Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014
Savas
Matzas y su análisis sobre el fascismo
La democracia
griega y sus leyes llevan a juicio a un antifascista por denunciar a unos
fascistas
En mayo del 2009 el partido nazi,
Amanecer Dorado, demandó a Michael Savas Matzas, Secretario General del EEK (Partido
Revolucionario de los Trabajadores de Grecia), y a Konstantinos Moutzouris,
rector de la Universidad Politécnica de Atenas. En junio del 2013 el partido
nazi conquista varios escaños en el parlamento, salió a flote la demanda y se
establece el juicio para Septiembre de 2013.
El resultado del juicio fue la
absolución del compañero Matzas, fue absuelto de una acusación penal de
antifascista por parte de la organización fascista Amanecer Dorado, inaudito.
Previo al juicio se realizó una campaña nacional e internacional de solidaridad
con Matzas y de denuncia del exabrupto de la justicia griega.
Días después,
el 18 de septiembre, Amanecer Dorado, en una de sus razias asesinó a un joven obrero,
cantante y de izquierda griego, Pavlos Fyssas. La indignación fue tan grande
que originó protestas en las principales ciudades griegas, inclusive fueron
incendiadas varias sedes de estos fascistas y al gobierno no le quedó otra que encarcelar a varios de ellos,
entre estos a varios de sus parlamentarios.
A la 5ta. Conferencia Científica de Rusia
organizada por la Biblioteca Nacional de Rusia y su sección Casa Plejanov, el
09 y 10 de noviembre en Leningrado, Savas, como invitado, presentó una
ponencia, “El ascenso del fascismo en Grecia y en Europa” (http://opcion-obrera.blogspot.com/2013/11/el-ascenso-del-fascismo-en-grecia-y-en.html).
En la charla
Savas alertó sobre la situación que conlleva al peligro del fascismo.
“Toda la Unión Europea se está
hundiendo en la recesión, el desempleo masivo y una crisis de deuda insoluble,
mientras que la eurozona enfrenta la amenaza de un colapso. Al tiempo que se
propaga la desesperación social, se manifiesta un ascenso de la xenofobia,
manipulada por el Estado y los medios de comunicación y provocando sin parar
ataques racistas cuyos objetivos principales son los inmigrantes, las
comunidades musulmanas y gitanas. A raíz de esta ola de xenofobia y racismo,
existe un ascenso de los partidos de extrema derecha, que obtuvieron resultados
electorales de dos dígitos en el centro y norte de Europa (Hungría, Austria,
los Países Bajos, Bélgica, Finlandia y Gran Bretaña)”.
Explica la
respuesta europea a su impase capitalista.
“Las clases gobernantes de Europa nuevamente
demostraron ser históricamente incapaces para solucionar la contradicción entre
una economía internacionalizada y las trabas de las fronteras nacionales, y
unificar “pacíficamente” al continente como el mito de la UE pretendió
alcanzar, en particular luego de la implosión de la Unión Soviética, el colapso
del ‘socialismo real’. El proyecto de unificación en torno al eje
germano-francés, el tratado de Maastricht y el lanzamiento del euro fue la
respuesta al desafío de un ascenso de la UE en la lucha por la hegemonía
mundial en el caótico universo post Guerra Fría”.
Vuelve a hacer hincapié en lo
peligroso de la situación.
“Este proyecto grandioso se está
cayendo a pedazos y todos los viejos vampiros nacionalistas del pasado están
regresando… el colapso del edificio de
la UE amenaza con sepultar a todos los pueblos europeos bajo sus ruinas.
[las] estrategias, desarrolladas por el
capitalismo para enfrentar su declinación histórica y las crisis de la época
imperialista: el keynesianismo y el neoliberalismo han fallado en términos
históricos, la primera en 1971 y la segunda en 2007.
Aquí hay una ironía de la Historia: el
colapso de los regímenes estalinistas en los países del llamado ‘socialismo
real’, en 1989-91, que fuera celebrado en Occidente como ‘la victoria final y
completa de la democracia liberal’, presagió también un período donde se hizo clara
la agonía de esta misma democracia occidental”
Luego sobre la base del diagnóstico,
la debacle europea, se propone la salida.
“La situación económico-social no
solamente continúa deteriorándose sino que ya ha tomado las dimensiones de una
crisis humanitaria.
El propio fascismo es una expresión
violenta de su desintegración en la barbarie. Debe ser combatido con un Frente
Único de todas las organizaciones y fuerzas de los trabajadores y el movimiento
popular, por la formación de formas populares de auto-organización y
solidaridad social contra la desesperación y la demagogia fascista; a través de
organizar a los trabajadores y la autodefensa contra las tropas de asalto del
fascismo y la represión estatal.
Pero, sobre todo, tenemos que darnos cuenta
de la necesidad urgente de organizar la lucha de masas por una salida
socialista de la crisis del sistema que colapsa, por el poder obrero y la
reorganización de la economía sobre nuevas bases sociales de acuerdo a las
necesidades sociales y no de acuerdo a las ganancias de una minoría pequeña,
codiciosa y parasitaria”.
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