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domingo, 17 de febrero de 2013

¿CÓMO NICOLAS MADURO CONSIDERA QUE SE DEBE ESTUDIAR LA CONSTITUCION?

Prensa Opción Obrera 25 Enero - Febrero 2013

¿CÓMO NICOLAS MADURO CONSIDERA QUE SE DEBE ESTUDIAR LA CONSTITUCION?

En  la reciente  inauguración de un plantel educativo en Valencia, el vicepresidente de la república, Nicolás Maduro, señaló a los estudiantes “la importancia de estudiar la constitución, puesto que ésta contempla los derechos ciudadanos, entre ellos la educación. Los exhorta a tener conciencia para defender los logros del pueblo”. (CIUDAD VLC  19/01/2013)

El Currículo Nacional Bolivariano así lo establece en unos de sus componentes: “Definir qué es ciudadanía y la identidad nacional”. Entre sus objetivos destaca “que el alumno sea capaz de conocer sus deberes y derechos como práctica ciudadana”, así como, “el reconocimiento y respeto a la Constitución de la República  Bolivariana de Venezuela”.

Por consiguiente, es tarea del educador forjar ese debate en el aula de clases, construir un lenguaje que les permita a sus estudiantes interpretar la realidad. Puede generarse reconociendo que la actual Constitución responde al de una república burguesa, pero también en reconocer la necesidad de cambiarla por otra que respalde una República Socialista cuyo primer artículo sea la abolición de toda explotación y empoderar como gobierno los consejos de trabajadores.

Con  respecto a la Constitución, la misma que sugiere Nicolás Maduro debe ser objeto de estudio, en este momento se debate como punto medio en el discurso de dos extremos, el de la derecha por un lado, y el del oficialismo por el otro. Lo indica muy oportunamente la polémica que se generó con el Artículo 231: “El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia”. (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela)

Ante la imposibilidad que todos conocemos Nicolás Maduro señala “que se trata de un hecho sobrevenido” –se entiende que es un hecho que ocurre inesperadamente– pero además dice que la Constitución “abre una flexibilidad dinámica” para concluir que es un formalismo presentar juramento ante la Asamblea Nacional (El Universal, Caracas, 05/01/2013). Interesante hubiera sido si el vicepresidente hubiese promovido una discusión con los estudiantes aclarando en qué consiste su definición.

Sin perder de vista las interpretaciones que ha hecho la derecha de ese artículo, y que ha generado tanta o más confusión, es innegable que también nos queda a los venezolanos una serie de interrogantes como esa supuesta “flexibilidad dinámica” que nombra el vicepresidente. ¿Cómo se lleva a términos concretos? O aún más, al no prestar juramento el presidente ante la Asamblea Nacional, ¿a quién le sería imputable el hecho sobrevenido? ¿Al presidente? ¿A la Asamblea Nacional? Siendo la Constitución la norma que establece todos los mecanismos jurídicos del Estado, ¿cómo es que ahora se presenta con tantas ambigüedades?

Los cuestionamientos que hacemos a diario más la incertidumbre que se siente no responden sino a una la falta de transparencia por parte del gobierno encargado, por lo tanto resulta incongruente la preocupación de Nicolás Maduro respecto al estudio de la Constitución por parte de los estudiantes.

Conviene, ahora más nunca, que los docentes venezolanos comiencen a ejercer ese rol de agente de cambio. Qué mejor momento que éste donde el escenario político ha dejado ver claramente las grietas de la gobernabilidad capitalista. El estudio y conocimiento, tanto para los educandos como los educadores, de la Constitución como expresión del poder de los dueños de los medios de producción. Más allá del cumplimiento de este objetivo en las aulas de clase se requiere echar las bases del poder para los trabajadores y convertir la educación en un arma para su liberación.

Vilma Ramos

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