, en primer lugar entre Grecia, Turquía y Chipre. La reconciliación y el fortalecimiento de una alianza estratégica entre Atenas, Nicosia, Tel Aviv y ahora El Cairo -donde gobierna el carnicero de la revolución egipcia, el general al-Sisi- y, por otra parte, las ambiciones neootomanas de hegemonía regional del régimen de Erdogan en Turquía acumulan dinamita en una región donde ya hay un infierno en Siria, Irak, Libia y Yemen.
No es casualidad que Atenas, en Grecia, haya acogido dos Conferencias Internacionales Euro-mediterráneas importantes, en medio de grandes luchas sociales contra las políticas de la Troika y sus colaboradores griegos en el poder, así como en la estela de la primera oleada de revoluciones en Oriente Medio, la denominada "primavera árabe". Ambos encuentros fueron organizados por el Centro Socialista de los Balcanes "Christian Rakovski", el sitio web RedMed y los partidos revolucionarios internacionalistas de la Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional (CRCI), y fueron acogidos por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK) de Grecia. No obstante, estaban abiertos a los militantes obreros y a las organizaciones populares y los movimientos sociales europeos y mundiales, comprometidos hoy en las luchas sociales contra la barbarie capitalista, así como a las fuerzas de la izquierda procedentes de diferentes tradiciones.
La Primera Conferencia Euro-mediterránea, a principios de junio de 2013, coincidió con la rebelión popular en Gezi Park, en Estambul, y estuvo íntimamente ligada a ella. Contra el odio chovinista que cultivan las clases dominantes a ambos orillas del Egeo, los revolucionarios turcos y griegos, junto a luchadores de la izquierda revolucionaria y los movimientos sociales procedentes de otros países y de diferentes tradiciones políticas, se reunieron en una muestra de internacionalismo práctico para discutir y decidir sobre los puntos programáticos comunes y planificar acciones conjuntas para una salida socialista de la crisis.
La Segunda Conferencia Euro-mediterránea se celebró en Atenas a finales de marzo de 2014, con el volcán ucraniano en plena erupción. Entre los participantes había tanto comunistas rusos como ucranianos y otros militantes de izquierda de los Balcanes, Europa del Este y Oriente Medio, que, después de un debate conjunto, redactaron y votaron mayoritariamente una declaración internacionalista, antiimperialista y antichovinista. Sobre esta base política, ha habido otras acciones comunes en el explosivo período posterior, en los Balcanes, Ucrania, Rusia y otros países.
Ahora, una Tercera Conferencia Euro-mediterránea se celebrará en Atenas los días 18, 19 y 20 julio de 2015, en condiciones que coinciden de nuevo con los cambios más dramáticos e inesperados en Europa, occidental y oriental, en los Balcanes, en las antiguas repúblicas soviéticas -en particular Ucrania y Rusia-, en Oriente Medio, en África y en América Latina, en todo el mundo actual en crisis y transición.
En el momento oportuno se presentará a todos los participantes un plan de trabajo como material para la discusión. Serán bienvenidos para su distribución y discusión documentos presentados por otros militantes invitados, partidos, organizaciones, sindicatos, movimientos sociales. Se discutirá una declaración final, enmendada y votada, que será publicada posteriormente.
Se consagrará una sesión especial al debate entre los militantes de los movimientos obreros y sindicales internacionales, a la elaboración de un Manifiesto de Combate y Solidaridad, así como de un plan de acción común, particularmente en Europa y el Medio Oriente. Los problemas de la organización revolucionaria a nivel nacional e internacional deben ser discutidos con urgencia, especialmente a la luz de las dramáticas experiencias recientes.
Los siguientes son algunos de los puntos programáticos que proponemos para el debate:
• Lucha por la cancelación de toda la deuda que roba y aplasta la vida de millones de personas, por la expropiación de los bancos bajo control obrero.
• Todos los planes de "austeridad" de canibalismo social, impuestos por la UE, el BCE, el FMI y los gobiernos capitalistas deben ser detenidos inmediatamente. ¡Son los capitalistas quienes deben pagar por la crisis de su sistema de explotación, no los explotados! Debemos luchar para restaurar los salarios, las pensiones y los derechos sociales de los trabajadores de acuerdo a las necesidades sociales, no a los beneficios de la minoría.
• Contra el desempleo masivo, llamamos a luchar por la prohibición de los despidos, para la distribución de las horas de trabajo entre todos los trabajadores. Plan de obras públicas de infraestructura, que son de todos modos vitales y urgentes, para crear nuevos puestos de trabajo.
Los magnates de la gran industria siempre chantajean a los trabajadores para que acepten más recortes salariales y de empleo, afirmando que de otro modo se verían obligados a cerrar o "deslocalizar" sus fábricas en el extranjero. Nuestra respuesta debe ser: ocupar todas las fábricas que cierran o despiden en masa, expropiar las fábricas en cuestión, sin compensación, ponerlas a funcionar de nuevo bajo control obrero y gestión de los trabajadores.
• Por una lucha decidida contra el fascismo, el racismo y la discriminación de los inmigrantes y los refugiados, de las mujeres, de la orientación sexual, de todas las minorías oprimidas!
• Por el fin del Estado policial y el impostor "Estado de emergencia" mediante el desmantelamiento del aparato represivo del Estado burgués.
• Por el fin de la OTAN y el desmantelamiento de todas las bases y alianzas militares imperialistas, oponiéndonos activamente y resistiendo sus planes de guerra en el Este y el Sur, en las repúblicas exsoviéticas, o a sus esfuerzos para restaurar el "orden" imperialista en el caos que han sembrado en Oriente Medio. ¡Plena solidaridad con todas las luchas antiimperialistas de los pueblos oprimidos en África, Oriente Medio, la Palestina ocupada, el dividido Kurdistán, Asia y América Latina!
• Nuestro grito de guerra debe ser: ¡Abajo todos los gobiernos capitalistas! ¡Por los gobiernos de los trabajadores y el poder obrero! !Abajo la Unión Europea imperialista, la prisión de los pueblos! ¡No a la trampa del nacionalismo reaccionario! ¡Por una unificación socialista revolucionaria de Europa, desde Lisboa hasta Vladivostok!
Centro Socialista de los Balcanes "Christian Rakovsky"
Sitio web RedMed
Mayo de 2015