Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014
Editorial
Venezuela,
lo que nos dejó el 2013 ... a los trabajadores
Una
inflación del 56,2% en los índices de precios al consumidor y mayor del 70% en
los precios de los alimentos.
Una
devaluación del bolívar donde la diferencia entre el precio del dólar oficial y
el del mercado paralelo es de casi el 1000%
Tan
lamentable como preponderante, la economía del país está derrumbada
La consideración primordial de la
situación del país es de una terrible crisis de la economía expresada en el
déficit fiscal, una moneda con un pequeñísimo poder adquisitivo y
deteriorándose agudamente, un crecimiento vertiginoso de las importaciones y
una disminución de las exportaciones, donde, fuera del petróleo, son
insignificantes para la economía del país. Lo que excepcionalmente todavía
sostiene al país y frena la debacle total son los cuantiosos ingresos
petroleros, a pesar de que también disminuye su volumen de exportación.
Es por la venta de la materia prima
energética indispensable en el mundo y privilegiada porque todavía se cotiza
muy bien, que año tras año los ingresos en divisas son mayores no por aumento
del volumen sino por un precio alto.
Contradictoriamente se fija el
presupuesto anual del país, con base a un precio del barril petrolero por menos
de la mitad de su precio real y con el excedente se realiza, como gastos
extraordinarios, otro “presupuesto” adicional sin controles y a pesar de ello,
siempre al inicio del año se comienzan a aprobar créditos también
extraordinarios, todo eso indica el parasitismo de la economía nacional, por
ser rentística, tanto pública como privada, que sólo vive a expensas de la
aprobación y suministro de dólares por parte del Estado.
El retroceso económico es abismal, la
única base de la economía se sustenta en la renta petrolera, en perjuicio de
todos los recursos nacionales. La industria “nacional” no se basa en producir
sino en la aprobación de dólares preferenciales para traer los insumos sobre
facturados y luego peor aún, proveer la mercancía a precios de dólares de
mercado negro. La diferencia entre las importaciones y las exportaciones,
exceptuando al petróleo, tienen una brecha de más de 24.000 millones de
dólares.
El gobierno sobrevive y espera salir
de su crisis descargando su insolvencia e incapacidad productiva pagándole
incompleto a los trabajadores, mediante el incumplimiento de los convenios
colectivos firmados, retardando los nuevos compromisos para evitar desembolsar
algo que no tiene, haciéndose cómplice de la industria privada a través de las
preferencias de las oficinas del trabajo
a favor de los patronos, con calificaciones de despidos o inclusive haciendo
caso omiso de los reenganches o respetos a la organización sindical, impidiendo
el derecho a huelga, sobre todo en las empresas del estado.
El gobierno teniendo una deuda tanto
externa como interna monstruosa, realiza una huida hacia adelante, tomando
medidas para endeudarse más. Mientras la
producción no petrolera se extingue, el capital financiero parasitario
expresado en las ganancias de la banca asciende, mes a mes. De los cuatro bancos más
grandes, con un patrimonio del 70% de los activos financieros, tres son
privados, una expresión de capitalismo salvaje que se magnifica cuando el
resultado bruto de la banca (antes de ISLR) en los primeros 11 meses de 2013,
respecto a igual período en 2012, se incrementó 66,5% (SUDEBAN, Boletín de
prensa noviembre 2013, Cuadro I - 26).
Como consuelo de tontos el fisco nacional se hizo acreedor, apenas, de 5,41% en
promedio de tales utilidades brutas mensuales de la banca nacional.
José
Capitán
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