Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



Comunícate con nosotros por los siguientes buzones de correo:

info@opcionobrera.org
opcionobrera@yahoo.com
opcionobrera@hotmail.com





miércoles, 28 de agosto de 2013

EDUARDO SAMÁN, ¿AVE FÉNIX?


Prensa Opción Obrera 26 Agosto - Septiembre 2013

EDUARDO SAMÁN, ¿AVE FÉNIX?

La mitología habla del ave Fénix como aquel que renace de sus cenizas luego de auto-inmolarse a modo de pira funeraria en su nido donde ha puesto antes un huevo; del huevo que no se consume por el fuego, resurgirá como la misma ave. La comparación con Eduardo Samán y su regreso al funcionariado del gobierno bolivariano tiene visos de Fénix pues ha sido colocado en el mismo cargo en que otrora demostrara un papel de burócrata eficiente del INDEPABIS para luego ser elevado a ministro de comercio –del cual depende el primero– y de allí salir con más pena que gloria consumido en su propia pira luego que los intereses de los empresarios farmacéuticos y automotrices reclamaran su salida. El estoicismo del Fénix de aceptar su destino también resulta de comparación con Samán. Por más que incontables voces del chavismo se solidarizaran con él y hasta le recomendaran ser más directo denunciando la connivencia gubernamental con los monopolios internacionales que ocasionaran su salida del gabinete, Samán se mantuvo inmutable y callado aceptando su destino al interior del chavismo a la par que recibía, por parte de sus directivos gubernamentales y políticos, la negativa de auto-proponerse a algún cargo de elección en curso.

La escogencia de Samán por parte de Maduro no fue planificada, todo lo contrario. La coyuntura de su nombramiento está relacionada con la total inoperancia e ineficiencia, además de la demostrable corrupción en que se encuentran inmersos todos sus niveles organizacionales, del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios. El trabajo de Samán, por tanto, no es el de reconocerle eficiencias pasadas de su gestión sino el de adecentar en lo que se pueda lo que es un antro de corrupción como sucede con tantas otras instituciones del Estado. Ese adecentar del INDEPABIS no necesariamente pasa por darle a Samán un papel de Bonaparte –que en su pasada gestión intentó tener– sobre las tirantes relaciones entre los que ofertan bienes y servicios y las personas que los adquieren por la abierta especulación en la que se mueve la economía venezolana. Pasa, por el contrario, en el reflotar una institución que terminó adaptándose a las relaciones sociales imperantes donde el capital, y sus dueños, condicionan la propia permanencia del Estado aún y siendo palpable su grado de descomposición social.

Samán ha sido impuesto por Maduro de 7 Lineamientos, el quinto plantea la restructuración del INDEPABIS con toda una nueva camada de burócratas reemplazando a los anteriores que, con la excepción de 2 de ellos, todos están tranquilos y sin nervios por imputaciones de corrupción, pero el primero de tales Lineamientos es hacer cumplir lo que la ley que crea el INDEPABIS plantea, en otras palabras, un reconocimiento gubernamental a su indiferencia respecto a la especulación desbocada y por tanto, a continuar siéndolo porque no dependerá de un súper funcionario controlado quien le ponga reparo si la política económica gubernamental la aúpa al defender su fundamento en las permisivas importaciones con dólares baratos de CADIVI al contrario de hacerlo con una industrialización y agroindustria nacional.

Si a ello le sumamos la evidente escasez de divisas para darle a la burguesía lo que pida para seguir importando, y su consecuencia en hacerlas más caras con el valor del dólar paralelo a más de 5 veces por encima del oficial, cualquier freno a la especulación de los bienes, y en particular los alimentos, se convierte en un imposible en el marco actual. Es la demostración de las limitaciones del nacionalismo en el marco capitalista y burgués que pretende, infructuosamente, humanizar el capitalismo en plena época histórica y mundial de la peor de su crisis sistémica.

Son los efectos de la bancarrota mundial del capital los que han hecho mella en la precaria economía nacional basada en las importaciones, o a lo sumo en las asociaciones que el capital mundial nos ofrece con las industrias de origen chino y de otros países “amigos”. Mientras el Estado venezolano dispuso de las suficientes divisas para que los chirridos de la maquinaría económica fueran atenuados con el lubricante de la renta petrolera –donde la especulación era también ama y señora aunque en menor medida que hoy en día–, a la industrialización propia se le hizo caso omiso y la agroindustria siguió por igual camino. El ciclo de endeudamientos externos abierto con los primeros síntomas del contagio con la crisis mundial para disponer de las divisas a ser entregadas a la burguesía, condujo a la par con más obligaciones por parte del Estado con la banca financiera mundial. Lo que se creía duraría por mucho tiempo, la suficiencia de la renta petrolera –hoy a precios de barril insospechados en la cuarta república–, resulta en un déficit de la balanza de pagos con el agravante que las obligaciones de endeudamiento representan para el Estado este año 22.000 millones de dólares (con una nueva “Ley especial de endeudamiento complementario para el ejercicio fiscal del 2013″ aprobado el pasado 10/07/2013 en primera discusión se le añaden otros 12.000 millones). Hoy la burguesía demanda más divisas pues su productividad reside en lo parasitario respecto del papel del Estado. No será Samán quien resuelva el entuerto, menos con el barniz del nacionalismo bolivariano de repotenciar el capitalismo criollo. Y pensar, con todo eso, que al Fénix lo tilden de comunista los empresarios.

Es que transcurrido ya casi dos meses del nombramiento de Samán las expectativas del pueblo, y en particular de las bases chavistas, no se ven cumplidas pues el proceso especulativo en la economía nacional no se atenúa ni con otros burócratas de la nueva era (o del “socialismo a lo siglo XXI”) sujetos al andamiaje en la cual se sustentan las relaciones económicas basadas en el capital. Tampoco con una nueva cooptación de los colectivos que denuncian la especulación generalizada –pero que también están asumiendo autónomamente el control de los precios en mercados y se imponen a los comerciantes como en Catia–, como lo refrenda el Lineamiento 4 con la conformación de los grupos de Amigas y Amigos de INDEPABIS. Es que tal lineamiento no es otra cosa que desmovilizarlos pues no es con “una credencial para ejercer funciones de persuasión para el eficaz cumplimiento de la Ley” que la especulación, y la escasez y el desabastecimiento, se contengan si no se resuelve para los explotados y el pueblo su derecho a usufructuar del capital.

Otras relaciones sociales son entonces las perentorias donde los trabajadores lleven la voz cantante y no la pequeña burguesía gubernamental, Samán incluido, que pretende salvar a los capitalistas de la crisis que han causado mientras apuntalan el Estado de los capitalistas.

La organización de los colectivos sociales debe tener como objetivo ser ellos los que tomen la iniciativa de ejercer el control de los precios, no solamente usar la persuasión y/o esperar por quien Samán designe y ver qué resuelve con los especuladores. El baño de agua fría para tales colectivos vendrá cuando el gobierno termine autorizando el incremento a los precios regulados pues "Se debe hacer un cronograma de ajustes intermensual y escalonado en aquellos rubros en los que su variación es importante, producto de la nueva tasa de cambio de 6,30 bolívares por dólar y por el rezago de precios de años anteriores" tal como lo están solicitando a Maduro los ministros del gabinete económico (El Nacional, 14/07/2013).

Por el desmadre de la crisis económica nacional que no es otra cosa que la incapacidad del nacionalismo en el marco de la conciliación de clases las consecuencias de la bancarrota mundial del capital, el ave Fénix que pudiera ser Eduardo Samán bien pudiera transformarse entonces en algo no tan mitológico como Juana de Arco y terminar consumido en la hoguera política sin posibilidad alguna, ya, de resurgir de sus cenizas.

Nota: La desautorización de Samán en la restructuración (limpieza) de INDEPABIS y la imposición por otro lado de los acomodos del ministro Fleming, confirman parte de nuestro análisis. Samán no ha pataleado, por el contrario, ha aceptado la recomendación de Maduro de trabajar en conjunto con su ministro jefe. INDEPABIS termina siendo más de lo mismo.

Roberto Yépez

No hay comentarios:

Publicar un comentario