DEVALUACIÓN
Y SALARIOS
Se habla alegremente de devaluación
por esto o por aquello, sin embargo cuando se trata del salario nada se dice.
Con cualquier devaluación en este esquema social donde las relaciones de producción están basadas en la explotación a la fuerza de trabajo, lo que no se puede dejar de considerar es que los salarios, y los pocos ahorros que se pudieran tener, lo harán en mayor proporción.
Si a las necesidades de devaluar la moneda por el hecho concreto que sobre su valor real existe –la economía venezolana se fundamenta en la importación del 80% de lo que se consume en el país tanto en alimentos como en insumos y productos terminados y no hay divisas suficientes para ser usadas en esto y a la vez pagar deuda e invertir en gastos de infraestructura, lo que hace que el valor oficial de 4.30 en la calle se negocie a 18– adicionalmente se revalorizan los precios, como el de la gasolina o los bienes de primera necesidad, entonces el salario, que ya es insuficiente para la mayoría de los asalariados que en un 70% devengan el mínimo nacional, resultará mucho más devaluado de lo que ya está.
El gobierno bolivariano volverá a devaluar [lo hizo el pasado 08/02/2013] la moneda para satisfacer sus necesidades de bolívares en mantener el gasto público –si se aumenta el valor del dólar en 50% se disponen por el cambio más bolívares en igual proporción de lo único que genera divisas, el petróleo–, sin embargo la cuantía de tales divisas será la misma manteniéndose constante los precios actuales del petróleo, imaginen que pasaría si el precio internacional cae. Si tal cuantía de dólares se sigue usando para más de lo mismo, importar alimentos y bienes e insumos para satisfacer el consumo nacional, y adicionalmente para pagar este año más de 18.000 millones de deuda externa donde el monto por intereses es de casi 15.000 millones de dólares, entonces no hay lo suficiente para construir el 60% de lo planteado en este año para la GMVV ni para los proyectos de infraestructura del sistema ferrocarrilero nacional, metros y plantas siderúrgicas de hierro y aluminio como las de Ciudad Piar o Caicara del Orinoco y el tercer puente sobre ese río.
El impase sigue estando en lo dependiente del país respecto a las importaciones con una burguesía que le resulta de más provecho comerciar –a la que nadie desde el gobierno bolivariano obliga a producir con su capital nacionalmente–, y también al círculo vicioso del endeudamiento para darles a este minoritario grupo social que se lleva el 75% de la renta petrolera los dólares que necesitan para acumular más capital mientras se usa a la banca como intermediario financiero permitiéndoles así usurarios beneficios año tras año. Es por tanto una respuesta totalmente capitalista para salvar a la burguesía en plena época mundial de bancarrota del capital. Pero más endeudamiento también implica más pago a los pulpos financieros internacionales como en este año cuando se pagará el doble de lo que se pagó en el 2012, por tanto, a ellos también se les salva frente a la bancarrota del capital financiero internacional.
Durante 14 años de "revolución" bolivariana la producción nacional está por los suelos y el petróleo sigue siendo nuestra única fuente de divisas lo que obliga su entrega a la burguesía, nacional y extranjera, manufacturera o bancaría, de los fondos disponibles, mientras los explotados cada vez compran menos con su salario ante lo especulativo de los precios fomentados por la demanda inclemente de dólares por parte de la burguesía y así seguir importando.
Las salidas verdaderamente transicionales al socialismo son claras y sencillas:
1. El
control de cambios lo llevan los trabajadores para que así ellos discriminen
qué se importa y qué se produce en el país.
2. El
gobierno de los trabajadores implanta el monopolio del comercio nacional e
internacional y establece de gobierno a gobierno qué importar, cuánto, cuándo y
de dónde y hacia dónde. El comercio entonces pierde de esa forma su carácter
especulativo con tasas de retorno inmediatas y usurarias.
3. La
banca se expropia y se estructura en una única bajo el control de los
trabajadores y del pueblo para garantizar el valor de los ahorros de la mayoría
y para ofrecer créditos sustentables para incentivar la producción nacional.
4. Se
expropian los capitales y los medios de producción de la gran burguesía
nacional y extranjera y en manos de los verdaderos productores, los
trabajadores, para volcar la producción al consumo nacional primero y sus
excedentes a la exportación controlada. El control de los trabajadores sobre la
producción implica su decisión para distribuir nacionalmente a dónde se
destinan las materias primas y los insumos transformados bajo un esquema
planificado y centralizado. Sólo el gobierno de los trabajadores puede
implantar tales niveles de planificación ante la anarquía que exhiben los
actuales dueños del capital.
5. El
valor del salario se iguala al de la cesta familiar que incluye además de
alimentos, servicios, vestido y calzado, transporte y recreación. Esto permite
que el valor real de las mercancías y servicios se establezca porque aunque
puedan ser mayores a los valores regulados actuales, la premisa es disponer de
un salario que lo satisfaga. De más está decir que el salario de referencia
para cualquier burócrata o funcionario público no podrá exceder de ese acordado
para satisfacer la canasta familiar.
6. Los
esquemas parasitarios del Estado se desmontan. El pueblo en armas sustituye al
ejército y ejerce las labores de control delincuencial y de defensa del nuevo
Estado. La justicia popular sustituye a los jueces de la república y el
ministerio público responde ante ella, su elección y revocatoria se somete a la
decisión de las mayorías.
7. Se
establece una suspensión inmediata del pago de cualquier deuda que el Estado
tenga a nivel internacional o ante los monopolios extranjeros que se lucran del
provecho nacional. No se puede seguir alimentando a los pulpos financieros
internacionales mientras haya insuficiencia nacional para cubrir las
necesidades de la mayoría, además que la deuda de esa forma adquirida con ellos
ya ha sido suficientemente pagada con los intereses que nos imponen. Los
excedentes por la suspensión en el pago de la deuda se destinan a la
adquisición de bienes de capital que permitan renovar el parque industrial
disminuido y para industrializar el campo, a la vez que también se invierte en
renovación tecnológica y educativa.
8. Un
plan de empleo productivo a nivel nacional se activa. En aquellas áreas
productivas donde la oferta de empleos resulte insuficiente, se procede a
reducir la jornada de trabajo para repartir las excedentes entre aquellos que
estén desempleados pero capaces de laborarlas, devengando sin menoscabo igual
salario suficiente para cubrir la canasta familiar. De aquí en adelante el que
está en condiciones de trabajar lo hace como obligación de Estado.
9. Se
procede a desarrollar un plan nacional de industrialización para transformar
las materias primas en insumos y bienes que permitirán al mediano plazo dejar
de importar los mismos. El campo se industrializa y se proletariza bajo un
esquema donde el latifundio se elimina y las tierras productivas se dedican a
producir los alimentos que requerimos bajo un verdadero esquema de soberanía alimentaria
nacional, planificada y bajo control de los trabajadores.
10. Se establece
de manera forzosa un sistema único de salud que atienda las necesidades de
cualquier venezolano en las disponibilidades públicas y privadas. La salud
privada con sus clínicas y hospitales progresivamente se expropiaran bajo
control de sus trabajadores y el pueblo. El Estado de esa forma sí podrá
garantizar el derecho plasmado constitucionalmente que no se aplica en la
actualidad.
11. El gobierno de
los trabajadores representa de esa forma la mejor demostración de cualquier
democracia participativa y protagónica pues atenderá en forma colectiva las necesidades
de las mayorías sometiendo a la minoría explotadora a sus designios y derechos
conculcados por ellos por largo tiempo. El poder popular que tanto se nombra
adquirirá así total funcionalidad y operatividad. Comunas y consejos comunales,
sindicatos y consejos de trabajadores, cooperativas, tendrán su intervención en
la justicia popular y como pueblo en armas, además de su papel rector en la
economía nacional.
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