Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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miércoles, 28 de agosto de 2013

PROPULSEMOS UN PARO GENERAL DE TRABAJADORES QUE PONGA FIN A LOS ATROPELLOS DE TODO TIPO POR LOS QUE ESTAMOS PADECIENDO


Prensa Opción Obrera 26 Agosto - Septiembre 2013

Propuesta política de Opción Obrera a los trabajadores de FUSBEC y de toda Venezuela
PROPULSEMOS UN PARO GENERAL DE TRABAJADORES QUE PONGA FIN A LOS ATROPELLOS DE TODO TIPO POR LOS QUE ESTAMOS PADECIENDO

Ya a nadie le causa sorpresa por lo que estamos pasando los asalariados del país. La burguesía impone sin desparpajo los precios que les da la gana en los alimentos y bienes que consumimos. Sus patronos adicionalmente nos niegan la organización sindical con más de un subterfugio y cuando por fin la conseguimos entonces nos trancan las contrataciones colectivas, único medio que tenemos para recuperar nuestro poder adquisitivo. Estamos en plena época histórica donde el capital mundial intenta sobrevivir de su bancarrota cargando los costos de su crisis a los trabajadores y el pueblo. Venezuela no escapa de ésta al estar insertada en el mercado mundial como mero suministrador de materias primas, el petróleo.

El gobierno bolivariano, con el cual una gran mayoría de los trabajadores del país todavía se sienten identificados, se encuentra ya no sólo estático ante esto sino que también brinda su apoyo con las instituciones del trabajo del Estado para que los patronos continúen su arremetida. Los acuerdos alcanzados desde el gobierno con los apátridas empresarios privados conllevan, además de darles garantías económicas con la explotación a los asalariados, la obtención de mayores beneficios en el comercio de sus productos al continuar cediéndoles las ya escasas divisas de la renta petrolera para que importen hasta los empaques con los que terminan siendo colocados en el mercado, pero con precios 5 veces por encima a razón del especulativo dólar negro.

La situación de anarquía social por parte de los desposeídos de siempre adquiere ribetes de preocupación. El “bachaqueo” ahora se integra al esquema tradicional de la comercialización de los bienes y alimentos, haciendo caso omiso a cualquier principio de solidaridad con los trabajadores y el pueblo. Por más propuestas desde el gobierno de abastecer en mayor medida lo que estos necesitan, terminan cayendo en un saco roto de buenas intenciones pues entre la economía informal del “bachaqueo” y la formal de los empresarios y sus precios especulativos, el salario no termina alcanzando para las necesidades de los trabajadores. Ese sector de la economía informal crece, con sus reglas y patrones propios, porque no hay iniciativas concretas que les ofrezcan un empleo estable y productivo pues lo esencial es el de sacar provecho, los empresarios privados y las empresas del Estado, del parasitismo a la renta petrolera.

Los trabajadores no podemos quedarnos de brazos cruzados ante esto. Sería un absurdo que nos continuemos sacrificando mientras una minoría social, la capitalista, se continúa llevando la mejor tajada. Peor aún, las salidas del gobierno bolivariano, que niega alguna responsabilidad suya en esto, son las típicas del salvataje a los capitalistas. El endeudamiento nacional, que terminamos pagando el pueblo, se ha entronizado como política pública, no solamente en los presupuestos anuales de la nación sino que desde 2011 a la fecha se recurre al complementario y hasta con el fin de pagar con más deuda la ya cuantiosa deuda interna e externa.

Hay toda una intencionalidad de la clase social dominante, la burguesía, de hacernos pagar los costos de su crisis. Es hora que los trabajadores la enfrentemos con nuestros propios métodos de lucha: la organización autónoma, la movilización, el paro, la huelga. Marchar por Caracas hasta alguna institución que nos atienda no está rindiendo los frutos que esperábamos, pues cuando se consigue algo a nuestro favor otros tantos nos los niegan. Ese círculo vicioso debe acabarse con una herramienta de presión efectiva y contundente de la clase obrera de Carabobo y el país como lo es el PARO GENERAL DE TRABAJADORES.

Pero un PARO GENERAL DE TRABAJADORES no puede ser asumido de la boca para afuera. Hacerlo con ese criterio es aceptar una derrota segura y por tanto el reforzamiento de la arremetida patronal, la especulación desmedida, el desabastecimiento y la escasez generalizada de los bienes y alimentos que necesitamos. Su convocatoria implica una organización más dinámica y efectiva que cuando tomamos las fábricas donde laboramos para reclamar por nuestros derechos. Implica dar la discusión por su necesidad desde las bases de los trabajadores, los únicos que en efecto pueden llevarlo a cabo. Implica también, y en particular para los sindicatos afiliados a FUSBEC, plantear las alianzas imprescindibles con otras federaciones y sindicatos bajo un plan de luchas comunes, ¿y por qué no también?, con los consejos comunales y los colectivos sociales que viven de igual modo en carne propia las perversiones de un sistema social que imponen los capitalistas. Esta discusión, si bien es imprescindible, no puede ser dilatada en mucho en el tiempo esperando hasta el 2014 por ello.

Un PARO GENERAL DE TRABAJADORES, el cual debe ser considerado en su ámbito, regional o nacional, y en su duración (4, 8 o 24 horas), dependerá en gran medida de todos los ganados en ello. Por eso no basta ser declarativos del por qué lo convocamos sino que también debemos estar claros en cuáles serán nuestras reivindicaciones con el mismo. Es allí donde la unidad en la acción del movimiento obrero se puede manifestar en toda su magnitud llevando a los trabajadores desde sus puestos de trabajo a una movilización o concentración de calle, todos bajo las mismas banderas comunes por lo cual lo hacemos que no son otras que nuestras reivindicaciones y derechos que hoy están siendo conculcados.

Entre tantas, y como necesidad del por qué propulsar el PARO GENERAL DE TRABAJADORES, podemos reclamar por las siguientes reivindicaciones que hoy todos los trabajadores vemos su ausencia:
  • El derecho irrestricto a la organización sindical autónoma y democrática sin intervención de instituciones y patronos o la burocracia sindical.
  • El derecho a huelga sin las cortapisas y dilaciones impuestas por el Ministerio del Trabajo.
  • El salario suficiente y digno que se exprese, no en un mínimo que ya no alcanza ni para cubrir una escuálida cesta alimentaria del INE, sino igual al valor de la canasta familiar de 4 personas.
  • Un aumento general de sueldos y salarios que reponga nuestro poder adquisitivo disminuido por la devaluación, la inflación y la especulación.
  • El cese a cualquier forma de criminalizar la protesta obrera y social cuando luchamos por nuestros derechos, y la suspensión inmediata de todas las causas judiciales que hoy se mantienen con incontables trabajadores y representantes sindicales.
  • El fin de la precarización laboral con salarios de hambre y con mecanismos comunes a todos los patronos, privados o públicos, como los de la tercerización, los contratos por tiempo determinado y las cooperativas con la flexibilidad laboral, o la negativa de ellos a que seamos amparados con la contratación colectiva o que sus discusiones la concreten.
  • El cese definitivo a la especulación en los precios de los bienes y alimentos que imponen los empresarios con su dólar negro y el sacar del congelador los salarios cuando todo, hasta los llamados precios regulados, se encuentran liberados y sin control. 
Como se puede observar, el movimiento obrero agrupado en FUSBEC tiene incontables razones para ir a un PARO GENERAL DE TRABAJADORES por sus derechos y reivindicaciones. Inclusive si desde los tarifados del sistema social imperante nos tildaren de guarimberos, contrarrevolucionarios y de la CIA. Necesitamos sumar voluntades por el PARO GENERAL DE TRABAJADORES, por eso ponemos sobre el tapete nuestros motivos para que se dé la discusión necesaria en sus bases. Las asambleas de trabajadores serán las mandaten a sus dirigentes sindicales a llevarlo a cabo. Manos a la obra con la autonomía del movimiento sindical con las banderas de la independencia de clase.

¡LOS PROLETARIOS NO TENEMOS NADA QUE PERDER, SALVO LAS CADENAS!
¡QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS QUE LA CAUSARON, NO LOS TRABAJADORES!


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