Chávez reculó con lo de la nueva Ley de Universidades

Prensa Opción Obrera 18 - Febrero 2011

Situación Nacional
Chávez reculó con lo de la nueva Ley de Universidades

A la par que el presidente hacía mención a no decretar ningún aumento en el IVA, anunciado por él  mismo,  vetó la Ley de Educación Universitaria (LEU), recientemente aprobada por la  AN. El anuncio del  rechazo tomó por sorpresa a la mayoría del chavismo que veía la norma como el necesario soporte “legal” para poner en cintura a los rectores de derecha de las universidades autónomas. Chávez, emuló a Evo, ante su  neoliberal aumento del precio final de la gasolina, el cual también anulo la medida al ver que se incendiaba Bolivia de protestas.

La  obligación comportaría aplicar la salsa que es buena para el pavo en las universidades autónomas también sería para la pava en las universidades bolivarianas. Ni el voto estudiantil paritario en la elección de sus autoridades ni la aprobación y control del presupuesto universitario por parte de sus comunidades son moneda de cambio común en universidades como la UBV o la UNEFA, menos en la propia Misión Rivas. Mejor entonces mantener intocables su status que intentar cambiar los equipos rectorales militares nombrados a dedo por el ministerio de defensa.

Una ley que garantizaba el poder ser juez y parte a una autoridad del ministerio de educación superior para dirimir él, dictaminar el presupuesto de una universidad nacional, la creación, cambio o modificación de materias a dictar, las carreras profesionales y  el control o reglamentación de los gremios.

El lucro sobre el negocio educativo privado se mantenía sin mayor regulación. Con el voto paritario a los estudiantes universitarios, algo que ni en la UBV o la UNEFA se aplica, el chavismo creía ver resuelto el poder supremo de equipos rectorales, decanales y hasta de escuelas en manos de la derecha, pero como en otros casos, Chavez prefirió continuar igual.

Dar el voto paritariamente a los estudiantes, sin incluir en tal derecho a los trabajadores no docentes  y a los docentes contratados que no integran el escalafón y que en muchas universidades tienen el carácter de tercerizados, tampoco es garantía de democracia universitaria. Igual los equipos de rectores, decanos y directores de escuelas tendrían su capacidad para cogorbernar a la antigua usanza. Esto es, una macolla profesoral amplia que por lo general representa el conservadurismo académico y también administrativo. Estas prerrogativas, amparadas con la Ley de Universidades de Caldera de 1970 que sirvió para allanar las universidades autónomas y barrer con los intentos de Renovacion democrática puestas en discusión entre todos los gremios que hacían vida en ellas en las postrimerías de los 60, continuaron siendo asumidas en la LEU mientras en las universidades bolivarianas no se aplican. Ese es el motivo fundamental del por qué mejor no darle el ejecútese a tal ley. Había que garantizarle el estatus de autoridades universitarias a una casta de parásitos sociales como son los militares que dirigen la UNEFA en cualquier caso.

El planteamiento progresivo para convertir las universidades nacionales en centros de movilización de un proceso que se asuma de las masas populares y los trabajadores hacia su propio gobierno obrero y campesino pasa por levantar nuevamente la consigna del COGOBIERNO PARITARIO de todos los integrantes de la academia: trabajadores docentes y no docentes, estudiantes y representantes de los sectores sociales, que no sólo administre un presupuesto que el Estado capitalista garantice para concretar su amplio funcionamiento académico y de investigación, sino que también permita el control público de los fondos propios y de los provengan de la investigación aplicada al desarrollo social nacional.

Votar paritariamente para elegir profesores de rancio conservadurismo es totalmente opuesto a cogobernar paritariamente todos sus sectores integrantes y los que esperan sus alcances sociales.

Roberto Yépez