Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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viernes, 16 de mayo de 2014

La economía de mercado en la frontera


La economía de mercado en la frontera

El contrabando de gasolina hacia Colombia es tan grotesco que Rafael Ramírez dice que es más lucrativo que el negocio del narcotráfico. La realidad es cercana a lo que dice. Veamos, en Venezuela se expende el litro de gasolina a 0,097 bolívares, el cambio o relación bolívar-peso en la frontera es a la tasa del mercado negro, redondeando a favor del peso, es decir, un poco mayor al de la tasa del mercado negro en cualquiera otra parte del país. Si tomamos el cambio de 70 bolívares por dólar y el de 1.900 pesos por dólar (cambio oficial), resulta en 27 pesos por bolívar; la gasolina de contrabando luego se vende en Colombia en pesos contantes y sonantes. De eso resulta que el diferencial entre compra y venta es abismal.

Veámoslo en números con el dólar como referencia. El ejemplo tendrá como unidad el costo de un tanque de un auto de 40 litros de capacidad. A razón de 0,097 bolívares cada litro, el tanque lleno cuesta 3,88 bolívares. Eso equivale a 0,615 dólares a la tasa de cambio de 6,30, o a 0,35 dólares a la de 11 bolívares por dólar. En Colombia el galón (3,78 litros) cuesta 8.600 pesos o 2.275 pesos el litro, por lo que llenar un tanque de 40 litros resulta en 91.005 pesos; al cambio oficial de  allá (±1.900 pesos por dólar) el litro de gasolina cuesta 1,19 dólares, por tanto, un tanque de 40 litros se llena con 91.000 pesos o 47,9 dólares.

Aquí en Venezuela, si pudiese comprar el del país vecino directamente la gasolina, la conversión de pesos a bolívares utiliza la tasa de mercado negro del dólar en Venezuela. Él  sabe que el tanque de 40 litros le sale en 3,88 bolívares, o lo que es lo mismo, en 105,14 pesos con el dólar paralelo a 70 bolívares (serían 27 pesos por bolívar), contra 91.000 pesos allá, una diferencia respecto a lo que pagaría en Colombia de 865% a precio oficial.

Las cinco estaciones de servicio del Sistema de Abastecimiento Fronterizo Especial de Combustible (SAFEC) que tiene Venezuela en la frontera, venden la gasolina a 28 bolívares el litro. En pesos en la frontera, el tanque de 40 litros costaría 30.352 pesos, aproximadamente 1/3 de lo que sería en su país, 91.000 pesos. Sin embargo, la que se contrabandea, luego de “pasar el rio” en tierra colombiana, la venden a 20.000 pesos la pimpina, que tiene 20 litros de capacidad. Es decir, el tanque referenciado en este ejemplo costaría el doble, 40.000 pesos, de todos modos un negocio redondo. ¿Si el contrabando, que no es de bisuterías, está en el orden de los cien mil barriles de gasolina diarios, entonces por qué no se instalan de 100 a 200 estaciones de servicio en la frontera y se le vende al país vecino a un precio menor que el precio colombiano, dando beneficio como producto de exportación?

Hay variación en cifras sobre la cantidad diaria de contrabando de gasolina que pasa la frontera. Desde Rafael Ramírez, como jefe máximo de la industria petrolera, hasta expertos petroleros como Rafael Quiroz, dicen que entre 50.000 a 100.000 barriles diarios salen de contrabando para Colombia, desde La Goajira hasta el Amazonas, Brasil, por la Guayana venezolana, y a Trinidad-Tobago y Guyana, por la costa oriental y el delta del río Orinoco. Esas magnitudes son imposibles de pasarlas sin que las “autoridades” no las vean, y lo que es más inverosímil, que no se aprovechen también.

Los funcionarios que custodian nuestras fronteras no son civiles, son militares. El contrabando de gasolina, y de otros bienes que resultan favorables por sus precios a las comunidades fronterizas de los estados vecinos, es aprovechado por mafias, con la complicidad de los militares de alta jerarquía destacados en los puestos fronterizos. El alto gobierno, tanto en la cuarta como en la quinta república, siempre fue permisivo con esta situación. En esencia el contrabando se contrarresta ejerciendo los trabajadores y el pueblo el control sobre el comercio exterior. El de gasolina se reduce a exportarla a precios internacionales con un número mucho mayor de estaciones de servicio en la frontera, no con la bufonada de 5 de norte a sur del país. El declive del bolívar, que ahora se agudiza debido al diferencial cambiario, conduce al gobierno, ante el creciente desabastecimiento nacional y su déficit fiscal, al aumento de la gasolina en el mercado interno buscando solucionar su crisis cargándosela a los trabajadores.


martes, 14 de enero de 2014

BONAPARTISMO TARDÍO POR EXIGENCIA DEL SECTOR MILITAR EN EL GOBIERNO


Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014

BONAPARTISMO TARDÍO POR EXIGENCIA DEL SECTOR MILITAR EN EL GOBIERNO
Análisis político respecto a la “contraofensiva económica” de Maduro

La pervivencia de las relaciones sociales basadas en el capital se sustentan en un Estado fuerte con un gobierno estable que lo administre a conciencia. Cuando el Estado es débil un gobierno fuerte lo compensa. Un gobierno fuerte puede tener distintos matices, desde un presidencialismo notorio hasta una dictadura gorila. En ambos extremos para ser el regidor de la lucha de clases y así garantizar el sostenimiento a las relaciones sociales basadas en el capital.

Con la llegada de Chavez al gobierno en 1999 las condiciones del Estado eran las de uno bastante débil, tanto por su precaria situación económica como por la alta inestabilidad política. Mientras hasta 2001 intentó hacer convivir los factores contradictorios de la lucha de clases dándole más fortaleza al Estado con rasgos nacionalistas en el marco burgués, lo enfrentaron a los intereses del imperialismo, y en consecuencia, la tendencia a la debilidad del Estado se acrecentó. Con la arremetida del imperialismo de desalojarlo del poder, Chavez recurrió a las masas explotadas y oprimidas para enfrentarlo mientras a la par se le garantizaba los derechos de explotación desde su Estado a la clase social burguesa, más interesada en mejorar su tajada en el reparto del capital como socia del extranjero. El nacionalismo, en ese marco, no transgredía tales derechos, pero un gobierno fuerte era imprescindible para imponerlo elevándose por encima de la lucha de clases como un Bonaparte. Que adicionalmente una bonanza económica lo acompañara, consecuencia de los altos precios del petróleo, permitía ejercer con cierta comodidad tal papel (el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos se incrementó 173% entre 2003 y 2008)[i].

El quiebre de las ilusiones nacionalistas de una economía “para todos” lo define el último trimestre de 2008 con la caída estruendosa del precio del petróleo de 140 dólares a menos de 40 por barril, una consecuencia nacional de la crisis financiera mundial iniciada en 2007. Junto a esto el pago a valores de mercado de las nacionalizaciones forzosas o convenidas con sectores de la burguesía también afectados por la misma crisis o como respuesta a la lucha de los trabajadores en salvaguardar sus puestos de trabajo pero también para desmovilizarlos como en SIDOR.

El bonapartismo sin una chequera sustanciosa a la mano no deja de serlo, sin embargo, en su ausencia no había otra que recurrir al endeudamiento externo para luego terminar aplicando las muy tradicionales medidas económicas de ajustes monetarios que terminarían pagando la base social de apoyo. El círculo vicioso de endeudarse, devaluar la moneda, más endeudamiento, más devaluación, se tornó en lo habitual del marco económico a partir de 2010, todo para garantizarle la supervivencia del Estado a sus legítimos dueños a través del capital y su mayor acumulación con la renta petrolera.

Aún con los precios del petróleo estabilizados en los 100 dólares a partir del último trimestre de 2010 hasta el presente, el gobierno se vio precisado a ajustar las leyes de endeudamiento adjuntas a las de presupuesto para 2011, 2012 y 2013 a mitad de cada año. La renta petrolera, el motor de la economía venezolana y también el alimento para la voracidad de la burguesía, resultaba insuficiente, más cuando su sector manufacturero nacional decidió sacar más provecho de las importaciones que de desarrollarse a lo interno. Lo importante no era producir nacionalmente, era disponer a la mano de los insumos y recursos industriales importados para surtirlos al mercado.

Políticamente Chavez deja una herencia de estabilidad política con su avasallante triunfo en octubre de 2012, sin embargo también había dejado un relajamiento progresivo de su papel unipersonal en la economía política del país desde que su salud se viera afectada por las vicisitudes del cáncer que lo aquejaba. A los embates de la crisis mundial y el efecto que ello ocasionaba en las exportaciones petroleras desde finales de 2008, Chávez siempre buscó la forma de seguir beneficiando a la burguesía con mecanismos distintos a los de control de cambio, primero con el dólar permuta, luego con el SITME. Los convenios con China y Rusia, los nuevos ejes de contacto luego de enfrentarse al imperialismo yanqui, permitían disponer de recursos adicionales vía endeudamiento, y al ser totalmente ajenos al control presupuestario, destinarlo a donde mejor conviniese tanto a la burguesía tradicional como a la nacida bajo el ala protectora del Bonaparte, la mal llamada boliburguesía. El resto seguiría alimentado la base social con maltrechas misiones (corruptas como PDVAL) o el crecimiento vertiginoso de la burocracia gubernamental que permitía echar más bolívares a la economía y elevar los índices de liquidez de la cual la banca sacaba su mayor tajada.

El bonapartismo en declive de Chávez le dejaba casi en su totalidad el campo de acción a la burguesía y eso se demostró con la elevación a partir de junio de 2012 del valor del dólar paralelo o con la necesidad del gobierno de Chavez de vender 3.000 millones de dólares en oro de las reservas internacionales en septiembre de ese año para saciar sus apetitos de divisas. A las críticas desde su gabinete económico a esto y hasta el planteamiento que desde allí se hizo de aplicar la devaluación de una vez (tendría su momento definitivo en febrero de 2013 con un Chavez aún vivo pero incapaz de decidirlo), la respuesta de Chavez fue la jugarse el todo por el todo, la elección presidencial de octubre 2012, y no la de medio salvar la economía con medidas como esas ya que irían en contrario a una victoria al repercutir en su bastante golpeada base social.

La centrífuga política que genera la muerte de Chavez al interior de los clanes y camarillas del chavismo en el poder, para nada alteró este cuadro de decaimiento político del bonapartismo. Su peor muestra la vivió Maduro en abril de 2013 cuando resulta vencedor con apenas una diferencia de 1,5% sobre el candidato de la derecha. Más notable cuando hubo de sentarse con el dueño de la Polar y recibir de parte de éste las cuatro verdades que Maduro decía habría de decirle y que no tuvo más remedio que reconocer. Que en los 3 meses siguientes el gabinete económico se hubiera reunido hasta con 3.000 empresarios y comerciantes indicaba la tendencia a salvaguardar la existencia del débil Estado para la burguesía pero bajo condiciones bonapartistas más laxas, algo que fue aprovechado hasta el súmmum por las mismas fuerzas del capital para arremeter de nuevo con lo único que podía detener su irrefrenable tendencia a la caída de la tasa de ganancia, la subida de los precios de todas la mercancías, incluida el dólar, mientras el salario lo definía en precio el gobierno de Maduro.

La búsqueda, ni con Chavez ni con Maduro, era el socialismo de alguna forma. Sí era la de ejercer su papel de gobierno como ejecutores de la política del capital en un mundo signado por su bancarrota. Para tal fin, más el segundo de manera acabada, imponerle a los asalariados a fuerza de regimentación laboral, expresada en negativas a la organización sindical, retrasar aún más la discusión de las contrataciones colectivas públicas o privadas vencidas, amparos desde tribunales que eliminaban las movilizaciones obreras de calle, imputaciones judiciales y hasta la cárcel, el orden exigido por la burguesía para salvarse ellos primero de la crisis indetenible del capital que a lo interno es el reflejo de su bancarrota mundial.

La coyuntura electoral municipal de diciembre 2013, sin embargo, no era algo simple de dejar de lado. Desde su inicio el gobierno de Maduro contó con el único sostén político a lo interno, el de la camarilla militar. Maduro sin su apoyo, también sin la insistencia de aquellos en dárselo, hubiese cedido la posta en abril 2013 a Capriles. La camarilla militar, de ese modo, escogió el mejor momento para hacerle saber al heredero de Chavez que importaba poco su legado si de él ellos no sacaban el mejor provecho, como en efecto se ha demostrado en todo el 2013 con la infinidad de cargos públicos por parte de militares activos, además de sacarle al gobierno de Maduro empresas totalmente bajo su control y explotación, radio y televisión pública para transmitir mejor sus mensajes “institucionales”, y hasta un banco. Por si fuera poco, tienen por encima de la mejor contratación colectiva conquistada por los trabajadores, aumentos en las remuneraciones para todos sus estamentos año a año.

Las medidas que el gobierno de Maduro llama de “contraofensiva económica” fueron la exigencia de la camarilla militar siendo el gobierno tras bambalinas y no verse obligados a actuar, aún, tal y como ciertos sectores del chavismo y hasta de la más rancia oposición de derecha le exigían, con el golpe gorila que “de una” ordene la inestable situación económica con claridad a favor de los explotadores. Las medidas efectistas que forzaron la baja relativa de los precios, sin incluir los de los alimentos, pero bajo el imperio del capital manteniendo la entrega de divisas a la burguesía con todo su parasitismo, fueron bajo la estricta exigencia del gobierno militar en ciernes, haciendo un refrito del bonapartismo de Chavez de otros tiempos como uno tardío.

Marx en el Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte[ii] parafraseando a Hegel, expuso que la historia se repitió como farsa por el sobrino a la tragedia que simbolizó su tío Napoleón. El bonapartismo tardío de Maduro, bajo la directriz unívoca de los militares, es una farsa para los explotados luego de haber vivido la tragedia del bonapartismo de Chavez sin haber sacado de esa experiencia su comprensión política en el marco de la lucha de clases.

La lucha de clases comenzando el 2014 está más viva que nunca y el movimiento obrero venezolano, más temprano que tarde, entenderá la farsa del bonapartismo tardío que les reduce el poder adquisitivo de sus salarios para que se lo lleven los que los explotan, aún si sobre él se cierne la sombra gorila de la bota militar, y así como la consecuencia histórica de un Luis Bonaparte fue La Comuna de París, la organización y una plataforma de luchas que una a los trabajadores por sus derechos y reivindicaciones será la que definitivamente derrote y se imponga con su propio gobierno al de los custodios del capital.

Roberto Yépez



[ii] Inicia Marx su obra con el siguiente párrafo: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa. Caussidière por Dantón, Luis Blanc por Robespierre, la Montaña de 1848 a 1851 por la Montaña de 1793 a 1795, el sobrino por el tío”. http://marxists.org/espanol/m-e/1850s/brumaire/brum1.htm


lunes, 13 de enero de 2014

El gobierno se prepara para el 2014 - Acondiciona a sus custodios


Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014

El gobierno se prepara para el 2014
Acondiciona a sus custodios

El Estado, para responder ante los reclamos y movilizaciones de los trabajadores y de las comunidades, refuerza sus aparatos de coerción policial, militar y  decreta organismos  que los respaldan, como el SIMA y el CESPPA, para blindar la Ley Orgánica de Seguridad Nacional.

El gobierno afina los cuerpos represivos, perfecciona los sistemas de seguridad. En noviembre creo el Sistema Integrado de Monitoreo y Asistencia (Sima), engendrado en un convenio del Ministerio de Relaciones Interiores y una empresa china (CEIEC), con una inversión (léase préstamo) mayor a los 1.200 millones de dólares. Este plan se instalará “municipio por municipio”, contará  con más de 1.200 cámaras, adicionalmente para los “espacios difíciles” y poder grabar, contaran con drones, también las patrullas tendrán un equipamiento de radios especiales con sistemas de video y data para tecnificar la represión, función primordial de los cuerpos de seguridad del Estado, no de las comunidades ni de los trabajadores.

También se creó el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria CESPPA, en sendas gacetas de octubre, la  40266 y modificada en la 40279, cuya función es “unificar el flujo informativo” sobre “la seguridad, defensa, inteligencia y orden interno, relaciones exteriores y otras instituciones públicas y privadas que se requieran, para facilitar y contribuir al proceso de toma de decisiones, así como prever y neutralizar potenciales amenazas a sus intereses vitales".

El director del CESPPA “podrá declarar el carácter de reservada, clasificada y de divulgación limitada a cualesquiera información, hecho o circunstancia,  que en cumplimiento de sus funciones tenga conocimiento, dirigir la recopilación, procesamiento, integración y análisis de informaciones de interés estratégico y controlar el cumplimiento de órdenes, indicaciones, precisiones y requerimientos que realice el Ejecutivo Nacional en función de elevar el conocimiento de la situación operativa a través de los órganos de seguridad”. En la gaceta del 24 de octubre se eliminó la injerencia sobre las instituciones privadas.

En fin de cuentas, el CESPPA es un organismo supra constitucional dirigido como es costumbre por un militar, designado por Maduro pero evidentemente sugerido por la élite militar, que determinará, según su criterio, cuales contenidos serán reservados o cuales no, para limitar el flujo informativo por razones de seguridad nacional. Creado vía decreto, por encima de toda legislación, nada lo controla, nadie lo limita, será un aparato que determine el carácter de la información; con base a su omnímodo poder censurará o prohibirá si un asunto representa una amenaza para ellos.

En noviembre Maduro anunció un ajuste salarial y un bono navideño a "todo el personal profesional" de la Fuerza Armada Bolivariana. Para el Jefe de Estado en un acto por el 93 aniversario de la  Fuerza Aérea Venezolana, "la necesidad de ajustar correctamente los salarios de toda la tropa profesional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (...) Y además darle un bono especial navideño en este año 2013, que ustedes saben que hemos estado cuidando el salario de todos los que trabajan".

La ministra de defensa, Carmen Meléndez, precisó que los sargentos gozaran de un aumento del 60% en sus salarios; los oficiales y generales de división (50%) y mayores generales y almirantes (45%). No se precisó el porcentaje del ajuste salarial a toda la tropa profesional.

Los aumentos, buenos para ellos, no aplican para los trabajadores. El salario mínimo en noviembre recibió un incremento de apenas 10%, para quedar en 2.973,00 BsF, cuando para octubre la Canasta Alimentaria Normativa del INE de 50 escuálidos rubros alimenticios lo superaba ampliamente.

Este es el Haber de la administración chavista para los militares.

Entre 1999 y 2003, el aumento fue de 30% cada año. En octubre de 2003, entre golpes y lock out petrolero, Chávez anunció un aumento de salario de entre 50%-60% para 2004.

Entre 2005 y 2009 se volvió al aumento de 30% anual. Mientras entre 2010 y 2011 los incrementos en el salario de los militares representó 90%.

En abril de 2010 se dio un aumento de 40%, a lo que se suma el aumento decretado para 2011 de 50%, que fue retroactivo desde el mes de septiembre. Ambos años estos porcentajes superaron a los decretos de aumento de salario mínimo. En 2012 el aumento volvió a ser de 40%.

La inseguridad, el delito y la corrupción van de la mano, entre el delincuente y su “contraparte”, sea policía, GNB y o burócrata de una institución ad hoc, las calles son de ellos, la escasez y especulación, sobre todo de alimentos y materiales de construcción, las mafias internas en las prisiones, el contrabando en las fronteras y el fraude en las aduanas o en sistemas de control y aprobación de divisas.

Por este lado, por el contrario, continúa y recrudece la criminalización de las protestas y las luchas por los derechos más elementales como el derecho al trabajo y al salario.


miércoles, 28 de agosto de 2013

¡Un Presidente Obrero, que Gobierna para los Militares!


Prensa Opción Obrera 26 Agosto - Septiembre 2013

¡Un Presidente Obrero, que Gobierna para los Militares!

Los trabajadores producen, los militares en lo absoluto. Para Maduro ahora se tratará de que lo sean. En días recientes les acaba de aprobar una televisora que ya cuenta con los permisos de CONATEL; una industria de transporte pesado terrestre, aéreo y marítimo; AGROFANB, donde los militares producirán alimentos para su propio consumo; y un banco. La ministra de defensa, Carmen Meléndez, no oculta su optimismo: "Estamos creando nuevas empresas dentro de la institución militar. Hasta el momento, el Comandante en Jefe nos ha aprobado cuatro empresas" (El Universal, 14/08/2013).

Que se corra el riesgo de que se enriquezcan –ejemplos los hay como con la matraca institucionalizada por todo el país en peajes, alcabalas, aduanas y fronteras– no parece ser lo relevante. Además, ya tienen harta experiencia en sitios donde son asignados a dedo en empresas y organismos del Estado que fueron creados para producir y que regularmente están quebrados. Por otro lado, si se trata de producir, en la banca, en las empresas agrícolas, en la industria de transporte pesado y hasta en la televisora, ¿sus trabajadores serán soldados o civiles? ¿Cuál será su salario? ¿Tendrán derechos laborales como el de la sindicalización o la contratación colectiva? ¿Podrán hacer uso del derecho a huelga o a las empresas se les catalogará de zonas militares y sus trabajadores sólo recibirán órdenes?

La ministra Meléndez aprovechó para orientarnos en las respuestas. Detalló que a través de la empresa AGROFANB los militares producirán alimentos para su propio consumo, para lo cual están asimilando a agrónomos, peritos y técnicos en esta materia. Añadió que la Milicia Bolivariana también será incorporada a este proyecto, que aunque no lo haya dicho, será aportando la fuerza de trabajo necesaria. Los milicianos bolivarianos si antes recibían órdenes de sus prusianos oficiales ahora las recibirán por partida doble en calidad de explotados.