Atilio Borón
escribe en su blog (http://www.atilioboron.com.ar/2012/10/es-posible-que-una-fuerza-politica-que.html)
una apreciación bastante jalada de los cabellos sobre la posición política que
los del Partido Obrero, sección hermana de la CRCI de Argentina, hicieron sobre
la detención temporal y el secuestro de documentos que un grupo de trabajadores
de la prensa encabezados por Jorge Lanata hicieron para la fecha de las
elecciones presidenciales venezolanas del 7 de octubre pasado. La retención de
los pasaportes y el secuestro de lo documental de su trabajo periodístico fue realizado
por los cuerpos de seguridad venezolanos en el aeropuerto de Maiquetía. La nota
de prensa de PO la pueden conseguir en el siguiente enlace: http://po.org.ar/po1243/2012/10/11/lanata-defendemos-la-libertad-de-expresion/.
En respuesta PO elaboró la siguiente nota que les dejamos a continuación a
nuestros lectores.
Atilio Borón,
un bolivariano de Shuberoff y Gioja
El
`intelectual` Atilio Borón se ha llenado de mugre para rendirle tributo a
quienes le pagan su sueldo y los viajes. Se interroga si el PO “honra la
memoria de Mariano Ferreyra”, cuando defiende la libertad periodística de
Lanata (y los trabajadores que lo acompañaron, a los que Borón no menciona) en
Venezuela. El punto de este ex asalariado de la Fundación Ebert (financiada por
el imperialismo alemán) es, de nuevo, como lo viene haciendo un sector del
kirchnerismo desde hace dos años (encabezado por CFK), transferir la
responsabilidad del crimen de nuestro compañero de la burocracia apoyada por el
gobierno nacional y el Estado, a nuestro partido. Borón, un defensor de la
democracia y enemigo de la dictadura del proletariado, defiende la detención de
Lanata y los trabajadores que lo acompañaron en Venezuela y el secuestro de su
material periodístico por parte de los servicios de inteligencia del gobierno
chavista. El artículo de Prensa Obrera que defiende “la libertad de expresión”
parte de una denuncia implacable al carácter reaccionario de la cobertura que
Lanata y su equipo hicieron de las elecciones en Venezuela. Lo que distingue a
nuestra posición es, precisamente eso: defender la libertad de expresión de un
adversario de derecha y denunciar al aparato de represión, al Estado y al
gobierno que cercena esa libertad sin alegar ninguna amenaza material contra la
independencia nacional de Venezuela. Los revolucionarios combatimos los
planteos reaccionarios con argumentos revolucionarios, no con la punta de la
pistola. Marx era apenas un ‘joven militante’ cuando defendía, contra la
censura prusiana, la libertad de prensa, incluida la injuria y la difamación,
en tanto que esa misma libertad fue uno de los objetivos proclamados de la
Revolución de Octubre. La libertad de prensa solamente puede ser
justificadamente suprimida en una guerra civil, cuando la información forma
parte de las operaciones militares contra los pueblos que se defienden con las
armas en la mano.
Sin
libertades políticas, y por lo tanto sin libertad de prensa, es imposible el
desarrollo político de la conciencia de las masas. León Trotsky subrayó, en más
de una ocasión, que la supresión de las libertades de expresión constituye el
primer paso en la burocratización de un Estado de origen revolucionario. La
regimentación de la prensa es un arma del bonapartismo pequeño burgués para
someter políticamente a la clase obrera y sus organizaciones.
El
tono chicanero de Borón, que además fue vicerrector, en la UBA, del nefasto y
corrupto Shuberoff, esquiva con el improperio la cuestión fundamental: por qué
el movimiento popular se vería beneficiado convalidando el espionaje de los
servicios y su acción represiva contra un crítico democratizante de la derecha.
Como Borón se autodefine como un `cientista político`, sabe perfectamente bien
que el reforzamiento del aparato represivo de un Estado que se reconoce a sí
mismo como capitalista, afecta en última instancia al movimiento popular.
Venezuela ha firmado acuerdos de seguridad con el régimen paramilitar colombiano,
y su integración al Mercosur equivale a lo mismo con los gobiernos capitalistas
de este bloque. El aparato de seguridad de Venezuela, precisamente, no ha
esclarecido ni uno solo de los asesinatos de militantes clasistas ejecutados
por sicarios de las patronales, y ha protagonizado represiones reiteradas
contra los obreros de la ex Sidor. Venezuela tienen muchos Mariano Ferreyras;
el panelista de 678 no abrió la boca hasta ahora contra la condena proferida en
ese programa, por su conductor, Barone, contra Ana Guzzetti, la militante
encarcelada y torturada por interpelar en una rueda de prensa a Perón. Ni
siquiera aquí ha defendido la libertad de expresión.
A
Borón lo enceguece el Partido Obrero, porque recela del avance de nuestro
partido en el desarrollo de una alternativa de izquierda al bonapartismo
nacionaloide. Se da cuenta de que defender la libertad de expresión para un
adversario de toda la vida de nuestro partido, incluso cuando realiza una
acción de contenido derechista, refuerza nuestra autoridad política, y hasta
puede arrancar a una parte de la clase media de la tutela de la derecha. Cree
que su crítica servirá para crear un abismo entre nosotros y los militantes
populares del kirchnerismo. Lo que ocurre es precisamente lo contrario: la
autoridad de nuestro partido ha crecido en forma exponencial allí donde este
asunto es discutido con más vivacidad: los trabajadores de prensa, de la
cultura y universitarios.
A
Borón le ocurre lo que a todos los alcahuetes, que con su servilismo importunan
a sus patrones. Hugo Chávez debe estar puteando por lo bajo ante el desmentido
de Borón de que la Venezuela bolivariana es el paraíso de la democracia y de la
libertad de expresión. ¿No serán los captores de Lanata y su equipo un grupo de
infiltrados que actuaron de ese modo para manchar las credenciales de la
revolución socialista del Siglo XXI – a igual título, digamos, que el ministro
de Defensa de Argentina, el cual habría complotado, según Horacio Verbitsky,
con los fondos buitres para secuestrar la Fragata Libertad? La que más debe
estar trinando en su despacho es, de todos modos, la ídola de Borón, la
Presidenta CFK, que en medio de su cruzada por la libertad de la palabra contra
el monopolio Clarín, se encuentra con un gorila de su palo en el bazar, que
asegura que después del 7 o 10D los opositores mediáticos del oficialismo van a
ir todos en cana. Salvo que Borón sea el otro yo del doctor Merengue de la
mandataria. Su apoyo a Martín Sabatella para el AFCSA, ¿es un anticipo de que
los periodistas en Argentina deberán imputar los subsuelos a su trabajo diario?
Atilio
Borón, una vieja ‘vedette’ del ala democratizante del trotskismo, se ha
convertido en un deshecho intelectual. Nos enteramos que acaba de suscribir la
candidatura de Martín Sabbatella para el AFSCA y que anduvo por San Juan, la
patria chica de Barrick Gioja, donde dio “ fe del crecimiento de la provincia”.
Hasta se mostró comprensible con la megaminería contaminante: “Si en todos
lados (sic) se autoriza, uno se pregunta por qué acá voy a dejar de hacerlo”.
‘Todos lados’, para Borón, serían los bolivarianos de Bolivia, Ecuador, Perú y
Venezuela, pero también Estados Unidos, Canadá, Australia y China. Por primera
vez en su vida, Borón violenta su amor por la UE – donde se cuestiona el gas no
convencional , la energía nuclear y hasta las semillas genéticamente
modificadas. A Borón sólo le falta dar su okay al acuerdo reciente de CFK con
Monsanto. El monopolio semillero otorgado a la multi yanqui, es el último clavo
en el ataúd de las pretensiones de ‘soberanía alimentaria’ del kirchnerismo.
De
vicerrector de la UBA de Shuberoff a defender de la megaminería. Que nadie se
sienta sorprendido si mañana agarra un puesto en el gobierno y es él quien
manda los servicios contra los periodistas y los luchadores. Es lo que hace
corrientemente la verbitskiana Garré.
¿Tomarán
nota de todo esto La Mella y el Frente Darío Santillán, que buscan inspiración
en este intelectual de los ‘servis’ bolivarianos?
Gabriel
Solano y Jorge Altamira