INFLACIÓN
Y SALARIOS
La
inflación
Durante los primeros diez meses del
año pasado el gobierno bolivariano informó de sus esfuerzos para contener la
inflación –con una clara intencionalidad electoral al 7 de octubre– aplazando el
aumento de los productos regulados, es decir, de una larga lista de alimentos,
medicinas y artículos de cuidado personal que sólo pueden aumentar con su
autorización e importados masivamente con dólares baratos. A partir de noviembre
los precios reflejan nuevamente su ascenso como consecuencia, a partir de
septiembre de 2012, de una reducción en la autorización de divisas a ser
liquidadas por parte de CADIVI, el BCV constriñera a la mitad la subasta de
dólares a través del SITME y también esta institución aumentara el plazo en su
entrega a la banca que los liquida vía cartas de crédito, todo en un marco
donde el Ministerio de Comercio del mismo modo limitara los permisos de
importación por insuficiencia productiva nacional sin haberse, tales
insuficiencias, subsanado, todo lo contrario, al final de septiembre de 2012 el
monto por importaciones aumentó 21,6% respecto al mismo lapso en 2011
(bcv.org.ve).
Fue, por tanto, una respuesta
concertada desde el gobierno bolivariano para enfrentar la escasez de divisas
luego de verse obligado a cancelar 9.000 millones de dólares en servicio de la
deuda durante el año, la última de 4.000 millones en septiembre que ni con la
venta de oro monetario por parte del BCV en el exterior pudo impedir la merma
de las reservas internacionales.
Con todo, el gobierno bolivariano aprobó a finales de noviembre aumentos en el precio del arroz, café y harina de maíz. Todo lo demás en la realidad cotidiana no cumple con los controles, el queso blanco, leche pasteurizada de larga duración, pollo y carne de res, embutidos de pollo, cerdo y pavo, entre otros productos, se comenzaron a conseguir muy por encima de sus precios regulados y en condiciones de escasez a partir de octubre del año pasado.
Las cifras del Banco Central revelan
que en 2012 el precio de los productos agrícolas aumentó 35,2% versus 15,4% en
2011. En diciembre la inflación aumentó a 3,5%, el mayor salto en 33 meses; en
este resultado incide de manera determinante que los alimentos y bebidas no
alcohólicas aumentan 5,7%, el alza más fuerte desde abril de 2010, y los
productos agrícolas se disparan 11%, variación que no sucedía desde julio de
2011. Ya con las cifras de enero (3,3% global y 5,3% en alimentos y bebidas no
alcohólicas) en tres meses consecutivos se acumula una inflación de casi la
mitad de todo el año 2012, 9,1%.
Salarios
Objetivamente hay una desvalorización del
salario como también hay una acción sistemática en su contra que se expresa en el
no reconocimiento a la discusión de los convenios colectivos vencidos en la
administración pública y empresas del Estado, su violación flagrante, el apoyo
de las inspectorías del trabajo con el retardo en la discusión de los mismos en
las empresas privadas, la dilación en reconocer el derecho de huelga, la
aceptación de la tercerización o subcontratación de trabajadores, el estímulo y
reconocimiento de cooperativas fraudulentas.
El salario como concepto, según la
LOTTT, esta violado al no incluir el bono de alimentación (cesta tickets) como parte
integrante del mismo, es decir no entra para los aguinaldos o utilidades, ni
para la liquidación, hora extras o vacaciones, mucho peor es decir que eso
corresponde a una cantidad en dólares cuando desde el gobierno bolivariano se
dice que es el más alto de Latinoamérica, tomados estos a razón de BsF. 4,30,
cuando no tenemos derecho a esos dólares sino a unos al cambio del mercado
negro que es aproximadamente cuatro veces más –por encima de 18 bolívares por
dólar– que es como nos venden los bienes importados porque la producción
nacional de los mismos es exigua y ha venido en franco descenso luego de 14
años de “revolución bolivariana”.
En respuesta a la desvalorización
continuada del salario el gobierno bolivariano ajusta el mínimo. De 32,25% lo
fue en total para 2012, pero implementado en dos partes: 15% el 1º de mayo, para
ubicarlo en 1.780,45 bolívares, otro 15% a partir de éste el 1º de septiembre para
ubicarlo en 2.047,52.
En realidad como consecuencia de la
inflación entre septiembre de 2011 hasta abril de 2012, y de mayo a agosto de
ese año, el valor del salario mínimo no se incrementó en la proporción
indicada. Para mayo de 2012 el 15% incrementado al de septiembre de 2011 hay
que restarle 11,7% de inflación en ese período, y al otro 15% de septiembre de
2012 hay que restarle 5,1% entre mayo y agosto. Como no hay expectativas de
otro aumento al salario mínimo sino probablemente hasta mayo de 2013, el hecho
claro y notorio es que para el 1° de enero de este año el valor del salario
mínimo, respecto a septiembre de 2011 (BsF. 1.548,21), y luego de disminuirse
por la inflación mensual e incrementarse por decreto en mayo y septiembre de
2012, vale tan sólo 1.583,13.
Si se compara ese valor “real” del
salario mínimo con el valor de la Cesta Alimentaria Normativa del INE a
noviembre de 2012, BsF. 1.989,09 (ine.gov.ve), que del mismo modo se ajusta
“realmente” con la inflación y por lo tanto a diciembre de ese año debiera ser
más cara, nos damos cuenta que el salario mínimo es el peor de los mínimos al
que un sistema social basado en el expolio a que nos someten los dueños del
capital, nos dan a casi ¾ de los asalariados que devengan tal cantidad mes a
mes.
Un análisis
similar aplicado (ver el gráfico anexo) desde que el gobierno bolivariano por
vez primera dictó el valor del salario mínimo, BsF. 120,00 en mayo de 1999,
establece que su valor al 1° de enero de 2013 es de apenas BsF. 129,44, que si
se mantiene el esquema altamente inflacionario de noviembre, diciembre de 2012
y enero de 2013, cae a menos de los BsF. 120 de hace 14 años. En otras
palabras, la “revolución bolivariana” lo que ha hecho es mantener un principio
esencial del sistema capitalista, el de disponer de un mínimo que nos permita,
a la gran mayoría de los asalariados, alimentarnos para poder reponer la fuerza
de trabajo para quien dispone de uno formal y estable. Cualquier otra necesidad
como seres sociales deberá esperar a mejores momentos.
Si el salario debe cubrir las
necesidades básicas de vivienda, alimentos, educación, salud, transporte,
vestido y descanso o recreación, debe estar entonces por los 7.000 bolívares
fuertes para poder cubrir una verdadera Cesta Básica Familiar en contrario a la
escuálida CAN del INE.
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