Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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sábado, 18 de febrero de 2012

Frente de Izquierda, una perspectiva

Jorge Altamira, reconocido dirigente del Partido Obrero de Argentina, responde a una serie de interrogantes propuestas por la periodista de Pagina 12 de ese país, Sol Prieto, en torno al Frente de Izquierda y la construcción del Partido de los Trabajadores en Argentina, que luego le servirían a la periodista para elaborar un artículo que apareció en ese diario el pasado 13 de Febrero con el título La unidad que está en veremos.

Desde Opción Obrera consideramos que lo expuesto por Jorge Altamira no sólo es de capital importancia para los socialistas argentinos, resulta, adicionalmente, didáctico para los socialistas venezolanos respecto a lo que este año electoral significa para los explotados y los que nada tienen cuando se ven afectados por la vorágine que causa la bancarrota mundial del capital.

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Frente de Izquierda, una perspectiva


Es indudable, para nosotros, que entre las posibilidades del Frente de Izquierda, el desarrollo más rico sería converger en un partido común. La vía para ello es preparar en forma adecuada un congreso nacional sobre la base de propuestas de programa, que puedan ser discutidas con amplitud en un plazo amplio. El debate iría acompañado por una práctica sistemática en el cuadro del Frente. Las divergencias que se pongan de manifiesto en el debate serían finalmente puestas a votación, con la previsión de que la dirección que sea electa representaría en forma proporcional a los distintos planteos y de que el partido común se desenvolvería en el marco de un estatuto que garantice tanto la unidad de acción del partido como la democracia interna. Es ajeno al socialismo el planteo de que la existencia de divergencias justifique partidos separados o que un partido revolucionario deba tener un pensamiento uniforme, salvo que se trate de principios. Suponer que un partido no conozca divergencias en su seno en su proceso de desarrollo, está reñido con la realidad y sería la receta perfecta para la división permanente y haría imposible la simple existencia de partidos revolucionarios. Los partidos históricamente más relevantes en la historia del socialismo y del movimiento obrero -me refiero a la socialdemocracia alemana hasta la Primera Guerra Mundial y el partido bolchevique hasta su usurpación por el stalinismo- albergaban una miríada de divergencias y tendencias internas holgadamente mayor que todas las disputas sumadas de los pequeños partidos actuales -simplemente porque tenían un desarrollo histórico superior y, por eso, un arco iris intelectual considerablemente más rico. Este planteo lo desarrollé varias veces en actos públicos del Frente; sería absurdo que la existencia de un partido revolucionario común se encuentre vedada por las diferencias sobre Libia o la caracterización de los obreros desocupados en las dos décadas pasadas (esto simplemente refleja la ausencia de algunos partidos del Frente en la lucha piquetera). Como ocurre con cualquier partido, la posición oficial, en el caso de diferencias del momento, sería la mayoritaria, sin desmedro del derecho de cada uno a defender sus planteos.

El Frente de Izquierda es un caso particular (y probablemente más avanzado) de una posición que estamos desarrollando desde hace más de diez años respecto a la IV Internacional -o sea, la necesidad de convocar a un congreso, preparado por un debate amplio y una práctica común, para desarrollar un partido revolucionario internacional. El Frente de Izquierda ha dejado establecida una diferenciación política respecto de los partidos y grupos que abandonaron una posición independiente de izquierda y se fueron a frentes electorales binneristas o kirchneristas, que permite precisar las cosas. Eso no ocurre a nivel internacional, donde prevalece una bolsa de gatos. Por eso hemos definido que nuestra convocatoria va dirigida a aquellos que defiendan principios irrenunciables para cualquier socialista: 1) la independencia de la clase obrera y la oposición a frentes estratégicos con las burguesías nacionales y movimientos nacionalistas, o sea la oposición a los llamados frentes populares o de colaboración de clases; 2) la defensa de la dictadura del proletariado, que significa la destrucción del Estado burgués, el establecimiento de la dominación política de la clase obrera, la expropiación del gran capital y la progresiva anulación de toda forma de Estado a través de la permanencia de la revolución; 3) el carácter internacional de la revolución socialista, en oposición a la utopía reaccionaria del socialismo nacional o socialismo en un solo país; 4) la fusión de la izquierda y del socialismo con el movimiento obrero por medio de un programa de reivindicaciones transitorias y la emancipación de las organizaciones obreras y el desarrollo de una dirección clasista; 5) la defensa de las naciones oprimidas y el apoyo a las guerras nacionales contra el imperialismo. En el caso de América Latina, la defensa del planteo de Federación Socialista de América Latina, incluido Puerto Rico. Es sobre esta base que proponemos un Congreso de unidad de los revolucionarios, preparado por una discusión auténtica y una práctica común sistemática.

No se trata de un planteamiento formalista, en el cual se podría incurrir si se lo abstrae del lugar histórico en que se desarrolla. La crisis capitalista mundial cierra el largo período de degeneración de los Estados que surgieron de procesos revolucionarios y el desarrollo de la restauración del capitalismo. Esto se manifiesta en los movimientos sociales y en las consignas; una extensión creciente de las huelgas en los países desarrollados y en los Estados restauracionistas, y la aparición de palabras de orden anticapitalistas. O sea que asistimos a una nueva transición histórica. Los socialistas solamente pueden fecundar este desenvolvimiento histórico revolucionario si unen fuerzas sobre la base de la discusión política y la claridad.

En Argentina, esta nueva tentativa de transición histórica se manifiesta con fuerza inusitada en el reiterado fracaso del peronismo por superar la crisis endémica del país, el ingreso en una nueva crisis y la creciente disgregación del peronismo. La manifestación principal de esta transición se da en el movimiento obrero, donde surgen nuevas camadas y direcciones clasistas, en especial en la nueva generación. El sindicalismo dominado por la burocracia integrada al Estado sufre tendencias disgregadoras como nunca -desafiado por la crisis capitalista y por sus bases. Los 660 mil votos que obtuvo el Frente de Izquierda tienen que ver con una definición política en parte de la clase obrera, que demuestra que existe una posibilidad de fusión de la izquierda y de los socialistas con el movimiento obrero. Esta fusión significaría la formación de un partido de trabajadores, nada menos que el final-final de la subordinación política de la clase obrera al peronismo y a la pequeña burguesía democratizante. El planteo de un partido de trabajadores, en la campaña electoral, apuntó a dejar en claro que el resultado de un progreso político de la izquierda revolucionaria en las elecciones no se reducía a la conquista de una plataforma parlamentaria, distante del movimiento obrero, sino que era un síntoma de la tendencia histórica a la formación de un partido independiente de la clase obrera. Que en los círculos oficiales de la burocracia vuelva a aparecer el planteo de un partido de trabajadores (esgrimido por la CTA en diversas ocasiones sin mayor entusiasmo) es una manifestación de que la acción política de la clase obrera se encuentra agotada en el marco del peronismo y es una maniobra para encauzar esta tendencia hacia una vía de compromiso con el sistema capitalista.

El partido revolucionario que resulte de un congreso preparado por un debate programático y una acción sistemática común se combina recíprocamente con el planteo de un partido de trabajadores, en la medida en que la ambición histórica de los socialistas es la fusión de la izquierda revolucionaria con la clase obrera que lucha -el movimiento obrero.

http://po.org.ar/articulo/po1211/frente-de-izquierda-perspectiva

Siria en la encrucijada


PO 1211 16/2/2012 Internacionales

Siria en la encrucijada

El proceso político en Siria resulta de una enorme complejidad, agravada por las deformaciones mediático-políticas del imperialismo. Luego de diez meses de levantamiento popular, el régimen de Bashar Al Assad sufrió una fractura parcial del aparato represivo cuando un sector de los oficiales se pasó al campo de la rebelión popular y a constituir el Ejército Libre de Siria (ELS). Otro sector de desertores del régimen formó su propia milicia. Al Assad mantiene el control del grueso del aparato estatal, lo que le permite persistir en una dura represión con tanques y artillería contra bastiones opositores como Homs y Hama.
Mientras tanto, la situación social se agravará considerablemente no sólo por los enfrentamientos militares, sino por el boicot comercial de las principales potencias, las que reclaman la caída del gobierno y la formación de un gobierno de coalición. La devaluación de la moneda ha generado una corrida al oro (Financial Times, 31/1). El deterioro de las condiciones materiales de las masas activó las protestas en los suburbios de Damasco que, hasta el momento, estaban aislados de la rebelión por un verdadero amurallamiento realizado por el gobierno. El levantamiento popular en Siria se originó en el interior rural del país, pero las protestas comienzan a alcanzar a los centros urbanos y provocan una serie de huelgas.
Oposición e imperialismo
El imperialismo ha incrementado la presión para controlar una salida política a la crisis. La oposición al régimen se encuentra divida en dos campos: por un lado, el Consejo Nacional Sirio (CNS) (principalmente, los Hermanos Musulmanes) con base en Estambul, y el ELS, los que propugnan una intervención militar de la Otan en el país encabezada por Turquía y, por el otro, se coloca el Cuerpo Nacional de Coordinación, que reúne a "la mayoría de los activistas locales que organizan las protestas populares" y "están en contra de cualquier invasión" (El País, 28/1). El fracaso del operativo para unificar a las dos formaciones en una sola plataforma significó un duro golpe para allanar el camino a una intervención de la Otan, que cuenta con el apoyo del sionismo.
Rusia -con fuertes intereses en Siria, donde mantiene la única base militar fuera de su territorio- se opone a cualquier intento de intervención militar. Moscú quiere evitar "el error libio", donde la intervención militar en ese país significó "un fiasco para Rusia con un nuevo gobierno que castigó a las empresas rusas y chinas por su apoyo al anterior régimen" (Financial Times, 25/1). De acuerdo con El País (4/2), "las autoridades de transición libias declararon que los contratos firmados por el régimen con Rusia y China serían seguramente cancelados, ya que esos países no habían participado activamente en la lucha contra la tiranía". Las "autoridades libias", en realidad, no pinchan ni cortan: son los rivales capitalistas los que han desalojado a China y Rusia del mercado libio. El gobierno de Trípoli ya reconoció al CNS como gobierno legítimo de Siria.
En un plano más general, "la política (del imperialismo) sobre Siria es parte de la guerra contra Irán" (Financial Times, 30/1). Es decir, la intervención del imperialismo en Siria está vinculada con la preparación de un ataque a Irán y, de un modo general, condicionar la reorganización de la región luego de la revolución árabe. El flamante gobierno de Túnez impulsa una intervención militar extranjera en Siria.
La Liga Arabe y Estados Unidos -una pantalla de las petromonarquías- promueven una llamada "salida Yemen", pero un reemplazo de Al Assad por el vicepresidente y la formación de un gobierno de ‘unidad nacional' equivaldrían a la colonización de Siria. Es un pretexto para superar la división de la oposición y embarcarla toda en el apoyo a una salida imperialista. La salida revolucionaria consiste en derrocar a la dictadura siria, con total independencia del imperialismo y la formación de un gobierno de los explotados de Siria, sin divisiones confesionales. Como ya ocurrió en Libia, hay quienes justifican el apoyo a las masacres del gobierno contra la rebelión popular -a la que describen como un complot de las cancillerías occidentales. Pero eso implica que los revolucionarios colaboren con la masacre de las masas hoy insurrectas contra un gobierno contrarrevolucionario, que ha estado aliado históricamente a la reacción árabe. Significa convertir a la izquierda revolucionaria en verdugo del pueblo al servicio de una camarilla capitalista. Ya pasó más de medio siglo de la fecha en que el partido Baath (de Siria e Irak) se postuló como una alternativa de unidad árabe antimperialista, fracasó en forma miserable y se convirtió en instrumento ocasional de las conspiraciones del imperialismo y el sionismo. Los revolucionarios árabes deben sumarse a la rebelión popular denunciando la cueva imperialista que es el Consejo Nacional de Transición, un grupo sin raíz en el país, que opera como títere del imperialismo mundial.
El apoyo público que los Hermanos Musulmanes están dando a una intervención militar debe ser aprovechado para desacreditarlos en el Medio Oriente -donde tienen enorme predicamento y han copado, en forma transitoria, las revoluciones en Túnez y Egipto.

Diego Mendoza

Grecia en llamas: el preludio de la Revolución Europea


PO 1211 16/2/2012 Internacionales

Grecia en llamas: el preludio de la Revolución Europea

Los peores temores de las clases gobernantes de Grecia y Europa se están haciendo realidad: una explosión social incontrolable está en marcha en Grecia. Al momento de escribir estas líneas, en la madrugada del 12 al 13 de febrero, los choques violentos y las luchas callejeras entre los manifestantes y la policía antimotines continúan en el centro de Atenas y en otras ciudades de todo el país. La falsa "mayoría" que acaba de votar en el Parlamento el nuevo paquete de medidas de canibalismo social -impuesto por la troika de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI- no puede y no podrá parar el incendio social que se expande por el país y se extiende, más allá de Grecia, por toda Europa y a nivel internacional.
La manifestación popular del domingo 12 de febrero, en la plaza Syntagma, fue literalmente gigantesca. Cerca de un millón de personas convergieron desde todos los barrios de la capital griega en una movilización de masas que superó en magnitud y espíritu de lucha a todas las anteriores -incluyendo las enormes marchas durante las huelgas generales de junio y octubre de 2011.
La semana pasada ya habían tenido lugar dos huelgas generales (el 7 y el 10-11 de febrero), pero muchos factores -falta de preparación, oposición burocrática a una real movilización de masas, extremas condiciones climáticas- habían influido para que si bien resultaran significativas, no hayan tenido nada en común con lo que sucedió el 12 de febrero, cuando las masas desbordaron las calles de Atenas y casi todas las demás ciudades griegas, dando un carácter casi insurreccional a la movilización.
La policía antimotines, con un plan preparado, atacó al pueblo en Syntagma desde los primeros momentos de la marcha, a las 17:15 horas. Cuando el gran compositor Mikis Theodorakis y el héroe de la resistencia anti-nazi Manolis Glezos, ambos de casi 90 años, avanzaron para entrar en el Parlamento y presentar una declaración conjunta de protesta, la policía antimotines los atacó, al igual que a todos los manifestantes en la plaza, con toneladas de químicos. Desde ese momento, el centro de Atenas se transformó en un campo de batalla, mientras la gente continuaba llegando en masa desde todas las direcciones. Enfrente del mismo Parlamento permanecieron y resistieron hasta las 22:30, junto a contingentes del EEK, Antarsyta (izquierda democratizante) y la juventud de Syriza (coalición de centroizquierda). Todas las calles y avenidas desde Omonia a Syntagma -e incluso alrededor de la Acrópolis- estaban colmadas de personas que resistían la salvaje brutalidad policial hasta pasada la medianoche.
En algunas calles se erigieron barricadas. Se incendiaron bancos, grandes negocios, cines y alrededor de 40 edificios. La estación de policía de Exarchia fue atacada. Unos cien ciudadanos de todas las edades fueron heridos -algunos de ellos de gravedad, por lo que debieron ser hospitalizados. Otras cien personas fueron arrestadas, incluyendo a los manifestantes que habían ocupado el Ayuntamiento de Atenas. El centro de Atenas parecía hoy una ciudad bombardeada.
Vale la pena destacar que el estalinista KKE una vez más celebró su propio acto independiente en la plaza Omonia (dicen que reunieron 50.000 personas), pero evitaron juntarse con los cientos de miles de personas en la plaza Syntagma y alrededores debido a los choques de los manifestantes con la policía. Permanecieron lejos de la lucha y, finalmente, dispersaron pacíficamente sus contingentes. De acuerdo con el mantra estalinista, cada choque violento con las fuerzas policiales o cualquier forma de acción directa es "una provocación del Estado".
La rebelión popular no se limitó a Atenas. En otras ciudades, a lo largo de toda Grecia -desde Corfú hasta el noroeste y desde Tesalónica en el norte a Patras en el oeste y Creta en el sur- hubo y siguen teniendo lugar movilizaciones, manifestaciones, ocupaciones de edificios públicos, municipalidades, prefecturas, etc. Han tenido lugar ataques de manifestantes furiosos contra las oficinas políticas de los miembros burgueses del parlamento: en Corfú (al noroeste, en la costa del Mar Jónico), en Agrinion (Grecia occidental), en Iraklion (Creta, sur del Mar Egeo) fueron destruidas las oficinas de los parlamentarios locales.
La furia del pueblo -tan rápidamente empobrecido y arruinado- se reflejó incluso en el Parlamento al estallar el sistema político parlamentario tal como había funcionado los últimos 38 años, después de la caída de la dictadura. A pesar de que los dos tercios de la mayoría de los diputados votó por el bárbaro Memorándum impuesto por la troika y el actual gobierno de Papademos, el voto negativo sin precedentes de un gran número de diputados fue seguido por expulsiones masivas de los partidos gobernantes que sostienen a Papademos -46 diputados, incluyendo miembros fundadores o jefes de bancada de sus respectivos partidos, ministros y otros- en el medio de la noche del neoliberal "socialista" Pasok, el derechista Nueva Democracia y el ultraderechista Laos. Ahora, en el Parlamento, el segundo bloque en cantidad es el del "Partido de los Expulsados": 63 diputados desde el comienzo de la crisis (Pasok tiene ahora 130 diputados, cuando su cantidad inicial era de 158, y Nueva Democracia tiene 62; el número total de los diputados es 300). El partido de ultraderecha Laos, al ver achicarse dramáticamente su influencia en las encuestas, votó contra el nuevo rescate, expulsando a dos de sus miembros más importantes, quienes permanecen en el gobierno como ministros (votaron a favor). Sin embargo, el Führer de Laos, Karatzaferis, dijo que continuará apoyando al gobierno de Papadimos para ¡"salvar a la patria del comunismo"!
El líder del partido de derecha Nueva Democracia se manifestó en forma similar, diciendo que su partido es el último baluarte contra el "gobierno de la chusma" -entendiendo por "chusma" a las masas rebeldes que se inclinan cada vez más hacia la izquierda.
El elenco político de la burguesía está diezmado. En los últimos meses se hicieron muchos intentos de crear nuevos partidos políticos burgueses. Con seguridad se harán otros muchos en el próximo período, con tantos políticos burgueses devenidos en "sin techo" luego de sus expulsiones -pero éstos no han tenido éxito hasta el momento, por lo que desaparecen casi inmediatamente después de su primera aparición pública.
El desafío político es para la izquierda. Pero el estalinista KKE (Partido Comunista Griego) continúa su política egocéntrica, focalizada principalmente en su propio fortalecimiento electoral y organizativo, por lo que mantiene el lema "por el poder de los trabajadores" -un tanto vago para un futuro distante. Synaspismos, la principal fuerza en Syriza, mira hacia los restos excluidos del Pasok para construir una especie de "frente popular" con ambiciones gubernamentales. La "Izquierda Democrática", la escisión derechista del Synaspismos, gracias a sus buenos resultados en las encuestas, se ha convertido en un polo de atracción para todos los refugiados del ala derecha de Pasok, quienes esperan convertirse en un socio menor en una futura coalición de gobierno burguesa, reemplazando quizás al ultraderechista Laos.
La falta de una verdadera alternativa radical al sistema que colapsa por parte de la izquierda, parlamentaria y extraparlamentaria -las que son centristas-, convierte la misión de reagrupar a los luchadores de vanguardia -particularmente la joven generación- en un partido revolucionario internacionalista del proletariado. Ese es el principal desafío y la tarea urgente para nuestro partido, el EEK.
Mientras se desarrolla la explosión socio-política, seguimos luchando cada vez con más determinación por una huelga general indefinida para derrocar al gobierno, romper con la dictadura de la Unión Europea y el FMI, cancelar la deuda a los usureros internacionales y reorganizar toda la economía sobre nuevas bases socialistas, bajo el poder obrero. Nuestras esperanzas están focalizadas en que nuestros compañeros y compañeras de clase en Europa -y en todo el mundo- se nos unan en la lucha revolucionaria y en una Internacional revolucionaria, que ahora es más necesaria que nunca.

miércoles, 8 de febrero de 2012

LA PIPO ARTEAGA DE VALENCIA CONTINÚA CON SU APOYO A LOS PATRONOS


LA PIPO ARTEAGA DE VALENCIA continúa CON SU APOYO A LOS PATRONOS

Contra el derecho de organizarse sindicalmente los trabajadores de Carabobo, la respuesta que reciban desde la Inspectoría del Trabajo Pipo Arteaga es:

“No cumple con el artículo 413 (o 414 o 415) de la Ley Orgánica del Trabajo (Decreto N° 8.202 Gaceta Oficial N° 6.024 del 06/05/2011)”.

Con esa consideración, el Inspector del Trabajo, José Aponte, determina que “este Despacho en uso de sus atribuciones legales considera pertinente hacer a los interesados las siguientes observaciones” y “Por lo antes expuesto se REQUIERE a los promoventes del presente proyecto, realizar las respectivas subsanaciones, sea en el ACTA CONSTITUTIVA, LOS ESTATUTOS, ACTA DE RATIFICACIÓN o la NÓMINA DE MIEMBROS FUNDADORES del proyecto de sindicato introducido.

Ante el acostumbrado “No cumple”, la respuesta de subsanación termina con otro AUTO de la Inspectoría del Trabajo Pipo Arteaga donde se plantea lo siguiente:

“este Despacho SE ABSTIENE DE REGISTRAR LA SOLICITUD DE INSCRIPCIÓN DE LA PROYECTADA ORGANIZACIÓN: SINDICATO XXXXXXXXX XXXXXXXXX XXXXXXXXXX XXXXX XXXXXXXXXX por considerar que no reúne los extremos de Ley.”

Los funcionarios de la Inspectoría del Trabajo Pipo Arteaga de Valencia pretenden ser rigurosos respecto a todos los soportes que una organización de los trabajadores suministra al momento de solicitar el registro de su sindicato. Sucede que son complacientes (cómplices) cuando es el patrono el que cocina una coalición de trabajadores para oponerse al sindicato que intenta asumirse independiente de éste. El Inspector Aponte es peor aún (con alevosía) cuando los sindicatos son apoyados solidariamente por la Federación Unitaria de Sindicatos Bolivarianos del Estado Carabobo (FUSBEC).

En los últimos 3 meses, el Inspector Aponte ha impedido que a los sindicatos de Agroisleña – Planta Morón, Faplast y Supermercados Luxor se les otorgue el derecho a matrícula alegando subsanar en forma general uno o más de sus soportes que anexan a la organización de sus trabajadores, complaciendo a los patronos de tales empresas los cuales se oponen a que se formalicen tales sindicatos.

El caso SINTRAP EVEREST y el AUTO del Inspector Aponte

Ante la insistencia de los trabajadores de Pinturas Everest de que se les reconozca su sindicato, con la férrea negativa del patrono a que así suceda, y luego de ser enviado a subsanar su proyecto por Aponte, en AUTO del 11 de Enero de este año “este Despacho ordena Convocar a un Referéndum Sindical” entre el sindicato SINTRAP EVEREST  y la COALICIÓN DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS promovida por el patrono de esa empresa, pero con el detalle muy particular que ésta no está registrado con matrícula sindical.

El Inspector Aponte asume de esta forma el mayor de los exabruptos al ordenar un referéndum sindical entre un sindicato formado por la iniciativa independiente de los trabajadores ante el patrono luego de las triquiñuelas de éste y la Inspectoría para impedirlo, y una coalición organizada visiblemente por el patrono por incluir en ella todo el cuerpo gerencial y supervisorio de la empresa. Basta constatar las fechas en que la coalición patronal introduce su proyecto de “acuerdo colectivo”, el 7 de Julio de 2011, y la solicitud de organización sindical por parte de SINTRAP EVEREST, el 12 de Julio de 2011. Cuando el patrono cocina con la Inspectoría su coalición lo que pretende es adelantarse a la constitución de un sindicato independiente de aquel, constitución que le opuso la mayor de las dificultades para evitar que se pudiera formalizar a fuerza de SUBSANACIONES.

Aponte hace caso omiso a las impugnaciones que exponen los del sindicato respecto a la propuesta de “acuerdo colectivo” de la coalición orquestada por el patrono claramente manifestadas en el literal b) del 424 de la LOT vigente (Decreto N° 8.202 Gaceta Oficial N° 6.024 del 06/05/2011):

Artículo 424. Los patronos no podrán:

b) Intervenir por sí o por interpuesta persona en la constitución de una organización sindical de trabajadores o en alguno de los actos que deben realizar los sindicatos de trabajadores en ejercicio de su autonomía, como la elección de su junta directiva, las deliberaciones acerca de pliegos de peticiones y otras de igual naturaleza.

Sin embargo se abroga de su interpretación del 114 del Reglamento de la LOT para colocar de iguales la ilegal constitución de una organización “sindical”, la coalición, por parte del patrono y el sindicato SINTRAP EVEREST para que “diriman” entre ellos con un “referéndum sindical” lo que sus atribuciones como funcionario del trabajo debieron haber dictaminado en fechas tan lejanas como Julio del año pasado. La guinda de la torta la pone Aponte al reconocer que SINTRAP EVEREST “se montó en el autobús de la FUSBEC” al darle ésta el apoyo solidario a su constitución como sindicato clasista. O sea, además de las razones para exaltar la ilegalidad patronal a rango de interpretación de ley que ostenta el Inspector Aponte, se observa el ensañamiento con que trata a los sindicatos en que FUSBEC interviene.

Para el Ministerio del Trabajo la labor propatronal de José Aponte merece un reconocimiento. Por hacerlo tan bien a favor de los patronos ha sido nombrado Coordinador de la Región Central de ese ministerio.

Para los trabajadores de Carabobo Aponte se ha convertido en pieza fundamental de los patronos a expensas de sus AUTOS que impiden la organización del movimiento obrero. Será con la lucha y la movilización que los trabajadores logren sus cometidos. Organicémonos tras ese objetivo.

FUERA JOSE APONTE DE LA INSPECTORÍA DEL TRABAJO PIPO ARTEAGA DE VALENCIA
POR LA ORGANIZACIÓN INDEPENDIENTE DE LOS TRABAJADORES
POR EL RECONOCIMIENTO DE FUSBEC COMO FEDERACIÓN SINDICAL DE CARABOBO

Opción Obrera
08 de Febrero de 2012

jueves, 2 de febrero de 2012

Malvinas, un asunto fiscal


PO 1210 2/2/2012 Situación Política

Malvinas, un asunto fiscal

Nacionalismo y socialismo frente a la cuestión nacional

Ya en la guerra de 1982, la cuestión de Malvinas estuvo ligada a las posibilidades de la explotación petrolera y pesquera. Un informe oficial de aquella época, elaborado en Gran Bretaña, advertía sobre la importancia de estos recursos y recomendaba un acuerdo con Argentina. Las dilaciones para poner en práctica esta orientación fueron uno de los factores que se usaron para justificar la ocupación del archipiélago por parte de la dictadura. Hasta ese momento, Malvinas era un tema de soberanía confinado a los manuales de escuela o, esporádicamente, un motivo de distracción política -como ocurrió en septiembre de 1966, cuando un futuro militante montonero saludó con un aterrizaje en la isla el arribo al gobierno de Juan Carlos Onganía.

La cuestión económica torna ahora insoslayable la reaparición del tema Malvinas. El factor distraccionista -en especial en tiempos de ajuste- ocupa en la actualidad un lugar importante, pero secundario. Ninguna de las concesiones que hicieron Menem-Di Tella en su momento permitieron avanzar en la solución del conflicto siquiera un milímetro. Los K acompañaron al menemismo sin chistar, al extremo de apoyar la privatización de YPF en beneficio de Repsol, la cual no es más que una agencia de la City de Londres. El oficialismo emprendió a mitad de mandato un nuevo rumbo ante la evidencia palpable del fracaso.

¿Qué reclama Argentina? No la soberanía de las islas, sino el establecimiento de una mesa de negociación -como ya lo reclamaron Galtieri y Menem. Negociación quiere decir toma y daca -en la mejor hipótesis, el reconocimiento, sólo en principio, de la soberanía argentina a cambio de un régimen económico y jurídico (o sea político) que contemple los intereses británicos y norteamericanos. Este planteo ya se encuentra inscripto en acuerdos precedentes, los que descalifican "los deseos" de los 'falklanders', pero reconocen sus "intereses". Esta población, que ha obtenido ciudadanía británica, ejerce el derecho de propiedad sobre las tierras de Malvinas (por lo que solamente puede ser desapropiada por la legislación británica) y su administración legisla sobre las aguas adyacentes (a cuenta de los ingleses). En una negociación, Argentina recibiría el reconocimiento formal de la soberanía como canje a la privatización del archipiélago malvinense.

En eso ha consistido, precisamente, el acuerdo que cedió Honk Kong a China. "Un país, dos sistemas" fue la síntesis que circunscribió la soberanía de China a su conformidad con un régimen político 'sui generis'. El acuerdo, por sobre todo, consagró la dominación financiera de la Bolsa de Hong Kong, que la convirtió en cabeza de puente de la restauración capitalista de China. La signataria de la renuncia de la soberanía británica a Hong Kong fue Margaret Thatcher. El coloso chino, que había derrotado al ejército de Mac Arthur en Corea, no pudo (ni quiso) sacarle mucho más a los ingleses. Un cuarto de siglo después, la satisfacción de los protagonistas es completa -a excepción de una parte significativa de la población de la isla, que debe sufrir la explotación económica del capital y la opresión política del aparato de la burocracia.

El planteo de 'negociemos' es simplemente entreguista. Por eso lo apoya Estados Unidos -hoy por parte de Obama, como en el '82 por parte de Reagan. El problema es que en las conversaciones puertas adentro, que tienen lugar desde hace mucho tiempo, domina el impasse. Estados Unidos y Gran Bretaña no logran imponer las subidas garantías que reclaman, ni encuentran en Argentina una estabilidad política que asegure el cumplimiento de las garantías que se acuerden. Sin un pelo de zonza, Hilary Clinton apoyó la variante negociadora, porque de ese modo condiciona al gobierno argentino a hacer 'buena letra' en su política general para conservar el supuesto apoyo norteamericano a la salida negociada.

El saludo de los Timmerman al apoyo de circunstancia de Obama retrata la vocación colonial de los funcionarios. En lugar de esto, habrían debido denunciar las segundas intenciones de estos apoyos vacíos de contenido, los que ni siquiera buscan 'congraciarse' con Argentina, sino con otros gobiernos latinoamericanos. El planteo de 'negociación' o 'salida negociada' significa la disposición para establecer un derecho compartido sobre la explotación de las aguas de Malvinas. Argentina obtendría su parte como nación concesionaria, o sea las regalías y otros ingresos fiscales que podrían llegar a ser cuantiosos. ¿O al cabo de una década de kirchnerismo alguien duda de que la política oficial se resume en aumentar la caja fiscal y manejarla en forma discrecional? No pasan de aquí los ideales nacionales de los gobernantes actuales ni de la clase que los sustenta.

Para algunos comentaristas, el impasse en que se encuentra el 'diferendo' por Malvinas promete que éste se seguirá arrastrando, con picos y pozos de ruidos, por otro siglo o dos más. Depende. Si las posibilidades de explotación petrolera son reales, en un momento en el cual el precio del petróleo podría subir aún más como consecuencia de las aventuras militares norteamericanas en el Medio Oriente y Africa, el ritmo de una confrontación podría acelerarse. Los ingleses dilatan las iniciativas diplomáticas hasta asegurar que las compañías internacionales establezcan los derechos adquiridos en la región, para ir a una negociación necesaria desde una posición de fuerza. Después de todo, la logística de la explotación petrolera exige el acceso a un territorio continental. ¿El territorio de Malvinas será acaso suficiente para asegurar esa logística? Por otro lado, Estados Unidos -que será el beneficiario último de la apertura de una frontera petrolera y pesquera en Malvinas- necesitará armonizar estos nuevos intereses con el conjunto de los que tiene establecidos en América Latina. La conversión de Malvinas en un territorio compartido con el capital internacional, bajo garantías acordadas en tratados internacionales, daría una base poderosa de sustentación a gobiernos argentinos de filiación entreguista.

Como se ve, le otorgamos un lugar fundamental a los intereses nacionales, pero de ningún modo para subordinar a ellos la lucha de clases. Rechazamos la unidad nacional sobre Malvinas: no solamente no postergamos ninguna reivindicación social para apoyar esa unidad, también denunciamos que la unidad nacional es el taparrabos de una capitulación ante los intereses fundamentales del imperialismo -que en Malvinas es convertir a Argentina en un satélite del capital petrolero y bancario internacional, incluso si tiene que adornarlo con el reconocimiento de una soberanía sin contenido. No solamente los problemas nacionales de Argentina, sino del conjunto de las naciones dependientes y sometidas, únicamente tienen solución bajo un gobierno de trabajadores y la acción común de la clase obrera de todos los países por la emancipación social -en primer lugar de los obreros y campesinos de América Latina, incluido Puerto Rico.

Para resumir, digamos que en oposición al pseudo-nacionalismo de alcance fiscalista del gobierno de turno, planteamos la conquista de la independencia nacional mediante una salida anticapitalista a la crisis histórica de la dominación burguesa.