Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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martes, 15 de noviembre de 2016

Acto del Movimiento Obrero y la Izquierda en Argentina

Argentina  señala la vía: Una referencia desde el movimiento obrero


Como alternativa política de los trabajadores y de las vastas comunidades empobrecidas solo en Argentina se construye una vía, en ese sentido el  FIT (Frente de Izquierda y los Trabajadores) convoca  un acto masivo en el estadio de Atlanta en Buenos Aires este sábado 19 de Noviembre de  2016.

El Partido Obrero,  integrante del FIT, viene realizando una fuerte campaña muy concreta con actos por todo el país  y planteando las consignas de lucha  referidas a los acontecimientos políticos importantes y significativos de la situación argentina, para confluir en el acto de Atlanta y dar una respuesta como alternativa política por parte de los trabajadores y de todos los sectores oprimidos comunales, la juventud, la mujer, jubilados, artistas, desempleados.  La intención es  forjar, a través del acto y en adelante, un plan de acción frentista, un paso superior y  estratégico en la vanguardia que oponga al gobierno, sus aliados y su crisis económica, la alternativa  a través de un gobierno de los trabajadores 

Venezuela: La Izquierda en su laberinto

Venezuela atraviesa una crisis económica trascendental, cuyas consecuencias políticas sobre el chavismo  lo hacen perder cada  vez más poder mientras  la derecha tradicional expresada en las diferentes variantes de la MUD recoge el descontento al no existir una referencia por parte de la izquierda con propuestas, de lucha y  política, alternativas.

En el movimiento obrero es donde se descarga el mayor peso de la catástrofe,  los bajos salarios, los contratos impuestos o  vencidos, la tercerización, la burocracia sindical, el no reconocimiento de la libertad y autonomía sindical,  los despidos, las desmejoras de derechos adquiridos, entre otros el derecho a huelga, la intervención en la elecciones sindicales y en la  sindicalización,  la criminalización de la protesta laboral  y el desempleo.

No hay planes opuestos para siquiera frenar la situación, solo funcionan medidas económicas que empeoran el descalabro económico y social, que robustecen la tendencia a una respuesta masiva,  que se puede transformar en una rebelión popular y no hay, por mínimo que sea un intento por parte de la izquierda de tratar de dar una respuesta unitaria  y global a la crisis del país, y mucho menos que se enmarque en una alternativa de poder, por un gobierno obrero. Esto permite, impunemente que la derecha sea la interlocutora valida como receptora y orientadora, ante los fracasos del gobierno, de las luchas con el fin de desviarlas por la vía de recurrir a la intervención de agentes extranjeros como la OEA, la OIT, pedir revocatorio, elecciones  para encumbrar a los enemigos antagónicos por excelencia de la clase obrera, los patronos. 

José Capitán




Saludo de Opción Obrera al Acto del FIT en el estadio de Atlanta en Buenos Aires

En Italia gana la alcaldía de Roma una representante del partido 5 Estrellas,  y rápidamente entra en crisis, en La Grecia del default el  pueblo vota a Syriza, y  este  inmediatamente lo traiciona pagando la deuda, en España, Podemos supera  al  histórico Partido Socialista, pero Podemos viene de asesorar  al chavismo que  ahora fracasa Venezuela. En EEUU la juventud y los trabajadores  votan a Trump porque el “socialista” Bernie Sanders apoyó  a Hillary Clinton.  En Argentina   a diferencia del resto del mundo,  el FIT se acrecienta en este acto de Atlanta como la alternativa   a la catástrofe económica, que es el Gobierno de los Trabajadores, este el Faro que debe alumbrar al mundo. Viva el FIT la verdadera y única alternativa  de la izquierda y los trabajadores. Un saludo de Opción Obrera desde Venezuela

Por la Unidad Socialista de América Latina



lunes, 8 de junio de 2015

Sobre el Frente de Izquierda y los Trabajadores en Argentina


Una mirada desde Venezuela
Sobre el Frente de Izquierda y los Trabajadores en Argentina

José Capitán, Opción Obrera


Sin duda es histórico y ejemplarizante en Argentina y para el resto del mundo, el desarrollo extraordinario de la vanguardia expresada a través del Frente de Izquierda y los Trabajadores y del Partido Obrero, su principal impulsor.

Uno de los atributos más relevante es la participación electoral, por dos cosas cardinales, por estar al orden del día -esta es la situación- y porque a su vez combina la lucha política diaria y la lucha estratégica por un gobierno de los trabajadores. Estas luchas diarias abrazan todos los terrenos, los sindicales, los estudiantiles, contra la opresión sobre la mujer, de las comunidades, por los servicios sociales, en conjunto con las denuncias a todo el arco político que va desde la derecha opositora hasta el gobierno nacional y popular.

Brillantemente se ha logrado y en este caso fue empeño del PO, desbaratar las desviaciones sindicales, que intentaban aislar el FIT por un lado, muy peligroso esto, y por el otro, el ultrismo que en nombre de su antielectoralismo cumplían el mismo destino el del aislamiento, al condenar la participación primordial e ineludible, en las diferentes y frecuentes elecciones, desde las proscriptivas como las PASO hasta las regulares de escogencia de cargos.

La actividad parlamentaria

¿Cómo se interpreta? Para no caer en recitar la cartilla: ir al parlamento a demostrar su inutilidad, al margen de solo legislar para los patronos y para regimentar a los trabajadores. La respuesta es como lo ha hecho la banca del FIT expresada por el PO, tanto en el congreso como en la legislatura. Algunas de mucha trascendencia como la indemnización para los ex trabajadores de YPF, y muchas otras propuestas, por supuesto para seguir luchándolas como la de los trabajadores judiciales, las enfermeras, el trabajo esclavo, las tragedias ocasionadas por las inundaciones, las invasiones de terrenos por la falta de vivienda y muchas más. Así mismo en las diferentes regiones donde se ha conquistado un curul principalmente en la región de Salta, pero también en otras regiones del país. Con solo discurso no se superan las ilusiones del voto y se remontan el corsé de las instituciones y sus leyes sobre los trabajadores.

El FIT se sustenta con un programa, con diferentes plataformas de lucha en las variadas actividades locales regionales y nacionales, y parlamentarias también, por supuesto y se ha hecho así, subordinadas a estos acuerdos previos unitarios y no faccionales.

Un intento de destruir el FIT desde adentro

No hay otra palabra sino arribismo que pretende destruir al FIT, a través de uno de sus integrantes, el PTS. Es una campaña sistemática, abundan los ejemplos, como los resultados de las elecciones del FIT en la provincia de Mendoza, transformada por el PTS en el “FIT de del Caño”, la histórica movilización con la consigna Ni Una Menos en contra de la violencia hacia la mujer enunciada por el PTS, como miles de mujeres tras su organización “Pan y Rosas”, la convocatoria a dirimir la candidatura presidencial del FIT, a través de las PASO con su candidato Nicolás del Caño “que representa a la juventud”, lanzado sin mediación alguna, hace casi un año, y cuando le aceptaron ir a la propuesta, recularon desvergonzadamente. Todos esos como saboteos principales pretenden, absurdamente, transformar el FIT en un campo de disputa interna, en detrimento de la acción en conjunto con base a los acuerdos previos y metodológicos para enfrentar a los enemigos de clase. La reticencia del PTS a la participación de organizaciones y grupos a sumarse al FIT, cambia su carácter, cuando antes, en el 2014, esas mismas organizaciones en conjunto con el mismo PTS pretendieron impulsar al margen del FIT un encuentro sindical paralelo que no tuvo perspectiva.

La decisión de ir a las PASO, con presentación de precandidatos, ante el adelanto de la candidatura de del Caño unilateralmente, convierte al FIT, para su avance, de hecho en un frente único con el Partido Obrero, Izquierda Socialista y otras nuevas adhesiones de organizaciones, previo acuerdos aprobados, con el fin de enfrentar la crisis política y económica de la Argentina hoy. Esa es la alternativa, ante una situación que se agudiza y para evitar ser desbordado, como ocurrió cuando sucedió el corralito económico (default de la banca), a fines del 2001.

Otro obstáculo fue oponer al trabajo de consolidación del FIT, la posible alternativa de un partido de los trabajadores, que no existe. El partido se construye, para orientar el camino, a través de lo que hay, la inmensa y real posibilidad de agrupar al movimiento obrero a través de un frente único. No es al revés, si se tiene el partido de los trabajadores quizás las cosas fueran más simples, pero no se puede poner los caballos detrás de la carreta.

Una vía de frente único

El fortalecimiento del FIT es el objetivo, y el PO en función de esto impulsó, un congreso del movimiento obrero y la izquierda en el Luna Park, octubre 2014, el plenario del sindicalismo clasista convocado por el Sutna de San Fernando recientemente en la capital y así mismo se han hecho numerosos actos en ese mismo sentido en las diferentes provincias de Argentina. Por último el encuentro del FIT para el lanzamiento de las candidaturas a participar en las PASO, en el mini estadio de Ferro, con un amplio apoyo de agrupaciones políticas, siempre con el fin de polarizar entre los enemigos de los trabajadores, por un lado y por el otro el FIT.

Esa es la forma de construir una vanguardia revolucionaria, sin sectarismo ni oportunismo





viernes, 18 de julio de 2014

Argentina: Crisis Terminal y Transición Histórica

Crisis Terminal y Transición Histórica Jorge Altamira (La Gaceta, 13 07 14) Prensa Obrera Nro 1323 Argentina no asiste solamente al final de ciclo de un gobierno, sino del conjunto de un régimen político. Desde 1983, la gestión del Estado de todas las fuerzas tradicionales ha concluido en una bancarrota económica e institucional. La manifestación más visible de esta crisis de sistema es, en la actualidad, la desintegración de todas esas fuerzas; o sea, tanto del oficialismo como en la oposición. Los llamados partidos políticos se reducen a fracciones o camarillas, lo cual obviamente las priva de cualquier capacidad de gobierno. El régimen federal se encuentra en cenizas, y no solamente por el hipercentralismo del Estado: las provincias son gobernadas por sus propias camarillas, las cuales han producido sus propias bancarrotas financieras y desarrollado un nivel de descomposición sin precedentes, como queda demostrado por el entrelazamiento de sus administraciones con el delito organizado. Hipoteca impagable La corrupción oficial ha llevado al procesamiento del vicepresidente de la Nación y del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; y la impunidad ha creado una situación de emergencia en derechos humanos en Tucumán. Argentina, por otro lado, vuelve a enfrentar una cesación de pagos; esto con independencia del resultado que tenga la negociación con los “fondos buitre”, porque un acuerdo con ellos simplemente aumentará una deuda pública fenomenal, que ya supera los 250.000 millones de dólares, un 75 por ciento de ella en divisas extranjeras. A esta hipoteca impagable se añade la bancarrota del Banco Central, que registra en su activo créditos al Estado nacional por 70.000 millones de dólares. El defol, en este caso, ya se ha consumado, porque el Tesoro nacional no tiene recursos para saldar esa deuda. La inflación no es más que el emergente de esta quiebra financiera. Este final de régimen tiene raíces de alcance histórico. En primer lugar, emerge del riñón de la dictadura militar, al aceptar la totalidad de su legado legislativo, la totalidad de su aparato burocrático y de seguridad, y la totalidad de la carga financiera internacional. Aún hoy, la legislación vigente es, en un 50 por ciento, oriunda del gobierno militar; y ni hablar de la deuda externa, ilegítima en su origen y procedimiento, que sigue siendo objeto de negociación, casi 40 años más tarde. El juicio histórico La democracia retorna, entonces, sin cimientos propios. Los partidos tradicionales, incluso los que se declaran hoy “ultrarepublicanos”, aceptan esta hipoteca política e institucional, en nombre de la llamada “continuidad jurídica del Estado”, que simplemente disfraza la preservación de los intereses de la burguesía del país y de los aparatos públicos. De ella arrancan la inseguridad pública y la impunidad, y la perspectiva de una nueva cesación de pagos. El juicio histórico es implacable, y de él no tienen retorno ni la clase capitalista ni los partidos implicados. Por otro lado, estas mismas fuerzas han ensayado todos los métodos y alternativas posibles de gobierno: desde la regulación económica de Alfonsín y la privatización furiosa de Menem y De la Rúa hasta el estatismo seudopopular del kirchnerismo. Estos ensayos no fueron otra cosa que adaptaciones al ciclo de remate de activos nacionales y bancarrota determinados por la deuda externa. Estas vicisitudes demuestran la completa incapacidad de la burguesía nacional; o sea, la clase dominante, y de los partidos que tributan a ella para desenvolver la democracia política, la autonomía nacional y el progreso material y moral de la población de Argentina. La situación de los trabajadores ha empeorado en forma visible -en términos de poder adquisitivo y de condiciones laborales, educativas, sanitarias, habitacionales y de derechos. El mundo del trabajo se encuentra en el pico más alto de precarización y vulnerabilidad en todos los aspectos de la vida social. La crisis mundial La crisis de régimen se enlaza con una transición de alcance histórico. Es, además, la refracción particular de una crisis de conjunto del capitalismo mundial, que ha entrado en su octavo año sin horizonte de salida; por el contrario, potenciando tendencias aún más destructivas. En este marco se desarrolla el crecimiento del Partido Obrero y del Frente de Izquierda y los Trabajadores, tanto en el plano electoral como en el del protagonismo social; o sea, en el movimiento obrero, el estudiantil, la juventud y el cultural. El PO y el Frente de Izquierda son las expresiones más conscientes de la rebelión social cotidiana contra una decadencia enorme. Son un factor de organización popular y un planteo de salida. El casi 1,5 millón de votos obtenidos en las elecciones pasadas muestra la vigencia de una salida política antagónica a la de las fuerzas tradicionales. Es el resultado de una lucha de principios enorme a lo largo de más cuatro décadas y, en especial, en la última fase, contra la tentativa del kirchnerismo de erguirse en una expresión antiimperialista y de izquierda, cuando su slogan fundacional había sido “la reconstrucción de la burguesía nacional”. La izquierda ha dado un salto significativo como consecuencia de una confrontación política concreta con los partidos y gobiernos responsables del estado actual del país. El ascenso de la izquierda es, seguramente, la manifestación más destacada de la transición histórica que atraviesa Argentina. El Partido Obrero y el Frente de Izquierda plantean un programa de transición frente a la transición histórica que vive Argentina. El punto de partida de este programa es la defensa intransigente de los derechos de los trabajadores que son atacados en forma brutal en esta crisis capitalista. En primer lugar, el derecho al trabajo. Hemos presentado en el Congreso de la Nación y en todas las legislaturas un proyecto de prohibición de suspensiones y despidos, que establece el reparto de las horas de trabajo sin reducción del salario. A la crisis capitalista la deben pagar los capitalistas, sus responsables; no los trabajadores. Esta es la orientación que preside nuestro apoyo a las luchas fabriles que se desarrollan en la actualidad; o sea que no tiene un carácter oportunista, como alegan los represores de estas luchas, sino un carácter de principio. Del mismo modo planteamos el ajuste mensual por inflación, la cual no es responsabilidad de los trabajadores. En el marco del reclamo del 82 por ciento móvil para los jubilados, reivindicamos un aumento inmediato de 3.600 pesos para sacar al trabajador pasivo de la miseria absoluta. Abogamos por el repudio a una deuda usuraria, varias veces pagada, y por el llamado a un plebiscito sobre ella, cuando una camarilla oficial -incluso sin intervención del Congreso- se apresta a suscribir nuevos acuerdos ruinosos con los fondos buitre. Confiscación del ahorro La deuda externa, aun más que una hipoteca insoportable, es un sistema económico de confiscación del ahorro nacional, a través de giros de utilidades, intereses, servicios y fuga de capitales. La pagan los trabajadores por medio de impuestos al consumo y carestía; la burguesía nacional, por el contrario, lucra con ella, pues tiene en su cartera la mitad de los títulos públicos. En definitiva, debemos recuperar el ahorro nacional y asignarlo a las prioridades que fijen democráticamente los productores reales de la riqueza de nuestro país. Cuestionamos al conjunto del régimen político: su sistema electoral, la Justicia, el aparato de represión, la concentración de poder político y económico. A través de una experiencia común buscamos conquistar una mayoría obrera y popular para un gobierno de trabajadores y el socialismo. Jorge Altamira (La Gaceta, 13/7) - See more at: http://prensa.po.org.ar/po1323/2014/07/17/crisis-terminal-y-transicion-historica/#sthash.VmqGIt8P.dpuf