Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



Comunícate con nosotros por los siguientes buzones de correo:

info@opcionobrera.org
opcionobrera@yahoo.com
opcionobrera@hotmail.com





Mostrando entradas con la etiqueta Partido Revolucionario de los Trabajadores - DIP - Turquía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Partido Revolucionario de los Trabajadores - DIP - Turquía. Mostrar todas las entradas

miércoles, 19 de agosto de 2020

Declaración conjunta DIP-EEK

 Declaración conjunta DIP-EEK: ¡Guerra contra la guerra en el Egeo y el Mediterráneo!

18 Agosto 2020

 

Navíos en el Mediterráneo y el Egeo en conmoción, aviones de combate zigzagueando en el aire, y detrás de todo esto los intereses de las clases dominantes de Grecia y Turquía en severo enfrentamiento. Esta confrontación podría incluso resultar en un desastre de guerra. Los estados burgueses griegos y turcos presentan reclamos contradictorios sobre sus respectivas jurisdicciones marítimas. Quienes promueven estos reclamos también fingen que están defendiendo su propio interés nacional en beneficio de su propio pueblo. La verdad es exactamente lo contrario.

En este mismo momento, tanto en Turquía como en Grecia, los gobiernos capitalistas en el poder están obligando a la población trabajadora de su país a asumir la pesada carga de la crisis económica que atraviesa cada país. Estos gobiernos mienten a las personas sumidas en la pobreza cuando les prometen la riqueza natural del Mediterráneo oriental. El caso es que las clases dominantes de cada país están ofreciendo la parte del león en la partición de las riquezas naturales del Mediterráneo a las grandes potencias que se hacen pasar por sus protectores. Esta es una lucha entre los Total y los ENI, los Shells y los BP, y los Exxons, ¡no entre los trabajadores de Grecia y Turquía!

Mientras que, por un lado, ambos bandos intentan hacer un espectáculo para su público nacional fuera de las maniobras entre los acorazados y los combates aéreos entre los aviones de guerra, por el otro, quieren atraer más poder imperialista a su lado para romper el equilibrio. De hecho, tanto los gobiernos como las clases dominantes están subordinados a las potencias imperialistas en conflicto, que las manipulan para sus propios intereses antagónicos.

El gobierno griego está engañando al propio pueblo griego pretendiendo que tiene el apoyo de la UE diciendo que “las fronteras de Grecia son las fronteras de la UE”. En efecto, las potencias imperialistas europeas, especialmente Alemania y Francia, tienen intereses antagónicos y tratan de enfrentar a cada país con el otro. Macron ha prometido apoyo militar y naval al gobierno de Mitsotakis a cambio de la venta de dos buques de guerra franceses a Grecia y el uso de las fuerzas armadas griegas para extender la participación imperialista francesa en la guerra civil de Libia, en el Líbano arruinado y el Mediterráneo oriental en su conjunto. Merkel está vendiendo seis submarinos a Turquía, teniendo intereses creados en la economía del país y relaciones más estrechas con la clase dominante turca.

La clase dominante turca, por su parte, aclama el Brexit porque ve en esto una oportunidad para el patrocinio británico de su aventurerismo islamista en busca de una dominación  de los religiosos sobre el mundo sunita y, por lo tanto, está preparando el terreno para transferir la riqueza del país a los usureros imperialistas a través del esquema ponzi que recorre el eje Londres-Estambul.

Al ser miembros de la OTAN, ambos países persiguen a Estados Unidos para ganarse sus favores. El gobierno griego promete nuevas bases en su suelo al imperialismo estadounidense. Al mismo tiempo, bajo las órdenes imperialistas estadounidenses dadas por Pompeo, ha firmado un acuerdo con la dictadura de al Sissi en Egipto sobre sus Zonas Económicas Exclusivas mutuas para contrarrestar el acuerdo similar turco-libio.

Turquía insinúa que está preparada para actuar como representante en la guerra de Estados Unidos en Siria y Libia contra Rusia. Los misiles S-400 que Turquía ha comprado recientemente a Rusia sirven como moneda de cambio en sus negociaciones con Estados Unidos en lugar de ser una amenaza para los aviones de guerra griegos.

El primer eslabón de la cadena de robo de las riquezas de hidrocarburos en el Mediterráneo oriental es Israel. Grecia espera transportar la riqueza que Israel se prepara para usurpar de sus legítimos propietarios, el pueblo palestino, a Europa sobre la República de Chipre y Creta. Turquía, por otro lado, está tratando de convencer a los sionistas de que el transporte por tuberías a través de Adana en su costa sur sería más rentable. Grecia está firmando nuevos acuerdos militares con Israel. Turquía, por su parte, actúa como el principal escudo militar de Israel contra Irán a través de la vergonzosa base de radares estacionada en la parte oriental del país, en Kürecik, Malatya.

Hoy, el Mediterráneo se ha convertido casi en un escenario de guerra internacional. La última década, el Mediterráneo se había convertido en una cuenca de la revolución, tanto con el auge de masas en el sur de Europa, las revoluciones árabes, la rebelión de Gezi Park. A pesar de derrotas, retrocesos, traiciones, golpes militares y agresiones imperialistas, la revolución está regresando, después de una pausa debida principalmente a la pandemia, en muchos países. El Líbano es un claro ejemplo del nuevo giro de las masas en ascenso que atemoriza a las clases dominantes y al imperialismo, quienes ahora están convirtiendo el Mediterráneo prácticamente en una zona de guerra, son las mismas clases burguesas que reprimieron las huelgas e impusieron los paquetes de austeridad en Grecia y Turquía, los gobiernos despóticos que reprimieron la demanda de libertad de los pueblos y sus bandas callejeras fascistas de todo tipo.

Son también estas mismas fuerzas las que están pactando con los del mundo árabe que son enemigos jurados de todo esfuerzo revolucionario o liberador y traidores a la causa que originalmente estaban del lado de los movimientos emancipadores. Grecia ha montado un frente con el Bonaparte al Sisi, asesino de la revolución egipcia, mientras que Turquía se ha unido a los secuestradores de esa misma revolución, los Hermanos Musulmanes. Grecia está colaborando con el Emir de Abu Dhabi, Turquía con el de Qatar. Grecia ha abrazado al rey saudí, Turquía al de Marruecos. Y en Libia se enfrentan a través de la intermediación de los señores de la guerra en bandos opuestos con los que han unido fuerzas. ¿Puede haber la más mínima posibilidad de un resultado auspicioso que emane de este tipo de lucha que favorezca la suerte de los pueblos trabajadores de toda la región?

Al encontrarse en medio de toda esta lucha reaccionaria e injusta por el reparto del botín de hidrocarburos, Chipre ha dejado, por así decirlo, de ser una isla en la que viven humanos de carne y hueso, para convertirse en objeto de saqueo, siendo tratados los greco y turcochipriotas no como seres humanos sino como depositarios de la riqueza de los recursos naturales. La isla, así como todo lo que reside en ella, está bajo una amenaza total. La paz y la resolución de la "cuestión chipriota" se alejan cada día que pasa. Turquía y Grecia compiten entre sí sobre la base de los derechos que supuestamente les otorga la condición de “garantes”, pero la única entidad de la isla cuya supervivencia está garantizada es el conjunto de las infames bases británicas en la isla, siempre disponibles, para escupir sangre y muerte sobre los pueblos del Medio Oriente.

Como DIP y EEK, llamamos a los trabajadores y trabajadoras de Turquía y Grecia. Una vez más nos encontramos cara a cara con grilletes reaccionarios, chovinistas y militaristas que tenemos que romper. Convirtamos el Mediterráneo una vez más en una cuenca revolucionaria. Los trabajadores de Grecia y Turquía, de Chipre y de todo el Mediterráneo comparten intereses comunes. Estos intereses chocan con los intereses de la burguesía doméstica en cada país, así como con el imperialismo y el sionismo. Necesitamos luchar contra las clases dominantes de nuestro propio país, los explotadores, los colaboradores del imperialismo y el sionismo y extender una mano de fraternidad al otro lado del Egeo.

¡Detengamos la amenaza de guerra en el Mediterráneo!

No mataremos ni moriremos por el euro o el dólar ni por las grandes petroleras, las Exxon, las Total, las ENI, las BP o las Shells. ¡Intensifiquemos la guerra de clases contra la guerra!

El principal enemigo está dentro de nuestros propios países: los capitalistas griegos y turcos, sus gobiernos y regímenes, al servicio de sus patrocinadores imperialistas.

¡Rechazamos derramar sangre por defender los límites imaginarios trazados por las clases dominantes y comencemos inmediatamente a erradicar las fronteras que nos separan!

En lugar de morir por los intereses del capital y del imperialismo, demos un paso adelante para luchar para acabar con el orden capitalista que nos explota a todos y romper las cadenas que nos subordinan a todos a los imperialismos europeos y estadounidenses.

¡Cierre todas las bases militares imperialistas en Grecia, Turquía y Chipre!

¡Turquía y Grecia fuera de la OTAN ahora!

¡Rechazo a la subordinación al imperialismo, tanto de Estados Unidos como de la UE!

¡Abajo todas las relaciones militares, comerciales, diplomáticas y culturales con Israel!

¡Viva la lucha del pueblo palestino por su emancipación!

¡Adelante por una Federación Socialista de los Balcanes en la que Grecia y Turquía estén juntas, junto con un Chipre unido e independiente!

¡Viva el Mediterráneo y la revolución socialista mundial!

¡Viva el internacionalismo revolucionario! ¡Guerra contra guerra!


DIP (Partido Revolucionario de los trabajadores) Turquía

EEK (Partido Revolucionario de los Trabajadores) Grecia




lunes, 11 de febrero de 2019

La gran lección de Venezuela: no hay término medio.


La gran lección de Venezuela: no hay  término medio.

Este artículo es el editorial publicado en el número 113 del febrero 2019 del periódico Gerçek, órgano central del DIP (Partido Revolucionario de los Trabajadores de Turquía).



En Venezuela, el imperialismo estadounidense está tratando de derrocar a Maduro con un golpe de estado. Estados Unidos no solo dirige a su marioneta Guaidó detrás de la escena, sino que amenaza abiertamente a Venezuela con una agresión militar. El objetivo no es solo sobre Venezuela, sino doblegar en  América Latina, toda resistencia al imperialismo. La amenaza americana previene a Cuba y a algunos otros países. La característica común de estos países es que son una espina para el imperialismo en América Latina, que los considera su patio trasero. Las flores artificiales del patio trasero de los Estados Unidos son los líderes reaccionarios y colaboracionistas de Colombia, Argentina, Perú y Paraguay y sobre todo Bolsonaro en Brasil que representa una tendencia fascista.



Es de importancia capital comprender claramente lo que está ocurriendo en Venezuela. El títere Guaidó trata de convertirse en una fuente legítima por provenir del hecho de que él es el presidente de la Asamblea Nacional electa mediante el sufragio universal general. Sin embargo, se deslegitimó así mismo como también la AN, confiándose al imperialismo estadounidense y llamando al ejército venezolano para realizar un golpe apoyado por los EEUU. Hoy, Estados Unidos defiende a la marioneta Guaidó en nombre de la democracia, mientras, por muchos años han apoyado a sangrientos dictadores. Finalmente, defienden en el reino de Arabia Saudita al príncipe asesino, demostrando al hacerlo, que el sufragio universal no le importa en lo absoluto. La situación no cambia hoy en día.


Ayer Guaidó fue electo como miembro del parlamento. Hoy, es un golpista  que no representa al pueblo venezolano para nada. Guaidó es el príncipe Selman de Trump en las Américas. La situación es tan clara: ¡No hay camino intermedio entre Maduro y Guaidó en Venezuela! ¡No hay un camino intermedio entre la Asamblea Nacional y la Asamblea Nacional Constituyente!. La primera ha sido elegida por el sufragio general y la última por la participación  de representantes de los sectores sociales, además del sufragio universal  La Asamblea Nacional es golpista. La Asamblea Nacional Constituyente sigue siendo la única institución donde la voluntad del pueblo, más mal que bien, se manifiesta. El presidente legítimo de Venezuela es Maduro, aunque no es posible que le demos apoyo político de ninguna manera. ¡Somos incondicionales con Venezuela contra el imperialismo y sus títeres! Guaidó se vendió al imperialismo y ahora está colaborando con Trump para vender su país. Los que buscan un camino intermedio, tarde o temprano, caerán en el mismo frente con los lacayos conscientes del imperialismo.


Hoy, la situación económica de Venezuela es grave. Su pueblo está en la miseria. Pero no es como dice la máquina de propaganda imperialista, porque Maduro es un socialista. Por el contrario, el problema es que al igual que Chávez, Maduro no es un socialista. El petróleo se nacionalizó, pero los monopolios imperialistas como el norteamericano Chevron, los europeos Total y Statoil continúan sus actividades de acuerdo con el gobierno. Dos tercios de la economía del país están en manos del sector privado. La economía de mercado no ha perdido su posición dominante. La organización independiente de la clase obrera y la creación de órganos de poder político se impidieron y el país continuó siendo gobernado por una estructura política parlamentaria burguesa. La economía, ahora bombardeada por el imperialismo mediante las sanciones, se ve arrastrada hacia el colapso por sabotaje del sector privado interno. El parlamento burgués se ha convertido en sede de un golpe de estado. Esto se debe a que Chávez y Maduro, porque no eran socialistas, buscaron un camino intermedio entre el socialismo y el capitalismo, sus medidas nunca fueron hasta el final, llevado al país y sus movimientos políticos al abismo.


Hay innumerables lecciones para nosotros en Venezuela. Una vez más es fútil esperar democracia, libertad y derechos humanos por parte del imperialismo, estas son frases vacías. La Unión Europea, que nos ha prometido traer democracia, civilización y derechos humanos durante medio siglo, inmediatamente se puso del lado del golpe de Estado en Venezuela. El imperialismo europeo apoyó la dictadura proveniente del golpe del 12 de septiembre de  1980 en Turquía. Ese golpe aplastó a la clase obrera y debido a eso la Unión Europea  le ató una cadena al cuello a Turquía  a través de una Unión Aduanera. ¡Ni los EE.UU. ni la UE! ¡No hay término medio en relación con el imperialismo! La libertad se gana al derrotar al imperialismo. Turquía debe salir inmediatamente de la OTAN, todas las bases extranjeras deben estar cerradas, especialmente Incirlik.


En cualquier momento, Turquía vas a entrar en una importante crisis económica como la de Venezuela hoy. Y no podemos llegar a un acuerdo con el orden del capital que creó esta crisis. ¡También en la economía no hay un término medio entre la clase obrera y la burguesía! Todos los bancos deben ser nacionalizados y un solo banco estatal debe entrar al servicio de un plan económico en beneficio de los trabajadores. Todas las empresas industriales claves y todas las empresas privatizadas anteriormente, todas las instituciones educativas y de salud deben nacionalizarse bajo la supervisión de los trabajadores. Finalmente, el comercio exterior y el control de cambio de las divisas deben ser tomados en el control estatal.


Lo más importante es que el parlamento, elegido por los votos y tiene, entre otros jefes, terratenientes y usureros encadenados al despotismo de Erdog’an y del AKP, no puede resolver los problemas de los trabajadores. Por  pan y  libertad, refundaremos a Turquía con una Asamblea Constituyente sin cadenas, formada por los representantes del pueblo elegidos sin prohibiciones ni límites electorales. Una de dos: ¡destrucción bajo las manos del imperialismo y del despotismo o la liberación con el gobierno de los trabajadores!  ¡No hay el término medio, ni en Venezuela ni en Turquía! ¡No hay término medio en este planeta, dividido por irreconciliables antagonismos de clase,   donde la mayoría trabajadora está dominada por un puñado de explotadores chupa sangre!

miércoles, 2 de enero de 2019

2018: año del resurgimiento de la tercera ola de la revolución mundial


2018: año del resurgimiento de la tercera ola de la revolución mundial
por Sungur Savran 01 01 2019



2018 fue un año de inflexión.
¿Un rayo de la nada?

Es curioso que el levantamiento de los gilets jaunes se discute casi exclusivamente dentro del contexto francés. Por supuesto, las consecuencias en otros países se mencionan de vez en cuando, Bélgica, Holanda, Alemania, Líbano y, lo que es más importante, Túnez, donde los chalecos han cambiado su color a rojo. En Turquía, los “chalecos amarillos” son muy populares dentro de la clase trabajadora y son una verdadera fuente de temor en los círculos gubernamentales.

Pero lo que es sorprendente es esto: una gran mayoría de los izquierdistas de todo el mundo están muy impresionados por este movimiento peculiar, pero no se detienen para plantearse la pregunta "¿por qué ahora?" Sabiendo muy bien que la mayoría de los izquierdistas han estado en las garras de La desesperación con respecto al futuro del mundo desde el colapso de los estados obreros a finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado, esto es sorprendente como mínimo. ¿Cómo es que la revolución está repentinamente en el aire una vez más, su espíritu y su melodía, si no es su materia todavía? Nadie, a nuestro entender, está tratando de responder esa pregunta.

La respuesta no se puede encontrar solo en Francia, es decir, su propia situación interna. En el primer artículo, que fue más ceñido a Francia, señalamos que ese país ha estado en la efervescencia desde la primavera de 2016. Así que esa es una respuesta con respecto a las raíces de este impresionante movimiento de gilets jaunes. Pero eso no es todo. La situación francesa está ligada orgánicamente a la situación internacional. Francia no está sola experimentando una insurgencia en 2018. Lejos de eso.

12 insurgencias en 12 meses

2018 fue un año de inflexión. El año comenzó con revueltas populares en dos países de mayoría musulmana: Irán y Túnez. Las masas iraníes volverían a cometer el delito en junio. (Para Irán, vea la discusión de dos de nuestros compañeros iraníes en
así como la apelación al pueblo iraní por nuestra corriente internacional:
De hecho, Irán estuvo en efervescencia durante todo el año, con huelgas de fábricas, acciones de conductores de camiones, luchas de maestros, etc., pisándonos los talones. Túnez, por otro lado, nunca se ha calmado realmente desde la revolución 2010-2011, con el interior del país, afectado por un desempleo juvenil extremadamente alto y una pobreza generalizada, manteniendo viva la llama de la rebelión. (Para Túnez, consulte la evaluación de nuestros compañeros franceses de la Revolución de la Ouvrière del Renacimiento: 

Rumania siguió su ejemplo. (Vea la discusión de un intelectual marxista rumano en nuestro sitio web:

http://redmed.org/article/romanian-protests-january-2018-and-what-do-we-learn-no-only-thly .) Impresionantes multitudes se reunieron durante días y días en plazas para protestar contra la corrupción y la agitación económica, desafortunadamente envenenada por el liberalismo de la UE. Saldrían de nuevo a su debido tiempo. En una Eslovaquia no muy lejana, decenas de miles de personas salieron a la calle en cerca de 50 pueblos y ciudades, algunos de ellos durante un mes completo, desde principios de marzo hasta principios de abril, en protesta por el asesinato de un periodista de investigación, Jan Kuciak. y su prometida, investigando la corrupción y el crimen organizado. Estas poderosas protestas derrocaron al gobierno.

Fue el turno de Armenia en mayo, donde decenas de miles se quedaron en la plaza principal de Ereván cerca de un mes. Allí, la cuestión inmediata fue una revuelta contra las ambiciones putinescas del hombre fuerte de Armenia, Serzh Sargsyan, desafiado por un forastero del establecimiento, Nikol Pashinian, quien ahora se encuentra cómodamente en el poder, después de haber derrotado a sus rivales en las recientes elecciones. Sin embargo, el trasfondo de todo esto fue la extrema pobreza en que se arrojó al pueblo armenio tras la restauración del capitalismo en la antigua Unión Soviética (consulte nuestro artículo aquí: 

Jordania salió en julio. Durante más de una semana, la plaza mayor de Amman estuvo ocupada por multitudes. La revuelta fue provocada por el aumento de los precios del combustible y una ley impositiva planificada que habría perjudicado gravemente los estándares de vida de los trabajadores y las trabajadoras. Esta rebelión, sin precedentes en los anales del país, obtuvo todas sus demandas importantes y además derribó al gobierno de Hani Mulki (vea nuestro artículo sobre Jordania aquí:
Los jordanos tuvieron que salir nuevamente en diciembre porque el nuevo gobierno no cumplió sus promesas.

Irak también estalló en julio. Fue la provincia de Basora, rica en petróleo, la que abrió el camino. La revuelta popular se extendió luego a otras regiones de mayoría chiíta del país. Siendo los chiítas el grupo etnorreligioso dominante en Irak desde la destitución y el asesinato de Saddam Hussein por parte del imperialismo estadounidense, no hubo cuestiones sectarias (chiítas o sunitas) ni étnicas (árabes vs. kurdas), sino simplemente cuestiones socioeconómicas como agua dulce, electricidad, desempleo y miseria general (consulte nuestro artículo aquí: 

América Latina no puede mantenerse fuera de las oleadas de insurgencia y levantamiento. Después de los días emocionantes de fines de la década de 1990 y principios de la década de 2000 (Ecuador en 2000, Venezuela en 2002, Bolivia en 2003 y nuevamente en 2005), el continente se había calmado momentáneamente por los gobiernos de izquierda de cualquiera de los "bolivarianos" en los diferentes  países) o matices post-leninistas (Lula y los liberales de izquierda). 2018 fue un año de inflexión allí también. Nicaragua explotó en abril y el malestar social continuó al menos hasta septiembre, con cientos de víctimas entre los insurgentes. El actual presidente y ex líder sandinista Daniel Ortega y su esposa y diputada Rosario Murillo pretenden estar todavía en la izquierda, lo cual es una mentira descarada. El malestar estalló precisamente porque Ortega, a instancias de sus mecenas imperialistas, recortó el sistema de seguridad social, aumentando los impuestos y recortando los beneficios para "recortar costos". Así que esta fue claramente una respuesta de clase que no puede ocultar ninguna retórica sobre su pasado sandinista o su lealtad bolivariana en este momento.

Haití, por otro lado, se acrecentó en julio (y luego nuevamente en diciembre), inmediatamente debido al aumento de los precios de la gasolina y el queroseno, pero más fundamentalmente porque la situación social es insoportable en ese país, con extrema pobreza, miseria y carencia. de empleos (vea el artículo de nuestros compañeros argentinos en este sitio web 

Diciembre vio el regreso de la rebelión popular al mundo árabe, esta vez en su extremo más meridional en el país africano Sudán. Los eventos comenzaron en la provincia de Atbara, conocida por su tradición de resistencia anticolonial y fuerte organización sindical, y luego se trasladaron a la capital, Jartum y otras 15 ciudades, y continúan a partir de la redacción de estas líneas. El objeto de desacato fue nuevamente la imposición por parte del FMI del levantamiento de los subsidios para el trigo y la gasolina. (Ver, en turco, 

También en diciembre, uno de los países de Europa donde menos se esperaría que estallaran las luchas de masas, se unió a la refriega. Ubicada entre Rumania y Eslovaquia, Hungría estaba bien situada para ser infectada por el virus de la revuelta geográficamente, pero totalmente impropio desde el punto de vista político. Este país ha estado bajo el yugo de su despótico presidente Viktor Orban durante algún tiempo y las recientes elecciones le han dado a este casi dictador más del 50 % del voto popular y casi dos tercios de los escaños parlamentarios. Así que fue una sorpresa ver a decenas de miles de personas, con la clase trabajadora como vanguardia, salir a la calle, muchas veces, en dos semanas en Budapest y en varias ciudades importantes. El objeto de desacato fue la nueva ley que extiende las horas de trabajo, cientos de horas al año e impone medidas adicionales de trabajo precario. Esta nueva legislación es llamada, con razón, la "ley de esclavitud" por las masas. El movimiento parece haberse aminorado con la Navidad y la firma de la ley por Orban. Tendremos que esperar y ver qué tipo de procesos elementales comenzarán estas dos semanas dentro de las filas de la clase trabajadora. Que se señale que, entre los 12 países evocados en este artículo, Hungría es el único donde lo que se ha experimentado no puede llamarse insurgencia. Pero solo las personas que viven en un país como Turquía (nuestro caso) pueden comprender el significado de decenas de miles de personas que salen a la calle durante días y días en un país como Hungría. Es por eso que lo hemos añadido en nuestra lista. El movimiento parece haberse aminorado con la Navidad y la firma de la ley por Orban. Tendremos que esperar y ver qué tipo de procesos elementales comenzarán estas dos semanas dentro de las filas de la clase trabajadora. 
¿Necesitamos, finalmente, mencionar a Francia una vez más?

Resurgimiento de la tercera ola de la revolución mundial.

2018, así, fue un año de inflexión. La inflexión apunta a un cambio en la presión atmosférica que provoca malestar social, rebelión popular, insurrección y, muy probablemente, cuando las condiciones están maduras, la revolución. Esta ola de insurgencias observada en 2018 en todo el mundo es, en nuestra opinión, la continuación de una ola revolucionaria que comenzó con las revoluciones árabes, en particular las de Túnez y Egipto, que dominaron la escena entre 2011 y 2013. Estas fueron acompañadas por rebeliones populares (el "Movimiento de las plazas") en otros países del Mediterráneo, primero en España y Grecia en 2011 y luego en Turquía en 2013 (el llamado "levantamiento de Gezi"). El Mediterráneo se convirtió en la nueva cuenca de la revolución mundial, como dice la leyenda que se encuentra en la parte superior de este sitio web en tantos idiomas. (RedMed, abreviatura de Red Mediterranean, en sí misma es el producto de esta ola revolucionaria. La ola no se limitó a la región del Mediterráneo o su interior (muchos países de los Balcanes experimentaron temblores en este período, lo más importante es la revuelta en Bosnia-Herzegovina en 2014, una insurgencia que reunió a trabajadores de todas las etnias desgarradas por los nacionalismos chovinistas). Desde el movimiento Occupy Wall Street hasta la erupción brasileña de 2013, muchos países distantes se convirtieron en parte de este vórtice.

Las tres olas de la revolución mundial.

Esta fue la tercera ola de la revolución mundial bajo el modo de producción capitalista, la tercera ola desde el inicio de la era de las revoluciones comunistas proletarias. La revolución mundial no es únicamente una abstracción basada en el análisis marxista de la integración de la economía mundial bajo el capitalismo. Ese análisis es totalmente correcto, por supuesto. Pero la revolución mundial es también una realidad viva concreta. La primera ola de la revolución mundial fue desencadenada por la mayor revolución proletaria hasta la fecha, la revolución de octubre de 1917. En sus pisadas estalló la revolución alemana (que luego se convertiría en la bávara), la húngara, el consigli di fabbrica.de Turín en Italia, el Clydeside Rojo de Escocia y la guerra civil de Finlandia. Esa ola se convirtió luego en las revoluciones anticoloniales de Medio Oriente, un vórtice que atrajo, durante varios años, a Egipto, Irak, Turquía, Siria y Palestina, por no mencionar las luchas militares antiimperialistas en Irán y Afganistán. Luego saltó a China (1925-27) y otros países asiáticos. La revolución en España fue posiblemente el canto del cisne de esta primera ola de la revolución mundial. (La experiencia latinoamericana de la década de 1930 también debe incluirse en este panorama general.)

La segunda ola llegó con la lucha contra el fascismo en Europa y contra el militarismo japonés en Asia, no menos cruel, durante la Segunda Guerra Mundial. La fiebre revolucionaria se apoderó de los países mediterráneos de Europa, extendiéndose desde Francia hasta Grecia. En la mayoría de los países, el poder no se tomó simplemente debido a la componenda de la dirección estalinista de la Unión Soviética con las potencias imperialistas y la servidumbre de la dirección de los partidos comunistas de Europa a la burocracia soviética. En Asia, los partidos comunistas eran menos serviles y tomaron el poder sucesivamente en Vietnam del Norte, China y Corea (más tarde Corea del Norte). Nos abstenemos de entrar en una discusión de otros países (como el caso de Indonesia y la India, temas que deben analizarse mucho más seriamente que antes).

Las revoluciones tunecina y egipcia fueron el presagio de la tercera ola de la revolución mundial. (No entraremos en la pregunta de por qué, a pesar del resurgimiento internacional de las luchas a nivel internacional y las experiencias muy reales de la revolución, por ejemplo en Portugal, no consideramos el período de 1968 como otro período más de la revolución mundial, nos alejamos demasiado del objeto de este artículo.)

El momento parlamentario

Con la derrota sufrida por la revolución egipcia a manos del general Mohammed al Sisi en 2013, la primera fase de esta ola revolucionaria se cerró abruptamente. Esta derrota eliminó la esperanza de una victoria rápida a través de la revolución para las masas de todo el mundo. Pero no eliminó, y no pudo, eliminar las fuerzas elementales que empujaron a la clase obrera y las masas hacia una lucha de clases más aguda por la supervivencia frente al asalto de la clase capitalista internacional en las condiciones de depresión económica que se había apoderado de todo el mundo. mundo. Así, el impulso por la supervivencia comenzó a buscar otros canales. Esto desencadenó el momento parlamentario de la tercera ola de la revolución mundial, en algunos de los países donde ese tipo de lucha parlamentaria podría ser posible.

Fenómenos tan dispares como el espectacular éxito de Bernie Sanders en las primarias de EE. UU., El ascenso de Jeremy Corbyn a la dirección del Partido Laborista en el Reino Unido y su éxito en las elecciones posteriores, el ascenso al poder (y la posterior traición) de Syriza en Grecia, la formación y el éxito temprano de Podemos en España, el mayor aumento de la Izquierda en Portugal (e incluso, hasta cierto punto, el éxito en las elecciones de junio de 2015 del HDP, el Partido de la Democracia Popular, en Turquía) dan fe de esta búsqueda. por una manera más gradual y gradual de lucha contra el gobierno del capital, por las masas. Entonces, como contrapunto al aumento del protofascismo de las elecciones europeas de 2014 en adelante, las fuerzas parlamentarias a la izquierda de la versión clásica de la democracia social también mostraron una clara tendencia a crecer.

Es obvio que incluso las victorias más incontestadas de estas fuerzas no podrían aportar mucho a la clase obrera y los trabajadores de ningún país. Así que no estamos llamando la atención sobre el "momento parlamentario" como otro tipo de solución a los problemas de las masas. Solo estamos señalando que la voluntad de las masas para luchar no se ha desvanecido junto con el declive del "momento de la insurgencia".
Pero un "momento parlamentario" dentro de una ola revolucionaria es una contradicción viva que no puede sobrevivir mucho tiempo. La inflexión de 2018 nos está sugiriendo que esa contradicción está madurando. El mundo se está volviendo una vez más a la insurgencia.

Algunas conclusiones muy claras.

Para no permitir que aquellos que se desesperan por la revolución intenten cerrar los ojos a los datos empíricos, resumamos muy claramente el balance de 2018 desde el punto de vista de la lucha de clases de las masas trabajadoras.

Hubo al menos doce movimientos de masas, once de ellos casos claros de levantamiento de masas, que indican una voluntad de las masas para luchar usando los métodos revolucionarios clásicos (aunque ninguno de estos movimientos aún puede caracterizarse como revoluciones).
De estos doce movimientos, una mayoría abrumadora (con las claras excepciones de Rumania y Eslovaquia y la posición ambigua de Armenia) surgieron sobre bases estrictamente socioeconómicas, fueron, por lo tanto, ejemplos típicos de la lucha de clases.
Muchos en la lista entraron en lucha incluso como resultado de la misma causa desencadenante: ¡el aumento de los precios del combustible!
La mayoría estaban situados en la misma geografía amplia de la cuenca mediterránea y su interior de los Balcanes y Europa del Este. Esta geografía pasa a ser idéntica a la geografía de la primera fase de la insurgencia de la tercera ola de la revolución mundial (diferentes países, mismas contradicciones generales).
No es cierto que estas insurgencias sean inútiles. Muchos gobiernos fueron derribados en la agitación.

Es difícil no concluir de todo esto que el mundo está entrando lenta pero seguramente en una nueva fase de insurgencias.

Esta es la inflexión observada en 2018.

CONCLUSIÓN FINAL

Es cierto que la tercera ola de la revolución mundial no ha ofrecido un solo ejemplo en el que se consumara la dinámica de una revolución o una rebelión popular. Incluso Túnez, que, por supuesto, logró una democracia formal y burguesa en lugar de una dictadura de un solo hombre que había durado al menos 23 años, si no más, no agotaba las posibilidades que las fuerzas de la revolución, en su mayoría proletarias, tenían en su poder. (Por eso, como se dice, la revolución tunecina es una revolución inacabada). El balance general es aún peor para otros países. De las muchas razones, algunas generales y otras específicas de cada país, la decisiva es la ausencia de partidos proletarios revolucionarios. Así que la lección para extraer del fracaso de la mayoría de estos movimientos no debería ser la desesperación, sino la necesidad de construir partidos revolucionarios con raíces en la clase obrera y la revolución internacional.

Sungur Savran DIP Turquía 
DIP Partido Revolucionario de los Trabajadores 



jueves, 14 de enero de 2016

Declaración del DIP sobre el atentado en Sultanahmet, Estambul

¡AQUELLOS QUE ARRASTRARON A TURQUÍA A UN TORBELLINO DE GUERRA CIVIL SECTARIA Y QUIENES DE ESTA FORMA HAN “SIRIANIZADO” TURQUÍA SON RESPONSABLES DE LA MASACRE EN SULTANAHAMET! ¡LOS CULPABLES SON EL AKP Y ERDOGAN!


Comunicado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (DIP)

El siguientes es el texto de una declaración del DIP sobre el atentado en Sultanahmet, Estambul, que asesinó a turistas alemanes y es atribuido al ISIS.

En Sultanahmet, una de las partes más turísticas y centrales de Estambul, un ataque con bombas del ISIS mató a 11 personas y dejó decenas de heridos. El Partido Revolucionario de los Trabajadores condena este ataque y ofrece sus condolencias a los familiares de las víctimas. Desde el punto de vista político, es el gobierno del AKP (Adalet ve Kalkınma Partisi, Partido de la Justicia y el Desarrollo; red.) y (el presidente Recep Tayyip) Erdogan, al tratar de dividir Turquía y el Medio Oriente en base al sectarismo, el responsable de esta explosión. Ha sido otro paso en el camino de la “sirianización” de Turquía. El gobierno del AKP está arrastrando a Turquía al torbellino de una guerra sectaria y cada paso de este gobierno termina con baños de sangre y masacres. El AKP podría ahogarse en este torbellino, pero aquellos que han perdido sus vidas en las masacres son trabajadores y personas inocentes.

El ataque de Sultanahamet no sucedió por casualidad. El Partido Revolucionario de los Trabajadores ha estado advirtiendo durante largo tiempo de que los asesinos sectarios takfiri[1] estaban considerando objetivos en el Medio Oriente no solamente a Irak y Siria sino también a Turquía. Se ha señalado que el AKP estaba llevando a Turquía al camino de una “sirianización” y que Turquía era el ideólogo de esta guerra reaccionaria junto con Qatar y Arabia Saudita. Este vil ataque contra turistas alemanes es el resultado del atolladero en el que se encuentra Turquía mientras trata de asumir el liderazgo del bloque suní. Todo esto no puede entenderse fuera del contexto de la política de guerra reaccionaria de Erdogan y el gobierno del AKP.

Justo luego de la masacre de Ankara, el primer ministro (Ahmet) Davutoglu suscitó un escándalo mayúsculo al responder a una pregunta sobre los atacantes suicidas: “Tenemos una lista de atacantes suicidas pero no podemos arrestarlos antes de que realicen el atentado”. Habiendo permanecido ocioso luego de los ataques de Diyarbakir, Suru y Ankara, el gobierno anunció en forma inmediata luego del incidente el nombre del atacante. A pesar de que el aparato de comunicación del AKP dice que el caso fue concienzudamente resuelto, el pasado de Davutoglu y el misterio acerca del ataque deja no pocas cuestiones sin resolver. La prohibición de publicaciones luego del ataque expone la intención del gobierno del AKP. El pueblo de Turquía debería preguntar: ¿Era este uno de esos atacantes suicidas cuyos nombres eran conocidos por Davutoglu y no obstante permanecían libres el que derramó la sangre de personas inocentes en el corazón de Estambul? ¿O era uno de esos militantes takfiri que pasaron libremente por las fronteras turcas el que consumó la masacre? Davutoglu es culpable.

Esta masacre es causada por el AKP, que llevó la reaccionaria guerra civil en Siria a Turquía para su supervivencia política. El AKP, al declarar que este ataque fue el resultado de la lucha de Turquía contra el terrorismo, absuelve su propio papel en estas masacres. El discurso de Erdogan es una completa abdicación de la razón. Erdogan, en su declaración, pasó lista a las organizaciones que en ese momento cruzaron su mente y una vez más creó el llamado “coctel de organizaciones”. Dijo que el atacante era un ciudadano de Siria y evitó pronunciar la palabra ISIS. Mientras que solamente 44 segundos de su discurso estuvieron referidos al ataque, se dedicó 10 minutos a atacar a los académicos que habían publicado una petición por la paz y a señalarlos públicamente como un objetivo. Ese es el reflejo de una psicología de culpa. Agentes de la guerra sectaria, instigados por Erdogan, él mismo candidato a liderar las fuerzas reaccionarias, un aspirante a “rais” (título aplicado a los gobernantes del antiguo Imperio Otomano; red.) del mundo suní junto a Qatar y Arabia Saudita, han asesinado cobardemente a personas inocentes en Sultanahamet. Erdogan es culpable.

Por otro lado, el vice primer-ministro Numan Kurtulmus dijo que lo que sucedió fue una repercusión de las guerras por el poder en Siria. Kurtulmus, al utilizar la expresión “por el poder”, admite que los imperialistas y los países de la región, incluida Turquía, apoyan en una u otra forma a ciertas organizaciones en la guerra civil siria. Los funcionarios de la AKP y sus propagandistas manipuladores han expresado repetidamente que Turquía estaba ayudando y protegiendo a las fuerzas turcomanas y suníes takfiri en Siria. El AKP es el que ha apoyado los lugartenientes de la guerra en Siria.

El AKP no puede tan fácilmente lavarse las manos acerca del terrorismo sectario apoyado por este mismo partido. Turquía oficialmente considera a ISIS una organización terrorista. Turquía fue forzada recientemente a retirar sus tropas de la base de Bashiqa, cerca de Mosul, cuya presencia allí había disparado una reacción del gobierno iraquí ¡Observen! De repente ISIS ataca la base de Bashiqa con misiles. Erdogan y el AKP utilizaron esto como una excusa a fin de mantener la presencia militar turca en esta región diciendo “este ataque prueba que teníamos razón”. Cuando el gobierno iraquí insistió en la retirada completa de las tropas turcas, por otra extraña coincidencia se bajaron de Internet videos propagandísticos acerca del ataque de ISIS en Bashiqa. No nos confundamos por este antagonismo de las fuerzas del AKP y los takfiri. Tanto ISIS como el AKP son culpables.

La clase obrera y los oprimidos deben unirse contra el takfirismo y su benefactor, el gobierno del AKP. No podemos luchar contra el takfirismo sin luchar contra el imperialismo. Los imperialistas de la Unión Europea y los EEUU son responsables por la actual situación en Medio Oriente como centro de la guerra en el mundo. Los sionistas de Israel están celebrando a escondidas mientras se desarrolla una guerra sectaria y las bombas explotan en Bagdad, en Beirut y en Estambul. Las masas trabajadoras son las que sufren estas guerras. Los trabajadores turcos, kurdos, árabes e iraníes deben luchar y unirse contra sus propios gobiernos sectarios y reaccionarios.

DIP (Devrimci Iṣҫi Partisi, Partido Revolucionario de los Trabajadores), Turquía

13 de enero de 2016

[1] Los takfiri son una secta musulmana que considera herejes a los que se debe exterminar a todos los que no aceptan su interpretación del islam. El ISIS (Ejército Islámico) se funda ideológicamente en la secta takfiri (nota de redacción).

tomado de una traducción realizada por el Partido Obrero de Argentina

lunes, 19 de octubre de 2015

La Sirianización de Turquía


La Sirianización de Turquía

La inmensa catástrofe que asoló las calles de la capital de Turquía en Ankara, el 10 de octubre, cuando dos bombas explotaron en medio de una multitud de lo que posiblemente fue de cientos de miles de personas, que lleva a la muerte a un número indeterminado de personas, en todo caso superior a cien, y heridas a cientos, algunos todavía en el riesgo de muerte, es un claro recordatorio, si es que hacía falta alguno, que se trata de un país bajo una grave crisis política. La trágica pérdida de vidas, que van desde un niño de nueve años de edad a una mujer de setenta años de edad y que involucra la muerte de un número muy elevado de jóvenes, ha dejado en profunda pena y luto a todos los que participaron en la manifestación por la paz que fue atacada: al movimiento de la clase obrera, la amplia izquierda, la comunidad alevita (la denominación minoritaria religiosa en Turquía), y el pueblo kurdo. Es motivo de consuelo, sin embargo, presenciar el hecho de que el principal objetivo de este horrible ataque ha sido frustrado, ya que, a pesar del dolor, las masas no han sido intimidadas y han salido en estado de ánimo militante, tanto para protestar como para enterrar a sus muertos.

El gobierno del AKP responsable

De manera inusualmente precipitada, el gobierno ha afirmado haber llevado a cabo una investigación sobre lo que pretende ser un doble atentado suicida. Señalan con el dedo a la mala fama de ISIL (el Estado Islámico de Irak y el Levante, también conocido como ISIS) y afirman que se trató de un ataque a la unidad de Turquía (¡por qué los que se concentran en la unidad del país pero por décadas han atacado las manifestaciones de la clase obrera o de las minorías oprimidas, y nunca un acto de extrema derecha, sigue siendo un misterio!)

Es que los verdaderos autores son el gobierno del AKP y sobre todo lo que se podría llamar el gabinete interno que sirve Recep Tayyip Erdoğan, por tanto responsables de esta tragedia. La responsabilidad podría llegar a ser directa. Como se explica en un artículo reciente sólo hace un mes[1], el campo de Erdoğan, después de haber perdido el AKP la mayoría en el parlamento en las elecciones del 7 de junio, establece un camino estratégico extremadamente peligroso de librar una guerra contra los kurdos de Turquía con el fin de erosionar la base electoral del ala parlamentaria del movimiento, el HDP. El objetivo concreto es empujarla debajo del escandalosamente alto umbral electoral del 10 por ciento, y así restablecer la mayoría anterior del AKP en el parlamento en las nuevas elecciones programadas para el 1° de noviembre, con el fin de evitar la amenaza de una investigación parlamentaria sobre el sinnúmero de casos documentados de corrupción que involucran a Erdogan y sus ministros, además de muchos otros crímenes por los que pueden ser juzgados. Es posible que aunque el gobierno está tratando de echar la culpa a ISIL por el delito, en realidad se trata de los agentes del notorio "estado profundo" turco, ahora controlado por el campo de Erdogan, los que han llevado a cabo la operación. De no ser así, es muy probable que las fuerzas de seguridad y la agencia de inteligencia, controlada sólo por el gabinete interno de Erdoğan, miraran hacia otro lado mientras ISIL, si es que fueron los autores, cometía este crimen atroz. El autor de estas líneas está convencido de que la información se filtrará mucho más pronto que tarde al respecto en este caso.[2] La prohibición muy estrecha que se le ha impuesto a los medios de comunicación en el caso, incluyendo no sólo la publicación de evidencia concreta sino de comentario crítico, no hace más que confirmar que el gobierno teme este tipo de fuga de información.

Incluso si el gobierno no estuvo directamente involucrado, sigue siendo indiscutiblemente responsable por la total negligencia observada. Este incidente es sólo una secuela bárbara a una serie de acciones que se vieron, por primera vez, con las bombas que estallaron en los locales del HDP o en sus concentraciones en el período previo a las elecciones, y luego por un terrorista suicida con el asesinato de 34 izquierdistas turcos en Suruç el 20 de julio en respuesta a su solidaridad con Kobane, la ciudad en la entidad autónoma kurda de Rojava del Kurdistán sirio, fuertemente bajo asedio hace más de un año por el ISIL. En ninguno de estos casos el gobierno llevó a cabo una investigación criminal digna de ese nombre. Aunque abusivamente citó el ataque a Suruç, para lo cual creó una unidad "antiterrorista" a partir de agosto, ésta terminó haciendo caso omiso de los autores del ataque y se concentró, en cambio, en las víctimas, es decir, el movimiento kurdo y su pueblo, como se explica en un artículo anterior nuestro. Es así como el gobierno del AKP le ha dado, a todos los efectos, licencia al ISIL para sus ataques a los movimientos de oposición kurdos y de izquierda, y en consecuencia es responsable de la masacre de Ankara, en un sentido muy concreto.

El ataque más salvaje a la movilización del movimiento obrero

Es de la mayor importancia política recordar quiénes fueron los organizadores de la manifestación tan atrozmente atacada. Aunque los kurdos participaron masivamente, no fue un evento organizado por el movimiento kurdo en sí, como la mayoría cree ante tanta manipulación informativa. Este fue un evento organizado por dos confederaciones sindicales y dos asociaciones profesionales, uno de médicos y el otro de ingenieros y arquitectos, siendo ambos aliados tradicionales del ala progresista del movimiento sindical. En definitiva, se trataba de una acción de la clase obrera que denunciaba la guerra contra los kurdos. Todo el contingente de 14 miembros de la unión de trabajadores ferroviarios murió como consecuencia de las bombas, a la par de las bajas distribuidas en los otros sindicatos.

Dado el papel de la clase trabajadora en la manifestación, de inmediato hay que poner este suceso en su perspectiva histórica. La imagen resultante es significativa en sí misma: en un país cuya historia está llena de demostraciones de la clase obrera violentamente anuladas con muchas bajas en vidas humanas, la masacre del 10 de octubre de Ankara se destaca como, con mucho, el peor de los ataques nunca jamás salvajemente perpetrado. El más cercano que se interpone en comparación histórica es la gran provocación del 1° de Mayo de 1977 en la plaza Taksim en Estambul, donde murieron 34 personas. ¡Esta vez la cifra de víctimas es al menos tres veces mayor que aquella!

Esto no es un acto de violencia sin sentido. Si ISIL está realmente involucrado en el asunto, sus motivos eran probablemente una forma de elevar la apuesta. La última vez cuando organizaron un ataque claro en suelo turco, Turquía, bajo cuerda pero de una manera descarada, seguía defendiendo de manera acomodaticia las actividades de ISIL en Siria. Ahora las apuestas son más altas. En una medida engañosa, Turquía ha abierto su base aérea de Incirlik para el bombardeo de aviones de guerra estadounidenses a territorio ISIL y más tarde se unió a la coalición elaborada por los EE.UU. contra el mismo. Así, para ISIL la apuesta tuvo que aumentarla con el fin de convencer al campo Erdoğan que este takfiri –organización sectaria sunita– es una fuerza formidable que está lista, sin embargo, a ir de las manos con Turquía en la guerra contra el PKK y su aliado el PYD , la fuerza gobernante en Rojava, en el Kurdistán sirio.

En la medida en que el Estado turco está involucrado en la planificación y ejecución del atentado en Ankara, su propósito fue, en nuestra opinión, para cortar de raíz la alianza naciente entre el movimiento obrero y la lucha de liberación kurdo. Hemos estado tratando, desde hace muchos años, de explicar que la clave para la victoria de las masas sobre las fuerzas reaccionarias que gobiernan Turquía se encuentra en este tipo de alianza. Las fuerzas dominantes son muy conscientes de esto y esta es una de las principales razones por las que esta demostración fue atacada con tanta fuerza.

Se vuelven a barajar las cartas en Siria

La intervención de las fuerzas armadas rusas en Siria ha atraído naturalmente, una gran cantidad de atención en todo el mundo. Esta acción modifica radicalmente la situación concreta en Siria y tiene ramificaciones para la política internacional en general. A los efectos de este artículo, vamos a circunscribir nuestros comentarios al impacto de la intervención rusa en Siria respecto a Turquía, dejando los aspectos más generales para otra ocasión. La incursión rusa en Siria está mucho más relacionada con el intervencionismo activista turco en ese país de lo que generalmente se admite. Es nuestra opinión que el momento de la decisión de Rusia está estrechamente ligado a las intenciones de Erdogan con respecto a Siria. En nuestro artículo anterior mencionado anteriormente, hemos dicho que si el AKP fallara para obtener la mayoría de los escaños en el Parlamento en las próximas elecciones del 1° de noviembre, el campo Erdoğan con toda probabilidad encontraría una excusa para enviar a los militares turcos a Siria. Como el lector probablemente sepa, el gobierno ya ha sentado las bases para una excusa: la existencia de Rojava en el Kurdistán sirio como una entidad autónoma kurda con vínculos con el PKK ya ha sido declarado inadmisible por el gobierno turco. Pero desde que los EE.UU. cooperan con las fuerzas armadas de Rojava en la lucha contra ISIL, Turquía podría con toda probabilidad utilizar esto último como una excusa para hacer una incursión militar con fuerzas de tierra en Siria con el pretexto de luchar contra este último, pero en realidad para suplantar la presencia de las fuerzas armadas kurdas en Rojava.

Todos estos planes han sido arrojados al viento con la entrada de Rusia en la escena. El gobierno de Putin, en nuestra opinión, intervino precisamente en este momento debido a que el tipo de incursión militar por parte de Turquía a Siria que acabamos de describir, probablemente resultaría en una conflagración de proporciones inimaginables en el Medio Oriente, algo que obligaría a Irán a intervenir y así terminar con una crisis inmanejable. Habiendo percibido o incluso haberse enterado por sus servicios de inteligencia de las intenciones del campo de Erdogan, el gobierno de Putin simplemente hizo un movimiento preventivo. Que esto sea así se confirma por el hecho de que los aviones de guerra rusos han violado repetidamente el espacio aéreo turco y desafiado las reglas de enfrentamiento que Turquía había establecido vis-a-vis con la fuerza aérea de Assad. Tanto es así que el secretario general de la OTAN, en un discurso muy poco diplomático, declaró que tales violaciones rusas no fueron accidentales, lo que implica que Rusia estaría tratando de decirle algo a Turquía. Estamos de acuerdo. Las cosas han llegado a un punto tan vergonzoso para Turquía que, si bien fue este último país el que había demandando una zona de exclusión aérea en contra de la fuerza aérea siria en el norte de ese país desde hace mucho tiempo, ¡ahora la zona de exclusión aérea de facto ha sido establecida por Rusia contra la propia Turquía! La conclusión más general que debemos sacar de todo esto es clara: a menos que el campo de Erdogan esté listo para provocar una guerra mundial, los planes para una incursión militar turca en Siria necesitan ser puestos en el congelador en el corto plazo.

¿Dónde deja esto al campo de Erdoğan? Si las elecciones no le proporcionan una mayoría en el Parlamento, esto sería otra vez elevar el espectro de una investigación parlamentaria que amenazaría con arruinar el futuro político, para abreviar, todo el futuro de Erdoğan. Ahora el camino a la salvación a través de Damasco, es decir, un estado de guerra que le otorgue poderes especiales a su gobierno, también está cerrado por la incursión de Rusia en Siria. La única opción que le queda es la Sirianización de la propia Turquía. Con esto queremos decir una estrategia de guerra civil basadas en los takfiri, las fuerzas de la milicia sunita sectaria de cosecha propia para mantener a Erdoğan en el poder. Las fuerzas islamistas que el gobierno del AKP ha protegido y apoyado durante la guerra civil siria pueden decidir corresponder y ayudar al campo de Erdoğan en la realización de lo que en realidad equivale a una guerra civil. Esta estrategia puede resumirse en la siguiente fórmula: ¡si usted no pudo llevar Turquía a Siria, entonces, lleve Siria a Turquía!

Milicia sunita sectaria de cosecha propia

Una serie de eventos que se desarrollaron en el transcurso de estos últimos meses ha sacado a la luz pública un proceso que, con evidencia, se inició después de la revuelta popular que fue provocada por el incidente Gezi en junio de 2013. A lo largo de todo el verano, esta revuelta creó gran temor y preocupación en el gobierno del AKP. Dos estrategias diferentes fueron ideadas. El campo que se cristalizó en torno a Abdullah Gül, también uno de los fundadores y miembro destacado del AKP y para aquel entonces presidente de la república, y que pasado el tiempo fuera reemplazado por Erdoğan en agosto de 2014, prefiere una estrategia de difusión basado en la división de las masas insurgentes en un ala moderada y otra radical. El campo de Erdogan, por su parte, optó por la demostración de fuerza con pura represión, con base al todavía fuerte apoyo electoral de las capas más conservadores de la sociedad dispuestas a prestarle apoyo a su liderazgo. Ahora ha trascendido que ha vuelto a aparecer un componente indispensable de esta estrategia represiva con la formación de un conjunto de fuerzas abiertamente contrarrevolucionarias que se desplegarían en caso de una amenaza al poder de Erdogan.

Sin entrar en los detalles de la cuestión que inevitablemente aburrirían y confundirían al lector no iniciado en los entresijos de la política turca, vamos a ofrecer rápidamente una vista panorámica de las fuerzas preparadas de este modo por el campo de Erdogan. Los ataques recientes han sacado a luz pública una nueva formación llamada "Osmanlı Ocakları". La palabra "ocaklar" se refiere a los jenízaros de los otomanos y de ahí el nombre de esta organización que mejor se puede traducir como el Cuerpo Otomano. Esta formación estuvo activa en los ataques contra el principal diario secular Hurriyet por su cobertura crítica de ciertos aspectos de la política de Erdogan. También hizo sentir su presencia en los ataques por turbas en las sedes del HDP, el partido parlamentario kurdo, en más de 140 ubicaciones en toda Turquía la noche del 8 de septiembre. Esta formación, al parecer, está creciendo rápidamente, atrayendo a desempleados y al lumpen-proletariado con dineros del AKP. Afirma que ya está organizada en 73 de las 91 provincias de Turquía.

Está además el IBDA-C, una organización islamista radical que es anterior al AKP, cuyo líder carismático estuvo en la cárcel durante largos años, sólo para ser puesto en libertad bajo la protección apenas disfrazada del propio Erdoğan a raíz de la sublevación en Gezi. Esta organización aboga clara y abiertamente por el uso de métodos violentos contra los enemigos del Islam. De una postura crítica vis-a-vis con la tradición parlamentaria islamista en Turquía en el pasado, ahora ha orientado sus esfuerzos a una defensa clara de la dirección de Erdoğan.

Mientras el IBDA-C es fuerte en la parte occidental del país y se ha mantenido ocupado atacando al movimiento estudiantil y, en particular, los kurdos, el Hezbolá kurdo, otra organización de milicia que Erdoğan ha resucitado últimamente, debe su crecimiento a las fuerzas reaccionarias dentro de la sociedad kurda. Este movimiento fue muy activo en la década de 1990 y notoriamente ha masacrado figuras políticas civiles kurdas en connivencia con las fuerzas de seguridad. Pero una vez que Abdullah Ocalan, el líder del PKK fue capturado en 1999 y enviado a la cárcel, vio perdido su atractivo y pasó a ser reprimida por el Estado a partir del 2000. Sin embargo, sus líderes, al igual que la de IBDA-C fueron liberados de la prisión últimamente, se han fundido en la legalidad y ahora están representados a través de la mediación de un partido legal de aspecto inocente. El Hezbollah kurdo, absolutamente sin ningún tipo de conexión con su homónimo del Líbano, es una organización de la guerra civil al interior de la sociedad kurda. Ha sido muy útil en transformar la serhildan (Intifada en kurdo) de octubre de 2014  a partir de un levantamiento popular en una lucha armada entre dos grupos, los milicianos del PKK y sus propios contingentes armados. Esta es precisamente la razón por la que está siendo apoyado y protegido por el campo de Erdogan.

Hay otras fuerzas, algunas dentro de la mafia turca, por ejemplo. Una de ellas, Sedat Peker, un resuelto admirador de Erdoğan, organizó una manifestación "contra el terrorismo", como así denominan la lucha kurda por la emancipación nacional, precisamente un día antes de la manifestación del 10 de octubre. Hablando delante de un cartel de Erdoğan, Peker amenazó a los partidarios del movimiento kurdo con ¡"sangre que fluirá como un río"! También están las Brigadas Turcomanas con nombres de diferentes sultanes en la historia otomana, que se encargan de luchar contra las fuerzas del Kurdistán sirio en Rojava.

En definitiva, todo este conjunto de fuerzas que están siendo apoyados y protegidos por el campo de Erdoğan es un indicativo del hecho de que la estrategia de la guerra civil no es ajena a ellos. Ahora que la intervención militar en Siria parece estar descartada, esta alternativa parece cada vez más realista para la búsqueda de la supervivencia de Erdogan.

Fraternidad entre los pueblos o la barbarie

El Medio Oriente y el Norte de África se están moviendo rápidamente hacia una situación de guerra civil en el mundo islámico entre sunitas y chiítas (estos últimos, en alianza con alevíes). Arabia Saudita y Qatar son los principales instigadores del campo sunita mientras que Irán, por supuesto, es la fuerza dirigente del campo chiíta. El sueño de Erdogan es (o quizás sólo debamos decir "era") dirigir las poblaciones sunitas en este tipo de lucha por la supremacía en el mundo islámico. Este es un sueño que tiene sus raíces en la gloria del pasado otomano. Esto implica inmediatamente la reconstitución de la umma, la comunidad islámica en general, bajo la guía del Califato, que fue abolida por la joven república en 1924. Esta supresión los islamistas en Turquía nunca han sido capaces de digerirla.

Este tipo de guerra sectaria dentro del Islam será una reedición de las guerras religiosas de Europa Occidental con violencia redoblada. Es lo que hay que evitar a toda costa. El campo de Erdoğan, así como Arabia Saudita, Qatar e Irán están jugando con fuego. Esta amenaza extrema en Medio Oriente y al norte de África tiene que ser contrarrestada por las fuerzas que no tienen participación en la renta de la tierra generada por el petróleo y el gas natural y en las llamadas finanzas de la Sharia del mundo árabe.

Visto desde el ángulo regional, la guerra civil siria es precisamente una guerra de poder entre estos dos campos. Erdogan es un líder de primera línea del campo sectario sunita. Para incluso comenzar a demandar la lealtad del resto del mundo suní, Erdoğan tiene que ganar su guerra por la supervivencia dentro de Turquía. En esto se ha manifestado su suerte con los takfiri, fuerzas sunitas y sectarias dentro y fuera del país. Esto está llevando a Turquía al precipicio de la Sirianización.

Turquía es, por otro lado, un país pleno de ebullición. Las revueltas de diferentes tipos han tenido éxito en los talones de cada uno dentro de los últimos dos años. Un año después de aplacada la revuelta popular de Gezi, tan poderosa en las ciudades occidentales del país, pero no en el Kurdistán turco, el serhildan, es decir, un levantamiento popular de la población kurda estalló durante una semana en apoyo de la lucha en Kobane contra el ISIL. En ninguno de estos acontecimientos trascendentales estuvo la clase obrera presente como clase. Sin embargo, en el mes de mayo de este año una lucha que llevó a decenas de miles de trabajadores metalúrgicos en erupción, se difundió de su ciudad natal original, en Bursa, un centro industrial cerca de Estambul, a muchos otros centros industriales. Después de un largo período de inactividad, la clase obrera ahora está de nuevo en acción. Así que esta es una sociedad que también está llena de promesas. Es sólo mediante la superación de las divisiones entre las tres fuerzas que están representados por estas tres olas de lucha que las fuerzas progresistas pueden ganar. Y aquí dos cosas son fundamentales: la fraternidad entre los turcos y kurdos y la entrada de la clase obrera en la escena política. En caso de que estas dos condiciones se unan, Turquía no sólo verá el equilibrio interno de fuerzas cambiar decisivamente a favor de una solución progresiva a su crisis política, sino que también puede actuar como factor desencadenante de una solución de futuro, en un proceso de revolución permanente, a los problemas que enfrenta todo el Medio Oriente.

Qué tendencia finalmente ganará será decidido por las fuerzas vivas de la historia. Estamos por ver si la izquierda socialista está a la altura de sus responsabilidades históricas.

El artículo fue publicado por primera vez en http://www.socialistproject.ca/bullet/1175.php.

Sungur Savran






[2]Post scriptum: Tan pronto como estas líneas fueron escritas y el artículo enviado a la redacción de Socialist Proyect para su consideración, el principal diario en lengua turca, Hurriyet, revela que no sólo los nombres de los dos atacantes suicidas estaban circulando durante meses como amenazas potenciales, sino que además, tres días antes del fatídico día, se le informó, precisamente, a la policía que este tipo de ataque se estaba planeando. A menos que este informe resulte ser falso, el abandono total de la policía, que para nada se le vio en el sitio de la reunión desde antes que la primera de las bombas finalmente explotara, es escandaloso o incluso un acto deliberadamente criminal.