Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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lunes, 13 de enero de 2014

“CONTRAOFENSIVA ECONÓMICA” DE LA MANO DE LOS DUEÑOS DEL CAPITAL


Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014

“CONTRAOFENSIVA ECONÓMICA” DE LA MANO DE LOS DUEÑOS DEL CAPITAL
Una nueva devaluación ya desnuda la realidad económica venezolana para 2014

El pasado noviembre desde un medio digital del gobierno se difundió una lista de las empresas que habrían recibido más de 300 millones de dólares por parte de CADIVI entre 2004 y 2012. Monopolios extranjeros, pero también algunos nacionales, ostentaban cuantiosas sumas de divisas en áreas tan diversas como automotrices, alimentos, químicos y farmacéuticos, y electrodomésticos. De ese grupo de empresas, 71 de 10.374, el 0,68% de todas ellas, el Estado, por intermedio de CADIVI y con la aprobación formal del gabinete económico en vida de Chavez, les otorgó 65.000 millones de dólares, un 36% del gran total de 180.500 millones de dólares que CADIVI repartió sólo a empresas en 9 años de dilapidación de la renta petrolera.




La data completa se consigue en la web de CADIVI[1], pero sólo hasta diciembre de 2012. CADIVI fue cuestionado por el gobierno con la devaluación de febrero de 2013. Las razones estaban en el incremento descontrolado de las importaciones durante 2012 respecto al año anterior, signadas en muchos casos, y así lo reconoció el gobierno, por la corrupción que implicaba importar chatarra, contenedores vacíos o tan sólo piedras en ellos; también en la caída del 55% en el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos de 2012 respecto al 2011 aunque las exportaciones petroleras tuvieran un repunte de 6%. El INE, sin embargo, informa[2] que hasta septiembre de 2013 las importaciones fueron equivalentes a igual período en 2012, pero con otra caída del saldo de la cuenta corriente de 36% mientras las exportaciones petroleras en vez de aumentar cayeron en 8%[3], respecto al mismo período de 2012.

Para el gobierno de Maduro, su “contraofensiva económica” no es la de hacer pagar a los dueños del capital por sus desafueros mientras Chavez vivía o a casi un año de su desaparición física. Conlleva un efectismo que no resuelve el problema de fondo: el usufructo de la todavía muy alta renta petrolera por parte de la burguesía. Maduro nos recuerda a cada instante lo parasitario de la burguesía, las cifras lo demuestran, pero para terminar reconociendo que hay que seguirles entregando todas las divisas que pidan mientras “realmente” las inviertan en bienes y servicios a ser importados. Como cuando Chavez vivo, las “intenciones” son las de convencerlos a que se porten bien aunque con ello sostengan la acumulación del capital a costa de su parasitismo.

La burguesía se ha portado tan bien que el “crecimiento” se sustenta en rubros que en lo absoluto indican desarrollo productivo nacional y sí mucho del llamado parasitismo que proclama Maduro a cada instante pero para nada osa tocar. El PIB al tercer trimestre de 2013[4], comparado con igual período de 2012, “creció” 1,42% para un valor a precios constantes de 1997 de 635 millones de bolívares (45.327 millones de bolívares de enero a septiembre de 2013 respecto a 44.692 millones de bolívares en igual período de 2012), pero los sectores económicos que aportan a esa magra cifra son Instituciones financieras y seguros con un 24,53% y Servicios de intermediación financiera con 20,41%, en otras palabras, la banca. Muy atrás está Comunicaciones con 6,53%, Electricidad y agua con 4,66%, Serv. comunitarios, soc. y personales y produc. de serv. priv. no lucrativos con 3,88%, Comercio y servicios de reparación con 3,54%, Produc. servicios del Gobierno General con 2,96% y Servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler con 2,60%. La Construcción se redujo en -3,47% mientras en la Actividad petrolera y la Manufactura sus aportes fueron de 0,98% y 0,11% respectivamente.

Un país no puede salir adelante apoyándose en el sector terciario de la economía (banca, comercio y servicios), menos si lo que oferta para el consumo nacional tiene como fuentes las importaciones indiscriminadas. Por otro lado, la banca (con sus dos rubros mencionados al principio), en valor absoluto a precios constantes de 1997, aportó al “crecimiento” casi lo mismo que la actividad petrolera o la manufactura, 6.363 millones de bolívares versus 5.058 millones de bolívares y 6.424 millones de bolívares respectivamente. El aporte de la banca no es otra cosa que el traslado de la renta petrolera a sus cuentas así como del endeudamiento externo a que recurre el gobierno para paliar el déficit fiscal. Caicedo, J. y Muñoz, N. (2013)[5], expresan de manera cruda esta realidad cuando grafican tal traslado en función del crecimiento explosivo de la liquidez monetaria versus la disponibilidad de las reservas internacionales (que no incluyen el oro monetario en el BCV).

Los efectos de la bancarrota mundial del capital a lo interno del país se reflejaron no sólo en la merma abrupta de los ingresos petroleros a partir de finales de 2008, también se observa en la caída casi que abrupta de las reservas internacionales de 42.300 millones de dólares para ese año a 22.670 millones de dólares para septiembre de 2013, pero en contrapartida esa masa monetaria fue convertida a bolívares para que la banca tuviese su impresionante crecimiento en forma de captación de liquidez monetaria. Aparte queda el tema de la fuga de divisas donde un maltrecho control de cambios fue violentado por el propio gobierno con alternativas para los grandes capitales de captarlo para provecho propio y que el propio Maduro estimó en 250.000 millones de dólares hasta el 2012. Una aceptación que pretende librarlo de culpa siendo integrante del gobierno de Chavez desde el principio sin que a la fecha estén tras las rejas ni uno solo de los ladrones del erario público. Y es que resulta imposible para Maduro ir tras uno de los sectores económicos que le da sostén a su gobierno (de la misma forma como cuando Chavez) como lo es la banca, responsable directo de tan gigantesca fuga de divisas.

La banca resulta el cómplice ideal en dilapidar el tesoro de la nación, cuando para ejecutar el gobierno los pagos del gasto corriente aquella acepta comprar todas las letras del tesoro y bonos de la deuda pública nacional que éste emita, mermando las reservas internacionales y transfiriéndola como aumento de la liquidez en el mercado financiero. También cuando sirvió de intermediario del BCV para que 20.000 millones de dólares “subastados” a través del SITME se fugaran impunemente, denuncia también surgida desde el propio gobierno cuando la devaluación de febrero de 2013. Sin poner un céntimo de su capital la banca paga y se queda con el vuelto, de allí sus cada vez mayores utilidades netas año tras año, un comportamiento clásico de lo que es la acumulación del capital aunque exacerbado en el modelo capitalista venezolano. Pero detrás de esto está también implícita su capacidad de asumirse los dueños del Estado si la tendencia a la quiebra, al ritmo que vamos, se acelera. La banca no dejará de exigir que le honren con activos de la nación toda la deuda pública en su poder que no le puedan cancelar.

Cuando se contrastan las cifras del PIB desde 2008 hasta la fecha, siempre en períodos equivalentes enero  septiembre, y se contraponen las de la banca con la actividad petrolera y la manufactura, se observa este exabrupto de ofertar desde el gobierno una “contraofensiva económica” de la mano de los dueños del capital y sin ir al fondo del asunto para el país, que no es otro que el desarrollo sustentable de sus sectores primario (materias primas, agricultura, ganadería) y secundario (transformación en bienes y productos de primera necesidad). La burguesía tiene así de “nacional” lo que el capital mundial le deje como sobras.

En el cuadro anexo es pasmoso ver que mientras dos de los sectores más importantes para el país se estancan, el peso de la banca en el PIB se expande. Para el gobierno de Maduro no hay interés alguno en cambiar esta cruda realidad. Hablar de contraofensiva económica implicaría definir qué carácter de clase defiende y para Maduro lo es con la única clase social en la que confía, la misma burguesía parasitaria representada en las grandes empresas y en la banca a la que, de la boca para afuera, pretende defenestrar.

Aumento de 10% al salario mínimo a partir de enero
Maduro responde con dádivas a este patético cuadro que ha conducido a la extraordinaria pérdida del poder adquisitivo en los asalariados. Ha anunciado el aumento en 10% del salario mínimo, 300 bolívares de incremento al mes, 10 bolívares más por día, que en lo absoluto repone su muy disminuido poder de compra si un kilo de cebolla está en 100 bolívares o el del pimentón está en 65, o un desayuno de una empanada y un jugo está en 20 cuando barato. Maduro pretende que los trabajadores repongan la fuerza de trabajo para la siguiente jornada con 10 bolívares más por ese día.

El salario mínimo adquiere así toda su relevancia en función del capital porque desde mayo de 2013 ni alcanza para cubrir la escuálida cesta alimentaria normativa (CAN) del INE de 50 bastante escasos productos. La CAN surgió a partir de febrero de 2008 como un paliativo a una exigencia constitucional plasmada en la constitución de 1999. Resultó ser un paliativo porque no había interés alguno por parte del gobierno de Chavez en reconocer como derecho de los asalariados la máxima que reza en el segundo parágrafo del artículo 91, “El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica. La ley establecerá la forma y el procedimiento”. Canasta básica es el conjunto de obligaciones y necesidades a los que estaría sujeto un asalariado, no sólo adquirir los alimentos para sobrellevar la jornada de trabajo. Con la CAN el INE hace una suplantación de una norma constitucional, “la forma y el procedimiento”; además de un retraso de 7 años, significa estimar por menos para decretar anualmente lo que con el salario mínimo es fijado como precio a la fuerza de trabajo.

Nuestro gráfico, actualizado a diciembre 2013, sobre la variación del salario mínimo normalizado (a mayo 1999 y ajustado a favor por incrementos por decreto y en contra con los valores de inflación mensual), también refleja la tendencia exponencial tanto del salario mínimo por decreto como el valor de la CAN del INE. Se observa cómo el valor de la CAN se separa del valor del salario mínimo, aún y con la disminución, ficticia, para diciembre. El aumento de 300 bolívares por decreto para enero de este año en el mínimo pretende ajustar la brecha con la CAN a diciembre de 2013, todo por un acto de magia como vimos con las cifras de inflación a ese mes, sacadas de la manga tanto por el BCV como por el INE. El salario mínimo normalizado da cuenta que ni con los tres aumentos decretados en el 2013 se logra superar la banda de 120 bolívares de mayo 1999. La dádiva es suficiente porque, según Maduro, el ingreso bruto aumentará cuando el SENIAT proponga el nuevo valor de la Unidad Tributaria para el 2014, todavía en 107 bolívares, lo que haría aumentar el monto a recibir por concepto de bono de alimentación. Toda una maniobra propagandística para ocultar la devaluación que ya está acordada.

Las monsergas de la propaganda oficialista dirán que con 3.270,30 de salario mínimo a partir de enero y un bono de alimentación estimable en 1.540 (0,5 de UT a 140 bolívares, ± 30% de incremento respecto a 2013, en 22 días hábiles de trabajo) para un total de 4.810,30 al mes, además que por lo menos dos personas por familia aportan al ingreso familiar, según los magos del INE, para un gran total de menos de 10.000 bolívares al mes, serán más que suficientes para sobrellevar el eufemismo que como Convenio Cambiario No. 24 ahora tiene la devaluación como consecuencia de vender PDVSA sus dólares (el 97% de los que ingresan al país) al BCV a razón de la tasa SICAD de 11,30 bolívares por dólar menos 0,25% (11,27175 bolívares).

El gobierno de Maduro dirá que con los dólares de PDVSA el SICAD será el mecanismo esencial de las importaciones distintas a alimentos y medicinas y que éstas CADIVI las aprobará a razón de 6,30 y así continuar “garantizando” la “soberanía alimentaria” con los 16 monopolios extranjeros y nacionales que se chulearon más de 300 millones de dólares cada una en 9 años. Será un refrito de lo que ya dijo Arreaza en octubre de 2013[6].

PDVSA dirá que ahora puede, con más bolívares, atacar los retrasados planes de desarrollo de la Faja del Orinoco que terminen de incrementar su alicaída producción petrolera y ahora sí aprobar la vencida pero “justa” convención colectiva petrolera para sus trabajadores; en realidad le transferirá a estos la devaluación del mismo modo como se hizo en 2010 cuando se apresuran a aprobar la de ese momento, vencida un año, antes que Chavez formalizara el convenio cambiario de 2,15 para alimentos y medicinas y el de 4,30 para todas las demás importaciones.

La historia se repite, ahora como farsa, ante la tragedia de una nueva devaluación que pecha el bolsillo de los trabajadores para que los costos de la crisis la paguen ellos y no los causantes, los capitalistas, luego de habérseles esquilmado 56 céntimos de cada bolívar conseguido en el año bajo las más aberrantes condiciones de explotación sustentadas por este gobierno en su irrestricta defensa del capital, y que para poder reponer la fuerza de trabajo con los alimentos dispongan de apenas 20 céntimos de cada bolívar de hace un año luego de una inflación anual de casi 80% en ese rubro.

La magnanimidad de Maduro respecto a los asalariados habrá que esperarla a mayo de 2014, total, deberán estos ahorrar ante la continuada y manifiesta ausencia de bienes y artículos de primera necesidad luego de la marabunta que han dejado peladas las tiendas luego de los precios “justos” de noviembre y diciembre de 2013, una falacia que esconde la incapacidad de los comercios para reponer las mercancías a ser adquiridas bajo una constricción de las divisas sólo otorgables ahora a los grandes monopolios importadores. Como los trabajadores habrán ahorrado a la fuerza, si no lo gastaron en alimentos a precios nada “justos”, el salario mínimo de mayo 2014 será el peor de los “justos” que los capitalistas quieran dar.

Perspectivas para los trabajadores y el pueblo
La devaluación de febrero de 2013 fue un duro hueso de roer para las bases sociales que sustentan el chavismo. A la chita callando el rechazo manifiesto a la devaluación se expresó en las urnas electorales de abril de ese año. Maduro, y también los militares en función gobierno tras bambalinas, lo saben, de allí que la devaluación la pretendan enmascarar con una parcial que no afectaría alimentos ni medicinas, pero que en la potente economía de puertos que nos gastamos representará una depreciación de la moneda venezolana, y del salario de los trabajadores, de 78,92%, 32,04 puntos más que la de febrero de 2013.

Ni somos bestias de carga obligadas a caminar a fuerza de palos ni esclavos de un amo que dictamine lo que nos conviene. Mucho menos si nos lo venden en aras de un inexistente socialismo para que una minoría social saque el provecho. La respuesta social debe ser la de organizarse desde ya para ponerle un parao a la debacle a que nos llevan los capitalistas y sus acólitos en el gobierno, y expresarla en las calles en manifestación de repudio bajo la forma de un paro general de trabajadores de todo el país y levantar un plan de luchas que tenga como exigencias:

POR UN SALARIO MÍNIMO IGUAL A LA CESTA BÁSICA FAMILIAR DE 5 PERSONAS
POR UN AUMENTO GENERAL DE SUELDOS Y SALARIOS YA DE 60%
POR LA APLICACIÓN INMEDIATA Y MENSUALMENTE DE LA ESCALA MÓVIL DE SALARIOS
POR LA REAPERTURA DE TODAS LAS CONTRATACIONES COLECTIVAS ACTIVAS PARA REVALUAR SUS CLÁSULAS ECONÓMICAS
POR LA DISCUSIÓN Y APROBACIÓN INMEDIATA DE TODAS LAS CONTRATACIONES COLECTIVAS VENCIDAS O POR VENCERSE EN LOS PRÓXIMOS 3 MESES. ¡QUE LAS BASES SE PRONUNCIEN!
QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS, NO LOS TRABAJADORES
NACIONALIZACIÓN SIN PAGO DE LA BANCA Y DE LAS GRANDES EMPRESAS BAJO CONTROL DE SUS TRABAJADORES
POR LA ESTATIZACIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR BAJO CONTROL DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO
POR LA INDEPENDENCIA POLÍTICA DE LA CLASE OBRERA, POR UN FRENTE DE IZQUIERDA Y LOS TRABAJADORES QUE LA LLEVE A CABO, POR EL GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES

Roberto Yépez

El gobierno se prepara para el 2014 - Acondiciona a sus custodios


Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014

El gobierno se prepara para el 2014
Acondiciona a sus custodios

El Estado, para responder ante los reclamos y movilizaciones de los trabajadores y de las comunidades, refuerza sus aparatos de coerción policial, militar y  decreta organismos  que los respaldan, como el SIMA y el CESPPA, para blindar la Ley Orgánica de Seguridad Nacional.

El gobierno afina los cuerpos represivos, perfecciona los sistemas de seguridad. En noviembre creo el Sistema Integrado de Monitoreo y Asistencia (Sima), engendrado en un convenio del Ministerio de Relaciones Interiores y una empresa china (CEIEC), con una inversión (léase préstamo) mayor a los 1.200 millones de dólares. Este plan se instalará “municipio por municipio”, contará  con más de 1.200 cámaras, adicionalmente para los “espacios difíciles” y poder grabar, contaran con drones, también las patrullas tendrán un equipamiento de radios especiales con sistemas de video y data para tecnificar la represión, función primordial de los cuerpos de seguridad del Estado, no de las comunidades ni de los trabajadores.

También se creó el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria CESPPA, en sendas gacetas de octubre, la  40266 y modificada en la 40279, cuya función es “unificar el flujo informativo” sobre “la seguridad, defensa, inteligencia y orden interno, relaciones exteriores y otras instituciones públicas y privadas que se requieran, para facilitar y contribuir al proceso de toma de decisiones, así como prever y neutralizar potenciales amenazas a sus intereses vitales".

El director del CESPPA “podrá declarar el carácter de reservada, clasificada y de divulgación limitada a cualesquiera información, hecho o circunstancia,  que en cumplimiento de sus funciones tenga conocimiento, dirigir la recopilación, procesamiento, integración y análisis de informaciones de interés estratégico y controlar el cumplimiento de órdenes, indicaciones, precisiones y requerimientos que realice el Ejecutivo Nacional en función de elevar el conocimiento de la situación operativa a través de los órganos de seguridad”. En la gaceta del 24 de octubre se eliminó la injerencia sobre las instituciones privadas.

En fin de cuentas, el CESPPA es un organismo supra constitucional dirigido como es costumbre por un militar, designado por Maduro pero evidentemente sugerido por la élite militar, que determinará, según su criterio, cuales contenidos serán reservados o cuales no, para limitar el flujo informativo por razones de seguridad nacional. Creado vía decreto, por encima de toda legislación, nada lo controla, nadie lo limita, será un aparato que determine el carácter de la información; con base a su omnímodo poder censurará o prohibirá si un asunto representa una amenaza para ellos.

En noviembre Maduro anunció un ajuste salarial y un bono navideño a "todo el personal profesional" de la Fuerza Armada Bolivariana. Para el Jefe de Estado en un acto por el 93 aniversario de la  Fuerza Aérea Venezolana, "la necesidad de ajustar correctamente los salarios de toda la tropa profesional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (...) Y además darle un bono especial navideño en este año 2013, que ustedes saben que hemos estado cuidando el salario de todos los que trabajan".

La ministra de defensa, Carmen Meléndez, precisó que los sargentos gozaran de un aumento del 60% en sus salarios; los oficiales y generales de división (50%) y mayores generales y almirantes (45%). No se precisó el porcentaje del ajuste salarial a toda la tropa profesional.

Los aumentos, buenos para ellos, no aplican para los trabajadores. El salario mínimo en noviembre recibió un incremento de apenas 10%, para quedar en 2.973,00 BsF, cuando para octubre la Canasta Alimentaria Normativa del INE de 50 escuálidos rubros alimenticios lo superaba ampliamente.

Este es el Haber de la administración chavista para los militares.

Entre 1999 y 2003, el aumento fue de 30% cada año. En octubre de 2003, entre golpes y lock out petrolero, Chávez anunció un aumento de salario de entre 50%-60% para 2004.

Entre 2005 y 2009 se volvió al aumento de 30% anual. Mientras entre 2010 y 2011 los incrementos en el salario de los militares representó 90%.

En abril de 2010 se dio un aumento de 40%, a lo que se suma el aumento decretado para 2011 de 50%, que fue retroactivo desde el mes de septiembre. Ambos años estos porcentajes superaron a los decretos de aumento de salario mínimo. En 2012 el aumento volvió a ser de 40%.

La inseguridad, el delito y la corrupción van de la mano, entre el delincuente y su “contraparte”, sea policía, GNB y o burócrata de una institución ad hoc, las calles son de ellos, la escasez y especulación, sobre todo de alimentos y materiales de construcción, las mafias internas en las prisiones, el contrabando en las fronteras y el fraude en las aduanas o en sistemas de control y aprobación de divisas.

Por este lado, por el contrario, continúa y recrudece la criminalización de las protestas y las luchas por los derechos más elementales como el derecho al trabajo y al salario.


domingo, 17 de febrero de 2013

INFLACIÓN Y SALARIOS

Prensa Opción Obrera 25 Enero - Febrero 2013

INFLACIÓN Y SALARIOS

La inflación

Durante los primeros diez meses del año pasado el gobierno bolivariano informó de sus esfuerzos para contener la inflación –con una clara intencionalidad electoral al 7 de octubre– aplazando el aumento de los productos regulados, es decir, de una larga lista de alimentos, medicinas y artículos de cuidado personal que sólo pueden aumentar con su autorización e importados masivamente con dólares baratos. A partir de noviembre los precios reflejan nuevamente su ascenso como consecuencia, a partir de septiembre de 2012, de una reducción en la autorización de divisas a ser liquidadas por parte de CADIVI, el BCV constriñera a la mitad la subasta de dólares a través del SITME y también esta institución aumentara el plazo en su entrega a la banca que los liquida vía cartas de crédito, todo en un marco donde el Ministerio de Comercio del mismo modo limitara los permisos de importación por insuficiencia productiva nacional sin haberse, tales insuficiencias, subsanado, todo lo contrario, al final de septiembre de 2012 el monto por importaciones aumentó 21,6% respecto al mismo lapso en 2011 (bcv.org.ve).

Fue, por tanto, una respuesta concertada desde el gobierno bolivariano para enfrentar la escasez de divisas luego de verse obligado a cancelar 9.000 millones de dólares en servicio de la deuda durante el año, la última de 4.000 millones en septiembre que ni con la venta de oro monetario por parte del BCV en el exterior pudo impedir la merma de las reservas internacionales.

Con todo, el gobierno bolivariano aprobó a finales de noviembre aumentos en el precio del arroz, café y harina de maíz. Todo lo demás en la realidad cotidiana no cumple con los controles, el queso blanco, leche pasteurizada de larga duración, pollo y carne de res, embutidos de pollo, cerdo y pavo, entre otros productos, se comenzaron a conseguir muy por encima de sus precios regulados y en condiciones de escasez a partir de octubre del año pasado.

Las cifras del Banco Central revelan que en 2012 el precio de los productos agrícolas aumentó 35,2% versus 15,4% en 2011. En diciembre la inflación aumentó a 3,5%, el mayor salto en 33 meses; en este resultado incide de manera determinante que los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentan 5,7%, el alza más fuerte desde abril de 2010, y los productos agrícolas se disparan 11%, variación que no sucedía desde julio de 2011. Ya con las cifras de enero (3,3% global y 5,3% en alimentos y bebidas no alcohólicas) en tres meses consecutivos se acumula una inflación de casi la mitad de todo el año 2012, 9,1%.

Salarios

Objetivamente hay una desvalorización del salario como también hay una acción sistemática en su contra que se expresa en el no reconocimiento a la discusión de los convenios colectivos vencidos en la administración pública y empresas del Estado, su violación flagrante, el apoyo de las inspectorías del trabajo con el retardo en la discusión de los mismos en las empresas privadas, la dilación en reconocer el derecho de huelga, la aceptación de la tercerización o subcontratación de trabajadores, el estímulo y reconocimiento de cooperativas fraudulentas.

El salario como concepto, según la LOTTT, esta violado al no incluir el bono de alimentación (cesta tickets) como parte integrante del mismo, es decir no entra para los aguinaldos o utilidades, ni para la liquidación, hora extras o vacaciones, mucho peor es decir que eso corresponde a una cantidad en dólares cuando desde el gobierno bolivariano se dice que es el más alto de Latinoamérica, tomados estos a razón de BsF. 4,30, cuando no tenemos derecho a esos dólares sino a unos al cambio del mercado negro que es aproximadamente cuatro veces más –por encima de 18 bolívares por dólar– que es como nos venden los bienes importados porque la producción nacional de los mismos es exigua y ha venido en franco descenso luego de 14 años de “revolución bolivariana”.

En respuesta a la desvalorización continuada del salario el gobierno bolivariano ajusta el mínimo. De 32,25% lo fue en total para 2012, pero implementado en dos partes: 15% el 1º de mayo, para ubicarlo en 1.780,45 bolívares, otro 15% a partir de éste el 1º de septiembre para ubicarlo en 2.047,52.

En realidad como consecuencia de la inflación entre septiembre de 2011 hasta abril de 2012, y de mayo a agosto de ese año, el valor del salario mínimo no se incrementó en la proporción indicada. Para mayo de 2012 el 15% incrementado al de septiembre de 2011 hay que restarle 11,7% de inflación en ese período, y al otro 15% de septiembre de 2012 hay que restarle 5,1% entre mayo y agosto. Como no hay expectativas de otro aumento al salario mínimo sino probablemente hasta mayo de 2013, el hecho claro y notorio es que para el 1° de enero de este año el valor del salario mínimo, respecto a septiembre de 2011 (BsF. 1.548,21), y luego de disminuirse por la inflación mensual e incrementarse por decreto en mayo y septiembre de 2012, vale tan sólo 1.583,13.

Si se compara ese valor “real” del salario mínimo con el valor de la Cesta Alimentaria Normativa del INE a noviembre de 2012, BsF. 1.989,09 (ine.gov.ve), que del mismo modo se ajusta “realmente” con la inflación y por lo tanto a diciembre de ese año debiera ser más cara, nos damos cuenta que el salario mínimo es el peor de los mínimos al que un sistema social basado en el expolio a que nos someten los dueños del capital, nos dan a casi ¾ de los asalariados que devengan tal cantidad mes a mes.

Un análisis similar aplicado (ver el gráfico anexo) desde que el gobierno bolivariano por vez primera dictó el valor del salario mínimo, BsF. 120,00 en mayo de 1999, establece que su valor al 1° de enero de 2013 es de apenas BsF. 129,44, que si se mantiene el esquema altamente inflacionario de noviembre, diciembre de 2012 y enero de 2013, cae a menos de los BsF. 120 de hace 14 años. En otras palabras, la “revolución bolivariana” lo que ha hecho es mantener un principio esencial del sistema capitalista, el de disponer de un mínimo que nos permita, a la gran mayoría de los asalariados, alimentarnos para poder reponer la fuerza de trabajo para quien dispone de uno formal y estable. Cualquier otra necesidad como seres sociales deberá esperar a mejores momentos.

Si el salario debe cubrir las necesidades básicas de vivienda, alimentos, educación, salud, transporte, vestido y descanso o recreación, debe estar entonces por los 7.000 bolívares fuertes para poder cubrir una verdadera Cesta Básica Familiar en contrario a la escuálida CAN del INE.