Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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miércoles, 28 de agosto de 2013

LA IZQUIERDA Y EL CHAVISMO


Prensa Opión Obrera 26 Agosto - Septiembre 2013

LA IZQUIERDA Y EL CHAVISMO

Los grupos de  izquierda se limitan a sus conversaciones, sobre todo en sus escritos, mientras se niegan a desarrollar claramente sus programas o plataformas de lucha. Esta situación de la izquierda le sirve a los fines de la política chavista como su complemento si no plantea una alternativa concreta ante la debacle que se avecina. El fracaso del nacionalismo  no es valorado con la debida importancia, mientras, se deja que las organizaciones comunales, sindicatos y cooperativas, sean el furgón de cola de los partidos y las comparsas que sostienen al capital.

Todos los grupos se creen el núcleo fundamental. Hasta allí es lógico aunque absurdo para el resto, el problema está en creer que ellos son individualmente la única salida, mientras tanto no crecen y se degeneran dando las consagradas  opciones desde su grupo, las cuales han de seguir –más bien leer–  todos los demás.

Hasta con una sola consigna de lucha ante los problemas más graves del país, como propuesta para realizar una actividad en común, no se atreven, les da vergüenza hasta salir a la calles con una pancarta que la refleje, no pasan de consejos divinos o declamaciones.

Hoy el chavismo-madurismo atraviesa la crisis inevitable de los movimientos nacionalistas, sus apetencias diferentes y contrarias a las aspiraciones de los trabajadores le impidieron avanzar y llevaron la economía del país al desastre. Antes que luchar por conseguir la autonomía nacional y el desarrollo de la industrialización prefirieron competir, en el marco del enriquecimiento, con los empresarios y no complicarse con los intereses de los trabajadores.

Ninguna propuesta solo exhortaciones
Si no son capaces de organizar, en la calle, actividades con consignas sobre el salario que es consumido por la inflación, contra la tercerización, contra el negocio de las importaciones y los servicios que sostienen a la banca y a las empresas parásitas, se convierten en agentes de ficción ante el pueblo.

Las movilizaciones que conmueven a Brasil en fecha reciente indican que los gobiernos de centro izquierda de origen, pero ya pasados plenamente al campo del puro discurso y la corrupción, se les agotaron sus márgenes de maniobras. En Venezuela no descartamos algo similar. Los intentos facciosos de la derecha, que generaron las crisis de abril y diciembre del 2002, se produjeron como respuesta a recuperar a PDVSA para sus fines. Tras sus primeros tres años, el gobierno de Chávez no podía permitir más que PDVSA fuese administrada por sectores del antiguo régimen adeco copeyano. Al colocarle la mano a PDVSA se originó el levantamiento de la ultraderecha, este punto máximo de crisis fue superado por las jornadas gloriosas e históricas de la masas y de los trabajadores pero no fue utilizada para derrotar fulminantemente a la oposición de derecha y avanzar sobre las tareas pendientes con los trabajadores … se prefirió desmovilizarlos y pactar con el enemigo, meses más tarde se les inyectó, a la derecha, vida a través de los carnavales electorales y sus frutos en los cargos donde hay dinero.

Con los trabajadores fue diferente, primero se prefirió obligar, vía ley interventora, a elecciones a la vieja CTV contraponiendo como candidato por parte del gobierno a Aristóbulo Istúriz, personaje ajeno al movimiento obrero. Luego de la derrota del candidato de la “izquierda” por la vieja burocracia adeca, crearon la UNETE como central sindical nacional y a los trabajadores petroleros le impusieron un sindicato decretado por arriba, SINUTRAPETROL en PDVSA. Estos  dirigentes petroleros aprobaron la eliminación de dos conquistas históricas del proletariado petrolero, el comisariato y el ingreso del 66,6% de la nómina por parte de los sindicatos, más tarde, para continuar violando la contratación colectiva petrolera, impusieron una nueva federación sindical, la FUTPV, donde mediante elecciones, la plancha bolivariana, tutelada por Ramírez y los gerentes regionales, coparon la nueva directiva sindical. A partir de allí se imponen los contratos colectivos como les parece y cuando les parece sin la más mínima consulta con los trabajadores. Por último, crean la FSTB, que hasta hoy no ha dirigido una sola lucha en todo el país y es tan artificial que tiene por directivos hasta personajes con cargos de dirección (patronos) en las instituciones que representan como en INPSASEL o el ministerio para la salud.

Lo más grave, ante esta perspectiva, es que no se vislumbra a la izquierda como alternativa; disgregada, sin consignas ni planes concretos, sólo párrafos de letanías sobre consejos, deseos o mandatos. Nadie ha expresado el menor interés en la apertura de una discusión sobre la alternativa a oponerse al Estado capitalista que encarna la opresión de las diversas clases del pueblo; a través del PSUV y sus acólitos, PCV, TUPAMAROS, PRV, PODEMOS, Marea Socialista, PPT, Gayones, El Militante o la CMI, han capitulado en la lucha por el socialismo y forman parte del gobierno. Pero este debate no es para mostrar erudición, ni hacer teatro, tenemos que responder a esta necesidad, convocar a trabajadores y oprimidos e invitar a los jóvenes a asumir una organización tras una plataforma de lucha.

A esta propuesta muchos le temen y otros, más sencillo, no les conviene, su objetivo es venderse más caro al gobierno, en la época de la sequía. En Venezuela se necesita un partido de la clase obrera revolucionaria y la visibilización como alternativa de gobierno y de poder para representar la independencia de la clase obrera frente a las otras clases sociales.

Es necesario un Frente de Izquierda y de los Trabajadores que encare la lucha con otros objetivos y métodos. El primer paso es clarificar que el agravamiento de las condiciones de vida del pueblo es el resultado directo del agotamiento del "modelo rentista", y que las salidas a la crisis que se barajan son todas gravosas para los sectores populares.

Frente a esta situación planteamos un programa de defensa de los trabajadores –salario mínimo igual a la canasta familiar, aumento general de salarios, respeto y derecho a  la contratación colectiva, reconocimiento inmediato de los derechos laborales de los trabajadores, no a la tercerización, luchar contra los despidos y el desempleo, democracia en las organizaciones de los trabajadores y en contra de la burocracia sindical, eliminación de los impuestos al salario y su reemplazo por tributos al gran capital, reorganización urbana para paliar la crisis habitacional y del transporte público–, al mismo tiempo que denunciamos la desorganización económica y la devaluación de la moneda, oponiéndole el rechazo al pago de la deuda externa y la nacionalización del sistema financiero y de los resortes fundamentales de la economía. 

Iniciemos la convocatoria a la unidad de los trabajadores, las comunidades y los pueblos originarios en torno a objetivos comunes: ¡CONSTRUYAMOS UN FRENTE DE IZQUIERDA Y LOS TRABAJADORES!

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