Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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miércoles, 28 de diciembre de 2016

El origen del financiamiento del gobierno desde 1999


El origen del financiamiento del presupuesto nacional desde 1999:

El ingreso petrolero (hasta el 2013)
la emisión de moneda (dinero inorgánico) 2014- Noviembre 2016
y ahora exclusivamente de nuestro bolsillo


Las medidas o mejor dicho las improvisaciones sancionadas en diciembre por Maduro evidencian el grado de descontrol del gobierno sobre la economía. Toda su política su puede enmarcar, en un desastre económico que concluyó con el desmoronamiento de la moneda, dentro de una relaciones de producción capitalistas, una verdad de Perogrullo, luego de 18 años de gobierno con intentos de progresar dentro de ese marco -nada que ver con socialismo- con los resultados que estamos padeciendo.

Venezuela está arruinada y se expresa en una disminución de su PIB, déficit fiscal, hiperinflación, muy bajos salarios, bajas reservas de divisas, altos desembolsos para cumplir con los compromisos de deuda, nuevos endeudamientos y una significativa disminución de la producción petrolera.

El proceso iniciado por las masas que irrumpe en 1989, transcurre con hitos notables tales como la alzamiento del 1992, el triunfo de Chávez y el inicio del chavismo como gobierno desde 1999, los acontecimientos de corte fascistas de la oposición de la derecha de 2002-2003, la crisis económica iniciada en el 2009 hasta hoy, donde, desde hace un año, se inició el desplome del PSUV con la derrota aplastante sufrida en las elecciones a la AN, y el abrumador triunfo electoral de la oposición de derecha.

El gobierno del PSUV, tiene sus días contados, producto de su fracaso político tras despilfarrar los proventos del boom económico, por más de 10 años de altos precios del barril de petróleo y resiste con medidas cada vez menos democráticas, como son las trabas a las elecciones a gobernadores, y a la renovación sindical en empresas estratégicas como PDVSA, Sidor, Ferrominera, Corpoelec, el desconocimiento del derecho a la contratación colectiva y el revocatorio al presidente. Sobre el revocatorio, en particular no apoyamos las intenciones golpistas de la derecha.

Respecto al fracaso económico del gobierno, sobre todo en el acceso y precio de los alimentos, pero también en servicios indispensables como el suministro de gas, agua y electricidad, y ahora en la confiscación del dinero de los venezolanos, la derecha tradicional saca provecho al no existir una propuesta por parte de la izquierda y los trabajadores.

Todo eso conduce a la caída inevitable del gobierno y el ascenso de la derecha tradicional, por lo que hay que oponer una alternativa Socialista. Por lo demás difícil, ante el desgaste del gobierno, usurpador de ese título, ante lo cual, muchos caen en la manipulación. Hablar de revolución o de socialismo asociado al gobierno es tan cierto como hablar de la nieve sobre el llano venezolano.

De una situación gravísima hoy, vamos a una peor el próximo año. La inflación en diciembre debe romper record, la carne subió en menos de una semana un 50%, muchos alimentos aumentaron igualmente de un día para otro, del sábado 17 con el billete de 100 suprimido, al domingo 18 con el billete restituido, se catapultó la especulación.

Es imperioso responder con la nacionalización de la banca, para invertir en la producción de alimentos, a través de la agro industria, tanto de origen animal como vegetal y salir de la crisis, no hay otra forma. La nacionalización de la banca tiene que ser bajo control de los trabajadores, como única vía que garantice ese dinero que atesora el banco sea para el desarrollo de la mayoría del país. La nacionalización también tiene que ser sin indemnización, revolucionariamente, de lo contrario sería otro gran negocio para los que siempre se han beneficiado.

La respuesta del gobierno es lo opuesto, salvar a la banca, la medida que tomo Maduro de recoger el billete de 100 en defensa de la banca, la cual según el mismo dijo le quedaba solo un 2% del circulante (efectivo), de hecho fue un corralito, una confiscación del dinero de los trabajadores. El papel moneda de mayor denominación se desvalorizó de tal manera que con él no se alcanzaba ni para comprar un cafecito de termo en la calle, no digamos el de una panadería. Si bien se podía hacer pagos y transferencias electrónicas, en cierta medida tampoco funcionó, y muchos negocios solo se les hizo efectivas sus transacciones muchos días después de efectuadas, amén de que muchas veces la red estaba sin servicio (sin línea) y no pudieron efectuarse las compras.

El origen de la ruina

El gobierno se financió hasta el 2013, a través de los ingresos petroleros, al bajar los ingresos, el financiamiento paso a ser con emisión de dinero que le suministra el BCV, luego cuando a esa emisión de dinero inorgánico le llegó su hora, se desvalorizó de tal forma, que como papel paso a ser de más valor que como su representación o valor facial, el billete de 100 no pudo seguir cumpliendo su labor, colapsó este diciembre de 2016 y ahora se inicia una transición, el gobierno pasará a financiarse, previamente el salvataje de la banca, con prestamos internos, con nuestro dinero que fue confiscado y represado en los bancos.

Es muy probable que el gobierno se vea obligado a nacionalizar la banca, pero con un fin, por todo, opuesto al planteado mediante un control auténtico de los trabajadores, utilizando los recursos del país para socorrer a la banca privada quebrada. Esta banca durante los años del chavismo siempre se benefició, dando cifras impresionantes de ganancias mes a mes, pero todo este dentro de este contexto fue ilusorio, en tanto se fue llenando de una moneda que igualmente se iba depreciando hasta tocar fondo. Si la inflación es más alta que la tasa de beneficio, el balance se torna negativo.

Como transformar esta ruina en una salida económica a favor de los trabajadores

El papel que ocupa la burocracia sindical representada por la CBST a pesar de su desprestigio por no defender a los trabajadores en el transcurso de esta crisis, ejerce su función como intermediario, arbitrando entre los trabajadores y las inspectorías del trabajo, Inpsasel, tribunales laborales y demás interventores de los conflictos laborales como las Zonas Operativas de Defensa Integral (Zodi), alcaldías, gobernaciones, etc. Todo con el fin de impedir, desviar y reprimir las luchas de los trabajadores.

Su función sirve en tanto la situación nacional, es impactada por la acción independiente de los trabajadores. Y lo hacen muy bien en tanto no se vislumbre un plan de lucha real de los sindicatos para enfrentar los ajustes, sobre todo para lo que se viene con el año 2017.

La vieja derecha sindical a la cual se le unió Marcela Maspero, en nombre de un sector de la Unete, y ahora militante de la ultraderecha, contrariamente a la defensa de los trabajadores, solo hace campaña utilizando las necesidades de los trabajadores para conducirlas como apoyo a las propuestas de los patronos privados.

Todas las centrales sindicales, tanto la CSBT oficialista, como las tradicionales a través de un frente llamado UASG de la oposición de derecha con su nuevo aliado, un sector de la Unete, buscan cada uno con sus medios que la crisis siga siendo descargada sobre los hombros de los trabajadores. Unos marionetas del patrón público y los otros del patrón privado.

Para los sectores combativos del movimiento obrero, esta caracterización es esencial, pues debe llevar a reforzar el trabajo de organización y lucha de los trabajadores, como alternativa a través de un planteamiento político integral de salida a la crisis.

Tenemos que trabajar para ello con todos los sindicatos clasistas, hay que abocarse a un programa de conjunto, para ser debatido y resuelto por un Congreso de Trabajadores. La burocracia sindical ha dividido y entregado cada sector y reivindicación, pero las contradicciones explosivas aumentan. Al trabajo de organización fabril y sindical, hay que acompañarlo con una agitación política, por una salida obrera a la crisis económica y política. Es el momento de asumir el alcance revolucionario de la situación.

Que la crisis la paguen quienes la causaron

Por un Gobierno de los Trabajadores

José Capitán

martes, 27 de diciembre de 2016

El corralito como respuesta


El corralito como respuesta
El reconocimiento oficial de la depreciación de la moneda


La perspectiva de la economía para Venezuela en el 2017 se pronostica mucho peor que en el 2016. En el transcurso de este año concluido, con los padecidos y gravísimos problemas de inflación, recesión, escasez de bienes y déficit de divisas, se agrega otro que recién comienza, el de la desvalorización de la moneda, resultante del nuevo cono monetario, donde el billete de mayor valor pasa a ser una moneda, a lo cual se agrega un nuevo rango, debutando billetes de mayor valor facial.

Nuevas monedas: 0.25 pasa a 10, 0.50 pasa a 20 y 1 pasa a 100
Nuevos Billetes: 2 pasa a 500, 5 pasa a 1000, 10 pasa a 2000, 50 pasa a 10000 y 100 pasa a 20000

Venezuela lleva tres años con caída del PIB, sobre todo en el consumo, la inversión, la manufactura y para colmo, un aumento del desempleo.

Al tener más egresos que ingresos, el gobierno cubre el déficit fiscal, con deuda del gobierno hacia el BCV, que emite dinero inorgánico, hasta que la soga se revienta, como sucedió el 11 de Diciembre, la moneda explotó, su valor facial no se correspondió mas con su valor real, se inventaron los mil y un cuentos, que todos se caen, con un simple reconocimiento de que no cabían en el bolsillo los billetes para comprar un juguete, por ejemplo, en este mes aparentemente de estrenos y regalos de fin de año.

Entre diciembre de 2012 y noviembre de 2016 la liquidez monetaria ha subido un 1125%, la base monetaria 1500% y el financiamiento monetario del Banco Central de Venezuela (BCV) hacia Pdvsa 2.104%.

Está visto que antes de la declinación significativa del precio de venta del petróleo, el gobierno se financiaba con esos ingresos provenientes de la exportación de petróleo, era tal el desorden que el presupuesto ordinario se duplicaba con los ingresos extraordinarios debido al elevado precio de venta del barril, muy por encima del fijado en el presupuesto. Era un presupuesto paralelo y libre de las rígidas y burocráticas ataduras de la ley de presupuesto. Así mismo crecía la deuda externa, soportada en los activos venezolanos

En este sentido el gobierno no se diferenció de los anteriores, transfiriendo la renta petrolera para parasitar la economía, inclusive se degeneró aun más producto de más de 10 años de precios altos del barril, lo peculiar fue entregar ese excedente a la burguesía tanto extranjera como nacional, via, sobre todo con las importaciones, mediante privilegios en el control de cambio, además de subsidios, pero abandonando las inversiones productivas, tanto en industria fabril como en el agro. Una parte para contener a las masas fue utilizar una parte para darle gastos asistencialistas.

Para el año 2009 ya hubo un indicador donde Chávez tomo medidas bastante neoliberales para reconducir (ajustar) el presupuesto, aumento del IVA, ayuda (dinero) a los empresarios, pero el precio momentáneamente se recuperó para comenzar a caer definitivamente en el 2013, estas cifras son importantes porque son indicadoras, donde el gobierno paso de financiarse del producto de las exportaciones petroleras a financiarse con emisión de moneda por parte del BCV, la política fiscal paso a soportarse en la expansión de la base monetaria, emisión de dinero sin ningún sustento, esa es la base real

Las salidas por parte del gobierno fueron descargar una crisis de enormes dimensiones sobre las espaldas obreras, con la violación de los compromisos de los convenios colectivos, y, aún así, no se pudo evitar la bancarrota económica por la fuga de capitales y el carácter inviable de la política de hiperendeudamiento, ya el canje de bonos PDVSA, acordado el mes pasado, añadió mil millones de dólares más a pagar en el 2020
El efectivo o circulante, asi como los salarios demuestran la inflación, pero no la producen, fundamentalmente es la emisión de dinero inorgánico, la base monetaria en la calle, circulando o a través de la banca electrónica, es impotente ante una demanda insatisfecha por la oferta que escasea, y por otro lado, en la avidez en comprar otra moneda para evitar el daño por la desvalorización del bolívar, esto como protección adicional. Así también, fue recurrente el aumento del salario mínimo, que solo demuestra la baja cada vez mas del poder adquisitivo.

El aumento de la base monetaria va de la mano con el aumento del índice de precios, por otro lado también en aumento va el tipo de cambio bolívar-dólar. Es indispensable entender que la inflación es decir el colapso de la economía, proviene de emisión de dinero sin sustento, con producción nacional y divisas insuficientes esto es la causa primaria fundamental de la crisis que nos lleva a perder valor la moneda, no es el decreto cambiario nro 8 de Colombia, eso si bien es cierto, es también ridículo por lo absurdo.

Inclusive es algo tan cotidiano, como cuando los venezolanos íbamos a Colombia hace unos cuantos años con nuestro bolívar verdaderamente fuerte a pagar el cambio a 16 pesos por bolívar.

Es bueno aclarar lo absurdo de ese cambio que se utiliza para desviar el origen y la culpabilidad del desastre, en todo caso, su efectividad es producto del reconocimiento de nuestra moneda, a un cambio determinado y privilegiado, ante el gobierno colombiano, y seguirá existiendo mientras haya cambio oficial y mercado negro. La magnitud de este agujero negro, es desconocida, en tanto el gobierno tenga una diplomacia secreta para el pueblo, y libre con los capitalistas con que mantiene relaciones económicas.

Sí la relación bolívar-dólar paralelo es a 3000bs por dólar, como cambio real y el del peso-dólar a 3000 pesos por dólar como cambio oficial, entonces en la frontera se cambiaría un bolívar por un peso, ellos tomarían ese bolívar y se irían raudos a Bogotá a cambiar ese bolívar al cambio oficial convenido en las relaciones bilaterales, luego ese bolívar regresaría a Venezuela, oficialmente pagando al cambio aceptado por el gobierno. Así es y si no es es así, Bogotá se llenaría de bolívares inservibles, disminuirían sus dólares y la mamá de Tarzán le reconocería esos bolívares, es otras palabras se descapitalizaría el banco, regalando esos pesos, al cambiar por una moneda que no tiene valor, pero como corresponde cumplir, Venezuela, debe reconocer y pagar sus acuerdos bilaterales.

Si seguimos el cuento, el gobierno venezolano tanto con Colombia, como con todas sus transacciones internacionales, como por ejemplo con líneas aéreas, telecomunicaciones, las empresas extranjeras, etc., tiene que pagar sus intercambios, como paga religiosa y rigurosamente su deuda externa.

Algo adicional que no informa el gobierno venezolano, ellos sí son los que regalan los dólares y se descapitalizan, pero no importa. Dándoselos a 673Bs/$ a la burguesía importadora y parásita la cual no se publica y no sabemos quiénes son, ni cuanto son los montos aprobados para esos privilegiados.

Antes del control de cambio, por un lado una reguera de fuga de capitales vía dólares para el exterior, también por ejemplo, las empresas automotrices ensambladoras establecidas en el país, traían sus autopartes (CKD) financiadas por ellos mismos, por supuesto luego había repatriación de capitales, pero Chávez decidió reconocerles dólares preferenciales lo cual fue mejor negocio para las transnacionales, traer todo antes que sustituir importaciones, ese fue el Gran Agujero Negro, que desmanteló la incipiente industria nacional, si podemos llamarla así. De igual forma pasó con todo lo demás hasta con las empresas nacionales donde salió más barato, importar que producir acá, hasta que se acabó el maná.

Peor aún, producto del escaso valor del bolívar, tanto que se apreció el circulante que andaba en la calle, y hacía falta para las bóvedas de los bancos, debido a la inflación tan alta, que provocó una corrida bancaria producto del aumento salarial y de la cesta ticket por decreto, el pago de las utilidades y los precios por las nubes, se vaciaron los bancos, a la par que la moneda de mayor denominación no representaba el valor de un insignificante caramelo, por otra parte hasta los comerciantes chinos pasaron a ser bancos improvisados suministrando efectivo y ganando por la intermediación un interés, y los mismos banqueros, no es de descartar tomaron los bolívares para comprar bonos convertibles en dólares que el mismo gobierno emitía. Cuando reventó la crisis con las bóvedas de los bancos vacías, Maduro salió intempestivamente a confiscarnos el salario, estableció un corralito financiero para salvar a la banca, de su falta de dinero, y que se avizora un 2017 aun peor, producto de los vencimientos de deuda externa. Quizás haga una nacionalización de la banca, pero para salvar la quiebra de la banca privada, o mejor dicho para que esa quiebra la paguemos nosotros los trabajadores.

Apenas Maduro restituyo, el billete de 100 el sábado 17 diciembre, el día siguiente, el domingo, los precios se dispararon, sin duda el mayor aumento en el año, producto de una gran demanda, natural de la época decembrina y la escasez de mercancía, por falta de producción y de importación, todos los demás subterfugios para evadir las culpas y justificar la situación son aleatorios.

Como conclusión, ahora que no se acabo la renta petrolera, algo que no está desechada ni se debe desechar, sino que disminuyó el precio del barril de petróleo, significativa y persistentemente, por lo que la renta es baja. Venezuela es un país muy rico y con muchos recursos económicos pasivos por la ineptitud que llevo al colapso de la economía, para responder ante la catástrofe económica, es necesario nacionalizar el comercio exterior y la banca para ponerlos a funcionar en razón de las necesidades de la mayoría del país y para que funciones esto, solo se puede garantizar con el control de los trabajadores de esa nacionalizaciones. A la par, se debe dejar de pagar la deuda, para invertir en el país, y también se requiere el aumento general de los salarios como algo impostergable, tanto como ellos ven el pago de deuda como algo impostergable. No podemos seguir pagando con nuestro sacrificio una crisis que no la originamos. Que la paguen quienes la causaron.

La posición de los economistas de la derecha plantea solventar el déficit fiscal con reducción del gasto público y el aumento de impuestos a través de una reforma impositiva, y estimular el acceso al país de los mercados externos de capitales, para obtener financiamiento internacional, nada menos lo que se viene, que sin duda conduciría a resistencia mayor, que quizás si este gobierno se salva de una poblada que se lo lleve por delante, el próximo tendría todos los números de la rifa.

José Capitán

lunes, 19 de diciembre de 2016

Maduro y el billete de 100 Bs. Parte 2


Una semana plena de realismo mágico
Maduro y el billete de 100 Bs. Parte 2

Los saqueos desde el viernes 16 afectaron el 90%
de los comercios de Ciudad Bolívar
Lejos de una estatización de la banca, lo que se plantea el gobierno bolivariano de Maduro es su rescate en función del retorno de los capitales que se encuentran en el efectivo acaparado por muchos venezolanos el cual es mantenido como garantía de supervivencia a la fuerte crisis económica que vive el país.

Se sigue pretendiendo que el dinero nuevo circule solamente en la medida que todos los posibles billetes de 100 Bs ingresen antes a una cuenta bancaria de la que sólo podrán retirar lo máximo acordado entre los bancos y el ejecutivo nacional. En contrapartida el ejecutivo nacional dispondrá de una fuente clara sobre la cual pedir prestado en colocaciones de bonos de la república o letras del tesoro en bolívares para cubrir necesidades extraordinarias en el sostenimiento del Estado si como se prevé para 2017 todo el flujo de divisas provenientes de la factura petrolera se destine para el pago de deuda externa en abril, en peores condiciones de las que se pagaron por menos de la mitad de ellas durante octubre y noviembre del 2016.

Se acabaron las 72 horas y nos metieron en un corralito financiero nuestros salarios
La medida difundida por Maduro el domingo 11/12/2016 de eliminar el billete de 100 Bs se concretó el jueves 15 de diciembre sin disponer de dinero en efectivo de reemplazo. Empleados y obreros todos, solo nominalmente cobraron ese día jueves ya que no hubo billetes ni monedas en circulación. La posibilidad de hacer uso electrónico del salario resultó a medias, pues el viernes 16, como ya había pasado el 2 de diciembre, los puntos de venta de la red funcionaron de manera intermitente. Toda la banca entonces terminó siendo un sistema confiscador de los salarios de los trabajadores.

¿Qué se encuentra detrás de la medida tomada por Maduro?
La costumbre generalizada entre la población venezolana es la de adquirir sus alimentos y bienes en efectivo, 40% de ella no tiene ni una simple cuenta de ahorros. ¿Para qué tenerla en una economía que no garantiza los precios de los bienes y alimentos, sean estos regulados o no? Aun más, la aceleración que tuvo el alza indiscriminada de los precios obligó a los cuentahabientes a retirar lo limitado del retiro diario. El acaparamiento del efectivo se convirtió así en una garantía de sobrevivir a la crisis de la economía nacional, inclusive los comerciantes preferían quedarse con el efectivo para pagar rápido a sus proveedores y estos a los mayoristas. La banca no garantizaba en absoluto esto al limitar el retiro de efectivo de las cuentas.

Mientras se ejecutaba por los ahorristas una corrida generalizada de todos los bancos del país, públicos o privados, la banca respondía con un corralito financiero a las cuentas con disponibilidad monetaria. El primer objetivo de la medida de Maduro estuvo entonces en correr en auxilio de la banca pública y privada, pero a la par buscando un beneficio ulterior en este esquema de economía en bancarrota. El auxilio a la banca devino en autorizarles a restringir fuertes montos de dinero en efectivo a los ahorristas dándole así vida a un corralito financiero temporal.

Evidentemente el corralito financiero venezolano está muy lejos de adquirir la magnitud del que vivió Argentina, sin embargo sus motivaciones tienden a tener semejanza en Venezuela. En ambos casos significó un problema de convertibilidad del dólar, en el caso argentino porque era inviable el 1 a 1 y en el nuestro porque resultaba inviable un paralelo hiper-inflacionado y totalmente fuera de control.

Otra semejanza está en los niveles de zozobra que genera en la población. En Argentina en 2001 condujo al argentinazo y la crisis política con la huida del presidente De La Rúa. En Venezuela se demostraba con las largas colas de ahorristas a regañadientes frente a los bancos en las 72 horas acordadas, y a partir del viernes multitudes frente a las sedes del BCV de Maracaibo y Puerto Ordaz. La perspectiva de disponer de efectivo sin valor, por lo complicado en llevarlo a depositar en Caracas, generó toda una ola de saqueos y manifestaciones desde el viernes 16 de diciembre, las más graves en el estado Bolívar afectando el 90% de los comercios de Ciudad Bolívar, su capital.

Salvado el escollo de la corrida bancaria generalizada, correspondería para el gobierno bolivariano estabilizar las cuentas de sus afiliados y cuantificar la disponibilidad efectiva que podría tener la banca para prestarle al ejecutivo nacional en bonos o letras del tesoro en momentos de necesidad financiera. Durante el lapso de 72 horas el BCV informó del retorno de casi 5.000 millones de bolívares a la banca [Nota aclaratoria de Opción Obrera, ver al final del documento], importante monto aunque muy lejos de los 300.000 millones de bolívares que estimaba serían captados.

Mientras 40% de los venezolanos activos manejen efectivo a montón y no dispongan de una cuenta bancaria que lo movilice, la banca nacional no podría prestar todo lo que la masa monetaria según el BCV indique. Captar en depósitos bancarios todo ese dinero en manos de los venezolanos fue en esencia la medida de desvalorizar comercialmente el billete de 100 Bs en un plazo de 72 horas, y luego en 5 días continuos dar garantía de igual modo a través del BCV a quien no pudo hacerlo directamente en su banco.

Cuando Maduro habla de billetes de 100 Bs en poder de mafias en realidad está hablando de que quien lo tenga lo declare de tal y se sujete a condiciones de ley que permita hacerle seguimiento y control. El funcionamiento bancario así esperado se limitaría, de aquí en adelante, a depósitos en monto relativamente bajos de efectivo a una cuenta, y si el mismo representase uno mayor hacerlo pasar por el impuesto de ley que correspondería por fortunas no declaradas.

Tales criterios esbozados en el párrafo anterior fueron los mismos con que Narendra Moodi, como primer ministro de la India, se basó para desmonetizar los billetes de 500 y 1.000 rupias. India sin embargo no es Venezuela, el 99% de las transacciones comerciales y financieras se hacía con efectivo, o sea, “cash”, y el procedimiento de desmonetización comenzó el 8 de noviembre para culminar el 31 de diciembre. Lo importante para que los hindúes puedan disponer el canje de su efectivo por otro con nuevos billetes es que antes deben retratarse ante su SUDEBAN (y ser convencidos de abrir una cuenta bancaria) y si el monto excede lo gravable como renta pagar ante su SENIAT por el exceso correspondiente. India en estas fechas aun no está segura de llegar al 1° de enero de 2017 en tranquilidad.

Maduro aprende rápido de la guerra global contra el dinero en efectivo
India en cualquier caso no es el primero de los países que plantea reducir al máximo el efectivo en manos de sus ciudadanos. La UE anda en búsqueda del acuerdo global de sus países de eliminar el billete de 500 euros, como del mismo modo Australia con su billete de 100 dólares australianos. La UE, además, ha puesto restricciones para la compra de bienes con efectivo hasta por 1.000 euros en Francia e Italia. En el Reino Unido compras en efectivo por 15.000 libras deben ser declaradas ante su SENIAT, y en USA las de 10.000 dólares al suyo. Esos, sin embargo, son problemas menores. La guerra al dinero en efectivo, que viene tomando cada vez más espacio en los bancos centrales más importantes del planeta, está estimulada por la necesidad de proteger los bancos cada vez más grandes de aquellos  "demasiado grandes para ir a la quiebra", donde estos últimos tampoco están exentos de ser rescatados, y por la capacidad de los gobiernos para controlar e incluso utilizar legalmente la riqueza privada de los ciudadanos (caso extremo de la banca de Chipre en 2015 donde los ahorristas tuvieron que poner de sus ahorros para rescatarlos).

El acaparamiento de dinero en efectivo pretende liberarse de cualquier apetito gubernamental. Al depositarlo en la banca no hay tal garantía y se somete al riesgo de confiscación. El advenimiento de tasas de interés cero o negativas (no es el caso de Venezuela aun) ha reducido el interés por el ahorro bancario, y más bien, ha generado en su lugar un impuesto a los mismos. En un entorno de tasas bajas o negativas, o de alta inflación, los que tienen dinero en efectivo tienen poco o ningún incentivo financiero para guardarlo en los bancos. El acaparamiento del efectivo es entonces la alternativa lógica. En términos económicos, el efectivo acumulado se convierte en dinero muerto. Fuera del sistema no aporta nada a la actividad económica. Específicamente, desinfla la velocidad de la circulación monetaria, un elemento vital del crecimiento económico. Si combinamos el retiro masivo de efectivo de las cuentas bancarias y el incremento en la tasa de morosidad de los créditos bancarios (en especial de las tarjetas de crédito), la perspectiva resulta en un sistema bancario técnicamente insolvente, y lo conducirá a una escasez de capital potencialmente fatal. Esta perspectiva generalizada para la banca financiera mundial la está también para Venezuela.

¡Y llegó el Comandante y mandó a parar!
La inestabilidad y los inicios de una explosión social obligaron a Maduro a recular y suspender la desmonetización del billete de 100 Bs hasta el 2 de enero de 2017, conjuntamente con mantener las fronteras con Brasil y Colombia cerradas hasta esa fecha.

La frase “calladito, más bonito”, le hubiera caído como anillo al dedo si toda las implicancias de su decreto del domingo 11 las hubiera asumido cuando hubiesen en realidad llegado los billetes del nuevo cono monetario el 15 o después. . Con todo, ninguno de nuestros análisis antes expuestos pierden validez por suspender temporalmente Maduro hasta el 2 de enero lo que sigue estando en puertas para el 2017.

A menos que corra a raudales el dinero en efectivo en billetes de 100 Bs luego de este domingo 18 de diciembre, es muy probable que continúe el clima de inestabilidad y explosión social en las calles. El recule de Maduro ha significado adicionalmente un problema de crisis política para el gobierno. El sector militar en las gobernaciones lo han presionado en echar para atrás temporalmente con la medida sin que ello implique que se haya conjurado el espectro de una explosión social.

De algo estamos seguro, con la épica de esta semana plena de realismo mágico para seguir salvando el capital en crisis, Maduro y el gobierno bolivariano han pasado a la historia como el payaso y el circo político más grande del siglo XXI en Venezuela.

Roberto Yépez
19/12/2016

Nota Aclaratoria de Opción Obrera
Realmente lo que informó Maduro (Correo del Orinoco, 19/12/2016), no el BCV, fue de casi 5.000 millones de piezas de billetes de 100 recogidos entre el martes 13 y el sábado 17 de diciembre, ante el recule de la medida. O sea, casi 500.000 millones de bolívares se habrían captado en ese período, una cifra por demás interesante pues el monto total en billetes de 100 reportado por el BCV a finales de noviembre fue de 611.171 millones de bolívares, y uno de los temas de mafias con los cuales Maduro usó para desmonetizarlo fue que estaban en Colombia un monto cercano a los 300.000 millones de bolívares. Una de dos, o realmente el monto fuera de Venezuela jamás fue mayor de un 5% o el BCV declara menos billetes de 100 de los que realmente tenían en sus manos los venezolanos desesperados desde Santa Elena de Uairén hasta Caracas y desde Güiria hasta Castilletes que se encontraban en la imposibilidad de depositarlos o canjearlos por otros de menor denominación.

Maduro y el billete de 100 Bs. Parte 1


Una semana plena de realismo mágico
Maduro y el billete de 100 Bs. Parte 1

Colas de kilómetros el viernes 16 en los alrededores
de la sede del BCV en Carmelitas, Caracas
El hecho histórico en una semana plena de tensión social
Bajo una alharaca como las que nos tiene acostumbrado, Maduro nos dijo que había que sacar de circulación el billete de 100 Bs porque la mitad de ellos estaban en Colombia provocando su escasez en las taquillas de los bancos y cajeros electrónicos. En “venganza” al manipulador dólar Cúcuta y la página web @DolarToday, “causantes” de la depreciación estruendosa del Bolívar Fuerte en apenas dos meses, excusa habitual de Maduro y el Gobierno Bolivariano ante la crisis de la economía nacional, los billetes de marras represados de forma aviesa en Colombia y hasta en Checoslovaquia, España y Alemania, a según, dejarían de tener valor al concluir el jueves 15 de diciembre. En esa cadena presidencial se nos decía que para el venezolano en su país los problemas serían menores. Maduro nos decía que su gobierno estimaba en 300.000 millones de bolívares la cantidad en billetes de 100 fuera del país, aproximadamente algo menos de la mitad del rubro 100 Bs del informe MONEDAS Y BILLETES EN CIRCULACIÓN AL CIERRE DE CADA MES (FAMILIA ACTUAL) emitido por el BCV (a noviembre de 2016 para un total de 611.171 millones de bolívares, el 77,15% de todas las denominaciones), y por lo tanto, lo restante, como circulante entre comerciantes y venezolanos de a pie.

No hay que ser muy inteligente para imaginar la planificación exhaustiva que hubiera sido necesaria para recoger 300.000 millones de bolívares en poder del público, y eso evidentemente en lo absoluto se hizo durante los 3 días habilitados para ese fin en la banca pública y privada hasta el 15 de diciembre. Al concluir la jornada Maduro ratificó que el plazo ya se había cumplido, y ahora, los que no pudieron hacer sus depósitos, deberían “acercarse” hasta una de las 30 taquillas que la sede del BCV en Caracas ha habilitado durante 5 días continuos entre el viernes 16 hasta el martes 20 de diciembre. El decreto que apareció en gaceta el lunes decía de 10 días bancarios. El malestar de mucha gente que no pudo depositar su dinero, ahora sin valor a menos que se presente ante el BCV hasta el 20, obliga a Maduro a seguir recurriendo a salidas espasmódicas con el habitual “como vaya viniendo, vamos viendo”. Que no diera fecha de cuando los nuevos billetes entrarán en circulación, y por el contrario informara que una remesa de billetes de 50 Bs sería despachada, indica en mucho el interés de hacer pasar a troche y moche los deseos del ejecutivo nacional. Para generar el “clima de confianza” con la medida confiscatoria del salario de los trabajadores el miércoles 7 de diciembre el presidente del BCV, Nelson Merentes, insistía que el nuevo cono monetario entraría en circulación el jueves 15 de diciembre. Maduro, en vez de hacerlo renunciar por su ineficiencia y el problemón en que deja a millones de venezolanos sin posibilidad de disponer de efectivo a la brevedad, lo premia con el anuncio de los billetes de 50 como si con eso Merentes hubiera salvado la patria.

Para el viernes 16 la respuesta popular comenzó a sentirse en Maracaibo, donde miles de personas exigían que la subsede del BCV allí les aceptara sus billetes. Intentos de saqueos y enfrentamientos con la policía en medio del gas del bueno se hizo sentir esa fecha e inclusive el sábado 17. En la población de El Callao, en el estado Bolívar, igual situación se presentó con varios comercios saqueados, y en Tumeremo, otra población minera 60 Km más al sur, las vías fueron bloqueadas en reclamo a mantener la vigencia del billete de 100 Bs. En muchas otras capitales de estado y poblaciones de menor importancia igual se presentaron situaciones irregulares ante la tensa situación de no poder disponer de valor en los billetes aun en poder del público. La respuesta oficial el viernes en la noche fue de incrementar en la sede caraqueña del BCV en Carmelitas las taquillas receptoras del billete de marras de 30 a 150 y trabajar las 24 horas del día durante el lapso previsto hasta el martes 20 de diciembre. Ya a partir del mediodía del viernes el ejecutivo nacional había suspendido el cobro de las tarifas de los sistemas de metros en el país así como de los transportes extraurbanos SITSSA, y también el pago de peajes. Las taquillas de los bancos, a partir del viernes 16, cambiaron su función de recibir depósitos a pagar retiros personales. Desde el momento en que el ejecutivo comenzó a pagar los aguinaldos, a mediados de noviembre, todo el sistema bancario nacional comenzó a colocar restricciones en el retiro diario de efectivo. De montos sin límites a 30.000 Bs, luego a 15.000 Bs, 10.000 Bs. El viernes 16 lo máximo a retirar fue 2.500 Bs (en billetes de baja denominación, inclusive de 5 Bs) en una semana marcada esencialmente por el depósito de dinero en las taquillas de los bancos.

Del nuevo cono monetario sólo se habla de las monedas de 100, 50, 20 y 10 Bs y del billete de 500 Bs en “algún momento” de la semana del 19 al 23 de diciembre, esto es, sin garantía alguna. Las otras denominaciones en billetes irán “apareciendo” en lo que resta de diciembre y enero. Para solventar la ausencia de efectivo con valor, Maduro precisó que ingresarían “327 millones de billetes de 50 bolívares, y en el transcurso de diciembre 65 millones de billetes de 500, ingresarán también casi 5 millones de billetes de 5 mil y casi 3 millones de billetes de 20 mil” (aporrea.org, 16/12/2016).

¿Bueno o malo?
¿La medida de Maduro, como nos ha venido insistiendo, ha tenido un efecto demoledor a las mafias del dólar paralelo en Cúcuta y Maicao, las poblaciones fronterizas colombianas donde millones de bolívares en billetes de 100 habrían quedado represados? No pareciera en primera aproximación, de igual modo que en la fronteriza Villa Pacairima en Brasil, salvo el efecto de pérdida que los comercios de esas poblaciones habrían tenido con las compras permitidas en bolívares por naturales venezolanos de los estados fronterizos de Táchira, Zulia y Bolívar en búsqueda de alimentos y bienes escasos. Si el monto que existiera en Colombia fuese realmente de 300.000 millones de bolívares, a cualquier tipo de cambio peso colombiano por bolívar, cualquier cifra cautiva por encima de 100.000 millones pesos, tan sólo en Cúcuta, habría sido de inmediato reclamo por parte del ejecutivo colombiano al gobierno venezolano, y tal reclamo aun no lo han hecho. Pretendidos analistas venezolanos para justificar la acción de Maduro, han explicado el diferencial que resultaría a favor de cualquier mafioso de casa de cambio cucuteña convirtiendo en Bogotá los bolívares a pesos colombianos y luego estos a dólares para venderlos a venezolanos necesitados por más bolívares. Si esa fuese la magnitud del negocio y de la noche a la mañana las bóvedas del banco central colombiano hubieran amanecido abarrotadas de billetes de 100 Bs sin valor el lunes 12 de diciembre por efecto del decreto, lo más seguro es que una nota de reclamo del ejecutivo colombiano habría sido entregada en forma expresa a la cancillería venezolana de ipso facto y en términos muy poco amistosos. Igual caso habría ocurrido desde el gobierno brasileño por los negocios en bolívares en Villa Pacairima.

Ahora, ¿qué tan beneficioso ha sido realmente para el país? Para podernos explicar esa respuesta y no meramente diciendo que el dólar paralelo se tasó el jueves 15 de diciembre en 2.480,52 Bs, casi 1.700 Bs menos que el domingo (4.254,11 Bs) cuando Maduro habló del decreto, necesario es evaluar el por qué de su disparada desde valores cercanos a los 1.000 Bs (valor que se mantuvo durante buena parte del año hasta comienzos de octubre) a medida que transcurría de nuevo el comercio fronterizo luego de su reapertura el pasado 13 de agosto. Fue pública y notoria la búsqueda de adquirir en Cúcuta y Maicao alimentos y otros bienes esenciales escasos en el país. La magnitud de viajantes tendió a estabilizarse en la medida que los precios comparativos resultaran menos costosos que los que ofrecían los bachaqueros en el país. La ventaja de que el bolívar pudiese ser aceptado por los comercios, otra. El cambio peso colombiano – bolívar en función del dólar paralelo a 1.000 Bs permitía al pudiente de San Cristóbal acercarse a Cúcuta un fin de semana y gastar en unos 8 o 9 productos 50.000 Bs. Para quien depende de un salario mínimo, aun si la cesta tickets se pudiese canjear en Colombia, un ingreso mensual de 90.000 Bs había que racionarlo muy bien para adquirir sólo lo importante. Con todo y el boom que se le quiso sacar, las compras en bolívares hechas en la frontera mantuvieron un perfil más bien bajo. Apenas se vio la oportunidad de importar masivamente desde Colombia productos de primera necesidad escasos: harina de maíz, arroz, harina de trigo, aceite de cocina, pasta, papel toilet, pañales, etc, y que las transacciones podían realizarse en bolívares, el precio del dólar paralelo comenzó a levantar cabeza y también la acumulación de billetes venezolanos.

La lógica del mercado condicionaría que se exigieran más bolívares por los pesos colombianos en respuesta al aumento de los precios de las mercancías para poder satisfacer una mayor demanda desde Venezuela. La permisividad por parte de los militares venezolanos para que cruzaran sacos llenos de bolívares para adquirir las mercancías sólo estuvo en la medida en que los oficiales de alto rango fueran los interesados en llevar las mercancías hasta otras ciudades del país, evidentemente a través de testaferros. Lo mismo terminó ocurriendo en la frontera con Brasil, el valor local de cambio real – bolívar venía tasado en función del dólar paralelo en ascenso. La red de distribución de mercancías brasileñas importadas, desde Villa Pacairima en la frontera junto a la población venezolana de Santa Elena de Uairén, hasta las poblaciones de los estados del sur oriente del país estaba custodiada por más de 10.000 funcionarios militares incluyendo tropa y oficiales de alto rango, y esto dicho por el propio gobernador del estado Bolívar, Rangel Gómez, nos da cuenta de la magnitud del negociado. Imaginamos que algo similar deberían haber estado haciendo Vielma Mora en Táchira y Arias Cárdenas en Zulia con importaciones similares desde Colombia. La consecuencia del disparo de la tasa del dólar paralelo de inmediato repercutió en la elevación de los precios de las mercancías en venta en Venezuela. Todos querían jugar a llenarse de bolívares para ir a Brasil o a Colombia para comprar allí lo escaso en Venezuela, traerlo para ser vendido con márgenes de ganancia especulativos y repetir el ciclo. Con el aumento de la demanda de mercancías sus precios al cambio en bolívares aumentaban. Lo que el gobierno consideró un efecto pernicioso de mafias en USA y Colombia, no fue más que la vieja ley de la oferta y la demanda cuando adicionalmente el bolívar era usado como otra mercancía intermedia en función de otro marcador referente del mercado mundial, el dólar.

El descenso abrupto del dólar paralelo por la medida espasmódica de Maduro, aunque sin llegar a valores de 1.000 Bs sólo indica la detención abrupta de mercancía no comercializable en Venezuela porque el valor de cambio usado en principio perdió valor de improviso. Bruscamente Colombia se quedó con miles de billetes de 100 Bs inservibles que en principio no pueden reingresar a Venezuela si no es de la misma forma como salieron. También significó para un nuevo sector de la burguesía venezolana que se apoyó en la casta militar bolivariana que controla la frontera, un golpe muy fuerte porque deberán conseguir otra denominación de pago que resarza lo perdido en la compra anterior, si no, la mercancía adquirida jamás será liberada desde Colombia y Brasil. Es obvio que hasta que el nuevo cono monetario venezolano no se estabilice, cualquier transferencia de efectivo a estos países quedará pendiente, pero también volverá a notarse en nuestro país niveles de escasez por productos que en cierta forma venían apareciendo por tales importaciones.

Roberto Yépez
18/12/2016

miércoles, 14 de diciembre de 2016

El caso de los billetes de 100

El caso de los billetes de 100
El gobierno, campeón  de los disparates



Ante la defensa de la moneda, producto de la crisis económica, Maduro responde con un disparate, el cliché de huida hacia adelante solo puede ser superado con un salto hacia el vacío, pero quizás no consigan el vacío. El gobierno solo responde con desaciertos, el último siempre supera al anterior.

La derecha atisba dar respuestas que le hacen juego a las medidas que realiza el gobierno, no es porque esperemos nada bueno de ellos sino que demuestra que están a su mismo altura o mejor dicho bajeza.

El producto de la restricción del billete de 100, empeora la situación, si la dificultad la semana anterior era la falta de efectivo, esta semana  es la eliminación del efectivo, aunque de por si es grave, en realidad no  es ese el problema fundamental, de hecho, es una confiscación del salario, del dinero que de que disponemos, para posponer un colapso

El billete de  100, el de mayor denominación, representaba dos caramelos de los más baratos, así que se necesitaba emitir mas para poder comprar cada vez menos, por otro lado el diferencial cambiario en la frontera con Colombia es abismal, hasta el extremo que el billete en si mismo, se convirtió en muy buen negocio,  los vecinos pagaban un poco mas del valor referencial  bolívar-dólar negro-peso,   para poder comprar “casi regalado”  los enseres de cualquier tipo en este lado de la  frontera.

Si continúa la inflación aumentando, como es inevitable, a ese ritmo,  el billete terminaría como en la Alemania de los años 20 del siglo pasado, cargándolo en carretillas y pesándolo  para saber su valor, de otra forma, como papel tenía más valor que como designación nominal de valor.  

Sacar billetes de mayor denominación, no soluciona o va a la raíz del problema, seguirán los papeles moneda en bolívares perdiendo su valor y continuarán los mismos problemas y degradándose el salario.

Si el barril del petróleo venezolano no cerrará ni a 40 dólares el barril, en promedio  este 2016, y la producción cayo, hasta en el petróleo, ni que decir en el aluminio y el acero, y continuamos importando  lo que podemos, el año 2017 se viene peor.

Se tiene que nacionalizar la banca, y el comercio exterior bajo control de los trabajadores,  para ponerlos al servicio de la mayoría del país, con la primera acción, invertir en lo necesario para producir y con lo segundo  importar lo necesario para el mismo fin.  No pagar la deuda externa.

Ni un dólar más para la burguesía parásita, como es el reciente caso de la distribuidora de juguetes Kreisel, que desde el 2008-2014 recibió inmensas cantidades de dólares preferenciales  por parte del gobierno  y ahora les decomisan  los juguetes por acaparadora y boicot.  

A la par,  urgente un aumento general de salarios y escala móvil de salarios de acuerdo a la inflación,  tenemos que conquistar  un salario que satisfaga el monto de la cesta básica familiar. No paguemos  más la crisis. Que la crisis la paguen quienes la causaron.


La gestión integral del país, su desarrollo armónico y en razón de nuestros intereses solo puede ser con un gobierno de los trabajadores, sin explotadores. 

José Capitán 


sábado, 10 de diciembre de 2016

Los obreros de la planta de Avícola La Guásima (Que Pollo) en lucha


Los obreros de la planta de Avícola La Guásima (Que Pollo)  en lucha  



Los obreros de la planta de Que Pollo (pollos beneficiados), ubicada en el Sector La Guásima en la carretera nacional de Tocuyito, Edo Carabobo, se cansaron de la directiva sindical la cual estaba discutiendo un convenio colectivo en acuerdos con los patronos, donde los intereses de los trabajadores fueron abandonados.

El descontento fue tan fuerte que los trabajadores tomaron la empresa y paralizaron la producción, en una acción legítima en defensa de sus salarios, a partir del 5 de diciembre.

El 9 de Diciembre, una asamblea de trabajadores con el apoyo y la participación de Fusbec (Federación Unitaria de Sindicatos del Estado Carabobo), decidió que ese contrato no era aprobado por ellos por lo tanto no podía ser homologado por la inspectoría del trabajo, que el contrato debe ser reactivado para discusión,  con una comisión designada por los trabajadores, que el sindicato debe afiliar  a los trabajadores que lo han pedido, y ellos no  lo han aceptado mientras  sí afilian a los empleados y buscar un mayor peso a favor de la empresa.

Como siempre, la empresa quiere reactivar la producción y con ese fin ha traído a un juez  agrario, a militares tanto de la GNB  como del ejercito, a la abogada Nancy Cadenas coaccionando  y amenazando a los trabajadores con llevarlos presos por estar violando la tesis de soberanía alimentaria.  Los trabajadores tienen denuncias de ventas con sobreprecio y acaparamiento por parte de la patronal, pero esto sí no les importa.

Los obreros contundentemente han respondido que están cansados de trabajar y percibir salarios miserables, que no les da ni 30mil bolívares mensuales, que el pago de las horas extras y las utilidades fueron desmejoradas. Ante una arremetida de la patronal donde intentaron sacar una camiones para llevarle alimentos a  unas granjas de pollo, respondieron,  que sí bien están preocupado por los pollos, ellos están preocupados por sus hijos, por su familia, y que para reactivar la empresa deben aceptar y respetar lo acordado por los trabajadores en asamblea, para entonces reactivar la empresa, además los  empresarios tiene otras 2 plantas donde también procesan  los alimentos para las granjas de pollos.

Los obreros hacen valer su poder a través de su asamblea general, la cual es la máxima instancia de decisión y así se lo han comunicado a todos los intermediarios de la patronal. Los directivos sindicales no se han atrevido a presentarse  en la planta, solo una vez estuvo un representante sindical y fue escoltado con militares, pero de nada les sirvió.

Los trabajadores asumen su trascendencia, unidos, organizados  y democráticamente imponen sus requerimientos, así la directiva sindical no los represente. Esa es la vía, para responder ante el cuadro nacional económico  que los lleva a la miseria.

La asistencia, orientación y apoyo de Fusbec , les indica la vía a través de  la  asamblea de trabajadores.

José Capitán

Arriba la lucha de los trabajadores de la planta "Que    Pollo", Avícola La Guásima







domingo, 27 de noviembre de 2016

FIDEL, ESBOZO DE CRÍTICA DE UN LEGADO


FIDEL, ESBOZO DE CRÍTICA DE UN LEGADO

Fidel Castro fallece cuando se cumplen exactamente sesenta años de la salida del Granma, desde México, de una fuerza revolucionaria que debía llegar a Cuba para derrocar al dictador Batista, en combinación con una huelga cívica prevista en el Oriente de la Isla. Sería el comienzo accidentado de la Revolución Cubana.

Fidel deja una herencia política contradictoria. De un lado, porque Cuba se encuentra empeñada en repetir la experiencia de restauración capitalista de China, en un lugar más inadecuado y en peores condiciones económicas internacionales. El ascenso de Trump prueba el carácter explosivo de esta tentativa, cuando no su completa inviabilidad. El bloqueo económico sigue en pie como un arma de presión para liquidar los obstáculos que aún existen en Cuba a la colonización del capital financiero. La limitada asociación del Estado con el capital extranjero ha llegado al tope de sus posibilidades. Irónicamente, es precisamente China, el espejo en el que se mira el gobierno de Cuba, el blanco preferido de la guerra económica que ha anunciado el magnate norteamericano.

En la conciencia popular, sin embargo, el legado que deja Fidel es una revolución social sin precedentes en América Latina, con la peculiaridad de que el papel dirigente de la clase obrera es sustituido por la clase media radicalizada. La Revolución Cubana no es el producto de una construcción histórica de la clase obrera internacional; incluso entra en colisión con todas las estructuras burocráticas esclerotizadas del movimiento obrero internacional, y en particular con los partidos estalinistas. Se desarrolla, en estas condiciones, un proceso histórico transicional peculiar: un régimen político que expropia a la burguesía, en un movimiento de independencia nacional, sin el horizonte histórico del gobierno de la clase obrera, ni de la revolución proletaria mundial. La historia del siglo XX ha sido muy fecunda en producir transiciones de características especiales. Esto no significa que, en ausencia de nuevos procesos revolucionarios, no queden condicionadas por la economía y la política mundiales.

El punto más elevado de la Revolución Cubana y del propio Fidel es la derrota que inflige, en abril de 1961, a la invasión mercenaria organizada por EEUU en Playa Girón – en la que fueron movilizados un millón de cubanos en armas. En octubre de 1962 comienza una curva descendente, luego del pacto Kennedy-Kruschev, que es denunciado vigorosamente por Fidel. Es a partir de este momento que el imperialismo decide combatir a la Revolución Cubana sembrando a América Latina de dictaduras semi-bonapartistas, primero, y directamente criminales, poco después. En Cuba, Fidel se sirve del manto revolucionario para establecer un régimen de arbitraje político personal. A diferencia de lo que ocurría con las revoluciones pasadas, cuando cada etapa política daba lugar a un liderazgo diferente, Fidel va a ser el protagonista irremplazable de las mutaciones de la Revolución Cubana.

El impacto mundial de la Revolución Cubana y el protagonismo internacional de Fidel no deben confundirse, como se ha hecho, con una orientación estratégica internacionalista. El apoyo a distintas formas de lucha armada (foquismo) constituyó una operación de aparato, que concluyó en derrotas crueles. Más adelante adoptará el camino contrario: una diplomacia de apoyo al entendimiento con la burguesía nacional. Es lo que ocurrirá con la UP en Chile y con la revolución sandinista en Nicaragua y los ‘procesos de paz’ en Centroamérica. El Foro de Sao Paulo servirá como marco para una negociación estratégica, a la que se integrará el Vaticano y Estados Unidos, y luego al apoyo de los gobiernos del “socialismo del siglo XXI”, que rechazan el radicalismo anticapitalista de la Revolución Cubana.

La muerte de Fidel no es la expresión ‘simbólica’ del final del ciclo revolucionario latinoamericano, como pontifican los enemigos de la Revolución Cubana. Las premisas que le dieron lugar, hace 60 años, están más presentes que nunca en todo el mundo.

Jorge Altamira
Partido Obrero Argentina

La muerte de Fidel Castro y la encrucijada cubana


La muerte de Fidel Castro y la encrucijada cubana

Ha muerto el líder del acontecimiento político más importante del siglo XX latinoamericano: la Revolución Cubana, por la cual toda una generación de jóvenes siguió las banderas del socialismo. El fallecimiento de Fidel Castro se produce en un momento crucial de la revolución en Cuba y en América Latina

Cuando fue juzgado después del asalto al cuartel Moncada en 1953, Fidel Castro transformó ese estrado judicial en una tribuna política para producir su famoso alegato: “La historia me absolverá”, todo un programa político que tenía su eje en la convocatoria a elecciones libres y en la vigencia de la Constitución demo-burguesa de 1940, que abrió el periodo de los gobiernos llamados “legítimos” (Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás) hasta el golpe de Fulgencio Batista en marzo de 1952.

Consumada la revolución el 1° de enero de 1959, la jefatura guerrillera en el poder intentó ejecutar aquel programa: estableció un acuerdo con partidos burgueses opositores a la dictadura de Batista y nombró presidente a Manuel Urrutia, representante de aquella coalición. El 8 de enero una maniobra política quiso imponer en el gobierno a una junta militar, pero Castro y su Movimiento 26 de julio convocaron a la huelga general para derrotarla.

Más tarde, cuando Urrutia expulsó a Fidel del mando militar, una movilización obrera y campesina lo repuso en el cargo y el presidente debió renunciar. Se quebró la coalición con la burguesía y se decretó la expropiación de los emporios azucareros, muchos en manos de pulpos norteamericanos. Esto es: cuando los objetivos democrático burgueses que perseguía el movimiento revolucionario se demostraron de cumplimiento imposible si no se les quitaba a la burguesía y a los latifundistas su poder económico y político, la dirección cubana tuvo el mérito histórico de avanzar audazmente por ese camino, el de barrer a todo el antiguo poder estatal. En enero de 1961, después de que Castro personalmente comandara las milicias que rechazaron la invasión de exiliados (financiados, entrenados y armados por la CIA) en Bahía de los Cochinos, el gobierno cubano proclamó públicamente el carácter “socialista” de la revolución.

Así, los aliados democráticos del M26 se van del gobierno o son expulsados, terminan en el exilio. La revolución entra en crisis con sus postulados originales y, mientras echa del gobierno a los partidos burgueses y expropia a los latifundistas, prohíbe elecciones libres en los sindicatos e impide cualquier desarrollo independiente de las organizaciones obreras y del proletariado mismo. El poder exclusivo del M26 deriva en el poder personal de Castro y se instaura así un bonapartismo sui generis. Poco después, los reveses económicos (el fracaso de campañas agrícolas y sobre todo la derrota de las tendencias industrializadoras, impulsadas por el Che Guevara y el ala izquierda del M26) empujarían a Castro a refugiarse en la burocracia contrarrevolucionaria del Kremlin; es más: el Partido Comunista, que se había opuesto a la revolución porque se contradecía con el equilibrio político acordado por Moscú con las potencias imperialistas, pasó a formar parte decisiva del gobierno y el Movimiento 26 de Julio tomó el nombre del partido estalinista.

Desde entonces, y particularmente a partir del fracaso de la experiencia foquista de Guevara, Castro se empeñaría en evitar que otros siguieran el camino cubano. Respaldó la “vía pacífica” al socialismo propugnada por Salvador Allende en Chile (1970-1973) y luego, producida la revolución nicaragüense en 1979, señaló con énfasis que Nicaragua no tenía por qué hacer como él mismo había hecho en Cuba, de modo que el sandinismo no expropió a burgueses ni a terratenientes y reconstituyó el ejército regular destruido por la revolución.

En sus últimos años de gobierno efectivo, Castro respaldó a gobiernos nacionalistas como los de Hugo Chávez y Evo Morales, e incluso al de los Kirchner. Una manera de desandar el camino de Cuba en 1959-61.

La encrucijada

Fidel Castro acompañó los acuerdos del gobierno cubano con Barack Obama, si bien en algún momento dejó caer alguna observación crítica (“no necesitamos que el imperio nos regale nada”), acuerdos que ahora entran en nueva crisis por la victoria de Donald Trump. Debe subrayarse, en ese punto, que Obama no levantó el bloqueo; apenas lo moderó, y con cuentagotas.

Este proceso se desenvuelve, además, cuando la bancarrota capitalista empeora en extremo las condiciones económicas de Cuba. Una reconversión capitalista en la isla revolucionaria produciría una situación explosiva por el grado de miseria que acarrearía. Por otra parte, la economía cubana está deteriorada gravemente en sus centros neurálgicos: la producción azucarera, por citar un caso, se ha derrumbado de 8 millones de toneladas en la década de 1990 a poco más de 1 millón en la actualidad. La entrega de tierras en propiedad a campesinos y cooperativas encuentra también obstáculos severos en el atraso agrario del país.

En términos políticos, la autoridad de Fidel, perdida en la práctica desde que su salud lo obligó a retirarse del gobierno, se pierde ahora hasta en su sentido simbólico. La crisis del Estado cubano deberá necesariamente apurar la transición política, que finalmente se decidirá en el terreno de la lucha de clases dentro del país y, sobre todo, en el plano internacional.

En definitiva, el de Cuba es un proceso abierto. Junto a las tendencias restauradoras se desenvuelve otra, opuesta al régimen burocrático y favorable a la democracia obrera, a la defensa de las conquistas de la revolución, a la libertad de organización con ese fin. Las masas cubanas son conscientes de que se aproxima el momento del desenlace: Fidel ha muerto y Raúl está también ante el límite intraspasable de la naturaleza. La crisis mundial pone a los trabajadores cubanos ante ajustes similares a los que sufren sus compañeros de todo el mundo. La revolución latinoamericana bien puede recomenzar por la gloriosa Cuba.

Por último, se debe subrayar lo obvio: es un momento de congoja. Los revolucionarios nunca han sido indiferentes al dolor de un pueblo ante la pérdida de sus grandes líderes, y más aún cuando se trata del jefe de una revolución que cambió la historia latinoamericana.

Alejandro Guerrero


sábado, 26 de noviembre de 2016

La muerte de Fidel Castro



La muerte de Fidel Castro

Con la muerte de Fidel Castro, a los 90 años de edad, desaparece uno de los revolucionarios más importantes del siglo XX. Castro personificó, en su larga vida, el derrotero de la revolución cubana, desde su etapa democrática inicial hasta la confrontación con el imperialismo y la burguesía cubana, para derivar, en el transcurso de su primera década, en una adaptación al estalinismo que marcaría su derrotero futuro. La larga estadía de Castro en el poder (1959-2008), marca claramente su rol bonapartista en este proceso, arbitrando entre las masas cubanas, armadas en milicias pero desprovistas de la posibilidad de organizarse en un marco clasista, por un lado, y el imperialismo y el aparato estalinista, por el otro.

Esta caracterización revela tanto los alcances como las limitaciones del proceso revolucionario que Castro arbitró durante medio siglo: una revolución en la que, a pesar de haberse expropiado el capital, la clase obrera no apareció como el sujeto revolucionario, organizado como tal y separado programáticamente de las otras clases, sino subordinada políticamente a una dirección de origen pequeñoburgués. El surgimiento de una burocracia privilegiada y la adaptación al estalinismo mundial (la Unión Soviética) y local (el Partido Socialista Popular, ex-Partido Comunista de Cuba, que había participado en un gobierno de coalición con Batista), condujo al nuevo estado revolucionario a suprimir a los trotskistas cubanos en 1965 y al alejamiento del Che de la dirección revolucionaria, lo cual conduciría a su muerte en Bolivia en 1967, a la edad de 39 años. Su trágica muerte es testimonio no sólo de las divergencias que la presión del estalinismo generó en el seno de la cúpula revolucionaria cubana entre el ala izquierda liderada por el Che y el ala centrista dirigida por Castro, sino del fracaso de la estrategia foquista del Che, quien, en un retorno a las teorías de los populistas rusos, postulaba que el sujeto revolucionario no eran los trabajadores asalariados sino los pequeños propietarios campesinos de los países semicoloniales.

Los trotskistas cubanos, abandonados a su suerte por la mayoría de las corrientes trotskistas mundiales, creían que el nuevo estado era un estado obrero; a pesar de ello, fueron suprimidos por demandar que no hubiera listas únicas de candidatos confeccionadas por el partido gobernante en las elecciones a los sindicatos, la convocatoria a un Congreso Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba Revolucionaria con nuevos líderes y delegados libremente elegidos; el establecimiento de Consejos de Trabajadores para controlar, a través de sus delegados, la administración del Estado cubano, y el derecho de todas las tendencias políticas que apoyaran la Revolución a la libertad de expresión.

La historia de Cuba luego de su alineamiento con el estalinismo es un testimonio a los límites infranqueables de los procesos permanentistas en los que la burguesía es expropiada y las masas movilizadas para combatir al imperialismo sin que la clase obrera juegue un rol dirigente en este proceso. Otro tanto cabe decir de la política exterior cubana luego de su alineamiento con el estalinismo, desde el apoyo de Castro a la invasión soviética en Checoslovaquia en 1968 a su apoyo a los frentes populares en Chile y Nicaragua en los años setenta y ochenta. En el marco de esta adaptación al estalinismo, el asesino de Trotsky, Ramón Mercader, encontró refugio y murió en Cuba en 1978.

Hechas estas salvedades, que explican por qué nos reivindicamos trotskistas y no castristas o guevaristas, cabe señalar que, en cierto modo, somos hijos de la revolución cubana, ya que el Partido Obrero nació en 1964, cinco años después de la revolución y al calor de la misma. Nuestros debates con el foquismo en el pasado y con el curso actual de la burocracia cubana, cuya política de concesiones crecientes al imperialismo amenaza con llevar a la restauración del capitalismo en la isla, no deben oscurecer los grandes logros sociales de la revolución ni la deuda política que tenemos con el gigantesco impulso que los revolucionarios cubanos dieron a la izquierda latinoamericana. Nuestra tarea como revolucionarios es asimilar críticamente estas experiencias y expliárselas a los trabajadores, que serán los continuadores genuinos de la revolución cubana.

Daniel Gaido