Sobre la Escasez
y el Acaparamiento
La escasez se puede interpretar como un medio de
chantaje y presión, utilizados por los empresarios, tanto por los
distribuidores como los fabricantes de alimentos y bienes de primera necesidad,
con el objetivo de que el pueblo se vea obligado comprarlos a precios elevados.
Venezuela no produce lo suficiente para satisfacer su propia demanda de consumo
producto de una limitación congénita como país capitalista atrasado al
encontrarse subordinado al capital financiero internacional, por tanto es caldo
de cultivo para que con la escasez, el acaparamiento y la especulación termine
una minoría social aprovechándose de esa insuficiencia.
Uno de los detonantes que ocasiono la insurrección
popular del 27 y 28 de Febrero del año 1989, fue precisamente el acaparamiento
y la consecuente escasez. A muchos distribuidores y productores de alimentos se
les olvidó que en esas fechas el pueblo salió a tomar lo que ellos tenían
escondido en sus almacenes, los saqueos demostraron que no se puede tener a un
pueblo amarrado por el estomago.
Causa gran indignación cuando vamos a los abastos,
redes de supermercados, hipermercados, comercios chinos y árabes, y vemos sus
anaqueles y vitrinas completamente vacías, pero a su lado, al frente o a pocos
metros, hay buhoneros exhibiendo todos los productos de la dieta diaria con el
doble y hasta el tiple del precio normal o regulado. Sin duda alguna que
quienes ocasionan este problema hacen su Agosto porque el pueblo se ve obligado
a adquirirlos los productos con sobreprecio. Es evidente que esto no debería
ocurrir si ante la demanda de consumo existiese una oferta suficiente. La
relación comerciantes, o cadenas de comercialización, y buhoneros existe porque
los primeros le venden todo el pedido a los segundos con sobreprecio y es el
consumidor quien termina pagando las ganancias de ambos ante lo escaso de la
oferta.
La alternativa entonces sería disponer de una
oferta de bienes de primera necesidad y alimentos suficiente a la demanda, sin
embargo, si dependemos esencialmente de la importación para ello y las divisas
para adquirirlas afuera se reducen del mercado con Cadivi o el Sitme, es más
que obvio que se termine importando menos o que el valor del dólar para
adquirirlas se triplique, encareciendo los precios y haciendo escasear los
productos.
Con este problema de la escasez provocada queda al
descubierto la debilidad, y en mucho caso la complicidad, de todas las
estructuras del Estado con competencia en esa materia, por tanto
responsabilidad del gobierno bolivariano. Es cierto que se han encontrado
numerosos almacenes de la Polar y otras empresas, pero aún no hay responsables
de ellos y del gobierno detenidos por cometer estos delitos mientras la escasez
y el acaparamiento continúan. También es cierto que los permisos de importación
por insuficiencia productiva nacional los emite el Ministerio de Comercio, que
Cadivi otorga los dólares para que puedan ser importados y que la banca, privada
o pública, los liquida, por órdenes del BCV, a los capitalistas que ahora hacen
de la importación su negocio. La cadena pareciera que revienta por lo más
delgado, abastos, redes de supermercados, hipermercados, comercios chinos y
árabes, y buhoneros, pero a la cadena más gruesa de los importadores y la rosca
de comercialización nadie toca.
La guardia nacional bolivariana, para contener
cualquier acción del pueblo, para evitar que el pueblo salga a buscar por las
malas los productos que no consigue por las buenas, se ha visto en la necesidad
de realizar algunos allanamientos. Pero hasta allí llega. Es como con el precio
de la carne o el pollo en los mercados y supermercados, todos sabemos, y ellos
también, que se venden a sobreprecio para el consumidor final pero, ¿en dónde
se ha allanado alguno para vender tales alimentos al precio regulado oficial?
La escasez como expresión de un capitalismo
atrasado, solo puede ser superada con las riendas del país dirigidas por los
trabajadores.
HECTOR PARRA
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