Prensa Opción Obrera 27 Enero - Febrero 2014
CONTAMINACION AMBIENTAL POR EL ESTADO DE ABANDONO EN QUE ESTÁN LAS INDUSTRIAS
CEMENTERAS
Cuando,
para aquel entonces, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo
Rafael Chávez Frías, realizó uno de sus acostumbrados ALO PRESIDENTE desde el
estado Anzoátegui, específicamente en la comunidad de Valle Seco ubicada en la
vía Guanta Cumaná, al lado del mar divisó a lo lejos un brote de humo que salía
al cielo. Preguntó qué era ese humo y de dónde salía. Los habitantes del sector
contestaron, casi todos en una sola voz, que era de la cementera administrada
por la transnacional CEMEX, la cual contaminaba no sólo esta población sino
también a todas las aledañas. Chavez respondió que eso no podía estar pasando y
que había que darle un parado a ese foco de contaminación, y si los dueños no
entraban en cintura habría que expropiarla y nacionalizarla, lo cual pasó el 18
de Agosto del 2008 cuando se nacionalizó ésta, la ubicada en Guanta, estado
Anzoátegui, y todas las demás del resto del país.
Todos
pensamos que las industrias cementeras iban a dar un cambio para mejorar la
realidad que mostraban para aquel entonces pues ya daban señales de estar en
decadencia y los trabajadores tenían años, antes de ser nacionalizada,
denunciando y diciendo a todo el mundo que si no había una recuperación a
tiempo las industrias del cemento colapsarían, como en efecto está pasando en
estos momentos. El tiempo le dio la razón a la clase trabajadora, como siempre,
ya que es la clase social que vive en carne viva las realidades de cada fábrica
donde labora y eso le da base para opinar de las fortalezas y carencias de las
mismas.
En la
actualidad vemos con tristeza, rabia e impotencia, la situación alarmante en
que han caído las industrias cementeras en este país, mi país. Ahora no es un
chorrito de humo que sale de la planta que está en el estado Anzoátegui, es
indescifrable la cantidad de humo que no es más que el polvillo que se extiende
y arropa a todos los municipios de Guanta, Sotillo, Urbaneja, Bolívar, y un
poco más allá, según estudios realizados hace algunos meses. Contaminando y provocando
a todos los habitantes enfermedades respiratorias siendo la población infantil
la más afectada. A la pregunta, qué está pasando dentro de esta planta y las demás que fueron nacionalizadas,
ya que la mayoría presentan el mismo problema, y a qué se debe el incremento de
la contaminación, los trabajadores ya lo han denunciado a través de los diferentes
medios de comunicación en la voz de los que representan a la clase trabajadora
de las industrias del cemento, Directivos Sindicales y Delegados de Prevención.
Todos los
filtros, que evitan que el polvillo se escape al ambiente, no están en funcionamiento
producto del deterioro sufrido durante largos años, y los que administran las
industrias del cemento no escucharon a la clase trabajadora, y ahora, en estos
momento de crisis y contaminación ambiental, menos escuchan sin importarles que
muchos padres de familias directos e indirectos lleguen a perder los puestos de
trabajos, nada les importa. ¿Y qué les va importar a estos sectores que dirigen
y administran las industrias del cemento en Venezuela? Todos ellos juegan a la
economía de puerto, con las importaciones, que es donde obtienen más
probabilidades de robar e incrementar sus riquezas.
La clase
trabajadora no la tiene fácil, le toca la dura tarea de luchar más unida que
nunca para preservar los puestos de trabajos, pero también para obligar que los
responsables de este desastre paguen y de nuevo se pueda levantar la industria
del cemento en nuestro país.
Jaime desde Guanta
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