Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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martes, 3 de agosto de 2021

La Indexacion Salarial, otro pote de humo

 

La Indexación Salarial, otro pote de humo

 


El nacionalismo encarnado en el chavismo, con un claro viraje hacia la derecha, conducido por el Gobierno Nacional, viene recibiendo fuertes presiones durante más de un lustro por parte de los trabajadores agremiados y no agremiados de la nación e intenta dentro de su lógica de gobierno reformador una nueva  estrategia clara, de sustituir el capitalismo atrasado que impera actualmente en Venezuela, por un modelo económico de capitalismo desarrollado al mejor estilo chino, al implementar una  táctica que devela su poca capacidad para interpretar la economía política, en función de lograr sus propios objetivos,  mucho menos hacer realidad lo que tanto ha profesado retóricamente de crear un sistema socialista, en oposición al capitalista.

El Gobierno Nacional y sus áulicos, expertos de cómo errar en economía, creyeron vivir el momento “eureka” cuando crearon la criptomoneda digital (Petro) que, según los adivinadores de sueños del partido oficial, (PSUV) resolvería los problemas económicos de todo el país, y por supuesto el salario de los trabajadores.

Esta criptomoneda solo sirvió para la fijación de una unidad de cuenta, que expresa dos valores, a saber; uno con fluctuación, de mayor oscilación y otro semi estático. El primer valor de características a la alza, atado al precio del barril de petróleo (BRENT) expresado a su vez en dólares ($) el cual es usado en transacciones nacionales e internacionales, y para el pago de impuestos y servicios públicos a nivel nacional, y en el caso del segundo con poca fluctuación ha sido usado como posicionador oficial del valor del salario de los trabajadores, con constante tendencia de su valor a la baja, utilizando mecanismos de ingeniería financiera sostenidos por indicadores, que nada tienen que ver con las necesidades reales de los trabajadores.

La recién electa Asamblea Nacional, ha propuesto a través de uno de sus sectores que la conforman, encabezados por el diputado Tony Boza, la indexación del salario, a través de la fijación de mecanismos que utilicen a la criptomoneda (Petro) como marcador oficial, que tenga la misión de contener la perdida de valor del salario de los trabajadores en el tiempo. Vinculándolo de manera directa a la tasa de cambio, sin tomar en cuenta los índices o variantes de la inflación.

Por otra parte, esta política económica del Gobierno Nacional, continúa dando vueltas en círculos sobre su propio eje, al utilizar de nuevo estrategias y propuestas, que, por otra vía, solo hace afianzar el sistema actual de precarización de los salarios, sin tocar de una vez por todas el problema de fondo. El Petro como unidad de medida anclado a la tasa de cambio va por un lado, y los salarios irían por otro lado.

Otra propuesta que se traen en mano este grupo de diputados, pero como plan (B) y en forma de compensación, es usar el indicador del (INPC).

Aunque a primera vista, el Gobierno actual pareciera estar al borde de otro momento “eureka” lo mas seguro es que en ese momento, no tenga sino otro fracaso que podría seguir colocando durante muchos años más, la crisis económica sobre los hombros de los trabajadores. Los indicadores como por ejemplo el Petro dependen de los mercados primarios de materias primas, y estos a su vez al sistema capitalista especulativo mundial, auspiciado por el dinero fiat. Estos mecanismos nos llevarán indubitablemente a más devaluación de nuestra moneda nacional, y aunado a esto todo se quedarían en promesas electorales, como ya ha pasado con la creación del Petro, pues el problema del salario tiene que ver de forma directa con la proporcionalidad en que se supere el problema productivo.

La producción como medida básica, tiene que estar asociada con el bienestar para los productores, es decir los trabajadores, que corresponda con un salario vital que cubra como mínimo la cesta básica familiar

Que todo aumento sea integral sobre el salario, con incidencia sobre las vacaciones, utilidades, liquidación. Nada de bonos sin incidencia en los salarios

Que se respeten los porcentajes de horas extra diurnas, nocturnas, de trabajo en días feriados y de descanso.

Que se restituyan los sindicatos, su autonomía electoral, la contratación colectiva, los nuevos registros y se elimine el nefasto memorando 2792

Andrés Hernández

lunes, 19 de diciembre de 2016

Maduro y el billete de 100 Bs. Parte 1


Una semana plena de realismo mágico
Maduro y el billete de 100 Bs. Parte 1

Colas de kilómetros el viernes 16 en los alrededores
de la sede del BCV en Carmelitas, Caracas
El hecho histórico en una semana plena de tensión social
Bajo una alharaca como las que nos tiene acostumbrado, Maduro nos dijo que había que sacar de circulación el billete de 100 Bs porque la mitad de ellos estaban en Colombia provocando su escasez en las taquillas de los bancos y cajeros electrónicos. En “venganza” al manipulador dólar Cúcuta y la página web @DolarToday, “causantes” de la depreciación estruendosa del Bolívar Fuerte en apenas dos meses, excusa habitual de Maduro y el Gobierno Bolivariano ante la crisis de la economía nacional, los billetes de marras represados de forma aviesa en Colombia y hasta en Checoslovaquia, España y Alemania, a según, dejarían de tener valor al concluir el jueves 15 de diciembre. En esa cadena presidencial se nos decía que para el venezolano en su país los problemas serían menores. Maduro nos decía que su gobierno estimaba en 300.000 millones de bolívares la cantidad en billetes de 100 fuera del país, aproximadamente algo menos de la mitad del rubro 100 Bs del informe MONEDAS Y BILLETES EN CIRCULACIÓN AL CIERRE DE CADA MES (FAMILIA ACTUAL) emitido por el BCV (a noviembre de 2016 para un total de 611.171 millones de bolívares, el 77,15% de todas las denominaciones), y por lo tanto, lo restante, como circulante entre comerciantes y venezolanos de a pie.

No hay que ser muy inteligente para imaginar la planificación exhaustiva que hubiera sido necesaria para recoger 300.000 millones de bolívares en poder del público, y eso evidentemente en lo absoluto se hizo durante los 3 días habilitados para ese fin en la banca pública y privada hasta el 15 de diciembre. Al concluir la jornada Maduro ratificó que el plazo ya se había cumplido, y ahora, los que no pudieron hacer sus depósitos, deberían “acercarse” hasta una de las 30 taquillas que la sede del BCV en Caracas ha habilitado durante 5 días continuos entre el viernes 16 hasta el martes 20 de diciembre. El decreto que apareció en gaceta el lunes decía de 10 días bancarios. El malestar de mucha gente que no pudo depositar su dinero, ahora sin valor a menos que se presente ante el BCV hasta el 20, obliga a Maduro a seguir recurriendo a salidas espasmódicas con el habitual “como vaya viniendo, vamos viendo”. Que no diera fecha de cuando los nuevos billetes entrarán en circulación, y por el contrario informara que una remesa de billetes de 50 Bs sería despachada, indica en mucho el interés de hacer pasar a troche y moche los deseos del ejecutivo nacional. Para generar el “clima de confianza” con la medida confiscatoria del salario de los trabajadores el miércoles 7 de diciembre el presidente del BCV, Nelson Merentes, insistía que el nuevo cono monetario entraría en circulación el jueves 15 de diciembre. Maduro, en vez de hacerlo renunciar por su ineficiencia y el problemón en que deja a millones de venezolanos sin posibilidad de disponer de efectivo a la brevedad, lo premia con el anuncio de los billetes de 50 como si con eso Merentes hubiera salvado la patria.

Para el viernes 16 la respuesta popular comenzó a sentirse en Maracaibo, donde miles de personas exigían que la subsede del BCV allí les aceptara sus billetes. Intentos de saqueos y enfrentamientos con la policía en medio del gas del bueno se hizo sentir esa fecha e inclusive el sábado 17. En la población de El Callao, en el estado Bolívar, igual situación se presentó con varios comercios saqueados, y en Tumeremo, otra población minera 60 Km más al sur, las vías fueron bloqueadas en reclamo a mantener la vigencia del billete de 100 Bs. En muchas otras capitales de estado y poblaciones de menor importancia igual se presentaron situaciones irregulares ante la tensa situación de no poder disponer de valor en los billetes aun en poder del público. La respuesta oficial el viernes en la noche fue de incrementar en la sede caraqueña del BCV en Carmelitas las taquillas receptoras del billete de marras de 30 a 150 y trabajar las 24 horas del día durante el lapso previsto hasta el martes 20 de diciembre. Ya a partir del mediodía del viernes el ejecutivo nacional había suspendido el cobro de las tarifas de los sistemas de metros en el país así como de los transportes extraurbanos SITSSA, y también el pago de peajes. Las taquillas de los bancos, a partir del viernes 16, cambiaron su función de recibir depósitos a pagar retiros personales. Desde el momento en que el ejecutivo comenzó a pagar los aguinaldos, a mediados de noviembre, todo el sistema bancario nacional comenzó a colocar restricciones en el retiro diario de efectivo. De montos sin límites a 30.000 Bs, luego a 15.000 Bs, 10.000 Bs. El viernes 16 lo máximo a retirar fue 2.500 Bs (en billetes de baja denominación, inclusive de 5 Bs) en una semana marcada esencialmente por el depósito de dinero en las taquillas de los bancos.

Del nuevo cono monetario sólo se habla de las monedas de 100, 50, 20 y 10 Bs y del billete de 500 Bs en “algún momento” de la semana del 19 al 23 de diciembre, esto es, sin garantía alguna. Las otras denominaciones en billetes irán “apareciendo” en lo que resta de diciembre y enero. Para solventar la ausencia de efectivo con valor, Maduro precisó que ingresarían “327 millones de billetes de 50 bolívares, y en el transcurso de diciembre 65 millones de billetes de 500, ingresarán también casi 5 millones de billetes de 5 mil y casi 3 millones de billetes de 20 mil” (aporrea.org, 16/12/2016).

¿Bueno o malo?
¿La medida de Maduro, como nos ha venido insistiendo, ha tenido un efecto demoledor a las mafias del dólar paralelo en Cúcuta y Maicao, las poblaciones fronterizas colombianas donde millones de bolívares en billetes de 100 habrían quedado represados? No pareciera en primera aproximación, de igual modo que en la fronteriza Villa Pacairima en Brasil, salvo el efecto de pérdida que los comercios de esas poblaciones habrían tenido con las compras permitidas en bolívares por naturales venezolanos de los estados fronterizos de Táchira, Zulia y Bolívar en búsqueda de alimentos y bienes escasos. Si el monto que existiera en Colombia fuese realmente de 300.000 millones de bolívares, a cualquier tipo de cambio peso colombiano por bolívar, cualquier cifra cautiva por encima de 100.000 millones pesos, tan sólo en Cúcuta, habría sido de inmediato reclamo por parte del ejecutivo colombiano al gobierno venezolano, y tal reclamo aun no lo han hecho. Pretendidos analistas venezolanos para justificar la acción de Maduro, han explicado el diferencial que resultaría a favor de cualquier mafioso de casa de cambio cucuteña convirtiendo en Bogotá los bolívares a pesos colombianos y luego estos a dólares para venderlos a venezolanos necesitados por más bolívares. Si esa fuese la magnitud del negocio y de la noche a la mañana las bóvedas del banco central colombiano hubieran amanecido abarrotadas de billetes de 100 Bs sin valor el lunes 12 de diciembre por efecto del decreto, lo más seguro es que una nota de reclamo del ejecutivo colombiano habría sido entregada en forma expresa a la cancillería venezolana de ipso facto y en términos muy poco amistosos. Igual caso habría ocurrido desde el gobierno brasileño por los negocios en bolívares en Villa Pacairima.

Ahora, ¿qué tan beneficioso ha sido realmente para el país? Para podernos explicar esa respuesta y no meramente diciendo que el dólar paralelo se tasó el jueves 15 de diciembre en 2.480,52 Bs, casi 1.700 Bs menos que el domingo (4.254,11 Bs) cuando Maduro habló del decreto, necesario es evaluar el por qué de su disparada desde valores cercanos a los 1.000 Bs (valor que se mantuvo durante buena parte del año hasta comienzos de octubre) a medida que transcurría de nuevo el comercio fronterizo luego de su reapertura el pasado 13 de agosto. Fue pública y notoria la búsqueda de adquirir en Cúcuta y Maicao alimentos y otros bienes esenciales escasos en el país. La magnitud de viajantes tendió a estabilizarse en la medida que los precios comparativos resultaran menos costosos que los que ofrecían los bachaqueros en el país. La ventaja de que el bolívar pudiese ser aceptado por los comercios, otra. El cambio peso colombiano – bolívar en función del dólar paralelo a 1.000 Bs permitía al pudiente de San Cristóbal acercarse a Cúcuta un fin de semana y gastar en unos 8 o 9 productos 50.000 Bs. Para quien depende de un salario mínimo, aun si la cesta tickets se pudiese canjear en Colombia, un ingreso mensual de 90.000 Bs había que racionarlo muy bien para adquirir sólo lo importante. Con todo y el boom que se le quiso sacar, las compras en bolívares hechas en la frontera mantuvieron un perfil más bien bajo. Apenas se vio la oportunidad de importar masivamente desde Colombia productos de primera necesidad escasos: harina de maíz, arroz, harina de trigo, aceite de cocina, pasta, papel toilet, pañales, etc, y que las transacciones podían realizarse en bolívares, el precio del dólar paralelo comenzó a levantar cabeza y también la acumulación de billetes venezolanos.

La lógica del mercado condicionaría que se exigieran más bolívares por los pesos colombianos en respuesta al aumento de los precios de las mercancías para poder satisfacer una mayor demanda desde Venezuela. La permisividad por parte de los militares venezolanos para que cruzaran sacos llenos de bolívares para adquirir las mercancías sólo estuvo en la medida en que los oficiales de alto rango fueran los interesados en llevar las mercancías hasta otras ciudades del país, evidentemente a través de testaferros. Lo mismo terminó ocurriendo en la frontera con Brasil, el valor local de cambio real – bolívar venía tasado en función del dólar paralelo en ascenso. La red de distribución de mercancías brasileñas importadas, desde Villa Pacairima en la frontera junto a la población venezolana de Santa Elena de Uairén, hasta las poblaciones de los estados del sur oriente del país estaba custodiada por más de 10.000 funcionarios militares incluyendo tropa y oficiales de alto rango, y esto dicho por el propio gobernador del estado Bolívar, Rangel Gómez, nos da cuenta de la magnitud del negociado. Imaginamos que algo similar deberían haber estado haciendo Vielma Mora en Táchira y Arias Cárdenas en Zulia con importaciones similares desde Colombia. La consecuencia del disparo de la tasa del dólar paralelo de inmediato repercutió en la elevación de los precios de las mercancías en venta en Venezuela. Todos querían jugar a llenarse de bolívares para ir a Brasil o a Colombia para comprar allí lo escaso en Venezuela, traerlo para ser vendido con márgenes de ganancia especulativos y repetir el ciclo. Con el aumento de la demanda de mercancías sus precios al cambio en bolívares aumentaban. Lo que el gobierno consideró un efecto pernicioso de mafias en USA y Colombia, no fue más que la vieja ley de la oferta y la demanda cuando adicionalmente el bolívar era usado como otra mercancía intermedia en función de otro marcador referente del mercado mundial, el dólar.

El descenso abrupto del dólar paralelo por la medida espasmódica de Maduro, aunque sin llegar a valores de 1.000 Bs sólo indica la detención abrupta de mercancía no comercializable en Venezuela porque el valor de cambio usado en principio perdió valor de improviso. Bruscamente Colombia se quedó con miles de billetes de 100 Bs inservibles que en principio no pueden reingresar a Venezuela si no es de la misma forma como salieron. También significó para un nuevo sector de la burguesía venezolana que se apoyó en la casta militar bolivariana que controla la frontera, un golpe muy fuerte porque deberán conseguir otra denominación de pago que resarza lo perdido en la compra anterior, si no, la mercancía adquirida jamás será liberada desde Colombia y Brasil. Es obvio que hasta que el nuevo cono monetario venezolano no se estabilice, cualquier transferencia de efectivo a estos países quedará pendiente, pero también volverá a notarse en nuestro país niveles de escasez por productos que en cierta forma venían apareciendo por tales importaciones.

Roberto Yépez
18/12/2016

jueves, 7 de julio de 2016

Sobre el salario y la inflación


Sobre el salario y la inflación
José Capitán Opción Obrera

En estos días que se agudiza la crisis económica, salen nuevos argumentos por la izquierda y por derecha que se complementan para tratar de salvar el capital.

Es el caso de Elizabeth Valdivieso en su último artículo en Aporrea “Para Mario y Diosdado” del 03-07-2016

“El gobierno debe tomar acciones más fuertes, es hora que el ejército salga a la calle, no más GN en la calle, no serán todos, pero sus funcionarios, han dejado mal parada a esa institución, no sé si el Ejército, será mejor, pero debemos buscar soluciones.
Les aseguro, que aumentar los salarios no ayuda para nada, solo traerá más devaluación. Lo que el pueblo necesita es un verdadero control de precios, no aumento de sueldos”

Por otro lado, en diferente medios el 04-07-2016, salió una declaración de Froilán Barrios, presidente del Movimiento Laborista y miembro del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (FADESS), diciendo:

“La gente tiene hasta miedo de que le aumenten el salario porque sabe que trae inflación”

En realidad los precios aumentan y se pide que los controlen lo que es una fantasía, otra realidad es que los sueldos no aumentan al ritmo de la inflación, y se pide que no aumenten los salarios, con el argumento de que no ayudan y son culpables de la inflación y de ñapa, por el lado de Valdivieso, apunta que el gobierno, responsable de esta debacle, tome acciones más fuertes y pide que el ejército, salga a la calle, que no será a pasear, Ejercito cuyo mando son los generales causantes de esta crisis económica, al estar en puestos claves y llevarlos todos a la ruina.

Por un aumento general de salarios

Por un salario mínimo equivalente al costo de la cesta básica

Por una indexacion salarial bimestral ajustada de acuerdo al indice inflacionario

Que la crisis la paguen quienes la crearon los capitalistas


jueves, 13 de agosto de 2015

¡Es la crisis del capital, estúpido! - Venezuela y el comodity oro


Venezuela y el comodity oro
¡Es la crisis del capital, estúpido!

El oro para Venezuela es de importancia suprema, no porque tengamos una producción nacional que pueda verse afectada por la caída en su precio internacional como se viene observando en todo el año, sino porque es el 70% de las reservas internacionales que refleja el BCV –para el 11/08/2015 se ubicaban en 16.864 millones de dólares luego de haber caído a 15.391 el pasado 23 de julio de los corrientes, según registra la institución.

El valor del oro monetario en las reservas internacionales es tasado semestralmente por el BCV. Toda vez que estamos en el segundo semestre del año, la nueva valorización del oro en las reservas será la que se promedie hasta diciembre de este año. Ante la caída notable del precio del oro, Venezuela registra un valor inflado en las reservas internacionales, en otras palabras, una ficción monetaria como lo es del mismo modo el valor oficial de cambio del bolívar respecto al dólar. Para más detalles sobre la tendencia irreversible en la caída del precio del oro vean el artículo de Guido L. titulado “La resaca más larga del mundo”, publicado también en el blog.

La situación es adicionalmente tenebrosa cuando la propia OPEP registra que Venezuela ha tenido una caída en su producción de petróleo de 141.000 barriles para el segundo trimestre de este año (Petroguía 11/08/2015), y el propio presidente Maduro ha revelado que la cesta petrolera venezolana ha caído a 41 dólares por barril esta semana (Petroguía 12/08/2015). No sólo hay menos ingresos de divisas por la caída en el precio del petróleo sino que adicionalmente hay menos petróleo en oferta por la caída en la producción.

Lo del petróleo ha motivado a Maduro a buscar una reunión extraordinaria de la OPEP que incluya a Rusia, país de envergadura afectado por la caída de los precios, tal como se viene planteando cuando los miembros de la OPEP y el gobierno ruso establecieron un mecanismo de consulta que se bautizó como Diálogo Energético OPEP-Rusia que el pasado 30 de julio tuvo su cuarta reunión. Sin embargo, la reticencia a no convocarla proviene de Arabia Saudita, la que por su parte, y de manera unilateral, ha reducido su producción en 202.700 barriles diarios en julio, demostrando que su política de inundar el mercado con petróleo barato no está dando resultados. Las reservas internacionales de Arabia Saudita han venido cayendo de casi 800.000 millones de dólares hace un año a menos de 680.000 millones en mayo. Para superar la quema de las reservas, Arabia Saudita propone colocar 27.000 millones de dólares en bonos en lo que resta del año, algo de excepcional importancia para el sistema financiero mundial ávido de acumular más capital a fuerza de intereses en medio de la “resaca” (Financial Times, 11/08/2015).

Bloomberg (10/08/2015) ha puesto el dedo en la llaga al asociar la caída de los dos comodities para Venezuela cuando nuestro país, y también PDVSA, deben afrontar pagos de deuda externa de 6.300 millones de dólares en lo que resta del año, y otros 10.800 millones en 2016. Para Bloomberg las expectativas en el precio del oro son nada halagadoras para el 2016 al hacer referencia a un informe de Natixis Commodity Markets Ltd. que estima en 950 dólares la onza de oro para 2016.

¡Ay, la deuda!

Maduro ha sido un pagador serial de deuda tratando de impedir un defol del país durante 2015. A pesar que los analistas financieros internacionales dan por un hecho que esto no ocurra este año, sí lo ven altamente probable en 2016. Pero el pago de deuda externa no es sólo la preocupación de Maduro. La deuda interna que se soporta para poder imprimir más dinero inorgánico por parte del BCV, contraponiendo una mayor liquidez en el mercado interno para paliar el descontrolado aumento en todo el año en los precios de los bienes y servicios que afectan tanto a los consumidores como al propio gobierno, ha llegado a un callejón sin salida ante la demanda de la banca nacional en que le sean satisfechos sus créditos y la lentitud del BCV en hacerlos efectivos. Ni con haber cubierto la meta el SENIAT a mitad de año la recaudación estimada de impuestos para el 2015 hay suficiente para pagar los bolívares demandados por el sistema financiero venezolano. El impasse ha resultado en una suba notable de la tasa overnight que rige las compensaciones intrabancarias y la recomendación de SUDEBAN de limitar el pago en efectivo de cheques hasta por 40.000 bolívares, que en el peor de los casos serán satisfechos con billetes de 20 y 10 bolívares para dejar en manos de la red de cajeros electrónicos los billetes de 100 y 50.

En contrapartida la banca venezolana ha reaccionado contra los usuarios de la red. El retiro de efectivo está siendo limitado a hacerse desde los propios cajeros del banco del usuario que los solicita. Las perspectivas de un corralito están sobre la mesa. La demanda de efectivo se ha incrementado ante la más que palpable evidencia de la depreciación de la moneda y al mantenimiento del cono monetario que tiene como tope el billete de 100. No hace falta que el BCV deje de publicar las cifras de inflación en lo que va del año, su valor es fácilmente medible con lo que retira la gente de un cajero para suplir sus necesidades de efectivo. Si para inicios de año, con un retiro de 600 bolívares bastaba, ahora la norma son 1.800, o tres “golpes” de 600. Eso es una inflación de 300% en 7 meses.

Desde el gobierno toda la economía está volcada en pagar deuda, tanto externa como interna. El usufructo de la renta petrolera por parte de la burguesía se concentra ahora en la financiera mundial y nacional. La industria “nacional”, dependiente de lo que consiga de insumos en el mercado internacional con los dólares baratos que parasita a 6,30 o a 12,80 bolívares porque los mismos dejaron de producirse en el país, se ha tenido que “sacrificar” al estar recibiendo cada vez menos divisas por parte del gobierno de Maduro en aras de salvaguardar los intereses de los capitales financieros en el país. Obviamente el “sacrificio” no lo pagan ellos sino los trabajadores con suspensiones y despidos, precarización y flexibilidad laboral.

Por otro lado, los valores de cambio de bienes y servicios en el mercado hacen florecer la informalidad a niveles de descomposición social con los llamados bachaqueros, que ven el precio de oportunidad de vender por hasta 5 veces los de los productos aun regulados que puedan conseguirse en kilométricas colas en abastos y supermercados tanto de la red privada como pública. Mientras desde el gobierno se criminaliza el bachaqueo lumpen o marginal, incluyendo medidas violatorias al estado de derecho como con los castigos dictados por ciertos alcaldes sin un proceso judicial, los verdaderos parásitos bachaqueros de la gran burguesía nacional y extranjera han vivido con la “revolución bolivariana” las mieles del mercado sin poner un dólar de sus bolsillos, recibiendo dólares baratos en abundancia cuando había, y colocando los precios, con el aval del gobierno en su política de “precios justos”, a valores del paralelo.

Todo lo anterior demuestra que lo de la guerra económica, que el gobierno no se cansa de enarbolar, es un mito. La economía es la política en su mejor expresión, y cuando el capital se resiente ante lo indefectible que es la caída en su tasa de ganancia, la crisis aparece y recrudece con todo el salvataje que el gobierno coloque. La crisis del capital apenas está dándose forma, lo peor está aun por venir.

Necesitamos las divisas del petróleo para incentivar una verdadera producción nacional de partes e insumos, no para pagar la deuda externa. Necesitamos los bolívares disponibles para satisfacer contrataciones colectivas y salarios, no para pagar con ellos a la banca nacional. Un mínimo accionar nacionalista por parte del gobierno debería ser la suspensión inmediata del pago de la deuda, sin embargo tal nacionalismo está lejos de plantearse.

Está en manos de los explotados con la movilización y la lucha forzar al gobierno a que lo haga. Su necesaria independencia política tanto del Estado como del Gobierno es lo esencial para conseguirlo. La meta para ellos debe ser el gobierno de los trabajadores, no conseguirlo pagaremos todos los proletarios aun más la crisis del capital que ya estamos viviendo.

Roberto Yépez
Opción Obrera

13/08/2105

viernes, 2 de mayo de 2014

Movilización permanente contra la especulación y la escasez, por el salario y por el empleo


PRENSA OPCIÓN OBRERA 28 EXTRAORDINARIO MAYO 2014

Movilización permanente contra la especulación y la escasez, por el salario y por el empleo

Mientras el costo de la vida cada día aumenta, el gobierno acuerda medidas con la máxima cámara empresarial, complaciéndolos para salir de la crisis económica, lo que indica que será a costa de más desgracia para los trabajadores.





La llamada por el gobierno, “inflación inducida”, ¿no es inflación? El gobierno trata de excusar su incapacidad atribuyendo que la inflación es generada al margen de ellos. En ese caso, el gobierno no pudo evitarla terminando siendo cómplices de los que la crearon, y lo peor, ahora es abiertamente promovida por el gobierno, en un llamado Pacto de Caballeros que permite elevar los precios exigidos por los empresarios. La cosa se extiende, ahora les ofrece ejecutarles, por lo menos, un 30% de su deuda en dólares aprobados por el extinto CADIVI usando de financiamiento para sus inversiones privadas al FONDEN (excedentes del ingreso por ventas de petróleo), la deuda del Estado con el Fondo Chino y fondos provenientes de acuerdos con Alba-Mercosur. Con una maroma financiera el gobierno pretende que salven los capitalistas en su crisis entregándoles lo que con más endeudamiento externo se consiga para así terminar pagándolo por partida doble los trabajadores y el pueblo con más devaluación, más inflación y menos salarios.

Los indicadores de la inflación anuncian que en febrero fue del 2,4% y en marzo del 4,1%, con un nuevo esquema de “maquillaje” con el fin de evitar un ajuste de salarios pactado en los convenios colectivos y en sus ajustes por decreto. La inflación anualizada a marzo de los alimentos ya es de 79,2%; los alimentos junto a los restaurantes son el 54,6% del peso ponderado del conjunto de rubros medidos por el INPC.

El 2013 cerró sus resultados económicas respecto al 2012 desastrosamente, el PBI bajó del 5,6% al 1,3%.

El sector petrolero bajó del 1,1% al 0,9%, y eso con las mayores reservas del mundo. Pudo haber sido peor si no hubiera resultado siendo beneficiado con la devaluación.

El no petrolero bajó de 5,5% a 1,8%. El comercio de 9,1% a 3,4%.

Con tasas negativas, es decir decrecimiento neto, la construcción de un +16,6% en el 2012, para un -2,3% en 2013.

La manufactura decreció en el año -0,3%.

La minería en -21,1%.

El transporte y almacenamiento en -3,3%.

¿Cuáles sectores crecieron en el 2013? Telecomunicaciones en un 6,5%, pero el de mayor impulso, el sector no productivo y más parásito: las instituciones financieras y seguros con 21,6%. Tanto que si el crecimiento de ese sector hubiese sido menor al obtenido el PIB venezolano para 2013 hubiese sido negativo. La alta tasa de aporte al PIB por parte de la banca y los seguros expresa otra contradicción bárbara de un pretendido gobierno “socialista”, chuparon todo lo que pudieron del endeudamiento interno desde el gobierno para cubrir los gastos extraordinarios fuera de presupuesto además que volvieron a duplicar sus utilidades respecto al 2012 con toda la liquidez que echó el gobierno al mercado interno mermando las reservas internacionales en 9.000 millones de dólares en apenas un año. En el primer trimestre del 2014 sigue la transfusión para el capital, la banca tuvo ganancias de 15.273 millones de bolívares, un 67% respecto al mismo trimestre del año pasado.

La crisis económica conduce a un mayor déficit  fiscal por falta de producción, pago de intereses y amortización de deuda externa, y aumento de las importaciones. Aunque el precio del petróleo el pasado año superó los 90 dólares, el sector público continuó acelerando el endeudamiento, que en 12 meses creció 9%. Las cifras oficiales revelan que en 2012 la deuda del Gobierno Central y de PDVSA cerró en 144,8 millardos de dólares y en 2013 ese saldo subió a 158,5 millardos de dólares.

Se engaña a los trabajadores y al pueblo que poco o nada tiene cuando se omite o se minimiza la grave situación económica oficial. No se pueden llamar a sí mismos “socialistas” los responsables de esta debacle económica porque no hay un ápice de sacrificio socialista –sí de sacrificio social para provecho de los empresarios–, todo aquí funciona estructuralmente, los demás es verso, mediante relaciones de producción capitalistas. La actitud contrarrevolucionaria es mantener paralizados a los sindicatos o desgastarlos mediante ofrecimientos de cartas, pliegos y peticiones a las asambleas legislativas regionales o la asamblea nacional, o la vicepresidencia, o los ministerios para que no respondan satisfactoriamente nunca.

Se necesita luchar por la independencia política de los trabajadores. Hay que crear una nueva dirección para el movimiento obrero, clasista y combativo. Impulsemos un plan de lucha de UNETE y  los sindicatos por un salario mínimo igual a la cesta básica familiar, aumento general de sueldos y salarios y cese a los despidos. Hay que construir una alternativa obrera y verdaderamente socialista para que el movimiento obrero rompa con todos los partidos que defienden al capital y al Estado, para dar expresión política a miles de trabajadores y jóvenes que están hartos del sometimiento a directivas sindicales o políticas con gestiones estériles que desaniman y frustran a los trabajadores.

El objetivo es para preparar así la lucha contra el paquetazo, y crear un Frente de Izquierda y de los Trabajadores, por un gobierno de los trabajadores.


lunes, 7 de abril de 2014

El motivo de la protesta no es pedir por la solución de los problemas del país


El motivo de la protesta no es pedir por la solución de los problemas del país

La devaluación deriva de que no producimos, pero la banca sigue con inmensas ganancias y los empresarios exigiendo dólares para continuar importando, como las automotrices con más de 50 años en el país todavía solo ensamblando con piezas traídas de sus casas matrices o las firmas extranjeras como la mayoría de las casas comerciales de los súper centros comerciales, lo peor es que el gobierno los sigue subsidiando, inclusive alcahueteando a vulgares especuladores. La inflación, la especulación y la escasez son las consecuencias de defender ese esquema con una bolsa de dólares que no alcanza para ser repartido a manos llenas. La inseguridad, si bien es cierta, no puede dejar de sonar absurda en boca tanto del la MUD como del gobierno, ambos con cuerpos de seguridad que son los primeros beneficiados por su complicidad con la delincuencia.

Para los trabajadores el problema del país son los salarios, todo deriva de ahí. El derecho a huelga, la contratación colectiva, la criminalización de la protesta obrera, la libertad sindical clasista, la tercerización y el derecho al empleo, son todas consecuencias de un salario deficitario que así pretende ser impuesto por los patronos mientras los trabajadores se niegan a quedarse de brazos cruzados.

El fascismo y la guarimba, qué tienen en común

Trotsky llamó al fascismo, en tanto que movimiento de masas, “el partido de la desesperanza contrarrevolucionaria”. El fascismo es un fenómeno de masas como respuesta política a la crisis económica. Su base social es la clase media desesperada y el lumpen proletariado, es decir, capas degeneradas sin perspectivas u horizontes, dispuestas a cualquier cosa para salir de sus niveles de precariedad. Es posible por faltas de alternativas ante la crisis, a frustraciones, descontentos. Su salida se la ofrece un sector aspirante al poder que propugna soluciones con medidas arbitrarias, sin pararle a métodos democráticos, ni qué decir, planteando los derechos elementales de la clase trabajadora. Se basa en las aspiraciones más sórdidas de sectores desesperados, la burguesía no les da esperanzas, tampoco hay alternativas por parte de la clase trabajadora, y asumen su salida, dentro del mismo marco burgués, de forma despótica.

Wilhelm Reich en su libro “Psicología de Masas del Fascismo”, cita a un intelectual nazi: "Dado el carácter elemental del nacionalsocialismo, resulta imposible atacarlo con «argumentos». Los argumentos sólo tendrían efecto si el movimiento se hubiera impuesto con ayuda de argumentos".  Reich prosigue, “los discursos nacionalsocialistas [fascistas] de propaganda se caracterizaban por hacer hábiles llamadas a los sentimientos de los individuos integrados en la masa y por la renuncia, en la medida de lo posible, a toda argumentación objetiva… en presentar a las masas solamente la gran meta final". En nuestro caso, “la salida de Maduro” es porque yo quiero.

En Venezuela estos pichones de fascistas tienen sus métodos  a la vista de todos, menos de los medios de comunicación que los promocionan. Destruyen todo lo que está a su alcance, hacer la barricada para obstaculizar el tránsito, sobre todos de sus propios vecinos, muchos de ellos simpatizantes de la MUD y antichavistas, sin medir las consecuencias ni aceptar mediaciones, y resaltan el “argumento” que es porque están construyendo “el futuro del país”. Por lo localizado, por lo escuálido respecto a la ciudad, no es un fenómeno masivo, aunque reviste financiamiento tanto interno como por organismos extranjeros y bajo el amparo de alcaldías, organismos o instituciones afines, empresas y medios de comunicación privados.

En Venezuela las guarimbas son brotes aislados en cada ciudad, con gran propaganda y despliegue de sus “bondades” en los sectores de clase media en gran medida por su difusión en las redes sociales, pero son un germen, un precedente. Para poder progresar como movimiento de masas, entre otras, tienen que alzarse sobre grandes derrotas de las luchas de la clase trabajadora. Estas derrotas a la clase trabajadora pueden darse por el empeño que en esto pone el gobierno, de ahora en más, con las mesas de paz con FEDECAMARAS, principal protagonista del golpe de derecha y el saboteo económico del 2002 y 2003, donde les son aceptados todos su planteamientos, sobre todo el de permitir la flexibilidad laboral, el quite de regulaciones, despidos, liberación de precios, mientras por parte del gobierno se continúa devaluando o se plantean aumentos en los precios de los servicios públicos y de la gasolina. Como complemento, medidas de no permitir protestas laborales y su represión en caso de manifestarse. Respecto a la burguesía, utiliza a estos movimientos como un último recurso, cuando, y es lo principal, la clase obrera tiene que ser aplastada para poder sobrevivir de la crisis política y económica que han creado.

Para impedir el ascenso del fascismo en el país la clase trabajadora debe levantar las banderas de su independencia política respecto a todos los que pretenden hacerle pagar los costos de una crisis que no han creado. LA CRISIS QUE LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS, LOS ÚNICOS RESPONSABLES DE ELLA.


martes, 14 de enero de 2014

Venezuela, lo que nos dejó el 2013 ... a los trabajadores


Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014

Editorial
Venezuela, lo que nos dejó el 2013 ... a los trabajadores

Una inflación del 56,2% en los índices de precios al consumidor y mayor del 70% en los precios de los alimentos.

Una devaluación del bolívar donde la diferencia entre el precio del dólar oficial y el del mercado paralelo es de casi el 1000%

Tan lamentable como preponderante, la economía del país está derrumbada

La consideración primordial de la situación del país es de una terrible crisis de la economía expresada en el déficit fiscal, una moneda con un pequeñísimo poder adquisitivo y deteriorándose agudamente, un crecimiento vertiginoso de las importaciones y una disminución de las exportaciones, donde, fuera del petróleo, son insignificantes para la economía del país. Lo que excepcionalmente todavía sostiene al país y frena la debacle total son los cuantiosos ingresos petroleros, a pesar de que también disminuye su volumen de exportación.

Es por la venta de la materia prima energética indispensable en el mundo y privilegiada porque todavía se cotiza muy bien, que año tras año los ingresos en divisas son mayores no por aumento del volumen sino por un precio alto.

Contradictoriamente se fija el presupuesto anual del país, con base a un precio del barril petrolero por menos de la mitad de su precio real y con el excedente se realiza, como gastos extraordinarios, otro “presupuesto” adicional sin controles y a pesar de ello, siempre al inicio del año se comienzan a aprobar créditos también extraordinarios, todo eso indica el parasitismo de la economía nacional, por ser rentística, tanto pública como privada, que sólo vive a expensas de la aprobación y suministro de dólares por parte del Estado.

El retroceso económico es abismal, la única base de la economía se sustenta en la renta petrolera, en perjuicio de todos los recursos nacionales. La industria “nacional” no se basa en producir sino en la aprobación de dólares preferenciales para traer los insumos sobre facturados y luego peor aún, proveer la mercancía a precios de dólares de mercado negro. La diferencia entre las importaciones y las exportaciones, exceptuando al petróleo, tienen una brecha de más de 24.000 millones de dólares.

El gobierno sobrevive y espera salir de su crisis descargando su insolvencia e incapacidad productiva pagándole incompleto a los trabajadores, mediante el incumplimiento de los convenios colectivos firmados, retardando los nuevos compromisos para evitar desembolsar algo que no tiene, haciéndose cómplice de la industria privada a través de las preferencias de  las oficinas del trabajo a favor de los patronos, con calificaciones de despidos o inclusive haciendo caso omiso de los reenganches o respetos a la organización sindical, impidiendo el derecho a huelga, sobre todo en las empresas del estado.

El gobierno teniendo una deuda tanto externa como interna monstruosa, realiza una huida hacia adelante, tomando medidas para endeudarse más. Mientras la producción no petrolera se extingue, el capital financiero parasitario expresado en las ganancias de la banca asciende,  mes a mes. De los cuatro bancos más grandes, con un patrimonio del 70% de los activos financieros, tres son privados, una expresión de capitalismo salvaje que se magnifica cuando el resultado bruto de la banca (antes de ISLR) en los primeros 11 meses de 2013, respecto a igual período en 2012, se incrementó 66,5% (SUDEBAN, Boletín de prensa noviembre 2013, Cuadro I -  26). Como consuelo de tontos el fisco nacional se hizo acreedor, apenas, de 5,41% en promedio de tales utilidades brutas mensuales de la banca nacional.

José Capitán


lunes, 13 de enero de 2014

Las cifras finales de inflación del 2013


Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014

Las cifras finales de inflación del 2013
Un concerto grosso con malos concertini y peores ripieni

El 30 de diciembre fue el momento escogido por el ejecutivo nacional para informar de las cifras finales de inflación para el 2013. A modo de concerto grosso, Maduro se encargó de interpretar, como concertino, las cifras pendientes de la inflación de noviembre en 4,8% –con un retraso de 20 días según las normas del BCV para su publicación– a partir de la composición orquestal dirigida por Eudomar Torres y el ripieno de los estadísticos del BCV y el INE. Lo grosso, además de por la cantidad de intérpretes del concerto, por lo aproximado de la cifra final del año con el estimado sin soporte metodológico alguno –grosso modo–, de la inflación a diciembre de 2,2% para un gran total anualizado de 56,2%, más del doble de lo alcanzado en 2012.

El BCV y el INE tuvieron que esforzarse para explicar las cifras definitivas de noviembre con un comunicado (http://www.bcv.org.ve/Upload/Comunicados/aviso301213.pdf) que rompió el esquema metodológico de los informes mensuales anteriores, y que, por lo que parece, dejará de hacerse. Haciendo acopio de un análisis más político que económico para justificar aquello de la “guerra económica”, las cifras definitivas de ese mes apenas satisficieron en poco en el rubro Equipamiento del Hogar, -1,1% respecto a 5,1% de octubre, las demandas de Maduro de ver un -5% de inflación global para el mes de noviembre como resultado de su “contraofensiva económica” de finales de octubre.

La “guerra económica” la vivieron los consumidores desde el último trimestre del 2012 y durante todo el 2013, cuando de sus bolsillos sacaban más de lo que entraba para pagar la escasa oferta de bienes de primera necesidad mientras los precios, en particular de los alimentos, experimentaban las consecuencias de la espiral inflacionaria. La “contraofensiva” tuvo que hacerse a finales de octubre más por razones políticas, la coyuntura electoral municipal, que por razones “humanitarias” ante el depreciado poder adquisitivo de las bases que sustentan el proyecto cívico-militar bolivariano. Es que, durante más de un año, el gobierno de Maduro les permitió impunemente a los amos de la guerra, los dueños del capital, a que usaran de carne de cañón, y en el ínterin demostraran que son las bajas esenciales de la guerra, a pueblo y trabajadores para que cargaran en sus hombros los costos de una crisis que crearon los capitalistas.

El comunicado conjunto del BCV y el INE no pudo ocultar, que con o sin “contraofensiva”, el rubro Alimentos en vez de bajar subió (de un 5,6% en octubre a un 7,5% en noviembre) para una inflación anualizada de casi 80%, mientras el de Restaurantes se mantenía casi igual (6,2% en octubre versus 5,9% en noviembre) para una inflación anualizada de más de 70%. Mientras los compositores del concerto grosso no se atrevían a colocar la nota dada por la inflación global anualizada a noviembre de 58,1% (cifra obtenida por Opción Obrera a partir de la data histórica interpretada), sacaban de la manga, grosso modo, la inflación de diciembre de 2,2% sin ningún soporte que la justificase para que el concertino Maduro pudiera interpretar en tal disonancia el famoso solo del 56,2% para todo el año.

Que no se informase del Índice de Escasez durante noviembre y diciembre es la coda que pretende hacer borrón y cuenta “nueva” con una metodología conveniente de expresar las cifras económicas para que todos los intérpretes queden felices y contentos del exabrupto estadístico mientras los asistentes son testigos de un muy malo concerto. Por un gráfico del comunicado de marras en su página 2 se concluye que para noviembre el índice de escasez superó en bastante al de octubre de 22,4%, pero el barroquismo del gobierno de Maduro es de tal magnitud que a base de florituras prefiere enmascararlo como un promedio de 13,1% de marzo 2003 a noviembre 2013. Igual sucede con las explicaciones de esperar, si la “contraofensiva económica” no se hubiera dado, hasta un 6,6% en noviembre y de 4,2% en diciembre.

Las cifras sacadas de la manga y la explicación política de una “contraofensiva” a una “guerra económica” donde las bajas de ella siguen siendo los consumidores, lo único que esconde es la grave crisis que están haciendo pagar los capitalistas tanto al pueblo como a su sector asalariado. También demuestra la conveniencia ahora de interpretar datos por parte del gobierno de Maduro que muy bien podían haberse usado en mayo cuando la inflación fue de 6,1% y anualizada alcanzó a 35,2% (en Alimentos fue de 48,1%) pero se prefirió la conciliación de clases para continuar con el derroche de la renta petrolera por parte de la burguesía, como sin duda se continúa haciendo después de la “contraofensiva económica”.

El barroco fue un período histórico acabado donde la humanidad enfrentó las idas y venidas de las clases dominantes en el poder con nuevas relaciones sociales de producción. Fue el encontronazo histórico entre las imposiciones religiosas de la inquisición y su contraparte con la reforma y luego la contrarreforma, del absolutismo feudal versus el nacimiento de los derechos democráticos y el liberalismo con la ascendencia de la clase social burguesa, y de sus miserias floreció una cultura que en la música se expresó con el concerto grosso, entre otras artes. Pretender hacernos retroceder históricamente a los explotados por parte del gobierno de Maduro con su barroquismo pleno de florituras, maquillajes y enmascaramientos de una realidad social y económica consecuencia del quiebre histórico del capital, no impedirá que el proletariado venezolano se levante por su propio pie agitando las banderas de la revolución necesaria y, como hizo la burguesía en su oportunidad, dar al traste con los explotadores de hoy y de los que los defienden bajo una máscara que en lo absoluto se le puede llamar de socialista y/o revolucionaria.

Roberto Yépez

“CONTRAOFENSIVA ECONÓMICA” DE LA MANO DE LOS DUEÑOS DEL CAPITAL


Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014

“CONTRAOFENSIVA ECONÓMICA” DE LA MANO DE LOS DUEÑOS DEL CAPITAL
Una nueva devaluación ya desnuda la realidad económica venezolana para 2014

El pasado noviembre desde un medio digital del gobierno se difundió una lista de las empresas que habrían recibido más de 300 millones de dólares por parte de CADIVI entre 2004 y 2012. Monopolios extranjeros, pero también algunos nacionales, ostentaban cuantiosas sumas de divisas en áreas tan diversas como automotrices, alimentos, químicos y farmacéuticos, y electrodomésticos. De ese grupo de empresas, 71 de 10.374, el 0,68% de todas ellas, el Estado, por intermedio de CADIVI y con la aprobación formal del gabinete económico en vida de Chavez, les otorgó 65.000 millones de dólares, un 36% del gran total de 180.500 millones de dólares que CADIVI repartió sólo a empresas en 9 años de dilapidación de la renta petrolera.




La data completa se consigue en la web de CADIVI[1], pero sólo hasta diciembre de 2012. CADIVI fue cuestionado por el gobierno con la devaluación de febrero de 2013. Las razones estaban en el incremento descontrolado de las importaciones durante 2012 respecto al año anterior, signadas en muchos casos, y así lo reconoció el gobierno, por la corrupción que implicaba importar chatarra, contenedores vacíos o tan sólo piedras en ellos; también en la caída del 55% en el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos de 2012 respecto al 2011 aunque las exportaciones petroleras tuvieran un repunte de 6%. El INE, sin embargo, informa[2] que hasta septiembre de 2013 las importaciones fueron equivalentes a igual período en 2012, pero con otra caída del saldo de la cuenta corriente de 36% mientras las exportaciones petroleras en vez de aumentar cayeron en 8%[3], respecto al mismo período de 2012.

Para el gobierno de Maduro, su “contraofensiva económica” no es la de hacer pagar a los dueños del capital por sus desafueros mientras Chavez vivía o a casi un año de su desaparición física. Conlleva un efectismo que no resuelve el problema de fondo: el usufructo de la todavía muy alta renta petrolera por parte de la burguesía. Maduro nos recuerda a cada instante lo parasitario de la burguesía, las cifras lo demuestran, pero para terminar reconociendo que hay que seguirles entregando todas las divisas que pidan mientras “realmente” las inviertan en bienes y servicios a ser importados. Como cuando Chavez vivo, las “intenciones” son las de convencerlos a que se porten bien aunque con ello sostengan la acumulación del capital a costa de su parasitismo.

La burguesía se ha portado tan bien que el “crecimiento” se sustenta en rubros que en lo absoluto indican desarrollo productivo nacional y sí mucho del llamado parasitismo que proclama Maduro a cada instante pero para nada osa tocar. El PIB al tercer trimestre de 2013[4], comparado con igual período de 2012, “creció” 1,42% para un valor a precios constantes de 1997 de 635 millones de bolívares (45.327 millones de bolívares de enero a septiembre de 2013 respecto a 44.692 millones de bolívares en igual período de 2012), pero los sectores económicos que aportan a esa magra cifra son Instituciones financieras y seguros con un 24,53% y Servicios de intermediación financiera con 20,41%, en otras palabras, la banca. Muy atrás está Comunicaciones con 6,53%, Electricidad y agua con 4,66%, Serv. comunitarios, soc. y personales y produc. de serv. priv. no lucrativos con 3,88%, Comercio y servicios de reparación con 3,54%, Produc. servicios del Gobierno General con 2,96% y Servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler con 2,60%. La Construcción se redujo en -3,47% mientras en la Actividad petrolera y la Manufactura sus aportes fueron de 0,98% y 0,11% respectivamente.

Un país no puede salir adelante apoyándose en el sector terciario de la economía (banca, comercio y servicios), menos si lo que oferta para el consumo nacional tiene como fuentes las importaciones indiscriminadas. Por otro lado, la banca (con sus dos rubros mencionados al principio), en valor absoluto a precios constantes de 1997, aportó al “crecimiento” casi lo mismo que la actividad petrolera o la manufactura, 6.363 millones de bolívares versus 5.058 millones de bolívares y 6.424 millones de bolívares respectivamente. El aporte de la banca no es otra cosa que el traslado de la renta petrolera a sus cuentas así como del endeudamiento externo a que recurre el gobierno para paliar el déficit fiscal. Caicedo, J. y Muñoz, N. (2013)[5], expresan de manera cruda esta realidad cuando grafican tal traslado en función del crecimiento explosivo de la liquidez monetaria versus la disponibilidad de las reservas internacionales (que no incluyen el oro monetario en el BCV).

Los efectos de la bancarrota mundial del capital a lo interno del país se reflejaron no sólo en la merma abrupta de los ingresos petroleros a partir de finales de 2008, también se observa en la caída casi que abrupta de las reservas internacionales de 42.300 millones de dólares para ese año a 22.670 millones de dólares para septiembre de 2013, pero en contrapartida esa masa monetaria fue convertida a bolívares para que la banca tuviese su impresionante crecimiento en forma de captación de liquidez monetaria. Aparte queda el tema de la fuga de divisas donde un maltrecho control de cambios fue violentado por el propio gobierno con alternativas para los grandes capitales de captarlo para provecho propio y que el propio Maduro estimó en 250.000 millones de dólares hasta el 2012. Una aceptación que pretende librarlo de culpa siendo integrante del gobierno de Chavez desde el principio sin que a la fecha estén tras las rejas ni uno solo de los ladrones del erario público. Y es que resulta imposible para Maduro ir tras uno de los sectores económicos que le da sostén a su gobierno (de la misma forma como cuando Chavez) como lo es la banca, responsable directo de tan gigantesca fuga de divisas.

La banca resulta el cómplice ideal en dilapidar el tesoro de la nación, cuando para ejecutar el gobierno los pagos del gasto corriente aquella acepta comprar todas las letras del tesoro y bonos de la deuda pública nacional que éste emita, mermando las reservas internacionales y transfiriéndola como aumento de la liquidez en el mercado financiero. También cuando sirvió de intermediario del BCV para que 20.000 millones de dólares “subastados” a través del SITME se fugaran impunemente, denuncia también surgida desde el propio gobierno cuando la devaluación de febrero de 2013. Sin poner un céntimo de su capital la banca paga y se queda con el vuelto, de allí sus cada vez mayores utilidades netas año tras año, un comportamiento clásico de lo que es la acumulación del capital aunque exacerbado en el modelo capitalista venezolano. Pero detrás de esto está también implícita su capacidad de asumirse los dueños del Estado si la tendencia a la quiebra, al ritmo que vamos, se acelera. La banca no dejará de exigir que le honren con activos de la nación toda la deuda pública en su poder que no le puedan cancelar.

Cuando se contrastan las cifras del PIB desde 2008 hasta la fecha, siempre en períodos equivalentes enero  septiembre, y se contraponen las de la banca con la actividad petrolera y la manufactura, se observa este exabrupto de ofertar desde el gobierno una “contraofensiva económica” de la mano de los dueños del capital y sin ir al fondo del asunto para el país, que no es otro que el desarrollo sustentable de sus sectores primario (materias primas, agricultura, ganadería) y secundario (transformación en bienes y productos de primera necesidad). La burguesía tiene así de “nacional” lo que el capital mundial le deje como sobras.

En el cuadro anexo es pasmoso ver que mientras dos de los sectores más importantes para el país se estancan, el peso de la banca en el PIB se expande. Para el gobierno de Maduro no hay interés alguno en cambiar esta cruda realidad. Hablar de contraofensiva económica implicaría definir qué carácter de clase defiende y para Maduro lo es con la única clase social en la que confía, la misma burguesía parasitaria representada en las grandes empresas y en la banca a la que, de la boca para afuera, pretende defenestrar.

Aumento de 10% al salario mínimo a partir de enero
Maduro responde con dádivas a este patético cuadro que ha conducido a la extraordinaria pérdida del poder adquisitivo en los asalariados. Ha anunciado el aumento en 10% del salario mínimo, 300 bolívares de incremento al mes, 10 bolívares más por día, que en lo absoluto repone su muy disminuido poder de compra si un kilo de cebolla está en 100 bolívares o el del pimentón está en 65, o un desayuno de una empanada y un jugo está en 20 cuando barato. Maduro pretende que los trabajadores repongan la fuerza de trabajo para la siguiente jornada con 10 bolívares más por ese día.

El salario mínimo adquiere así toda su relevancia en función del capital porque desde mayo de 2013 ni alcanza para cubrir la escuálida cesta alimentaria normativa (CAN) del INE de 50 bastante escasos productos. La CAN surgió a partir de febrero de 2008 como un paliativo a una exigencia constitucional plasmada en la constitución de 1999. Resultó ser un paliativo porque no había interés alguno por parte del gobierno de Chavez en reconocer como derecho de los asalariados la máxima que reza en el segundo parágrafo del artículo 91, “El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica. La ley establecerá la forma y el procedimiento”. Canasta básica es el conjunto de obligaciones y necesidades a los que estaría sujeto un asalariado, no sólo adquirir los alimentos para sobrellevar la jornada de trabajo. Con la CAN el INE hace una suplantación de una norma constitucional, “la forma y el procedimiento”; además de un retraso de 7 años, significa estimar por menos para decretar anualmente lo que con el salario mínimo es fijado como precio a la fuerza de trabajo.

Nuestro gráfico, actualizado a diciembre 2013, sobre la variación del salario mínimo normalizado (a mayo 1999 y ajustado a favor por incrementos por decreto y en contra con los valores de inflación mensual), también refleja la tendencia exponencial tanto del salario mínimo por decreto como el valor de la CAN del INE. Se observa cómo el valor de la CAN se separa del valor del salario mínimo, aún y con la disminución, ficticia, para diciembre. El aumento de 300 bolívares por decreto para enero de este año en el mínimo pretende ajustar la brecha con la CAN a diciembre de 2013, todo por un acto de magia como vimos con las cifras de inflación a ese mes, sacadas de la manga tanto por el BCV como por el INE. El salario mínimo normalizado da cuenta que ni con los tres aumentos decretados en el 2013 se logra superar la banda de 120 bolívares de mayo 1999. La dádiva es suficiente porque, según Maduro, el ingreso bruto aumentará cuando el SENIAT proponga el nuevo valor de la Unidad Tributaria para el 2014, todavía en 107 bolívares, lo que haría aumentar el monto a recibir por concepto de bono de alimentación. Toda una maniobra propagandística para ocultar la devaluación que ya está acordada.

Las monsergas de la propaganda oficialista dirán que con 3.270,30 de salario mínimo a partir de enero y un bono de alimentación estimable en 1.540 (0,5 de UT a 140 bolívares, ± 30% de incremento respecto a 2013, en 22 días hábiles de trabajo) para un total de 4.810,30 al mes, además que por lo menos dos personas por familia aportan al ingreso familiar, según los magos del INE, para un gran total de menos de 10.000 bolívares al mes, serán más que suficientes para sobrellevar el eufemismo que como Convenio Cambiario No. 24 ahora tiene la devaluación como consecuencia de vender PDVSA sus dólares (el 97% de los que ingresan al país) al BCV a razón de la tasa SICAD de 11,30 bolívares por dólar menos 0,25% (11,27175 bolívares).

El gobierno de Maduro dirá que con los dólares de PDVSA el SICAD será el mecanismo esencial de las importaciones distintas a alimentos y medicinas y que éstas CADIVI las aprobará a razón de 6,30 y así continuar “garantizando” la “soberanía alimentaria” con los 16 monopolios extranjeros y nacionales que se chulearon más de 300 millones de dólares cada una en 9 años. Será un refrito de lo que ya dijo Arreaza en octubre de 2013[6].

PDVSA dirá que ahora puede, con más bolívares, atacar los retrasados planes de desarrollo de la Faja del Orinoco que terminen de incrementar su alicaída producción petrolera y ahora sí aprobar la vencida pero “justa” convención colectiva petrolera para sus trabajadores; en realidad le transferirá a estos la devaluación del mismo modo como se hizo en 2010 cuando se apresuran a aprobar la de ese momento, vencida un año, antes que Chavez formalizara el convenio cambiario de 2,15 para alimentos y medicinas y el de 4,30 para todas las demás importaciones.

La historia se repite, ahora como farsa, ante la tragedia de una nueva devaluación que pecha el bolsillo de los trabajadores para que los costos de la crisis la paguen ellos y no los causantes, los capitalistas, luego de habérseles esquilmado 56 céntimos de cada bolívar conseguido en el año bajo las más aberrantes condiciones de explotación sustentadas por este gobierno en su irrestricta defensa del capital, y que para poder reponer la fuerza de trabajo con los alimentos dispongan de apenas 20 céntimos de cada bolívar de hace un año luego de una inflación anual de casi 80% en ese rubro.

La magnanimidad de Maduro respecto a los asalariados habrá que esperarla a mayo de 2014, total, deberán estos ahorrar ante la continuada y manifiesta ausencia de bienes y artículos de primera necesidad luego de la marabunta que han dejado peladas las tiendas luego de los precios “justos” de noviembre y diciembre de 2013, una falacia que esconde la incapacidad de los comercios para reponer las mercancías a ser adquiridas bajo una constricción de las divisas sólo otorgables ahora a los grandes monopolios importadores. Como los trabajadores habrán ahorrado a la fuerza, si no lo gastaron en alimentos a precios nada “justos”, el salario mínimo de mayo 2014 será el peor de los “justos” que los capitalistas quieran dar.

Perspectivas para los trabajadores y el pueblo
La devaluación de febrero de 2013 fue un duro hueso de roer para las bases sociales que sustentan el chavismo. A la chita callando el rechazo manifiesto a la devaluación se expresó en las urnas electorales de abril de ese año. Maduro, y también los militares en función gobierno tras bambalinas, lo saben, de allí que la devaluación la pretendan enmascarar con una parcial que no afectaría alimentos ni medicinas, pero que en la potente economía de puertos que nos gastamos representará una depreciación de la moneda venezolana, y del salario de los trabajadores, de 78,92%, 32,04 puntos más que la de febrero de 2013.

Ni somos bestias de carga obligadas a caminar a fuerza de palos ni esclavos de un amo que dictamine lo que nos conviene. Mucho menos si nos lo venden en aras de un inexistente socialismo para que una minoría social saque el provecho. La respuesta social debe ser la de organizarse desde ya para ponerle un parao a la debacle a que nos llevan los capitalistas y sus acólitos en el gobierno, y expresarla en las calles en manifestación de repudio bajo la forma de un paro general de trabajadores de todo el país y levantar un plan de luchas que tenga como exigencias:

POR UN SALARIO MÍNIMO IGUAL A LA CESTA BÁSICA FAMILIAR DE 5 PERSONAS
POR UN AUMENTO GENERAL DE SUELDOS Y SALARIOS YA DE 60%
POR LA APLICACIÓN INMEDIATA Y MENSUALMENTE DE LA ESCALA MÓVIL DE SALARIOS
POR LA REAPERTURA DE TODAS LAS CONTRATACIONES COLECTIVAS ACTIVAS PARA REVALUAR SUS CLÁSULAS ECONÓMICAS
POR LA DISCUSIÓN Y APROBACIÓN INMEDIATA DE TODAS LAS CONTRATACIONES COLECTIVAS VENCIDAS O POR VENCERSE EN LOS PRÓXIMOS 3 MESES. ¡QUE LAS BASES SE PRONUNCIEN!
QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS, NO LOS TRABAJADORES
NACIONALIZACIÓN SIN PAGO DE LA BANCA Y DE LAS GRANDES EMPRESAS BAJO CONTROL DE SUS TRABAJADORES
POR LA ESTATIZACIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR BAJO CONTROL DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO
POR LA INDEPENDENCIA POLÍTICA DE LA CLASE OBRERA, POR UN FRENTE DE IZQUIERDA Y LOS TRABAJADORES QUE LA LLEVE A CABO, POR EL GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES

Roberto Yépez