¿CÓMO NICOLAS MADURO CONSIDERA
QUE SE DEBE ESTUDIAR LA CONSTITUCION?
En la reciente inauguración de un plantel educativo en Valencia,
el vicepresidente de la república, Nicolás Maduro, señaló a los estudiantes “la importancia de estudiar la constitución,
puesto que ésta contempla los derechos ciudadanos, entre ellos la educación. Los
exhorta a tener conciencia para defender los logros del pueblo”. (CIUDAD
VLC 19/01/2013)
El
Currículo Nacional Bolivariano así lo establece en unos de sus componentes: “Definir qué es ciudadanía y la identidad
nacional”. Entre sus objetivos destaca “que
el alumno sea capaz de conocer sus deberes y derechos como práctica ciudadana”,
así como, “el reconocimiento y respeto a
la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela”.
Por
consiguiente, es tarea del educador forjar ese debate en el aula de clases,
construir un lenguaje que les permita a sus estudiantes interpretar la
realidad. Puede generarse reconociendo que la actual Constitución responde al
de una república burguesa, pero también en reconocer la necesidad de cambiarla
por otra que respalde una República Socialista cuyo primer artículo sea la
abolición de toda explotación y empoderar como gobierno los consejos de
trabajadores.
Con
respecto a la Constitución, la misma que
sugiere Nicolás Maduro debe ser objeto de estudio, en este momento se debate como
punto medio en el discurso de dos extremos, el de la derecha por un lado, y el
del oficialismo por el otro. Lo indica muy oportunamente la polémica que se
generó con el Artículo 231: “El candidato
elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o
Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período
constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier
motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar
posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de
Justicia”. (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela)
Ante
la imposibilidad que todos conocemos Nicolás Maduro señala “que se trata de un hecho sobrevenido” –se
entiende que es un hecho que ocurre inesperadamente– pero además dice que la
Constitución “abre una flexibilidad
dinámica” para concluir que es un formalismo presentar juramento ante la
Asamblea Nacional (El Universal, Caracas, 05/01/2013). Interesante hubiera sido
si el vicepresidente hubiese promovido una discusión con los estudiantes
aclarando en qué consiste su definición.
Sin
perder de vista las interpretaciones que ha hecho la derecha de ese artículo, y
que ha generado tanta o más confusión, es innegable que también nos queda a los
venezolanos una serie de interrogantes como esa supuesta “flexibilidad dinámica”
que nombra el vicepresidente. ¿Cómo se lleva a términos concretos? O aún más, al
no prestar juramento el presidente ante la Asamblea Nacional, ¿a quién le sería
imputable el hecho sobrevenido? ¿Al presidente? ¿A la Asamblea Nacional? Siendo
la Constitución la norma que establece todos los mecanismos jurídicos del Estado,
¿cómo es que ahora se presenta con tantas ambigüedades?
Los
cuestionamientos que hacemos a diario más la incertidumbre que se siente no
responden sino a una la falta de transparencia por parte del gobierno
encargado, por lo tanto resulta incongruente la preocupación de Nicolás Maduro
respecto al estudio de la Constitución por parte de los estudiantes.
Conviene,
ahora más nunca, que los docentes venezolanos comiencen a
ejercer ese rol de agente de cambio. Qué mejor momento que éste donde el escenario
político ha dejado ver claramente las grietas de la gobernabilidad capitalista.
El estudio y conocimiento, tanto para los educandos como los educadores, de la Constitución
como expresión del poder de los dueños de los medios de producción. Más allá
del cumplimiento de este objetivo en las aulas de clase se requiere echar las
bases del poder para los trabajadores y convertir la educación en un arma para
su liberación.
Vilma
Ramos
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